SONIDOS DEL MUNDO

viernes, 27 de diciembre de 2019

EL CONCIERTO DE AÑO NUEVO DE LA FILARMÓNICA DE VIENA: Pasión por la música

Como sabéis, el 1 de enero del 2020, el letón Andris Nelsons tomará la batuta para dirigir por primera vez el célebre Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena, que cumple su 79 edición en su tradicional ubicación: la Sala Grande o Sala Dorada (Große Saal o Goldener Saal) de la Sociedad Musical, el Musikverein, de la capital austriaca. Los filarmónicos vieneses, que no tienen un director permanente y cada año eligen al maestro que deberá dirigir este espectáculo, resaltaron la "vinculación musical" que mantienen con Nelsons (1978) desde el 2010. Recordaron que el director de la Orquesta Sinfónica de Boston y de la Leipzig Gewandhaus Orchestra de Alemania los ha dirigido con regularidad tanto en los conciertos en la Musikverein, como en el Festival de Salzburgo y en giras por Asia, Estados Unidos y Europa. Al respecto, el presidente de los filarmónicos, Daniel Froschauer, destacó la alta musicalidad y el dinamismo juvenil del futuro debutante. En el Concierto de Año Nuevo 2020, las actuaciones del Ballet estarán a cargo de la Wiener Staatsballett, considerada una de las más importantes del mundo. Desde el 2010 es el nombre de los conjuntos de danza de la Ópera Estatal de Viena (Wiener Staatsoper) y de la Ópera Popular de Viena (Volksoper Wien). Su director es el gran bailarín francés Manuel Legris. El Concierto de este año incluye dos actuaciones de ballet. La primera es el vals “¡Abrazaos, millones!”, que Johann Strauss hijo compuso con el título de un verso de la Oda a la Alegría de Schiller, la cual Beethoven había musicalizado en el último movimiento de su Novena Sinfonía y que ahora es nuestro Himno Europeo (será en el barroco Palacio de la Ciudad de Viena o Palacio de Invierno del Príncipe Eugenio de Saboya, sede de colecciones artísticas y del Ministerio de Finanzas. Bailarán Natasha Mair + Denis Cherevychko, Nina Tonoli + Davide Dato y Madison Young + Robert Gabdullin). La segunda actuación son seis de las Doce Contradanzas de Beethoven, como parte del homenaje dedicado a Beethoven para empezar el año de su 250 aniversario. No es una pieza normal de ballet sino "pequeños bocados", lo que ha supuesto un esfuerzo creativo de coreografía, puesta en escena e interpretación de los bailarines, que deben danzar sobre adoquines, con un vestuario de los años 1950 confeccionado en Londres. Será en el Nussdorfer Pfarrplatz y Museo Beethoven en la calle Probusgasse 6 de Heiligenstadt. Beethoven vivió un tiempo en esta vinícola villa, entre Viena y el Danubio, para tratar su sordera con las aguas minerales de una fuente. Allí dejó escrita una carta testamento de sus males que no llegó a enviar a sus hermanos. Bailarán Ketevan Papava + Roman Lazik y Olga Esina + Jacob Feyferlik. Por segunda vez, la diseñadora de vestuario Emma Ryott ha creado los figurines para los bailarines del Concierto de Año Nuevo. Emma se licenció en Diseño Teatral en la Nottingham Trent University y empezó trabajando con el English National Ballet y el London Royal Ballet, antes de ser directora de vestuario de la Royal Shakespeare Company. Después ha participado en muchas producciones operísticas y de ballet para festivales como Bregenz, Salzburgo y Wiesbaden, y teatros como la Metropolitan Opera de Nueva York o la Semperoper de Dresde. El programa del intervalo se emite entre las dos partes del Concierto y cada año es un vídeo diferente con excelentes imágenes y música alusiva a la Filarmónica y a Viena. Esta vez se dedica al compositor Ludwig van Beethoven, quien fue uno de sus más célebres vecinos durante casi toda su vida. Nacido en Bonn en 1770 -se va a celebrar su 250 aniversario- fue a Viena por primera vez en 1787 para estudiar con Mozart, y regresó en 1792 para permanecer allí hasta su muerte en 1827. El intervalo, con diseño y producción de Georg Riha, recreará la habitación de Beethoven en Pasqualatihaus, y desde allí las hojas de partituras vuelan hasta otros muchos sitios de Viena y de la Baja Austria, relativos a la biografía del músico. Selectas ensembles de cuerda y de viento de la Filarmónica interpretan en distintas casas donde vivió y compuso Beethoven, entre Baden, Gneixendorf y Viena. Las hojas de papel acabarán misteriosamente formando una nueva partitura junto a la obra de Beethoven en la Biblioteca Nacional de Austria. Además del nacimiento de Beethoven, el Concierto de Año Nuevo también rendirá homenaje con imágenes insertadas a otros dos aniversarios del año 2020: el Festival de Salzburgo, del que la Filarmónica es parte, cumplirá 100 veranos de ópera y teatro en esta ciudad Patrimonio de la Humanidad; el edificio neoclásico Musikverein, sede de la Filarmónica de Viena y del Concierto de Año Nuevo, va a cumplir 150 años el 6 de enero. El Concierto de Año Nuevo de la Orquesta Filarmónica de Viena se celebra cada año desde 1941, el día 1 de enero por la mañana, en la Sala Grande o Sala Dorada (Große Saal o Goldener Saal) de la Sociedad Musical, la Musikverein de Viena. Según la tradición, la música es principalmente de la familia Strauss: Johann Strauss padre, sus hijos Johann, Josef y Eduard, y el hijo de éste, Johann Strauss III. Desde 1959 es una producción de la televisión austriaca ORF, actualmente en HD y en coproducción con la Unión Europea de Radio-Televisión (UER-EBU-Eurovisión), que la retransmite a casi un centenar de países de todo el mundo, con una audiencia media de 50 millones de telespectadores y un potencial de 1.000 millones. Pianista y experto director alemán de cine, televisión y teatro musical, Michael Beyer se hace cargo de la realización del concierto por quinta vez, y en esta ocasión coincide que también ha dirigido las grabaciones de las secuencias del ballet. Tras el programa principal, el concierto siempre termina con varios bises. Entonces los músicos desean colectivamente un feliz Año Nuevo (Prosit Neujahr) y tocan el vals de "El Danubio Azul" de Johann Strauss hijo, terminando con la "Marcha Radetzky" de Johannn Strauss padre. En los últimos años han sido invitados a dirigir este concierto maestros como Daniel Barenboim, Georges Prêtre, Franz Welser-Möst, Zubin Mehta, Mariss Jansons, Gustavo Dudamel, Riccardo Muti y Christian Thielemann.

viernes, 20 de diciembre de 2019

ESPECTACULARES Y EMBLEMATICOS: Los Árboles de Navidad que iluminan al mundo

Como sabéis, Diciembre viene a ser un mes de cierre de actividades y proyectos a la vez que un tiempo de celebraciones; treinta y un días en los que el espíritu festivo flota en el aire en tanto la agenda de cócteles y reencuentros parece no tener fin. Y en medio de todo eso aparece la Navidad, una fiesta a la que el paso de los años no le ha hecho perder un ápice de su brillo. Más bien es al contrario: el esplendor se impone cada vez más en las calles, tiendas, hogares y por supuesto a través de los tradicionales árboles instalados - incluso en países que no son cristianos - quienes compiten entre si por tener el más espectacular del mundo. En esta ocasión solo nos referiremos a cinco de ellos porque la lista sería interminable ¿Vale? PARIS: El primero se encuentra ubicado en las celebres Galerías Lafayette. No importa que ocurra todos los años: cada vez que se inaugura su árbol gigante hace las delicias de turistas y locales. Y siempre resulta especial. Un camino de cristal permite ver de cerca la abigarrada catarata de adornos entre los que en este año 2019 predominan especialmente entre todos los rojos metalizados
y las figuras inspiradas en abejas y flores coronadas por una suerte de rutilante "hada buena"que mueve sus alas desde lo más alto del pino. Inaugurado el último noviembre por la actriz belga Virginie Efira, el ejemplar - ubicado bajo el mágico domo de la tienda parisina - tiene 16 metros de alto y 9 de largo y se presenta como una verdadera fiesta de luces; NUEVA YORK: Fue el pasado 4 de diciembre, cuando la tradicional ceremonia transmitida desde el Rockefeller Center por la NBC dio por inaugurado este árbol que a fuerza de historia, tradición y películas se transformó en uno de los más famosos símbolos de la Navidad en el mundo. Iluminado con cerca de 50 mil lamparitas LED multicolores, el emblemático árbol se enciende cada año el miércoles de la semana siguiente a Acción de Gracias en un multitudinario ritual conocido como "Rockefeller Center Christmas Tree Lighting". Desde entonces, el árbol se ilumina cada noche - y el 25 de diciembre durante las 24 horas - y puede verse hasta los primeros días de enero, cuando es retirado, convertido en leña y donado a una ONG que se dedica a construir viviendas; MILAN: Por primera vez el enorme árbol ubicado tradicionalmente en el mismo corazón de la céntrica
Piazza Duomo estará este año abrazando la sustentabilidad a través de esta verdadera instalación de 37 metros de alto por 14 de diámetro que estrictamente no es un árbol, sino más bien una estructura circular metálica bellamente iluminada por luces led y capaz de albergar en su interior a más de cien personas. El árbol tuvo su ceremonia de encendido a inicios de diciembre, y hasta el 6 de enero se convertirá en centro de interesantes iniciativas solidarias. Al final de ese período toda la estructura podrá ser desarmada para su completo reciclado. "La idea -señalaron sus creadores- es que sea un símbolo de la solidaridad, la sostenibilidad y la energía limpia"; ABU DHABI: Los habitantes de los Emiratos Árabes Unidos profesan la religión musulmana y por lo tanto no festejan la Navidad, lo que no quita que justo bajo la cúpula del hall del exclusivísimo Emirates Palace Hotel aparezca un abeto que con sus trece metros de altura fue alguna vez considerado el más caro del mundo gracias a su exuberante decoración hecha con  finas piezas de alta joyería valuadas en nada menos que 11 millones de euros. Por lo pronto,
el pasado 10 de diciembre se encendió las miles de luces que lo adornan, mostrando su majestuosidad en todo su esplendor, como ya es habitual verlo por estas fechas; MOSCÚ: En la plaza de la Catedral del Kremlin, todos los años junto a la emblemática Catedral de San Basilio se instala un abeto de espeso follaje de gran tamaño y que luce guirnaldas y adornos, una tradición que se remonta a la época de Pedro el Grande. Cabe destacar que en Rusia la Natividad se celebra durante la noche del 6 al 7 de enero porque la Iglesia Ortodoxa Rusa sigue rigiéndose por el calendario juliano (el que se utilizaba en el Imperio Romano a partir de Julio César). Pero tras la adopción del calendario civil gregoriano, Rusia es el único país que festeja el Año Nuevo antes de la Navidad. Esto no impide que las calles de Moscú y de las principales ciudades sean iluminadas desde temprano en diciembre. Y como en Rusia la nieve siempre está presente en invierno y los días son muy cortos, las decoraciones se lucen de una manera más intensa que en otras partes. Como podéis notar, estos son solo algunos de los más destacados, pero con los citados basta y sobra. Aprovecho el momento para desearles unas Felices Fiestas.

viernes, 13 de diciembre de 2019

LA ORDEN DEL TOISON DE ORO: Distinción para quien lo merece

Es una de las órdenes de caballería más prestigiosas y antiguas de Europa, y está muy ligada a la dinastía de los Habsburgo y a las coronas de Austria y España. El actual gran maestre de la rama española es Felipe VI, rey de España, y el actual de la rama austriaca es Carlos de Habsburgo-Lorena, jefe de la Casa de Habsburgo. Llevan anexo el tratamiento de Excelencia, siempre que su titular no posea otro de mayor rango. La orden fue creada el 10 de enero de 1429 en la ciudad de Brujas (actual Bélgica) por el duque Felipe III el Bueno de Borgoña. Con este acto, el duque pretendía erigir una orden en contraposición a la Jarretera, fundada en el siglo XIV por el rey Eduardo III de Inglaterra. Como sabéis, el ducado de Borgoña era el más potente de la Francia de finales de medievo y la Orden del Toisón de Oro nacía precisamente como una oposición francesa a la insigne orden inglesa. El momento en que se crea la Orden del Toisón coincide con los años finales de la Guerra de los Cien Años que enfrentó a Francia e Inglaterra y definió la política europea durante siglos. Por ello, comprender la historia de la Orden del Toisón de Oro supone realizar un recorrido por la historia europea de los últimos 600 años, con sus luchas dinásticas y de poder. El Ducado de Borgoña fue convirtiéndose, desde los tiempos de Ricardo I en el 880 hasta la llegada de Felipe III de Borgoña en 1419, en un territorio económicamente poderoso. Felipe III intentó convertir el Ducado en un nuevo Estado situado entre Francia y el Sacro Imperio, recuperando así el antiguo reino de la Lotaringia, surgido de la herencia de Carlomagno. Felipe III, fue incorporando a su poder los condados de Flandes, Artois, los ducados de Brabante, Luxemburgo y Limburgo, junto a los feudos de Henao, Zelanda y Holanda. Por ello, Felipe III el Bueno fue llamado también Gran Duque de Occidente. Para lograr su propósito, decidió que los primeros caballeros de la orden sean nobles y magnates que el duque quería atraerse y que funcionaron como un consejo de asesores en cuestiones políticas y militares. La jefatura de la Orden del Toisón de Oro recayó en la casa imperial de los Habsburgo tras la muerte de Carlos el Temerario, hijo del duque Felipe III. Carlos tuvo una hija, María, que fue la heredera en la jefatura de la orden y del ducado de Borgoña. Sin embargo, el rey Luís XI de Francia no dejó escapar esta oportunidad para ocupar el ducado, así que María de Borgoña tuvo que casarse precipitadamente con el archiduque Maximiliano de Habsburgo (de Austria). De esta manera, el archiduque pasó a ostentar la jefatura de la Orden del Toisón de Oro por mandato de los estatutos de la propia orden. El heredero de Maximiliano fue Felipe El Hermoso. Y es en 1496 cuando la orden pasa a la Casa Real Española. En ese año, Felipe, como heredero de los Países Bajos, se caso con Juana, infanta de Castilla y Aragón, hija de los Reyes Católicos, uniendo la monarquía española con la austriaca, creando un poderoso imperio que ponía límites a las ansias expansionistas de Francia y de Inglaterra. Felipe y Juana concibieron un hijo, Carlos, que pronto sería reconocido como caballero de la Orden y que fue el futuro rey Carlos I de España. La inesperada muerte de Felipe el Hermoso y los problemas mentales de Juana hicieron que Maximiliano de Habsburgo recuperase la jefatura de la orden, debido a que Carlos sólo contaba con 6 años de edad. Entretanto, Fernando de Aragón quedó en la península como regente hasta la coronación de Carlos, ya que no podía ser el rey titular. De esta manera, con Carlos I como primer rey de la casa Austriaca en España, y unificador en su persona de la monarquía castellana y aragonesa, la Orden del Toisón recae nuevamente en la Corona española. Así se llega hasta el rey Carlos II, conocido como El Hechizado, que en 1700 muere sin descendencia y en su testamento ‘instituye’ a Felipe de Anjou, de la casa de Borbón, como heredero al trono de España. La posterior Guerra de Sucesión con la casa de Habsburgo confirma este deseo del monarca fallecido, que también significa el paso de la jefatura de la Orden del Toisón de Oro a la rama borbónica, que es la que actualmente reina en España de la mano de Felipe VI. Por su parte, a partir de 1711 Carlos de Austria pasó a ser Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y otorgó toisones por su cuenta, naciendo así la rama austriaca de la orden, separada de la española. En 1725 Felipe V y Carlos VI firmaron el Tratado de Cambray por el que, aunque Felipe V no renunció al maestrazgo, se permitió al emperador usar los títulos adquiridos de forma vitalicia, para no despojarlo de sus dignidades, aunque este derecho sobre ellos se habría de extinguir con su muerte, cosa que él no cumplió, y el título de gran maestre fue heredado por los subsiguientes emperadores y jefes de la Casa de Austria hasta la actualidad. El collar de la Orden se compone de eslabones entrelazados de piedras centelleantes inflamadas de fuego con esmalte azul y rayos de rojo rematando con un cordero. Los eslabones están formados por la letra B de Borgoña entrelazada, formando aspa, rememorando a San Andrés. Según los estatutos fundacionales, el collar tendría 26 eslabones. Los collares son propiedad de la orden, están numerados y los caballeros (hoy también se han admitido damas) pueden usarlos en vida, pero sus herederos deben devolverlos a su fallecimiento. Por su lado, el vellocino de oro, el carnero que cuelga, tiene su origen en los mitos griegos. Se refiere al vellocino de oro, la piel de carnero, que Jasón y los argonautas buscaban en sus viajes. A esta piel también se la denomina toisón. La significación proviene del hecho de que quien poseía el vellocino de oro era quien ostentaba el poder. Por lo tanto, es un símbolo de la realeza. El fusil, los eslabones, simulan las llamas que lanzaba el dragón que conservaba el vellocino en la mitología. Viene a representar la presencia del fuego en la orden. San Andrés es el patrón de la orden y su famosa crucifixión en una cruz en forma de aspa (como una equis) es la que dio origen a la cruz de San Andrés y que la casa de Borgoña asumió como Cruz de Borgoña.

viernes, 6 de diciembre de 2019

CATEDRAL DE COLONIA: El epítome de la grandeza gótica

Como sabéis, Colonia (Köln) es la cuarta ciudad más poblada de Alemania, con poco más de un millón de habitantes, célebre por su majestuosa catedral gótica a orillas del río Rin, la más grande de este estilo en el norte de Europa. Sus 157,38 metros de altura la convirtieron, entre 1880 y 1884, en el edificio más alto del mundo. Su campanario es el más elevado de Alemania, por detrás de la iglesia de Ulm que se completó en 1890. En su interior se encuentra un relicario que supuestamente contiene los restos mortales de los tres Reyes Magos, que fue un regalo que hizo Federico I Barbarroja, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, a la Catedral en 1164, tras conquistar Milán. Su intención era establecer los territorios al norte de los Alpes como centros de cristiandad. Como podéis imaginar, el relicario aumentó la peregrinación a Colonia. La ciudad contaba por entonces con una gran catedral construida en el siglo IX, conocida como la madre de las catedrales de Alemania. Sin embargo, el arzobispo Engelbert consideró que el templo no estaba a la altura del relicario. Esta es la razón de ser del templo gótico más grande del norte de Europa. Con sus dos torres de 157 metros de altura contiene la fachada más grande de todas las iglesias existentes. La construcción se prolongó durante seis siglos. Sin embargo, el proyecto fue retomado en el siglo XIX gracias al entusiasmo que despertó la Edad Media en el romanticismo alemán. Su finalización fue celebrada como un evento nacional en 1880, 632 años de iniciada su construcción. El plano fundamental de la catedral es similar en proporciones a la de Amiens, en Francia. Cuatro naves laterales soportan el peso de la central, una de las más altas que existen. Las dos torres de aguja dominan el skyline de la ciudad. Tienen un estilo muy alemán, similar al de Ulm o Viena. Entre ellas suman once campanas, incluyendo la de San Pedro, que con 24 toneladas es la más pesada del mundo entre las que se mueven pendularmente. En el interior destacan el coro original, el altar mayor en mármol negro de 1322 y el crucifijo de Gero. Se trata de una figura del 960 que es el más antiguo gran crucifijo al norte de los Alpes. No obstante, la estrella es el relicario de los Reyes Magos, una fantástica obra acabada en 1225 en estilo mosano y con participación del maestro Nicolás de Verdún. Es un sarcófago triple en el que domina el dorado y más de mil piedras preciosas, así como los 74 bajorrelieves. Es el más grande de Occidente y la razón de ser de toda la catedral. Lamentablemente, el siglo XX arrancó de forma mucho más dura para Colonia. El 95% de la ciudad fue arrasada en forma criminal y artera por los enemigos del III Reich durante la II Guerra Mundial. Sus doce iglesias románicas muy valiosas, fueron destruidas tal como sucedió con el resto de la ciudad indefensa. La propia catedral sufrió severos daños por culpa de catorce impactos de bombas, pero por suerte, se mantuvo en pie. Sus reparaciones duraron años, hasta 1956. Hacía menos de un siglo que las obras principales habían finalizado. Colonia es accesible a través de los aeropuertos de Colonia-Bonn y Düsseldorf, su ciudad rival. Más de 20.000 personas al día hacen que la catedral sea el monumento más visitado de Alemania, en parte por su gratuidad. Sí que hay que pagar por ver el tesoro y subir a la torre. Es una larga escalada hasta 98 metros que premia al valiente con una gran panorámica de la ciudad. Su mayor fiesta es el Carnaval, que comienza oficialmente el 11 de noviembre y dura hasta el miércoles de ceniza. El día fuerte es el jueves anterior, cuando un millón de personas se juntan en torno a la calle Zülpicher. Debido a la contaminación atmosférica y a las palomas que causan daños en la piedra, la catedral está sometida a un proceso continuo de reparación. A ello debemos agregar que el paso del tiempo ha ocasionado el ennegrecimiento de su fachada, por la calidad de la piedra utilizada en su construcción y que le da ese color tan característico.
actualidad cultural
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