SONIDOS DEL MUNDO

viernes, 27 de mayo de 2016

PARA NO CREERLO: ¡La Pirámide de cristal del Louvre ha desaparecido!

La enorme pirámide de cristal del Louvre, diseñada por el arquitecto I.M. Pei e instalada en 1988, ha desaparecido. En vez, se puede ver como una parte del famoso museo parisino se ha quedado sin color, como si los paneles translúcidos fueran un tipo de filtro de Instagram. Lo que realmente está sucediendo es que el artista francés JR, conocido por sus dramáticas obras de arte a gran escala, astutas ilusiones ópticas y un ojo de águila para problemas sociales, cubrió la estructura con una rendición anamórficamente exacta de las fachadas del siglo XVI, completada con una pequeña bandera de Francia hasta arriba. El artista ideó su nueva obra monumental con los ojos puestos en las redes sociales y en la popular pasión por las selfies, actividad particularmente dominante en los alrededores del acceso piramidal a la pinacoteca más visitada del mundo.Símbolo del Louvre y de París, la pirámide es también “el mayor generador de autofotos”, dijo JR al comentar a la prensa que lo que más le interesa de su trabajo “es la interacción con la gente”.La idea de ocultar esa parte del Louvre, de “hacerla desaparecer” gracias a la ampliación gigante de una fotografía suya surgió al proponerle el museo realizar una intervención contemporánea. Hasta el próximo 27 de junio, vista a cierta distancia y desde un punto muy concreto, una inmensa fotografía de una parte de la fachada del Louvre ocultará milimétricamente la pirámide transparente. Lo hará con la imagen de ese mismo fragmento de fachada que la estructura piramidal impide ver desde que fue construida en 1989 por Ieoh Ming Pei. Esta anamorfosis sigue en la pirámide del arquitecto chinoestadounidense al rayo de neón rojo también monumental de Claude Lévêque, otro de los artistas franceses vivos más internacionales, que la atravesó hasta diciembre de 2015. JR no ha utilizado ahora rostros humanos, como es habitual en él, por ejemplo el pasado diciembre en París, durante la cumbre del clima COP21, cuando proyectó sobre la fachada de la Asamblea Nacional de París el vídeo “The Standing March”, protagonizado por 500 retratos, rodado en colaboración con el director Darren Aronofsky. Acostumbrado a trabajar entre Oriente Medio, China, Estados Unidos y Francia, donde en estos momentos trabajan varios equipos suyos, JR, en su origen un simple artista callejero, aseguró sentirse muy honrado de estar en el Louvre. “Nunca pensé que un día sería invitado a hacer algo aquí en vida”, confesó. “Siempre me sentí intimidado por el Louvre. Es una institución que estudiamos en el colegio y ésta es la primera vez que me dejo pasear por sus espacios, diciéndome que es posible interactuar en ellos. Los límites de lo posible no están ahí donde yo pienso que están”, señaló.

viernes, 20 de mayo de 2016

CHINA: Los gritos del silencio

Declarada oficialmente una catástrofe, la Revolución Cultural (1966-1976) es aún una herida sin cerrar en China. Las autoridades prohíben que se mencione el caos que siguió a la declaración de guerra de Mao contra "la dictadura de la burguesía" y han preferido que el 50 aniversario de uno de los momentos más sangrientos de China del siglo XX haya transcurrido esta semana en el más absoluto de los silencios. Como sabéis, la llamada Revolución Cultural se originó a partir de un estallido de violencia por parte de los Guardias Rojos en Pekín, tras la publicación de un documento del Partido Comunista el 16 de mayo de 1966 el cual alertaba de que algunos individuos dentro del partido “estaban conspirando para acabar con el régimen e instaurar una dictadura de la burguesía” lo cual marcó el inicio de un periodo sin precedentes, dominado por la agitación, el derramamiento de sangre y la violencia. Armados con el Libro Rojo de Mao y luchando contra las “4 demonios” - el pensamiento, la cultura, la educación y las costumbres tradicionales - destrozaron obras milenarias de valor incalculable atesorados por siglos en bibliotecas y museos del país. Los profesores, los intelectuales y las figuras de autoridad fueron los más castigados, sometidos a interminables sesiones de autocrítica, torturas, golpes y asesinatos. Todos eran cómplices, y todos sospechosos. El padre hacia los hijos, los hermanos entre sí. Todo podía ser motivo de acusación. Tener un libro occidental. Haber hablado alguna vez con alguien caído en desgracia. Incluso intentar salvar la vida a un gato, era motivo más que suficiente para ser acusado de “contrarrevolucionario” y liquidado. El descontrol llegó a tal extremo que incluso entre las propias facciones de Guardia Rojos lucharon ferozmente entre si “para demostrar su lealtad a Mao” y estas fueron especialmente sangrientas. Los cálculos más conservadores cifran en apenas “quinientos mil” el número de personas que murieron durante aquella orgía de terror doctrinario a cargo de adolescentes y niños (muchos guardias rojos apenas rondaban los trece o catorce años de edad) pero los represaliados en realidad fueron millones, nunca se sabrá cuántos. El caos duró hasta el otoño de 1967, cuando Mao, retiró de modo expreso su apoyo a la Revolución Cultural, como si personalmente no hubiese tenido nada que ver con el asunto ni ser el responsable de la tragedia. Tras su muerte, y como alguien tenía que ser culpable, su viuda Jiang Quing al igual que el resto de la Banda de los Cuatro, fue condenada a la pena máxima por una infinidad de cargos. Así llegó a su fin una de las etapas mas oscuras y sangrientas de la historia china. Como podéis imaginar, los medios de comunicación del país, controlados en gran parte por el Gobierno, “ignoraron” el inicio de la barbarie - como si nunca hubiese ocurrido - mientras que los académicos chinos se les ha prohibido hablar sobre este tema tan delicado. Medio siglo después, los académicos siguen sin ponerse de acuerdo sobre el impacto que esta década ha tenido sobre la China contemporánea. "Los expertos no pueden conceder entrevistas sobre la Revolución Cultural" explicó un académico al periódico canadiense The Globe and Mail. "Las autoridades creen que si mostramos la peor parte de la Revolución Cultural los ciudadanos podrían cuestionar el sistema político", señala Wang Youqin, autora de Las víctimas de la Revolución Cultural, una investigación de tres décadas de los asesinatos vinculados con los Guardias Rojos. Roderick MacFarquhar, un experto en la Revolución Cultural de la Universidad de Harvard, explica que el gobierno teme que alguien pueda utilizar la efeméride para recordar los hechos más oscuros del pasado del Partido Comunista. Más concretamente, se ha intentado evitar de plano que se reflexione en torno al papel clave que desempeñó Mao en unos hechos que sembraron el caos en China a partir de 1966 y que causaron la muerte de millones de personas. Por su parte, Wang Youqin, una académica que ha estudiado exhaustivamente la Revolución Cultural, indica que no se debería permitir que se niegue la muerte y el sufrimiento que dejó tras de sí esa masacre. Lamenta el hecho de que, a diferencia de Camboya, donde el Tribunal para el enjuiciamiento de los Jemeres Rojos ha investigado los actos de genocidio llevados a cabo bajo el liderazgo de Pol Pot, a las víctimas de la Revolución Cultural se les ha negado toda posibilidad de reencontrarse con su pasado: "Me alarma el hecho de que medio siglo más tarde todavía no tenemos un informe completo sobre la Revolución Cultural. Es una lástima".La académica indica que está convencida de que los ciudadanos de a pie podrían marcar la diferencia si recuerdan y comparten las experiencias vividas durante la tumultuosa década. "La situación cambiará," ha indicado Wang "si hacemos un esfuerzo y contamos la verdad, la gente nos escuchará" puntualizó.

viernes, 13 de mayo de 2016

SICILY, CULTURE AND CONQUEST: Explorando sus 4000 años de historia en el Museo Británico

Recorre la historia y el arte de Sicilia a través de esculturas griegas, mosaicos bizantinos y otras piezas procedentes de las diferentes civilizaciones que poblaron e invadieron esta isla del Mediterráneo, en la exposición titulada Sicily: Culture and Conquest (Sicilia: Cultura y Conquista) que se exhibe en el Museo Británico hasta el 14 de agosto, a través de unos 200 objetos procedentes de galerías de Inglaterra y de Italia que ofrecen al público una visión del legado cultural que los griegos, normandos, romanos y bizantinos dejaron en ella. Dirk Booms, uno de los comisarios de la muestra señaló que se enfocaron en los períodos griego y normando para mostrar al público la historia desconocida de la isla donde se levanta el volcán Etna. “Queremos mostrar una Sicilia alejada de los estereotipos que la gente tiene hoy en día. La isla no es sólo playas, limones, naranjas, sol y mafia. Es mucho más que eso”, apuntó. Los griegos, que llegaron a la isla junto con los fenicios entre los años 800 y 700 a.C., implantaron su arquitectura basada en templos de estilo jónico, dórico y corintio, y expandieron el uso de la moneda por ciudades como Siracusa, Agrigento y Gela. El Museo Británico recupera para esta exposición una metopa (panel rectangular que preside el friso de un templo) de un santuario desconocido de Selinute (sur de la isla) de entre el año 560 y 550 a.C. que representa una escena mitológica con un grupo de carros. Las deidades griegas, entre ellos Hades, Poseidón, Dionisio y Afrodita, terminaron por fundirse y adaptarse en la escultura siciliana, que siguió los mismos patrones de simetría, idealización de la figura humana y poses frontales. Booms explicó que tras asentarse en Sicilia, los griegos importaron a la isla su arte y la elaboraron “de forma diferente con materiales locales como la terracota”, ya que el territorio carecía de oro y plata. Así, el público podrá observar una columna de caliza en forma de mujer del año 300 a.C. que sujetaba la estructura de un teatro siciliano, figuras de terracota entre el 600 y 400 a.C. inspiradas en poemas de Homero como “La Odisea” y una atípica escultura de mármol de un soldado griego del 470 a.C..Tal y como afirmó el otro comisario Peter Higgs, “Sicilia ha sido desde siempre el corazón de la red de comercio del Mediterráneo” y, por ello, el Imperio Romano conquistó el territorio en el 241 a.C. tras derrotar a los cartagineses. De la batalla, el Museo Británico expone uno de los arietes de bronce originales que los romanos llevaban en sus navíos. Siglos después, el pueblo normando (descendientes de los vikingos) desembarcaba en la costa siciliana para establecer su reinado entre 1061 y 1194 d.C., que dio lugar a un arte basado en la mezcla de diversas culturas e influencias.“Los normandos liderados por el rey Roger II de Sicilia se dieron cuenta de que había una gran población griega y bizantina y, en lugar de marginarlos, decidieron incorporarlos en su sociedad y eso se ve también en el arte y arquitectura”, explicó Booms. La multiculturalidad normanda se encuentra en la exposición en los mosaicos y las pinturas del techo de la catedral de Cefalú (1130-1140 d.C), ya que, si bien los primeros son de inspiración bizantina, las segundas están basadas en técnicas orientales. Una de las curiosidades de la muestra es una tumba de mármol de 1149 hallada en Palermo, que tiene inscripciones en los idiomas que se podían escuchar en tierra siciliana: griego y latín. También se encuentran mosaicos que adornaban el palacio de Roger II, como uno que muestra a una Madonna con colores dorados y añiles realizada por manos bizantinas, y la pintura “Virgin and Child” (1460-1469) de Antonello de Messina. La muestra, patrocinada por el banco suizo Julius Baer, explora la rica cultura material de diversos momentos del devenir histórico de la isla.

viernes, 6 de mayo de 2016

NEGOCIOS SON NEGOCIOS: El “arte” de Damien Hirst es tóxico

Venga ya, se trata de una noticia que no me sorprende para nada porque, vamos ¿qué se puede esperar de este mercenario cuya carrera “artística” es cuestionadísima a todo nivel?. En efecto, según informa esta semana The Independent, de nuevo, sus animales sumergidos en formol dentro de una pecera para decir que en esta vida estamos de paso, han generado problemas al “artista” y al museo que los ha expuesto. Los tanques de formol filtraron gases contaminantes durante cinco meses del 2012 en el Tate Modern de Londres en una exposición retrospectiva que le dedicaron a Hirst. Un equipo de la Universidad Politécnica de Milán ha publicado un estudio en la Royal Society of Chemistry, con sede en Londres, en el que demuestra que midieron la toxicidad del aire y detectaron humos procedentes del formol, hasta 5 partes por millón. La normativa europea fija el límite de estos gases en 0.5 partes por millón. Giorgio Righetti, profesor de Química de la citada universidad, explica que "el visitante que miró de lejos las obras expuestas no fue contaminado, pero no se puede decir lo mismo de los empleados que estuvieron cinco meses allí o de los que acercaron sus caras al tanque de formol para mirarlo de cerca". Como era de esperar ante semejante reveleación, tanto el Tate Modern como la empresa de Hirst, Science Ltd., han publicado comunicados “rechazando las acusaciones de que el arte en formol sea tóxico o que su exhibición supuso una amenaza a la salud pública”. Tate Modern constata lo siguiente: "Tomamos todas las medidas de precaución necesarias para nuestras exposiciones. La seguridad de visitantes y empleados es lo primero". Si, como no. Esta no es la primera vez que los metafísicos animales en formol de Damien Hirst topan con obstáculos para ser expuestos como arte. El tiburón titulado La imposibilidad física de la muerte en la mente del vivo, adquirido por el americano Steven Cohen por 10 millones de euros, empezó a descomponerse al llegar a Nueva York. Quizás tras el ajetreo del viaje. El coleccionista se quejó y el artista decidió reemplazarlo por otro semejante en el 2006. Otra de sus “obras maestras” (?) “Madre e hijo dividido”s, una vaca y un becerro abiertos en canal, insólito acreedor del premio Turner de 1995, lo que contribuyó a disparar la fama del “artista”, llegó al museo The Mori Arts de Tokio, con signos de desintegración tras haber sido retenido en la aduana por la prohibición de entrar carne de ternera, procedente de Europa, en Japón. El museo tuvo que convencer al servicio de aduanas de que los animales de Hirst constituyen “arte” para exponer en el museo de la ciudad en lugar de producto alimenticio con peligro de contaminación. La versión original de la instalación o escultura, con signos de descomposición, fue sustituida por la segunda versión, procedente del museo Astrup Fearnley de Oslo, para la exposición en Japón. Ni el concepto de la muerte, retenida en formol, para recordar que la vida son cuatro días, parece ser eterna aunque el polémico “artista-taxidermista” se encasquete sustituyendo un tiburón o un becerro por otros de igual dimensiones y características. La que, de momento, no ha presentado problemas es La vaca dorada vendida por 13 millones de euros con pezuñas y cuernos en oro. Ni el formol se atreve con tal metal tan preciado o con la vaca de una pieza. Tiempo al tiempo y tendrán otra desagradable sorpresa.
actualidad cultural
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