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viernes, 1 de mayo de 2020

RAMADAN: Origen y significado de una celebración

Desde el pasado 23 de abril, casi dos mil millones de musulmanes en todo el mundo observan el mes de Ramadán, que este año, se prolongara hasta el 23 de mayo. Se trata de uno de los cinco pilares de aquella religión. El Ramadán es su mes sagrado porque coincide con el momento en que Mahoma - el profeta desnudo del Islam - recibió su primera ‘revelación’ del Corán, su libro sagrado. Durante este periodo, los musulmanes deben evitar beber y comer mientras es de día. Tampoco pueden fumar ni mantener relaciones sexuales. Los creyentes consideran que su sacrificio les permite acercarse a Alá, el dios musulmán. Además, también es un periodo para arrepentirse de los pecados, reflexionar sobre su religión y ponerse en la piel de los más necesitados. Ayunar durante el Ramadán es obligatorio para todos los musulmanes sanos que hayan pasado la pubertad. Sin embargo, también es una prueba física y psicológica muy dura, sobre todo en verano, cuando hay más horas de sol y los creyentes deben ayunar más durante más tiempo. Por ese motivo, niños, ancianos, enfermos, mujeres con la menstruación o embarazadas, y aquellos que están de viaje no están obligados a seguirlo. Los días que no se ayuna pueden compensarse durante el resto del año, seguidos o por separado. El Ramadán también es una oportunidad para reunirse con la familia y amigos. Los musulmanes acostumbran a desayunar y a rezar todos juntos antes de la salida del sol, y vuelven a reunirse al anochecer para compartir la cena. El primer día del Ramadán, los creyentes suelen tomar el desayuno(o suhoor) a las 4 de la madrugada. Luego realizarán la primera plegaria del día, el fajr. La comida del anochecer se llama iftar. Los musulmanes rompen el ayuno tomando dátiles y agua, tal y como se cree que lo hizo Mahoma. Luego rezan y cenan. En los países nórdicos, en los que hay muchas horas de luz o directamente no se pone el sol, los creyentes pueden seguir el horario de Arabia Saudita. Durante el Ramadán hay dos fechas importantes. Una es el Lailat el Qadr o la Noche del Destino. Cada año se celebra en un día diferente y conmemora el día en que Mahoma recibió las escrituras. Los musulmanes creen que esa noche se decide cómo será su próximo año, por lo que dedican la noche entera a rezar a Alá. La otra celebración destacada es Aíd al Fitr, tres días de fiesta para celebrar el fin del ayuno. Cabe destacar que el Ramadán es el nombre del noveno mes del calendario musulmán, que sigue el ciclo lunar. Puede durar entre 29 y 30 días, dependiendo del año. El inicio del Ramadán está marcado por el avistamiento de la luna nueva, que puede ser en días diferentes en función del lugar del planeta. Los países musulmanes más tradicionales se guían por la decisión del Tribunal Supremo de Arabia Saudita, cuyos miembros observan el cielo a simple vista y desconfían de los calendarios astronómicos elaborados con antelación. En cambio, las comunidades musulmanas existentes en los EE.UU. y Europa sí que utilizan los cálculos científicos para saber cuándo empieza su mes sagrado. Este año el Ramadán será una celebración distinta a las anteriores, debido al Coronavirus, por lo cual sus millones de fieles no podrán acudir a las mezquitas que fueron cerradas para combatir la pandemia y evitar su propagación. Es el caso de la Gran Mezquita de la Meca - que ilustra nuestra nota - la Mezquita del Profeta en Medina, la Mezquita Al Aqsa en Jerusalén y en todas las demás existentes en el mundo. El Corán no prevé cómo debe comportarse un musulmán durante una pandemia, de modo que es una cuestión abierta a discusión. No obstante, sí que existe una tradición que atribuye a Mahoma el siguiente dicho: "Si oyes que hay peste en una zona, no vayas allí. Si la peste está donde tú estás, no salgas de tu zona". El Ramadán es uno de los momentos más importantes del año para los musulmanes y, al mismo tiempo que tiene la capacidad de movilizar a millones de personas cada año, también se ve con regularidad sometido a influencias de distintas clases, desde la extremista de los grupos terroristas hasta la de la industria del marketing, que busca vender sus productos e introducir nuevas costumbres en la sociedad durante este periodo, como es la presentación de series y películas nuevas o los anuncios publicitarios. Por cierto, a pesar de la profunda desconfianza que tenemos en Occidente por los musulmanes es de esperar que no ocurran hechos que lamentar, debido a su predisposición a la violencia para extender sus creencias. A estar atentos y vigilantes con ellos en nuestras ciudades.
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