SONIDOS DEL MUNDO

viernes, 24 de junio de 2022

EXPEDICIÓN PUNITIVA A BENÍN: El colonialismo británico en su máxima expresión

Como sabéis, el reparto de África fue un triste periodo de la historia en el que varias potencias europeas compitieron entre sí para apoderarse de la mayor parte posible del continente africano y Benín fue una de las principales víctimas de esa codicia. Si en 1870 el 10% del continente estaba bajo control europeo, en el 1914 era el 90%, donde solo el imperio cristiano de Etiopía pudo mantenerse a salvo de la voracidad occidental, humillando a los italianos que pretendieron conquistarla en 1895. En tanto, Benín había logrado mantener su independencia y el monopolio de sus preciados recursos naturales, lo cual irritaba profundamente a los colonizadores británicos, cuyo objetivo era poner la mayor parte del territorio de la actual Nigeria bajo su dominio. Y en su afán por lograrlo, destruyeron un reino de siete siglos de antigüedad. Hacia fines del siglo XII y principios del XIII, el oba Eweka I estableció Ibinu (más tarde traducida como Benín por los portugueses) como su capital. En 1440, el reinado del duodécimo oba, Ewuare, auguró el inicio de un período de florecimiento artístico y reforma estatal, así como la expansión de sus dominios. En el apogeo de la edad dorada, en los siglos XVI y XVII, Benín era un reino tributario - que gobernaba sobre los igbo occidentales, los yoruba orientales y los itsekiri costeros, entre otros pueblos- y la principal potencia comercial a lo largo de la costa de Nigeria. Los viajeros europeos escribían impresionados sobre el próspero reino. Los informes holandeses describían la capital como "del mismo tamaño que la ciudad de Haarlem" en Holanda. Ese mismo relato, publicado en Ámsterdam en 1668, decía del palacio real: "Cada techo está adornado con una pequeña torre en forma de chapitel sobre la que se encuentran pájaros de cobre fundido, esculpidos con gran destreza". Como un importante centro de cultura, la ciudad era el hogar de hábiles artesanos. Había gremios reales de carpinteros, trabajadores del cuero, tejedores y alfareros, lo que hizo posible la producción de arte a gran escala para la corte real, incluidos los famosos Bronces de Benín, así como su arquitectura monumental. El comercio con los europeos comenzó con los portugueses en 1472, y a medida que se expandió el comercio atlántico, continuó pero sólo con asociaciones de mercaderes aprobadas por la realeza. Con la expansión de la trata de esclavos en el Atlántico a finales de los siglos XVII y XVIII, otros reinos costeros comenzaron a apoderarse de Benín, que experimentaba un declive lento en su dominio de la región que había estado bajo su control. Desde mediados del siglo XIX, aumentó la presencia británica en el área, con el pretexto de la abolición de la trata de esclavos. Benín rechazó los representantes de la reina Victoria de negociar tratados y extender un protectorado sobre el reino. Frustrado, el explorador británico Richard Burton, entonces cónsul en África occidental, en 1862 describió despectivamente la ciudad de Benín como un "lugar de barbarie gratuita que huele a muerte". Rumores de sacrificios humanos y comercio de esclavos comenzaron a circular asimismo en los periódicos europeos, presentándolos como “bárbaros, violentos, paganos y absolutistas, cuya gente necesitaba ser rescatada y civilizada bajo el dominio colonial o aniquilada por completo.” para ‘justificar’ así su guerra de conquista, la que se inicio con un pretexto en febrero de 1897. El detonante fue una emboscada ocurrida el mes anterior en la que guerreros del reino mataron a un grupo de cientos de hombres encabezado por James Robert Phillips, cónsul general interino del Protectorado de la Costa de Níger. Bajo la pretensión de ir “en son de paz” intentaron tomar la capital para deponer al oba (soberano) y establecer un "consejo nativo" favorable a los británicos. El ajusticiamiento de esos bandidos genero un deseo de venganza en el Reino Unido, quien se puso a la cabeza de una expedición punitiva para castigar a los culpables, cuyo único “delito” fue defender la soberanía de su país. Es así como en una feroz lucha que se prolongó durante 10 días, los británicos prevalecieron, invadieron la capital del reino de Benín, destronaron al rey, degollaron a todo ser viviente y luego de saquear la ciudad a su antojo, procedieron a prenderle fuego, por lo que un extenso incendio arrasó todo el lugar. La victoria de la expedición punitiva atrajo la atención del mundo. Los diarios publicaron durante meses relatos espantosos de testigos oculares que hablaban de lo que los invasores habían encontrado en "ese sitio horrible". "Cuando la expedición entró en la ciudad encontró que tenía bien merecido el nombre de 'Ciudad de sangre'", reportó The New York Times. "Muchas víctimas de los Ju Ju, o sacerdotes fetichistas, fueron encontrados crucificadas (...). Las casas y los recintos de los Ju Ju apestaban a la sangre de los que habían sido recientemente decapitados en ceremonias religiosas". Todo concordaba con la percepción antojadiza debido a la propaganda que desde hace un tiempo se tenía del ya extinto reino de Benín. Pero cuando el botín llegó a Europa, algo no encajó. A medida que los artefactos incautados fueron ingresando a las colecciones de los museos, fue brotando una sensación de sorpresa y mistificación. El problema era que los poderosos relieves pictóricos de bronce - que otrora decoraban los pilares del palacio del oba-, las cabezas de reinas madres y otros antepasados - hechos para honrarlos - así como elaboradas esculturas de serpientes, leopardos y demás tesoros eran exquisitos. ¿Cómo era posible "un arte tan altamente desarrollado entre una raza tan enteramente bárbara"?, escribieron los curadores del Museo Británico en 1898 en "Obras de arte de la ciudad de Benín", haciendo eco de muchos otros. Al principio, algunos académicos, intentando entender cómo los artesanos africanos podían haber hecho tales obras de arte, propusieron teorías descabelladas. Otros alegaron que lo habían logrado con ayuda de estímulos extranjeros, tal vez aprendiendo de visitantes europeos. Pero paulatinamente fueron asimilando lo que significaba la escala del logro artístico de la que se había considerado como una cultura sacrificial empapada de sangre. El renombrado antropólogo y etnologista austriaco Felix von Luschan fue quizás quien lo expresó más contundentemente. En un artículo de 1898 escribió que esas obras de arte, que ciertamente habían sido realizadas por africanos y cuyo estilo era "pura, definitiva y exclusivamente africano", eran evidencia de un "arte indígena grandioso y monumental". Al año siguiente, cuando habló en el Congreso Internacional Geográfico en Berlín, utilizó los objetos de arte de Benín como parte de su argumento para refutar una serie de estereotipos sobre los africanos. Además de hacer tambalear la noción que se tenía de los africanos, el botín de Benín hizo que el arte africano fuera visible para los europeos, que habían estado acumulando toda clase de artefactos pero sin valorarlos como expresiones artísticas. Unos años más tarde, ese "descubrimiento" del arte del continente conquistado llevaría a la cultura por caminos no transitados. Habiéndose liberado de las rígidas reglas del pasado, los artistas plásticos gozaban de un espectro de experimentación más amplio. Explorando nuevos horizontes, a varios los cautivaron las formas imaginativas y clásicas, naturales y fantásticas de las esculturas y las máscaras africanas. En obras de artistas como Henri Matisse, Amadeo Modigliani, Paul Klee, Constantin Brancusi, Ernst Ludwig Kirchner y Georges Braque es evidente su huella. Nada de esto estaba en los planes de quienes hace 125 años decidieron eliminar el Reino de Benín."El saqueo era una especie de estrategia militar", dijo Dan Hicks, profesor de arqueología contemporánea de la Universidad de Oxford. "Apuntaba al despojo de la soberanía, tomando artículos de la realeza; a la destrucción de la religión tradicional, llevándose artículos religiosos. Y ese despojo cultural seguirá vigente hasta que los objetos reclamados sean devueltos" aseveró. Algunas instituciones europeas han empezado a hacerlo, pero se trata de una insignificancia si los comparamos con los más de 100 millones de artículos tomados de África que se encuentran en museos de Europa y América del Norte – especialmente en el Museo Británico - muchos languideciendo en bodegas, ocultos durante los últimos 100 años. No es de extrañar por ello, que Benín siga luchando para que le devuelvan el pasado que le robaron.

viernes, 17 de junio de 2022

CODEX ROHONCZI: Controvertido e indescifrable

Se trata de una colección de textos en un lenguaje desconocido cuyo origen es incierto. Fue donado en 1838 a la Academia de Ciencias de Hungría por el conde húngaro Gusztáv Batthyány, junto al resto de su biblioteca. Recibe el nombre de la ciudad de Rohoncz, en el oeste de Hungría (actualmente Rechnitz, Austria), donde permaneció hasta 1907, cuando es trasladado a Budapest. En esta época, el códice es mencionado en la obra de Béla Tóth "Magyar ritkaságok" (Curiosidades húngaras). El códice también fue remitido en 1885 a Bernhard Jülg, un investigador alemán y profesor en la Universidad de Innsbruck, sin que pudiera descifrarlo. Una posible huella de su pasado puede ser el registro en el catálogo de la Biblioteca Rohoncz de los Batthyány en 1743, que dice "Magyar imádságok, volumen I. in 12" (Oraciones húngaras primer volumen, duodécimo). El tamaño y su contenido coinciden con los del códice, pero esta es toda la información que fue ingresada al catálogo, lo que solo podría ser un indicio. El códice fue estudiado por el húngaro Ferenc Toldy en 1840, luego por Pál Hunfalvy, sin ningún resultado. El paleógrafo austriaco Dr. Mahl revisó su validez, Josef Jirecek y su hijo Konstantin, ambos profesores universitarios en Praga, estudiaron 32 páginas del códice entre 1884-1885 sin resultados. Mihály Munkácsy, el conocido pintor húngaro, llevó el códice a París para estudiarlo entre 1890-92, pero tampoco obtuvo resultado alguno. La mayoría de los científicos húngaros consideran al códice como un engaño de Sámuel Literáti Nemes (1796-1842), anticuario húngaro-transilvano y cofundador de la Biblioteca Nacional Széchényi en Budapest, conocido por varias falsificaciones históricas (la mayoría de la década de 1830) que incluso engañaron a muchos eruditos de su tiempo. Esta opinión se remonta a 1866 y surgió de Károl Szabó (1824-1890), historiador húngaro. También fue defendida por Fejérpataky (1878) y por Pintér (1930). Béla Tóth (1899) y Csaba Csapodi (1973) mencionan esta opinión como probable. El códice tiene 448 páginas de 12x10 cm, teniendo alternativamente 9 y 14 filas de símbolos. Junto al texto hay 87 ilustraciones que incluyen escenas religiosas, laicas, y militares. Las ilustraciones indican un entorno en el que cristianos, paganos, y musulmanes coexisten; los símbolos de la cruz, la media luna, y el sol/esvástica son omnipresentes. El número de símbolos usados en el códice es cerca de 10 veces superior a los de cualquier alfabeto conocido, pero algunos símbolos aparecen raramente, por lo que podría tratarse no de un alfabeto, sino un silabario, o similar a los ideogramas chinos. El estudio del papel usado indica que fue realizado probablemente en papel veneciano hacia 1430. El idioma en el que fue escrito es desconocido. Se ha propuesto el húngaro, el dacio, el rumano y otros. Ha habido algunos intentos por descifrar el significado del documento. Como podéis suponer, ninguna de las soluciones hipotéticas ha sido ampliamente aceptada en la comunidad académica. Una investigación metódica de los símbolos fue llevada a cabo por Ottó Gyürk, quien examinó secuencias repetidas para encontrar secuencias de la dirección del texto (supone escritura derecha-izquierda y arriba-abajo y paginación izquierda-derecha) e identificar números en el texto. Posteriores comentarios sugieren más conjeturas basadas en estadística pero no publicadas. Miklós Locsmándi en la década de 1990 hizo una investigación basada en computadora y confirmó lo descubierto por Gyürk y otros. Sin mucha base, afirmó que el símbolo "i" es un delimitador de sentencia (pero también significa "11" y quizá un lugar de delimitador de valor en los números). Estudió los símbolos diacríticos (varios puntos) pero no encontró peculiaridades en su empleo. Tampoco encontró rastros de sufijos característicos del lenguaje húngaro, por lo que asumió que no estaba escrito en ese lenguaje. No pudo probar que el código no fuese una farsa, pero al observar las regularidades en el texto rechazó que se tratase de un fraude. Las investigaciones se han intensificado recientemente. Benedek Láng resumió los intentos previos en un libro monográfico. Arguyó que el códice no es un texto codificado. Podría ser un cifrado, un sistema de caligrafía, o un lenguaje artificial. En el 2010 Gábor Tokai publicó una serie de tres artículos breves en la gaceta científica húngara Élet és Tudomány. Tokai intentó fechar el códice por analogía de sus ilustraciones sin conclusiones claras y fue la primera de su clase. Aunque no descarta que se trate de un elaborado engaño, piensa que las regularidades del texto indican que tiene significado. A los pocos meses publicó otros dos breves artículos en el cual encontró cosas específicas. Se basó en las ilustraciones y caracteres (como el INRI en la cruz). Aunque sus resultados son muy hipotéticos, identificó los códigos de los cuatro evangelistas en referencias bíblicas por nombre y un número, posiblemente capítulos al estilo bíblico. Basado en los trabajos de Gyürk y Locsmándi, halló números de cuatro dígitos en el texto los cuales serían posibles años a manera de cronología tipo Anno Mundi. Levente Zoltán Király hizo un gran avance en describir algunos elementos estructurales con un método de corte de texto en frases con buena probabilidad. Identificó una sección de 7 páginas que fue dividida por encabezados numerados con una sección completa precedida por su tabla de contenidos. También halló los códigos de los cuatro evangelistas, lo que lo llevó a argumentar acerca de un "sistema de encabezados de capítulos" en código con referencias bíblicas. Mostró que la estructura de los capítulos no está presente en los primeros cuatro de los libros porque contiene una narración de la pasión de Cristo. Como resultado del trabajo cooperativo de Gábor Tokai y Levente Zoltán Király, el código aparentemente ha sido descifrado. La mayor publicación de ambos todavía no ha visto la luz pero sus primeros resultados ya han sido impresos en húngaro. Según ellos, el manuscrito es un sistema de código que no indica la estructura interna de las palabras y el lenguaje es probablemente artificial (como propuso Benedek Láng). Afirman que el códice contiene la fecha de 1593 E.C. como probable referencia a su escritura. También afirman que por sus característica se trataría de un opúsculo católico o un breviario de la época, con paráfrasis de frases del Nuevo testamento (principalmente los evangelios) y algo de material no canónico como el regreso de Set a la puerta del Paraíso o plegarias de la Virgen María. A pesar de ello, no se trata de estudios definitivos, por lo que el misterio del libro continúa.

viernes, 10 de junio de 2022

AL SISIPOLIS: La nueva capital de Egipto a la medida de un tirano

Cabe precisar que no es su nombre oficial, pero lo hemos rebautizado de esa manera en “homenaje” al sátrapa que lo está construyendo en medio del desierto a un coste descomunal. En efecto, a medida que pasan los días desde que se iniciaron los trabajos en el 2015, va tomando forma la que será la Nueva Capital Administrativa (NCA) de El Cairo (nombre temporal), el plan urbanístico más colosal y estrafalario levantado a la otra orilla del Mediterráneo. La nueva ciudad se construye a 45 kilómetros (28 millas) al este de El Cairo, justo en las afueras de la Segunda Carretera de Circunvalación del Gran Cairo , en un área en gran parte sin desarrollar a medio camino de la ciudad portuaria de Suez . Según los planes, la ciudad albergara el complejo gubernamental y las embajadas extranjeras. En un área total de 700 kilómetros cuadrados (270 millas cuadradas), tendría una población de 6,5 millones de personas, aunque se estima que la cifra podría aumentar a siete millones. Oficialmente, una de las principales razones para emprender el proyecto fue aliviar la congestión en El Cairo, que ya es una de las ciudades más pobladas del mundo - de casi 20 millones - y se espera que su población se duplique en las próximas décadas, ya que su crecimienyo es
imparable. Sin embargo, lo cierto es que este proyecto ha sido una obsesión del dictador Abdelfatah Al Sisi (quien llego al poder mediante un incruento golpe de Estado en el 2013 y que gobierna desde entonces con mano de hierro) quien busca con ello satisfacer su megalomanía. Según las maquetas, estamos ante una mezcla de Dubái y Vancouver. A los mandos del proyecto, una empresa pública financiada al 51% por el ejército (suyos son los terrenos donde se está construyendo la nueva ciudad) y en un 49% por el Ministerio de la Vivienda. En el tiempo que ha pasado desde que se iniciaron los trabajos con no menos de 150.000 operarios, se ha gastado el equivalente a 23.000 millones de euros. En realidad es una cantidad modesta, pero sólo refiere a la primera fase, que se proyecta terminar en el 2030. Tendrá un coste final estimado de 50.000 millones de euros. Ya desde este año han empezado a trabajar allí de manera forzosa 54.000 funcionarios a los que no se les facilitará una vivienda, pero sí se les ha garantizado la construcción de un enlace ferroviario (ya firmado con empresas como Siemens) o la posibilidad de alojarse en la cercana barriada satélite de Ciudad Bader. Serán los pioneros de un municipio que planea atraer a, al menos, cinco millones de habitantes. ¿Cómo va el resto del distrito gubernamental? El Parlamento está construido ya al 70% y el palacio dictatorial al 60%. Están en marcha también 18 ministerios y las embajadas. Todo esto está en el ala este. En el distrito financiero se terminarán 20 grandes torres antes de que finalice el 2022. El diseño de la ciudad será en forma de radios y círculos para poder ampliar en el futuro a medida que la gente se mude. Los 200 kilómetros de carreteras que serán, además "inteligentes".
Los 12 metros cuadrados de espacios verdes por habitante, contrastando con la asfixiante realidad de El Cairo, uno de los países con peor calidad del aire del planeta. Entre las atraiciones que tendrá podemos citar al Obelisco Capitale, de 1.000 metros que será el más alto del mundo, y la Iconic Tower, la "torre más alta de África". Los lagos artificiales, los 2.000 puntos de educación y formación, el parque tecnológico, el grueso de colegios, hospitales, iglesias coptas y mezquitas así como el parque de atracciones cuatro veces más grande que Disneyland París, que se mantendrá con energía eólica. Si te parece demasiado bueno para ser verdad, no estás solo, es lo que piensan millones de cariotas, que son exceptivos al respecto, aunque, como hemos dicho, la parte administrativa está muy avanzada, con el primer ministro supervisando el amueblado de las instituciones públicas que ya está teniendo lugar. No es lo único que les mosquea: desde el ascenso de Al Sisi en el 2013, el Ejército tiene cada vez más protagonismo político y económico, con empresas a su nombre en sectores que van desde hoteles, construcción, energía e invernaderos hasta equipos médicos. Da la casualidad de que esta NCA se va a financiar mediante la venta de suelo público a promotores privados, y todo el suelo a los alrededores de El Cairo son propiedad de los militares. Porque esa es la otra cara de la moneda: esta megalópolis no será ni de los egipcios ni para los egipcios. Las lujosas residencias proyectadas y pensadas para venderse por el equivalente a entre 60.000 y 100.000
euros, no podría permitírselo en toda su vida el ciudadano medio, mucho menos las dos terceras partes de su población que está en la más absoluta pobreza, según cifras del Banco Mundial. Están pensadas exclusivamente para ser vendidas a multimillonarios extranjeros. Según le contó un funcionario diplomático europeo, "el alto valor inmobiliario de las actuales sedes han llevado a muchos países de la UE a no pronunciarse aún sobre su traslado a la nueva capital". Además, los constructores piensan que un 85% del distrito financiero está pagado por bancos chinos y construidos por empresas chinas. Lo que parecía un proyecto ambicioso en sus inicios, en el mundo del 2022 tiene una pinta completamente distinta, pero a su vez de incierto futuro. Egipto no deja de ser un país en vías de desarrollo con múltiples carencias. Es más, en marzo del 2020, cuando el mundo dio un giro de 180 grados debido al Coronavirus, el país sufrió una fuga de capitales que provocó que en tres meses sus reservas de divisas cayesen un 20% y desde entonces no se han recuperado, sino que por el contrario, la situación ha empeorado. Aun así, la determinación del dictador por ver concluida su obra en el 2030 - si es que aun vive o sigue en el poder- ha posibilitado que continúe levantándose, buscando inmortalizar su nombre y así emular a los antiguos faraones de quien en su insania se cree el heredero… hay cada loco en el mundo y Al Sisi obviamente es uno de ellos.

viernes, 3 de junio de 2022

THE ORDER OF THE GARTER: La orden de caballería más antigua del Reino Unido

Anterior al Toisón de Oro (instituido en 1430 por los Habsburgo en Austria y España) pero menos prestigiosa, la Nobilísima Orden de la Jarretera (The Order of the Garter, en inglés) es la orden de caballería más antigua del Reino Unido, y la primera en el orden de precedencias de las condecoraciones y distinciones que se otorgan en ese país. La fundó el rey Eduardo III, un día de San Jorge de 1348, aunque se desconoce el verdadero motivo de su fundación, ya que no se conserva ningún escrito que lo documente. La leyenda cuenta que nació cuando el monarca estaba bailando en una fiesta con la condesa de Salisbury y le anudó en la pierna una liga azul que se le había desprendido. Ante los murmullos que esto despertó en la corte, el rey pronunció la frase en latín que habría de convertirse en el lema de la orden ("Que la vergüenza caiga sobre aquel que piense mal"), aunque también hay quien apunta que solo fue una forma de legitimar sus aspiraciones sobre el trono de Francia o que fue creada para intentar replicar la épica del Rey Arturo y los Caballeros de la Mesa Redonda. Por cierto, el lema también está en el escudo del Reino Unido, rodeando los cuatro cuarteles que la componen. Otros elementos identificativos de la orden son la toga de terciopelo azul, el sombrero con pluma de avestruz y el escudo de San Jorge. Una vez que los nuevos caballeros son investidos, salen en procesión junto a Isabel II hacia la capilla para celebrar el capítulo. El patrón de la Orden es San Jorge, elegido por ser santo patrón de los soldados, y también de Inglaterra. El monarca británico es el Soberano de la Orden, y el hogar espiritual se encuentra ubicado en la Capilla de San Jorge del Castillo de Windsor. De acuerdo con los orígenes de la Orden, el nombramiento como miembro de la orden es un "favor real" que otorga el monarca para honrar a aquellos que hayan contribuido de manera particular al bien de la vida del país, o que le hayan servido personalmente. No obstante, entre los siglos XVIII y el año 1946, el nombramiento como miembro de la Orden se realizaba a indicación del gobierno. Forman parte de la Orden, el monarca y el príncipe de Gales como miembros ex officio, y como máximo veinticuatro caballeros o damas que, aunque durante muchos años formaron parte de la aristocracia, actualmente proceden de diferentes estamentos sociales. Debido a la limitación del número de miembros, para que se produzcan nuevos nombramientos debe producirse una vacante, y su anuncio se realiza el día 23 de abril, día de San Jorge. La pertenencia a la Orden tiene carácter vitalicio, pero se contempla la posibilidad de ser expulsado por cometer delitos de herejía, traición o cobardía. Tras el fallecimiento de uno de los miembros las insignias se deben retornar al Soberano de la Orden, aunque se pueden utilizar durante el funeral, tal y como pudo observarse durante el sepelio de la Criminal de Guerra Margaret Thatcher, quien de una forma por lo demás cuestionable había recibido el “honor” de formar parte de la Orden. (Era obviamente la oveja negra de la familia). Cabe precisar que los miembros están autorizados a usar las siglas KG o LG a continuación del tratamiento y el nombre.
actualidad cultural
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