SONIDOS DEL MUNDO

viernes, 28 de abril de 2023

STONE OF SCONE: La Piedra del Destino

Con motivo de la coronación el próximo sábado de Carlos III como Rey de Inglaterra, toca tratar en esta oportunidad de una pieza de 150 kg, en la que se habían coronado los reyes escoceses durante siglos, hasta que les que fue arrebatada por el rey Eduardo I al anexionar Escocia a Inglaterra en 1239. Es la llamada Piedra de Scone, también conocida como Piedra del Destino o de la Coronación, considerada símbolo nacional de Escocia y que les fue devuelta en 1996. El "martillo de los escoceses", tal como era conocido Eduardo I, se la llevó a Londres como botín de guerra para ser usada en la coronación de los soberanos ingleses. El mismo Eduardo I mandó construir en Westminster un trono especialmente diseñado para contener en su parte inferior a la Piedra del Destino. Creía que quien estuviera en posesión de la milenaria piedra sería el legítimo soberano de Escocia. En 1950, unos estudiantes escoceses e irlandeses - para quienes también tiene rango de signo nacional de identidad y la conocen como Lia-Fàil ("la piedra que habla"), por su mágica cualidad de gritar en la aprobación de un candidato real - la rescataron de la Abadía de Westminster, pero fue recuperada a los pocos meses, justo a tiempo para presidir la coronación de la reptiliana Isabel II. Cuando en 1996, los herederos de la corona británica decidieron devolverla al castillo de Edimburgo “como gesto de buena voluntad”, ante el auge político del movimiento nacionalista escocés, pusieron la condición de que volviera a Londres para su uso en futuras coronaciones, conservándose desde entonces junto a las joyas de la corona escocesa. Demás está decir que ya se encuentra en la capital británica y sobre ella será coronado Carlos III, a pesar del rechazo mayoritario de los escoceses a prestarla para la ceremonia. La piedra solo tiene como inscripción una cruz latina. Aunque en el libro “Monumentos celtas” del cronista medieval Giraldus Cambrensis (1146-1223), dice que vio el siguiente lema escrito en ella: “Si el destino es verdadero, luego los escoceses serán conocidos por haber sido reyes donde sus hombres encuentren esta piedra”. La leyenda cuenta que esta piedra se remonta a la época de Jacob - nieto de Abraham -, patriarca de las tres grandes religiones monoteístas: la cristiana, la islámica y la judía. La Biblia narra como Jacob tuvo un sueño profético en el que Dios le entregaba la tierra sobre la que estaba durmiendo y le prometía que tendría una progenie tan abundante como el polvo de la tierra. Jacob durante este sueño habría apoyado su cabeza sobre una piedra. Cuando despertó la bendijo, la unció con aceite y la colocó sobre un pedestal. Siendo conservada por los judíos como objeto de culto. De acuerdo con esta tradición, la piedra estuvo en el Templo de Jerusalén hasta la invasión de Nabucodonosor, rey de Babilonia, en el 597 a.C. Se cuenta que el profeta Jeremías junto con dos hijas del rey Sedequias escapó con la piedra a Egipto, de allí fue llevada a España y luego a las Islas Británicas. Sin que aún se sepa muy bien cómo, la Piedra del Destino recaló en Irlanda –la tradición dice que fue un rey llamado Simon Brec quien la transportó– y se colocó en la entonces capital Thernor, hoy Tara. Se la llamó Liath Fàil –Piedra de la Coronación– porque siguió utilizándose con el mismo fin que antaño. Lo cierto es que esta reliquia pudo formar parte de un conjunto algo mayor que acabó diseminándose por diferentes lugares de Irlanda, ya que no es la única piedra a la que se le atribuye el mismo poder, aunque sí la más famosa. De hecho, el nombre de Liath Fàil parece corresponderse más a una forma de nombrar a este tipo de rocas que a una en exclusiva –hoy pueda verse en la misma Tara una columna pétrea con ese mismo nombre–.Otras piedras semejantes se localizan en Londonderry (Irlanda del Norte) y en Lituania –conocida como Zasliai–. Todas presentan en su cara superior huellas talladas, posiblemente para sostener en ellas los pies desnudos del rey durante la investidura. Lo que no variaba en demasía, dentro de la tradición irlandesa, era el procedimiento, consistente en que ante la piedra o sobre la misma se situaba el candidato a ostentar la corona. Tras una serie de rituales, si ésta "gritaba" para hacer oír su aprobación, ya se tenía nuevo rey; si "callaba", se buscaba otro candidato. Por eso se la conoció posteriormente como la Piedra del Destino. Lo que realmente quería señalarse, es que el pretendiente al trono obtenía su corona por aprobación divina. De ahí que la piedra "gritara" si le gustaba el candidato o viceversa. Esta creencia poseía una importancia capital, ya que si el rey era nombrado con la aprobación divina, significaba que sus decisiones también estaban avaladas por Dios y, por tanto, ningún mortal debía cuestionarlas fueran cuales fueran. Por eso se le mostraba una profunda veneración a la Piedra del Destino, porque ella designaba el futuro de todo un pueblo a través de un único elegido. Se convirtió así en la piedra sagrada sobre la que fueron coronados los reyes irlandeses, y posteriormente los escoceses, quienes veneraron y adoptaron la pieza como un símbolo nacional. Ahora, la piedra esta de “regreso” en la Abadía de Westminster, donde volvió a ser colocada debajo de la Coronation Chair (Silla de la Coronación), un trono de madera de 700 años de antigüedad sobre el cual Carlos III se sentará para recibir la corona. Cabe precisar que el primer ministro escocés Hamza Yousaf es objeto de duras críticas por haber permitido que se llevaran la piedra a Londres, ignorando el llamado de su predecesor Alex Salmond, que buscó evitar que Stone of Scone salga de Edimburgo para la coronación. “El gobierno de Westminster ha negado el legítimo deseo del pueblo escocés de celebrar al menos un referéndum sobre la autodeterminación”, dijo. “No veo por qué un gobierno escocés debería simplemente decir dócilmente le devolveremos la propiedad que nos robaron hace 700 años” expreso. El viaje de regreso de la piedra será organizado por el gobierno de Escocia, aunque es probable que este será su último viaje hacia el sur, ya que la Silla de la Coronación está en mal estado y deberán asegurarse de que pueda sostener una piedra extremadamente pesada. A su llegada a Westminster, la roca fue colocada debajo del trono de coronación en un procedimiento que llevo varias horas para garantizar que ambos objetos no sufran daños. Sobre ella se sentará Carlos III para ser ungido por el Arzobispo de Canterbury y luego se le ofrecerán las denominadas ‘joyas de la corona’: la Espada, el Cetro, el Orbe y la Corona.

viernes, 21 de abril de 2023

PATRIMONIO MUNDIAL: Antigua ciudad - mezquita de Bagerhat (Bangladesh)

La región de Bengala comprende el vértice del golfo del mismo nombre, en el noreste del subcontinente indio. En muchos aspectos es una región homogénea étnica, lingüistica y culturalmente, pero dos cuestiones relacionadas entre sí la han partido en dos. La independencia de la India trajo una división política en 1947 que en el oeste se tradujo en Pakistán y en el este, pasado algún tiempo, en Bangladesh. A este lado de la frontera, entonces, quedó la población musulmana. La razón histórica última de este movimiento en Bangladesh tiene que ver con el sultanato de Bengala, presente desde el siglo XIII hasta que el territorio pasó a manos de un imperio musulmán mayor: los mogoles de la India. Antes de que esto sucediera, se levantó en Bengala el monumento musulmán de mayor relevancia. Fue en el siglo XV a través de Khan Jahan Ali, responsable de Bagerhat. Hablamos de una enorme ciudad plagada de mezquitas con un estilo único en el que se fusionaron el de Delhi, que ya impregnaba la región, y el túrquico por los orígenes de Khan Jahan. Este no era el sultán, sino un dirigente local a sus órdenes. Además de ello fue un santo sufí piadoso y humilde. La intención de los sultanatos de Delhi y Bengala fue extender el Islam hacia el este, para lo cual había que solucionar un área deshabitada por sus complicaciones: los Sundarbans. Esta zona, el mayor manglar del mundo, producido por el delta del Ganges, fue desbrozada a orillas del río Bhairab por Khan Jahan para crear Bagerhat. En el espacio creado tendió puentes, carreteras, una red de suministro de agua y levantó todos los edificios públicos, mezquitas y palacios. Así nació en 1429 la llamada entonces Khalifatabad. Pasaron treinta años y a la muerte de Kahn Jahan, Bagerhat entró en un declive que terminó sumergiéndola en la vegetación. La zona fue limpiada y restaurada entre los siglos XIX y XX. La ciudad tiene una extensión de unos cincuenta kilómetros cuadrados. Es bastante original en su diseño, con un aprovechamiento del espacio muy avanzado. No tiene murallas porque la táctica defensiva consistía en retirarse a la jungla. En la ciudad se llegaron a contar hasta 360 mezquitas, todas de un estilo muy similar: un minarete circular de altura doble de la fachada y decorado con falsos colmillos de elefante. El material utilizado fue preferentemente el del ladrillo de barro cocido, que con el tiempo sufrió los ataques de la humedad salina de Bangladesh. La ciudad se divide en dos partes, este y oeste, separadas unos seis kilómetros entre sí. En la parte este, el punto central es el mausoleo de Khan Jahan, un sencillo y pequeño edificio con una cúpula. Llaman la atención los azulejos hexagonales multicolores, aunque se han perdido en su mayor parte, y la caligrafía de las paredes. En los alrededores hay multitud de mezquitas, entre las que destaca la de Ronvijoypur, con la mayor cúpula del país. En la zona oeste está la obra cumbre de la arquitectura musulmana en Bangladesh: la mezquita de las sesenta cúpulas o Shat Gombuj Masjid. Tardó 17 años en acabarse y mide 49 metros de ancho por 33 de largo. Es muy baja, lo que junto al grosor de los muros y las cuatro torres de las esquinas le dan un aspecto de fortaleza. Dos de estas torres tienen función de minarete y las cuatro tienen cúpula. Estas, sumadas a las 77 en rejilla del techo, hacen un total de 81 cúpulas, más de las sesenta que se anuncian en el nombre de la mezquita. Es posible que en la historia hubiera un cambio, porque de lo que sí hay sesenta es de columnas en el interior. Todas ellas forman arcos entre sí dividiendo el espacio interior de la mezquita, bastante sombría. Shat Gombuj Masjid era, además de mezquita, un lugar de asamblea y una madraza. Alrededor hay otras mezquitas: una con nueve cúpulas y la mayor parte con una única. Bagerhat está en los suburbios de la actual ciudad, de 235.000 habitantes. Está a unos treinta kilómetros de Khulna, tercera ciudad del país y base idónea para visitar los Sundarbans. Todos los alrededores están hoy en día desbrozados de jungla y dedicados a la agricultura del arroz, lo que le da un aire rural a Bagerhat. La mezquita es de pago, algo poco habitual en este tipo de templos. No es así en el mausoleo, que recibe multitud de peregrinos que rezan por la piedad de Khan Jahan. Frente a la mezquita hay un interesante museo en el que se reúnen todos los artefactos encontrados en las tareas arqueológicas que se llevaron a cabo en su día. De un lado a otro lo mejor es moverse en rickshaw. Esta zona es tremendamente lluviosa de mayo a octubre, por lo que es recomendable ir al acabar la temporada de lluvias.

viernes, 14 de abril de 2023

ÍCARO: El héroe griego que voló demasiado alto

En la mitología griega, para llegar a la trágica historia de Ícaro hay que empezar hablando de su padre, Dédalo. Había sido la mismísima diosa Atenea quien enseñó a Dédalo los secretos de la herrería, y este, descendiente de la casa real de Atenas, no tardó en distinguirse en la ciudad por sus ingeniosos mecanismos. Sin embargo, uno de sus aprendices, llamado Talos, superó al maestro cuando contaba apenas 12 años. El niño, que había estudiado a conciencia un espinazo de pez que había encontrado, imitó su forma en hierro, creando así la primera sierra. Dédalo sintió celos del prestigio que adquirió el muchacho gracias a este y otros artilugios, como el compás o la rueda de alfarería. Así que pidió a Talos que lo acompañara a la Acrópolis. Allí mostraba al apenas adolescente las vistas cuando, aprovechando su distracción, lo empujó al vacío. Aunque luego metió el cadáver en un saco, el crimen de Dédalo no tardó en ser descubierto. El constructor, juzgado por el Areópago, el antiguo tribunal de la polis, fue hallado culpable y desterrado del país. Primero se estableció en una aldea del Ática. Después embarcó hacia Creta, donde el rey Minos celebró poder disponer de un servidor tan útil. Dédalo, en efecto, ideó para el monarca de Cnosos una serie de máquinas prodigiosas. Así como había fabricado para sí mismo unos autómatas que le facilitaban las tareas domésticas, concibió para el soberano un gigante de bronce que podía recorrer a pie la isla entera. También elaboró para la reina Pasífae una vaca articulada. Este ingenio obedeció a que la consorte de Minos quería seducir al magnífico toro blanco consagrado a Poseidón, el dios del mar. Oculta en el interior de la vaca, Pasífae consiguió aparearse con el animal. De esta relación nació al cabo de un tiempo una criatura humana con cabeza de toro, el Minotauro. Enterado de la ayuda prestada a su esposa por Dédalo, el monarca encerró a este en el Laberinto. Era el amplio palacio que, plagado de recovecos para esconder al Minotauro, había diseñado el propio constructor para el soberano. Allí también fue a parar Ícaro, el hijo que Dédalo había tenido con una esclava de Minos. La prisión duró poco: la reina Pasífae liberó a los cautivos. Sin embargo, había otro escollo que salvar. Creta estaba rodeada por la poderosa flota militar de Minos, que además había ofrecido una elevada recompensa a quien capturara a los fugitivos. Dédalo inventó entonces un dispositivo que permitiera a él y a su hijo abandonar la isla sin peligro. Eran dos pares de alas confeccionadas con plumas de ave amarradas, a las que iban adheridas con cera otras menores. Dédalo indicó a Ícaro que no volara demasiado alto ni demasiado bajo: el sol podía derretir la cera en el primer caso, y el mar, si planeaba cerca de su superficie, podía pesar en las plumas con su humedad, lo que impediría remontarse. También le pidió que no se separara de él en ningún momento. Luego de las instrucciones, insertaron los brazos en sus respectivos mecanismos y levantaron el vuelo en dirección noroeste. Los cretenses que los vieron pasar no daban crédito a sus ojos. Tomaron a la pareja por dioses. El vuelo, entretanto, resultaba un éxito. Fue así durante un largo trayecto. Ya habían dejado atrás las islas de Naxos, Delos, Paros y Lebintos cuando Ícaro, desobedeciendo a su padre, empezó a dirigirse a alturas mayores que las recomendadas. Dédalo se volvió y llamó al joven para detener su ascenso, pero el hijo ya no alcanzaba a oírlo. Subía por el cielo entusiasmado con la libertad de volar como las aves. Había olvidado todos los consejos de Dédalo, que, pronto, desesperado, perdió de vista al muchacho. El constructor, entonces, comenzó a sobrevolar en círculos el mar. Temía que hubiera ocurrido lo que, en efecto, ya había tenido lugar. Unas plumas flotando en el agua confirmaron sus peores temores. Ícaro, fuera de sí, había ascendido demasiado. El calor del sol, fundiendo la cera, había desplumado poco a poco sus alas hasta que el armazón resultó inútil. El joven cayó en picado y su cuerpo fue tragado por el mar. El padre mantuvo el vuelo sobre la zona con la esperanza de recobrar el cadáver. Este apareció momentos después en la superficie. Dédalo lo rescató y lo llevó hasta una isla, donde lo sepultó. La isla recibe desde entonces el nombre de Icaria, y en adelante se llamó mar Icareo a la porción del Egeo que, al oeste de Samos, rodea el lugar. Durante el entierro, una perdiz se posó sobre la rama de una encina cercana a la tumba. El ave parecía reír satisfecha. Dédalo creyó contemplar en ella a la madre de Talos, el niño que había matado en Atenas años antes de concebir al malogrado Ícaro. Acorde a la investigación del escritor Robert Graves, el mito de Ícaro podría haber surgido de la tradición de arrojar a una persona vestida con alas de perdiz desde un risco, llamada phármacos. Por otra parte en Creta se llevaba a cabo un baile anual conocido como el baile de la perdiz en la que los participantes realizaban una danza siguiendo el trazado de un dibujo laberíntico sobre el suelo del complejo de Cnosos. En cambio la huida de Dédalo e Ícaro del laberinto de Creta con destino en el caso de Dédalo, a Cumas, Sicilia y Cerdeña podrían ser una metáfora de la migración de los habitantes nativos de Creta en la edad de bronce frente a las invasiones helénicas. La mayoría de las versiones de esta historia afirman que Dédalo aterrizó en Sicilia, donde fue recibido por el rey Cocalus, gobernante de Camicus. Cocalus protegió a Dédalo del rey Minos , que perseguía al inventor por el Mediterráneo. Al establecerse en Sicilia, Dédalo se convirtió en el ingeniero y constructor de la corte y creó otro conjunto de inventos maravillosos para Cocalus. Es interesante que las referencias más antiguas que tenemos sobre la huida de Dédalo de Creta a través de un vuelo impulsado por humanos no estén escritas, sino que son ilustraciones artísticas. Sorprendentemente, el primer ejemplo, descubierto en 1988, es etrusco, no griego. La imagen aparece en una jarra de vino grabada etrusca hecha en Etruria, Italia, alrededor del año 630 a. En un lateral del jarrón vemos a un hombre alado etiquetado como Taitale , que es el nombre de Dédalo en lengua etrusca. Esto proporciona evidencia importante de que la historia de la huida de Ícaro y Dédalo ya debe haber llegado a Italia de boca en boca en el siglo VII a. C., mucho antes de que el mito se conservara por escrito. En el otro lado del vaso está la mítica hechicera Medea , identificada por su nombre etrusco Metaia. Esta pareja de Dédalo y Medea es única en el arte antiguo. Parece probable que los etruscos conectaran estas dos figuras míticas debido a sus maravillosas habilidades biotécnicas. Otro artefacto antiguo etrusco inusual, un hermoso relicario de oro para llevar fichas o perfume, se hizo alrededor del 475 a. El artista grabó imágenes de Dédalo e Ícaro a cada lado de la vasija, etiquetadas con sus nombres etruscos, Taitle y Vikare. Llevan alas y cada figura lleva dos herramientas, sierra, azuela, hacha y escuadra. Se conocen asimismo más de cien imágenes artísticas antiguas de Ícaro y Dédalo. Muchos de los artistas mostraban a Dédalo trabajando rodeado de sus herramientas, o haciendo las alas. Otros lo muestran sujetando las alas a Ícaro e Ícaro cayendo del cielo. La representación artística griega más antigua de Ícaro aparece en un fragmento de cerámica ateniense de figuras negras pintada alrededor del 560 a. Muestra la mitad inferior de una figura humana con calzado alado, claramente identificado como Ícaro. En la época romana, la historia era un tema favorito de los artistas. Ilustraron el mito trágico en gemas preciosas talladas, relieves en lámparas de arcilla moldeada, estatuillas de bronce y frescos pintados. Un nutrido grupo de camafeos romanos y gemas de vidrio contienen escenas del mito. Varios hermosos murales conservados en las antiguas ruinas de Pompeya y Herculano capturan el momento de la muerte de Ícaro, con un triste Dédalo llevando el cuerpo de Ícaro a una playa. La forma en que el mito fusiona el optimismo y la desesperación lo convirtió en un tema alegórico popular para los artistas de la Edad Media. En el mito de Dédalo, el vuelo “imposible” propulsado por humanos se lograba simplemente imitando a los pájaros. Dédalo e Ícaro volaban batiendo alas emplumadas que estaban unidas a sus espaldas y brazos. En particular, alrededor de 1500, el gran pensador e inventor Leonardo da Vinci creó diseños para ornitópteros impulsados por humanos, dispositivos mecánicos de aleteo inspirados en aves con plumas y alas de murciélago con membrana. Los dibujos existen pero no hay evidencia de ningún vuelo de prueba. Si bien la historia de Ícaro se ha convertido en un cliché hoy en día, es fácil apreciar cómo alguna vez expresó la esperanza de que la tecnología hecha por el hombre aumentara las capacidades humanas. El mito advierte que los riesgos de exceder los límites humanos pueden cobrar un alto precio. Ícaro no sobrevivió al experimento, por lo que sus esperanzas se vieron frustradas por la arrogancia y las consecuencias imprevistas de sus actos.

viernes, 7 de abril de 2023

LA PASCUA ORTODOXA: ¿En que se diferencia de la que se celebra en Occidente?

La celebración de la Pascua llegó a Rusia desde Bizancio en el siglo X, junto con la cristianización del país. Los ortodoxos celebran la Pascua según el calendario juliano, por eso la fecha puede no coincidir con la Pascua católica, con una diferencia que va de la semana al mes. En esta ocasión se celebrara el 16 de abril. Ello debido a que utilizan el calendario gregoriano que se adopto en Occidente por obra del Papa Gregorio XIII en 1583 y que no es reconocido por los ortodoxos al negarle primacía al Roma. Si bien por esta razón las Pascuas católica y ortodoxa muy raramente coinciden en la misma fecha, este sucederá el 20 de abril del 2025. De otro lado, la Semana Santa (la “Semana de la Pasión” para los ortodoxos), es decir la última semana de la Cuaresma, antes de la Pascua, tiene en Rusia sus propias tradiciones y costumbres. Por ejemplo, el Jueves Santo se llama “Jueves Limpio” debido a que ese día se realiza una limpieza del alma y del cuerpo (con los tradicionales baños en lagos y ríos, en un agua helada, luego del invierno), así como de la vivienda: en ese día se hace una limpieza general en casa. En el norte de Rusia por ejemplo, en el Jueves Limpio recogen y queman arbustos de enebros para proteger su casa y su corral de las enfermedades. Asimismo, la Pascua ortodoxa es tiempo de regalar y de compartir: durante la semana luego de la Pascua es típico tener la mesa puesta para recibir a cualquier huésped que venga, sobre todo pobre y humilde. Durante la dictadura comunista en Rusia instaurada en 1917, como podéis imaginar, la religión cayó en desgracia y el repique de campanas estaba prohibido, aunque la gente continuaba yendo por Pascua a las pocas iglesias que aun existían - porque muchas habían sido destruidas por los comunistas o convertidas en museos - desafiando a los sátrapas que los oprimían. Pero con el derrocamiento de la tiranía comunista y el colapso de la Unión Soviética en 1991, la Pascua regreso triunfalmente a la vida social de los rusos y empezó a celebrarse en sus iglesias reconsagradas y reabiertas al culto por todo el país. De esta manera la Iglesia Ortodoxa, como en tiempos de los zares y gracias al decidido apoyo del presidente Vladimir Putin, ha vuelto a ser omnipresente en la nueva Rusia, ansiosa por recuperar el tiempo perdido. Y la celebración de la Pascua no podía ser la excepción. Cabe precisar que los huevos, pintados o dibujados, son un elemento principal de la mesa de Pascua en Rusia. Los colorantes deben ser naturales, normalmente se usan colores rojizos, en recuerdo del huevo que, según la leyenda, María Magdalena llevo al emperador Tiberio para comunicarle la resurrección de Cristo. El color rojo, en general, se consigue hirviendo los huevos con pieles de cebolla. Asimismo, en los huevos de Pascua se pueden ver las letras «XB», que en cirílico corresponden a las iníciales de “Cristo Resucitó”, así como diferentes dibujos. Una vez sentados en la mesa, la rivalidad continúa: cada comensal hace chocar su huevo con el huevo de un vecino, por turnos. A quien se le rompa la cáscara del huevo queda eliminado. De otro lado, los huevos de Pascua tuvieron su reflejo en el arte de la joyería: el famoso joyero Fabergé creó sus artefactos exclusivos por imitación de los huevos de Pascua para que los zares Alejandro III y Nicolás II los regalaran a sus esposas. Por cierto, la versión en chocolate de los huevos en ese momento todavía no había entrado a formar parte de la tradición rusa. De otro lado, el kulich (una rosca alta con pasas) o la pasja (que toma el nombre de la fiesta, Pascua en ruso, y que consiste en una pirámide hecha de requesón) también reinan en cualquier mesa. Como en el catolicismo, la misa de Pascua representa el final de la Cuaresma. El ayuno ortodoxo es muy estricto: durante 40 días está prohibido comer carne, pescado, productos lácteos, alcohol. Tampoco se pueden preparar platos trabajados y festivos. Es una época de sopas sin carne y de legumbres, para preparase para los manjares festivos que vendrán en la Pascua. Ese día los creyentes llevan a la iglesia los huevos y los kulich para que los bendigan. Solo luego de esto se puede considerar que el ayuno ha terminado. Demás está decir que la misa de Pascua es la principal misa del año para la iglesia ortodoxa rusa. Las iglesias se llenan de gente, empieza una misa solemne. A media noche, luego de la procesión alrededor de la iglesia, el sacerdote abre las puertas cerradas de la iglesia, simbolizando así el momento en que se abre la tumba de Cristo, y declara a los creyentes que Cristo ha resucitado. Los creyentes responden: “Cristo ha resucitado” o “¡En verdad ha resucitado!”. Por cierto, la misa más importante de Moscú es la que oficia el Patriarca Kirill en la Catedral de Cristo Salvador en presencia del presidente del país. Pero para asistir a una auténtica misa popular en Moscú, se puede visitar los monasterios Vysoko-Petrovski, Donskóy o Srétenski. Mientras que en San Petersburgo se puede ir a la misa de Pascua en la Catedral de Kazán o en el Monasterio de Alejandro Nevski. Cabe agregar para finalizar, que la Iglesia ortodoxa es la heredera de todas las comunidades cristianas de la mitad oriental del Mediterráneo, y considera a Moscú como “la tercera Roma” tras la caída de Constantinopla en manos de los turcos en 1453. Su doctrina se estableció en una serie de concilios, de los cuales los más esenciales son los siete “concilios ecuménicos”, que aparecieron entre los siglos IV y VIII. Luego de varios conflictos que no tuvieron solución, la Iglesia ortodoxa y la Iglesia católica se separaron en el llamado “Cisma de Oriente y Occidente”, el 16 de julio de 1054. El cristianismo ortodoxo se difundió por Europa Oriental gracias al prestigio del Imperio bizantino y a la labor de numerosos grupos misioneros. Y así como la Pascua, la Navidad es otra fecha que es celebrada de distinta manera por los cristianos ortodoxos. Festejada tradicionalmente en Occidente el 25 de diciembre, para el Cristianismo Ortodoxo la fecha escogida para la Navidad ortodoxa es el 7 de enero, fecha en la que los católicos celebran la Epifanía o Adoración de los Reyes Magos. Sea cual sea la fecha en que sean celebrados, lo importante es conmemorarla como debe ser.
actualidad cultural
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