SONIDOS DEL MUNDO

viernes, 10 de julio de 2020

OMAN - THE LAND OF FRANKINCENSE: Un mundo desconocido en el Museo del Hermitage

¿Quién no ha soñado alguna vez con las maravillas de las misteriosas tierras de Arabia? Relatos como los de Simbad el Marino navegando por el Océano Índico, mercados de piedras preciosas y especias contados en las Mil y Una Noches, enigmas como el de los Reyes Magos que partieron con oro, incienso y mirra siguiendo la Estrella de Belén en busca del Niño Jesús, fértiles oasis y cascadas en las montañas con agua limpia y clara, o ciudades perdidas cubiertas por las arenas del desierto y el mítico reino de Saba. Mundos fantásticos y enigmáticos que a los occidentales siempre han llenado nuestra imaginación. ¿Dónde surgieron? ¿Quién los inventó? Hoy sabemos que toda esta cultura se desarrolló en la Edad Media, como consecuencia de la Ruta del Incienso, en un pequeño país situado en la esquina sudoriental de la Península Arábiga: el Sultanato de Omán. Desde aquí se organizaban las caravanas de camellos que atravesaban Yemen y Arabia rumbo a Petra y Damasco, y de allí, a los mercados europeos. Tras años de aislamiento este país tan enigmático ha abierto recientemente sus puertas a los viajeros que quieran visitarlo y está haciendo una apuesta decidida por la divulgación cultural y por el desarrollo sostenible, muy distinto a lo realizado en otros países de su entorno. La visita a los fuertes portugueses de barro en los oasis, la observación de las tortugas marinas en las playas, los baños de agua fresca en los whadis, el microclima que se produce al final del verano con el Monzón en la región de Dhofar, los bosques del árbol del incienso, o la posibilidad de conocer el Rub Al-Jali (espacio vacío), el mayor desierto de arena del mundo, son sólo algunas de las sorprendentes experiencias que se pueden obtener en este país de gente acogedora, amable y con una naturaleza espectacular. En efecto, un viaje por Oman nos permite conocer un país que se encuentra a camino entre dos mundos, un país auténticamente oriental, mezcla de las culturas de África, Arabia, Persia y la India, respetuoso con su tradición y orgulloso de un pasado glorioso, del comercio con Zanzíbar y la India, de sus caravanas de incienso, etc. Oman es un país de contrastes: desde la ciudad costera de Muscat con su bazar y su costa inexplorada, las fortalezas rodeadas de verdes palmerales del interior, los pueblos de barro aún habitados, montañas de 3000 metros, desiertos infinitos, desfiladeros con piscinas naturales, miles de kilómetros de playas verdes donde pueden verse a las tortugas verdes desovando en la arena cálida. Con cuatro millones de habitantes y un territorio del tamaño de Italia, Omán es una isla de calma en un mar de conflictos sectarios, lo que le ha valido el sobrenombre de la Suiza de Oriente Medio. Además destaca por su tolerancia religiosa, incluso para doctrinas politeístas prohibidas en otros países musulmanes. Y en una subregión, la del Golfo Pérsico, caracterizada por el lujo y la ostentación, exhibe una actitud más bien modesta y recatada. En el 5000 a.C., el sur de Omán (el actual Dhofar) era el centro del lucrativo comercio de incienso. Este preciado artículo, producido con la aromática savia de un árbol, se intercambiada por especias de la India y se transportaba en caravanas por toda Arabia. Aunque esos árboles también crecían en Yemen, lo hacían mejor en las colinas azotadas por el monzón de Dhofar, donde siguen cultivándose. Tan preciado era el incienso que incluso la reina de Saba se lo regaló al rey Salomón y, según la Biblia, fue uno de los regalos de los Reyes Magos al niño Jesús. La Biblia también menciona la ciudad con columnas de oro de Ubar, construida por la antigua civilización de Ad. Esta legendaria ciudad, que ha despertado la curiosidad de exploradores durante siglos, prosperó gracias al comercio de incienso y se convirtió en una de las más poderosas de la región. Los restos de la ciudad fueron descubiertos en la década de 1990 por el explorador inglés Ranulph Fiennes. Los supuestos descendientes de Ad todavía viven en el desierto circundante y hablan la antigua lengua shehri (o jibbali), conocida como “la lengua de las aves”. Tras la introducción del islam en el s. VII d.C., Omán estuvo gobernado por la dinastía Bani Nabhan durante medio milenio (1154-1624). Ese período estuvo marcado por frecuentes guerras civiles entre las fuerzas del sultán y las facciones tribales, lo que hizo que el país fuera vulnerable a agresiones externas, como la de los portugueses que tras incruentas guerras, fueron expulsados. Entre los siglos. XVII y XIX Omán fue un país unificado, con un considerable nivel de riqueza y grandes logros culturales, que controlaba partes estratégicas de la costa africana, incluidas Mombasa y Zanzíbar, y partes de los actuales India y Pakistán. Durante el siglo pasado, cuando el país era gobernado por un déspota oscurantista, la capital cerraba las puertas de su muralla cada noche y algunos aparatos básicos de la vida moderna como la radio estaban prohibidos. El descubrimiento de ingentes yacimientos de petróleo y la llegada al poder del sultán, Qabús Bin Saïd, en 1970 abrió el país al mundo. Sin embargo, ignorado por el turismo de masas, Omán aun conserva aquel halo de misterio que cubre una identidad y paisajes únicos. Precisamente por todo ello, el Museo del Hermitage de San Petersburgo ha preparado una exposición titulada Oman: The Land of Frankincense (Oman, la Tierra del Incienso) la cual está dedicada a los tesoros arqueológicos entre el tercer y el primer milenio antes de Cristo, con catorce hallazgos descubiertos durante excavaciones arqueológicas históricas que tuvieron lugar a través del Sultanato de Omán en los últimos 50 años. El último hallazgo es un conjunto único de armas de metal que incluye los primeros carcaj y arcos recuperados en Arabia. Además de dichos objetos metálicos, la exposición exhibe antiguos mijmars de piedra (quemadores de incienso), un sello del Indo con una inscripción y un notable grabado en la cara de piedra del templo del pecado, dios de la luna. Esta muestra - prevista inicialmente para estar abierta desde el pasado 3 de junio y que iba a durar hasta el 1 de junio del 202 1- ha sido pospuesta debido a la pandemia del Coronavirus que afecta al mundo, por lo que más adelante se dará a conocer su fecha de apertura.
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