SONIDOS DEL MUNDO

viernes, 23 de febrero de 2018

THE GRAND EGYPTIAN MUSEUM: Desvelando los secretos de los antiguos faraones

Se trata de uno de los proyectos museísticos más importantes y ambiciosos de la historia y cuando este terminado, se convertirá en el mayor museo arqueológico del mundo, el cual se inaugurará parcialmente a mediados del 2018, quince años después de que Heneghan Peng Architects ganase el concurso internacional lanzado para su construcción. Nos referimos obviamente al Gran Museo Egipcio (GEM, por sus siglas en ingles) que tiene forma de triángulo biselado y cuya fachada está hecha con piedra translúcida de alabastro que se transformará durante el día, se ubica en la primera meseta desértica, a 50 metros sobre el nivel del río Nilo, entre las grandes pirámides de Guiza, Keops, kerfén y Micerinos, y la ciudad de El Cairo. El complejo ocupa una extensión de 50 hectáreas, a una distancia de tan sólo 2 km de las pirámides y de 20 km desde la ciudad. La gran estructura del edificio, de 168.000 m2, afronta el reto de pasar lo más desapercibida posible dentro del entorno de gran valor histórico en el que se encuentra, aprovechando para ello el desnivel del terreno, ocupando el nivel entre el valle del Nilo y la meseta, nivel en el que se encuentran las pirámides, nunca extendiéndose por encima de ésta, evitando así el ocultamiento del monumento. El edificio cuenta con un área de exposición que comprende tres grandes galerías, además de instalaciones para conferencias, espacios educativos, un gran centro de conservación y restauración con diecinueve laboratorios que se encargarán de labores de investigación, salas de almacenamiento y archivos, zonas de ocio, restaurantes, tiendas y cafeterías, edificios auxiliares y amplios jardines inspirados en la época faraónica. En el primer nivel se dispone el área comercial, un auditorio con capacidad para cerca de mil asistentes y un teatro con pantalla 3D para 250 personas. En el segundo nivel destaca la disposición de un museo del niño, y en los siguientes se encuentran las áreas expositivas, que van desde la prehistoria, pasando por las dinastías faraónicas, hasta llegar a la época grecorromana, situadas al nivel de la meseta, con paramentos de vidrio que permiten disfrutar de las vistas de las pirámides durante toda la visita. El acceso al área expositiva se produce por tanto de forma escalonada, a través de una sucesión de niveles, desde la gran plaza de acceso exterior, a la que sucede un gran espacio cubierto situado tras la fachada principal, entrada que estará presidida por la estatua de Ramsés II, donde se encuentra la gran escalera de 25 m de altura que asciende hacia las salas de exposición, desde las cuales el visitante tiene las primeras visuales de las pirámides desde su interior. El museo pretende diferenciarse de otros espacios expositivos similares por mostrar el contexto de las piezas patrimoniales expuestas, destinando una parte importante de su espacio a la recreación de los diferentes escenarios donde los restos arqueológicos fueron hallados por medio de maquetas, mapas y material audiovisual, que permitirá a los visitantes conocer en mayor profundidad dichos lugares. Tras numerosos retrasos, está previsto que a lo largo del 2018 se inaugure el acceso principal, la gran escalera y una de las salas, dedicada exclusivamente a albergar la colección completa de Tutankamón, el mas insignificante de los faraones egipcios, pero paradójicamente el mas conocido, debido a que su tumba fue hallada intacta ¿Os imagináis los tesoros que contendrían las tumbas de Ramsés II y Tutmosis III (los mas grandes y poderosos reyes egipcios) de haber sido encontradas de la misma manera? No habría palabras para describirlos.

viernes, 16 de febrero de 2018

LOS MANUSCRITOS DE TOMBUCTÚ: Un legado para la eternidad

Cuando los terroristas conquistaron el norte de Malí en el 2012, se vieron amenazados miles de invaluables escritos históricos. Pero los malienses que no desconocían el valor de su patrimonio cultural, organizaron su rescate y aun a riesgo de su vida, lograron salvarlo de la barbarie. Hoy, los valiosos pergaminos se encuentran apilados en las estanterías metálicas y una ONG continua catalogando, restaurando y digitalizando 377.491 libros manuscritos escritos en árabe y lenguas africanas. En efecto, la lectura y digitalización, por primera vez en la historia, de los cientos de miles de manuscritos antiguos rescatados de la ciudad de Tombuctú está dando ya sus primeros frutos. Los historiadores y expertos ya sabían de la existencia de manuscritos aljamiados, es decir, escritos en lenguas africanas pero con caracteres árabes. Sin embargo, los legajos de Tombuctú revelan que la importancia de estos en las sociedades precoloniales de África Occidental es superior a la que se podía suponer en un principio, ya que están apareciendo miles de libros escritos en tamashek, wolof, soninké, bámbara o songhay. La extendida y errónea idea de que las lenguas africanas sólo eran orales sigue saltando por los aires. En una discreta casa de dos plantas situada en una apartada y tranquila calle de tierra llena de piedras y socavones del barrio de Baco Djikoroni, en Bamako (la capital del país), 80 trabajadores de la ONG Savama realizan una titánica tarea: la catalogación, restauración, lectura y digitalización de los 377.491 libros manuscritos procedentes, en su inmensa mayoría, de Tombuctú y que datan de entre los siglos XIII y XX. Todo comenzó en el 2012, con la ocupación terrorista del norte del país por Ansar ad-Din (un grupo criminal afín a Al Qaeda) y la gigantesca operación de rescate y puesta a salvo de todos esos papeles, que fueron saliendo camuflados en canoas, vehículos privados o autobuses durante meses. El máximo responsable de aquella gesta es la misma persona que hoy custodia los manuscritos y coordina los trabajos de restauración, lectura y escaneado que comenzaron en el 2013, el propietario de una de las bibliotecas privadas de la ciudad, Abdelkader Haïdara. Sentado en su despacho de la segunda planta de la sede de Savama, asegura con una sonrisa: “Ya hemos catalogado más del 60% y digitalizado una cuarta parte del total. Esto nos ha dado la oportunidad de leerlos y de llevarnos muchas sorpresas. Cada día descubrimos cosas que no sabíamos que existían, vemos autores o textos nuevos”. Prácticamente todos los manuscritos están escritos en árabe, la lengua culta dominante en el norte de África desde que comenzara su islamización en el siglo VIII, pero una de esas sorpresas ha sido que al menos un 5%, lo que podría representar unos 15.000 libros, está escrito con caracteres árabes, pero en diferentes lenguas africanas. “Ya sabíamos de su existencia, pero nos está llamando la atención el volumen, la presencia de una gran cantidad de manuscritos en idiomas como pulaar, bámbara, songhay, tamashek, soninké, bobo, hassanía, bozo, hausa o wolof. Incluso hemos visto algunos en lenguas que no hemos podido descifrar que quizás ya estén muertas. Es una nueva escuela para todos” agregó. Entre esos libros, que son de unos pocos folios hasta más de mil, hay poemas, cartas, tratados de teología, crónicas históricas, registros de enfermedades o incluso informes de guerra. “Nos hemos encontrado con manuscritos redactados por mandos militares dirigidos a sus generales escritos en lenguas africanas. Pensamos que de esta manera se pretendía ocultar la información al enemigo si el documento caía en sus manos”, añade Haïdara. En la poesía surgen más ejemplos. “En árabe hay palabras muy complicadas para alguien que tenga un conocimiento somero del idioma, por eso muchos poetas las traducían a su lengua local y las insertaban en su obra”, explica. Pero como ocurriera con las lenguas romances, entre ellas el español, fue en el ámbito religioso donde los idiomas africanos emergieron con fuerza. “Hay una obra teológica que explica el Corán escrita en pulaar con caracteres árabes. De esta manera se podía aproximar el conocimiento del Islam a fieles capaces de descifrar el alfabeto, pero que no estaban necesariamente familiarizados con el vocabulario árabe, que en aquellos siglos era un signo de distinción propio y exclusivo de los intelectuales y de ciertas élites”, explica Haïdara. El custodio de la Biblioteca Andalusí de Tombuctú, conocida como Fondo Kati, Ismael Dadié, explica que ya en los años ochenta, tras la creación del centro de investigación Ahmed Baba en dicha ciudad, se puso de manifiesto la presencia de estos manuscritos aljamiados. “El problema es que para saber la dimensión de los mismos hay que hacer un repertorio de todas las bibliotecas”, asegura. Eso es precisamente lo que está haciendo la ONG Savama en Bamako gracias al apoyo de la UNESCO, la Fundación Ford o la cooperación suiza y alemana, entre otros. La oportunidad que la catalogación de los manuscritos representa no ha pasado desapercibida para historiadores e investigadores. “Existe una enorme demanda de consultas, estudiosos de Malí pero también de países árabes que quieren acceder a los fondos”, asegura Haïdara, quien el pasado mes de agosto organizó un seminario con propietarios de bibliotecas de varios países para definir códigos de conducta y buenas prácticas entre los usuarios. “Queremos abrir los manuscritos al mundo, pero es un material muy frágil y queremos hacerlo bien. Hay gente que no sabe cómo tratarlos y los propietarios tienen miedo a que se puedan perder o estropear. La digitalización es clave para su preservación” puntualizó.

viernes, 9 de febrero de 2018

BVLGARI: Toda una vida dedicada al lujo

Bvlgari es un nombre emblemático de la excelencia italiana, el cual esta inspirado en los 2700 años de historia de Roma y rinde tributo a su rico pasado a través de unos diseños llenos de modernidad. Conocido por su audacia estilística y su predilección por el color, las creaciones Bvlgari son inconfundibles. Diseños basados en la sensualidad del volumen, el amor por lo lineal y una veneración por el arte y la arquitectura de sus raíces griegas y romanas: estos rasgos icónicos pueden apreciarse en cada una de sus creaciones. Siempre en armonía con la antigua historia de Roma, incorpora todo el simbolismo de esta ciudad y al mismo tiempo innova en el futuro de sus diseños. Con una inimitable visión del lujo, los orígenes de Bulgari en su emblemática tienda de la Via dei Condotti acogieron a toda una élite internacional de artistas, escritores y actores durante los años de la "Dolce Vita", hasta alcanzar la presencia diversificada con la que cuenta en la actualidad. Clásico y contemporáneo al mismo tiempo, Bvlgari sigue fiel a su legado de 134 años con un atemporal sentido de la belleza exquisita. Partiendo de sus inicios en Roma como tienda de joyería, Bvlgari fue fundada en 1884 por el platero griego Sotirio Bvlgari, quien con su gran habilidad y visión de futuro creó el marco idóneo para que Bvlgari se convirtiese en un emblema permanente de la excelencia italiana. A lo largo de todos estos años que han pasado desde entonces, la incesante creatividad de Bvlgari, su extraordinaria historia de innovación y un atrevido e innovador espíritu han hecho de la firma una leyenda. Como podéis imaginaros, la belleza arquitectónica de la Ciudad Eterna ha inspirado siempre a la joyería italiana: Bvlgari reinterpreta los majestuosos símbolos de Roma con ediciones extraordinarias de joyas, relojes, accesorios y perfumes. En honor a su antiguo pasado romano, Bvlgari integró la «V» latina original del apellido familiar, grabándola en su emblemática tienda durante la gran remodelación que se acometió en 1934. La prestigiosa Via dei Condotti, situada al final de la calle que desemboca en la escalinata de la Piazza di Spagna, es el rincón de Roma que más ha inspirado el ascenso de Bvlgari a lo largo de los años. Roma, su ciudad natal y fuente de inspiración, sigue ejerciendo como su referente estético y es la ciudad que mejor representa su estilo. Seguramente ningún otro joyero del mundo cuente con un entorno arquitectónico más espectacular. Las joyas Bvlgari, reconocibles de inmediato gracias a su poderosa opulencia, la riqueza de sus colores y el sentido del volumen, pronto cobraron fama entre la clientela local y las personalidades de la alta sociedad internacional. Simultáneamente, empezó a ampliar su visión comercial, diversificando su gama al introducirse en el mundo de los relojes y lanzar el ya icónico reloj Bvlgari Bvlgari en 1977. El éxito obtenido con esta creación propició que los relojes se convirtieran en una parte importante del negocio y en 1980 Bvlgari fundó la empresa Bvlgari Time, en pleno corazón de la tierra de la relojería: Suiza. En 1992, Bvlgari siguió diversificando su oferta con la presentación de su primera fragancia, Eau Parfumée au Thé Vert, estableciendo Bvlgari Parfums en Suiza. A continuación, en 1996, lanzó sus cosmopolitas colecciones de accesorios, que alcanzaron un gran éxito. En el año 2000, las capacidades de Bvlgari Time aumentaron gracias a la adquisición de marcas de lujo especializadas en relojería. Bvlgari se convirtió así en un fabricante de relojes exclusivos de renombre mundial. Con su inigualable concepción de un lujoso estilo de vida, el Grupo Bvlgari expandió su visión a hoteles y resorts, ofreciendo un lujo contemporáneo en ubicaciones prestigiosas como Milán, Bali y Londres, a través de un diseño exclusivo. En el 2011, el grupo de lujo LVMH (Louis Vuitton Moët Hennessy) adquirió Bvlgari, unión que no hizo sino aumentar su potencial en el universo del lujo. Los diseños de Bvlgari deben su fortaleza a sus profundas raíces romanas, afianzadas en un pasado cargado de inspiración. Estos diseños a menudo rinden tributo a esta historia con refinados motivos que evocan el arte y la arquitectura de sus orígenes griegos y romanos. Representando con orgullo el exquisito carácter de Italia, Bvlgari se ha convertido en sinónimo de colores vivos, arte incomparable e historia profunda. En todas las creaciones Bvlgari, se esconde la leyenda del lujo. El color es a menudo uno de los rasgos más reconocibles e icónicos de una creación Bvlgari. La firma se ha consolidado como maestra de las gemas de colores con sus piezas de Alta Joyería. Desde los años veinte, los diseños Bvlgari incorporan los diamantes más puros y piedras preciosas de los colores más singulares. En los años cincuenta, Italia se consolidó como la cuna del diseño de Europa y Bvlgari llevó la revolución del color al siguiente nivel. Al liberarse de las restricciones de la tradicional escuela de joyería parisina, basada en los diamantes, Bvlgari desarrolló un atrevido estilo sin precedentes que exploraba combinaciones de colores insólitas, combinando una variedad de gemas inusuales: rubíes y esmeraldas y zafiros de toda la paleta de color. La joyería cobró vida con todo un arcoíris de combinaciones cromáticas. Desafiando aún más los motivos asimétricos y la talla tradicional de París con formas más compactas, agradables y simétricas, Bvlgari innovó también en el uso de una talla inusual para prominentes gemas de gran calidad: la talla cabujón. Esta forma para gemas de gran tamaño se remonta a la antigüedad, pero cayó en desuso. Hoy en día se ha convertido en un rasgo distintivo de Bvlgari. Las piedras con talla cabujón transmiten una mayor sensación de volumen, luminosidad y contraste con los diamantes facetados que las rodean y destacan el potencial estético de la piedra. Con una previsión similar, los diseños contemporáneos de Bvlgari han incorporado también la antigua talla mogol o takhti, que permite una luminiscencia en forma de huevo difícil de conseguir, pero capaz de lograr un resultado espectacular. La belleza de la piedra, lo que hace que estas piedras sean únicas, se encuentra en el corazón de cualquier diseño Bvlgari. En la década de los 70, Bvlgari abrió instalaciones en ciudades como Nueva York, Ginebra, París y Monte Carlo, siendo en la actualidad más de 200 almacenes repartidos por todo el mundo y que cuenta con la exquisitez y diferenciación que la marca Bvlgari ofrece a sus productos. Ya sean bolsos, perfumes, relojes o joyería, los productos Bvlgari llevan una forma de excelencia y calidad que su creador supo enfatizar en su obra.

viernes, 2 de febrero de 2018

CHARLES I, KING AND COLLECTOR: La Royal Academy vuelve a reunir una de las colecciones más famosas de la historia del arte

Celebrando su 250 aniversario, la Royal Academy of Arts de Londres acoge desde esta semana la exposición titulada ‘Charles I, King and Collector’ (Carlos I, rey y coleccionista) que ha conseguido reunir por primera vez desde la ejecución del monarca en 1649, una de las colecciones más famosas de la historia del arte. En efecto, la muestra reúne 140 obras consideradas excepcionales del siglo XVII de genios como Van Dick o Rubens, y que el monarca inglés recopiló durante su reinado (1600-1649). En la colección de obras también se hallan pinturas firmadas por Holbein, Tiziano o Mantegna, que el visitante podrá contemplar hasta el 15 de abril. Meses después de que Carlos I fuera ejecutado, la valiosa colección se puso a la venta y las obras terminaron diseminadas por toda Europa. ‘Charles I King and Collector’ incluye más de 90 obras prestadas por la Royal Collection, la colección de arte de la reina Isabel II, así como otros trabajos cedidos por la National Gallery (Londres), el Museo del Louvre (París), el Museo del Prado (Madrid) o el Mobilier National (París), además de otras recopilaciones públicas y privadas. La Royal Academy of Arts ha conseguido reunirlas todas en una misma muestra por primera vez luego de cuatro siglos. "Carlos I fue uno de los grandes coleccionistas de la historia, la Royal Collection es una de las grandes colecciones del mundo y las galerías de la RAA figuran entre las mejores del mundo", con lo que con una combinación así, esta exposición proporciona el perfecto lanzamiento de las celebraciones en el 2018 por el 250 aniversario del museo", indicó su presidente, Christopher Le Brun. Entre los platos fuertes de esta nueva exposición sobresalen los monumentales retratos creados por van Dyck del rey y su familia, pero también su cuadro "Cupido y Psyche", así como la pintura "Minerva protege la paz de Marte", de Pieter Paul Rubens. La exposición incluye además algunos de los óleos más relevantes del Renacimiento, como las series "El Triunfo del César" de Andrea Mantegna o "La cena en Emaús", de Tiziano. Dos años antes de su ascensión al trono, en 1623, Carlos I visitó Madrid, donde quedó impresionado por la colección de los Habsburgo, tras lo cual regresó a Inglaterra con varias obras de arte, entre las que figuraban cuadros pintados por Tiziano y Veronese. Asimismo, realizó diversos encargos a artistas de renombre de la época, como Anthony van Dyck, quien fue designado "pintor principal" de sus majestades en 1632. Carlos I logró amasar con el tiempo una selección de obras sin parangón - la colección del monarca constaba de unas 1.500 pinturas y 500 esculturas - que resultó determinante para cambiar la manera de entender el arte en Inglaterra, pero que a su vez origino un gran dispendio a las arcas reales que minaron su popularidad. Es así que tras su ejecución en 1649, fue puesta a la venta para pagar las millonarias deudas contraídas. Han debido de pasar varios siglos para que vuelvan a reunirse en un mismo lugar.
actualidad cultural
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