SONIDOS DEL MUNDO

viernes, 26 de agosto de 2016

EL PATRIMONIO HISTÓRICO DE YEMEN: Una victima de la guerra

Arde el cielo y abrasa la tierra en el Yemen. Entre los incesantes bombardeos se pierden vidas humanas y un patrimonio milenario. En efecto, los ataques de la infame coalición liderada por Arabia Saudita en alianza con EE.UU. e Israel - quienes tienen para ello el invalorable apoyo de ISIS y Al Qaeda - han dañado y destruido 47 sitios arqueológicos yemeníes. La cifra y la voz de alarma proceden de la Organización General de Antigüedades, Museos y Manuscritos (Goamm, por sus siglas en inglés). Así por ejemplo, la ciudad amurallada yemení de Shibam, conocida como el 'Manhattan del desierto', por sus impresionantes torres del Siglo XVI, ha sufrido gravísimos daños. Este acto de barbarie, como explica el periódico The Art Newspaper, ha pasado lastimosamente inadvertido frente a lo que ocurre en el norte de Irak o Siria, con la destrucción de ciudades milenarias como Palmira o Nimrud, como el saqueo del Museo de Mosul por obra de las bestias sionistas de ISIS, pero la tragedia es de las mismas dimensiones. De hecho, la contabilidad de esta monstruosidad deja un panorama yermo. En ella se incluye la destrucción total o parcial de tres sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco: Saná, Zabid (antigua capital de Yemen en los siglos XII y XV) y Shibam. A esta pérdida se suman los destrozos que ha sufrido la mezquita de Qubbat al Mahdi - la tercera más antigua del país y construida hace 1.200 años - en la capital Saná. Un ataque suicida de ISIS en junio pasado causó enormes desperfectos en el monumento religioso. Sin embargo, estos actos abominables son virtualmente ignorados en occidente. ¿Las razones? Primero, el país queda muy lejos y segundo es una de las naciones más pobres de la tierra. Por si no fuera suficiente, al ser un acto de agresión perpetrado por Arabia Saudita, EE.UU. e Israel a un país soberano para impedir la consolidación de los huzies pro iraníes en el poder - lo que significaría el avance de la influencia de Teherán en la región, lo que es visto como un gran ‘peligro’ por los agresores - la prensa occidental manipulada como siempre por Washington, decide no dar cobertura a los hechos, como si no ocurrieran. Visto de esa manera ¿cómo Yemen puede proteger y defender un patrimonio que además es poco conocido y está infravalorado? Tanto es así que “no tiene llamativas antigüedades clásicas como si posee Palmira [en Siria]”, apunta Samir Abulac, presidente del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) en The Art Newspaper. Gran parte de esta destrucción procede desde mayo del 2015, de la coalición prooccidental que lidera Arabia Saudita. Sus indiscriminados ataques aéreos de ‘castigo’ contra la población civil por haber expulsado del poder al golpista Abdu Rabu Mansour Hadi (lacayo de Riad) y que han causado hasta el momento miles de muertos contribuyen al desastre. “Los sauditas sienten desprecio por los símbolos yemenies y desde el comienzo mismo del conflicto, bombardearon el centro histórico de Saná, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se trata de una antigua ciudad conocida por sus palacios preislámicos y por ser un centro de difusión del islam en el sur de Arabia. En buena medida amurallada y con varias puertas aún en pie, en su interior se apiñan los edificios, algunos de los cuales alcanzan los cinco pisos de altura. Las casas son de piedra y ladrillo, y el ornamentado exterior de muchas de ellas aún posee ventanas cubiertas por celosías de madera y provistas de hojas de alabastro. Los bombardeos destruyeron cientos de casas y sepultado a miles de sus habitantes bajo los escombros. Es difícil imaginar que estos inestimables tesoros arquitectónicos o sus ocupantes civiles tengan algún valor militar que justifique el ataque criminal” reflexiona Abulac. Lo mismo podríamos decir de la destrucción el pasado junio de un tesoro: la fortaleza medieval de Al Qahera en Taiz, situada estratégicamente en la cima de un monte que domina la ciudad, en los siglos XIII y XIV fue un importante centro bajo la poderosa dinastía Rasulid. Idéntico final tuvo un mes antes, en mayo, el Museo Regional de Dhamar, que quedó convertido en escombros. En medio de ese caos se recuperaron unos 700 objetos. Eso sí, la justificación de Arabia Saudita fue que los huzies “escondían allí armas” algo ridículo desde todo punto de vista teniendo en cuenta que había vigilancia en las salas las 24 horas del día. Los aviones saudíes también lanzaron otro proyectil sobre uno de los tramos mejor conservados de la presa de Marib, mencionada en el Corán y relacionada con la legendaria reina de Saba. Por su parte, el coordinador de la Organización para la Conservación de las Ciudades Históricas de Yemen, Nabil Monasser, señaló que durante los bombardeos del territorio del país por la coalición árabe fueron dañados miles de monumentos de la antigüedad; también indicó que la mayor parte de daños provienen de ataques aéreos, no de acciones terrestres, y que durante estos ataques, además de resultar destruidos una serie de edificios históricos de gran valor patrimonial, también perecieron sus habitantes. El absoluto desprecio saudita por el patrimonio islámico de Yemen no debería sorprender, ya que el odio wahabí por los santuarios lo llevó a destruir numerosos edificios históricos en La Meca durante el último siglo. Sea como fuere, esta destrucción tiene que terminar. Ya se ha perdido demasiado. Como el yacimiento de Baraqish, cuyo templo y murales habían sido restaurados hace poco. “Luego del primer bombardeo de la ciudad antigua de Saná, los sauditas ‘prometieron’ no repetirlo. Pero lo hacen una y otra vez, demostrando con ello la falsedad de sus palabras”, relata Nagi Thowabeth, director de la Organización General para la Preservación de los Yacimientos Históricos en Yemen (GOPHY). Estas atrocidades deben ser detenidas de inmediato, porque en este terrible juego de destrucción pierde la historia, pierde la vida y pierde el patrimonio de toda la humanidad. O sea, de todos nosotros.

viernes, 19 de agosto de 2016

CAPOLAVORI DELLA SCULTURA BUDDHISTA GIAPPONESE: Buda ‘sale’ de sus templos en el Japón para brillar en Roma

La extraordinaria pero a menudo desconocida potencia creativa de la escultura budista japonesa brilla ahora en una muestra en Roma que reúne por primera vez, una serie de tallas custodiadas durante siglos en la penumbra de sus templos. En efecto, la exposición titulada “Capolavori della scultura buddhista giapponese” podrá visitarse hasta el 4 de septiembre en las Escuderías del Quirinale y pretende mostrar la tradición escultórica del budismo nipón y su evolución desde su simplicidad iniciática hasta la creación de un nuevo estilo expresivo y realista."En Occidente nadie conoce esta tradición escultórica, expresión sobre todo del budismo japonés y que ha ejercido también como vehículo a través del cual Japón se convirtió en Estado", señaló en una entrevista el ideólogo de la muestra, Francesco Lizzani. El experto y su esposa, la orientalista Laura Ricca, durante un periodo trabajando en una Universidad japonesa tuvieron la idea de sacar literalmente estas esculturas de los lugares de oración y meditación para darlos a conocer en Roma. Una intención que en un principio parecía imposible pero que finalmente, explica el profesor, "la fuerza del sueño venció" gracias a los esfuerzos de la Universidad de Bolonia y al primer ministro nipón, Shinzo Abe, que apostó por invertir en la muestra. "Es el primer viaje de estas esculturas a Occidente y Japón ha apoyado económicamente y políticamente esta idea", destacó Lizzani. El resultado es una exposición compuesta por veintiuna tallas que recorre cronológicamente la evolución de la escultura budista japonesa, desde su llegada y consolidación en la isla en el periodo Asuka (VII-VIII) hasta la era Kamakura (1185-1333). Como sabéis, la religión budista fue fundada en la India septentrional por Buda Gautama en torno al siglo V y, tras expandirse rápidamente por China y Corea, a mediados del siglo VI llegó al Japón, donde ya se profesaba una religión nativa de corte naturalista: el sintoísmo.Desde la llegada del budismo a Japón dio inicio la producción ininterrumpida de esculturas dirigidas al culto divino, cuya supervivencia se explica por la ausencia de persecuciones religiosas y la convivencia entre la nueva religión y el sintoísmo. La mayor parte de la escultura budista japonesa está fabricada en madera y está destinada al culto divino, como "exigencia de una salvación, de una intercesión hacia un futuro más allá de nuestro mundo", en palabras del experto. Recorrer las galerías de las Escuderías del Quirinale implica ahora hacerlo bajo la severa mirada de divinidades budistas, únicos testigos de las plegarias y lamentos que sus fieles les han profesado en la intimidad del sagrario con el paso de los siglos. Llama la atención el ceño fruncido de la representación de Bonten (1289), una deidad encargada de proteger la doctrina, o la postura hierática de un Shaka Nyora (finales del VII), en bronce. Uno de los mensajes que trascienden durante el recorrido expositivo es la similitud entre algunas de las tallas con otras representaciones occidentales, a pesar de que los contactos entre ambos extremos del mundo eran por entonces limitados. Es el caso de una escultura en madera policromada de Tamonten (1310), uno de los Cuatro Soberanos Celestes y que, báculo en mano, mantiene bajo sus pies a una figura grotesca del mismo modo en que el ángel Gabriel reduce al diablo en la iconografía cristiana. O una figura de ojos vidriosos que representa a Taizan Fukun (1237), encargado de juzgar las almas tras su muerte, un rol que se repite en muchas culturas del mundo. En opinión del experto, con estas obras se intuye una suerte de "identidad arquetípica" que comparten los humanos. Este hecho, en su opinión, se explica mediante el concepto del "universalismo", es decir, que aunque las personas estén separadas por enormes diferencias culturales, al mismo tiempo permanecen unidas por unos códigos expresivos similares. "Estamos separados por enormes diferencias culturales, lingüísticas, no nos comprendemos, pero en estas enormes diferencias tenemos raíces humanas comunes", destacó. Quizá una de las piezas más sorprendentes es la escultura en madera de un monje meditando (siglo XIII), debido a la armonía de sus formas pero sobre todo por el meticuloso realismo de su rostro. Se trata del retrato de un religioso, objeto de devoción a partir del siglo XII ya que se creía que algunos monjes, tras un periodo de preparación, podían curar milagrosamente mediante la oración, por lo que eran venerados como encarnaciones de Buda. La exposición se ha establecido justamente el año en el que Italia y Japón conmemoran el 150 aniversario de la firma del ‘Tratado de Amistad y de Comercio’, con el que dieron comienzo las relaciones diplomáticas entre ambos países.

viernes, 12 de agosto de 2016

iPHONE 7 DIAMOND-STUDDED: Un llamado a la ‘exclusividad’

Ante el inminente salida al mercado del iPhone 7, se espera que este nuevo dispositivo de Apple junto con el iPhone 7 Plus, solo tengan algunas diferencias claves en su diseño físico, en comparación a sus predecesores - el iPhone 6 y el iPhone 6 Plus respectivamente - por lo que si usted desea que este nuevo smartphone destaque en comparación con el modelo anterior, el fabricante de accesorios de lujo Brikk le brindará una excelente opción. Esta empresa dedicada a la personalización de dispositivos móviles con sede en Los Angeles, California, ha anunciado de manera oficial que se podrán hacer reservas del nuevo modelo iPhone 7 denominado ‘Diamond-Studded’, junto con otras opciones fuertemente personalizadas. Pero los precios de estos aparatos variarán entre $4,295 (€3,855) por el más ‘económico’ y $1.3 millones (1.1 millones de euros) el más elevado. Considerando como será el iPhone 7, esta alineación todavía no es oficial, ya que Brikk está utilizando maquetas de cómo ellos creen que será el nuevo dispositivo, centrándose en la pantalla de 5.5 pulgadas del iPhone 7 Plus con configuración de doble cámara en la parte posterior. La personalización estándar es bastante básica. Los clientes pueden elegir el color de su teléfono con múltiples opciones del logo en diamantes. Puede optar por un acabado mate o brillante, ambos resistentes a los arañazos. Esta personalización de lujo brinda opciones como oro amarillo 24k, oro rosa 18k y platino 950 con grabados en forma de heptágono y detalles en esmalte francés. Por último, existe la opción a medida que le permite personalizar su teléfono completamente a cargo del diseñador a la cabeza de Brikk, Cyrus Blacksmith. Podrá optar por un máximo de diamantes de 60 quilates en esta opción y terminar pagando nada más y nada menos que la ‘módica’ suma de $1.3 millones. La página de destino para el nuevo iPhone 7, el Plus y el 7Pro dice también que la unidad más grande ofrecerá 3 GB de RAM, 256 GB de almacenamiento incorporado y un procesador “más rápido A10”. Como podéis imaginar, no se trata de una aventura nueva para Brikk, ya que anteriormente la empresa ha ofrecido modelos con diamantes del iPhone 6s y recientemente lanzó unidades de una nueva línea de lujo del reloj de Apple.

viernes, 5 de agosto de 2016

¿UN PERSONAJE DE LEYENDA?: Descubren en el Reino Unido el palacio del mítico Rey Arturo

Dicen las leyendas celtas que el rey Arturo nació entre los acantilados de Tintagel, al suroeste de Inglaterra. Es una de las pistas que tienen los historiadores para averiguar si realmente existió o fue un personaje literario desde el principio. Sin embargo, un hallazgo arqueológico podría arrojar luz en esta búsqueda. Como toda la región de Cornualles, Tintagel es un lugar de belleza imponente y clima severo. Los turistas se pasean por las ruinas de su castillo y buscan la entrada a la cueva de Merlín, imaginando que hace 1.500 años pasaban por ahí el rey Arturo o los caballeros de la Mesa Redonda. A poca distancia del lugar, los arqueólogos han desenterrado las impresionantes paredes de lo que podría ser un palacio real del siglo V o VI, la época en la que se basa la leyenda. Según publica The Independent, es la primera vez que se descubre en Gran Bretaña un edificio importante de los llamados años oscuros. Pero además está exactamente en el lugar donde, de acuerdo con la tradición medieval, nació Arturo de la unión ilícita entre un rey británico y la bella esposa de un gobernante local. Así lo narra la Historia Regum Britanniae (Historia de los reyes de Bretaña), escrita por el clérigo Geoffrey de Monmouth en el año 1136, un siglo antes de que se levantara el castillo por el que hoy pasean los turistas de Titagel. Las excavaciones han dejado al descubierto una construcción muy anterior, que pudo ser el lugar de residencia de los gobernantes de un antiguo reino del suroeste británico, conocido como Dumnonia. Los investigadores, financiados por el gobierno del Reino Unido a través de English Heritage, han dejado al descubierto enormes muros de mampostería de un metro de espesor, suelos pavimentados con piedra laja y escalones. También encontraron numerosos fragmentos de cerámica y vidrio, así como ánforas en las que se transportaba el vino o el aceite de oliva, lo que sugiere que los habitantes del palacio pertenecían a las clases altas de la sociedad. Se trata de un hallazgo sin precedentes que, sin duda, reabrirá el debate milenario sobre la existencia del rey Arturo. Hasta la fecha no ha habido una prueba histórica que pueda corroborar la existencia del personaje, pero este hallazgo incentivará a los historiadores a escudriñar ese oscuro pasado: "Este descubrimiento en Tintagel transforma nuestro entendimiento del lugar, revelando la intrigante imagen de los siglos posteriores al colapso del Imperio Romano, una era muy poco conocida", afirmó uno de los investigadores, Win Scutt.
actualidad cultural
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