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viernes, 5 de abril de 2019

CODEX SINAITICUS: Los secretos de la Biblia más antigua del mundo

El Códice Sinaítico o Codex Sinaiticus es un manuscrito uncial del siglo IV de la versión griega de la Biblia, escrito en scriptio continua entre los años 330 y 350. Originalmente contenía la totalidad de ambos Testamentos, pero solo han llegado hasta nuestros días trozos de la Septuaginta, la totalidad del Nuevo Testamento, la Epístola de Bernabé y fragmentos de El Pastor de Hermas (lo que sugiere que estos últimos dos textos . hoy considerados apócrifos - podrían haber sido considerados parte del canon bíblico por los editores del codex). Junto con el Codex Alexandrinus y el Codex Vaticanus, el Codex Sinaiticus es uno de los manuscritos de mayor valor para la crítica textual del Nuevo Testamento en su versión griega, al igual que la Septuaginta. En la mayor parte del Nuevo Testamento, el Codex Sinaiticus está de acuerdo con el Codex Vaticanus y con el Codex Ephraemi Rescriptus, confirmando un tipo de texto alejandrino; sin embargo, en Juan, muestra mayor coincidencia con el Codex Bezae (que tiene mayores similitudes con un tipo de texto occidental). Un ejemplo destacable de concordancia entre los textos del Sinaiticus y del Vaticanus es que ambos omiten la expresión “sin causa” en Mateo 5:22. El codex consiste de un total de 346½ folios escritos en cuatro columnas. De estos, 199 corresponden al Antiguo Testamento; y 147½, al Nuevo Testamento y a los otros dos libros, la Epístola de Bernabé y parte de El pastor de Hermas. Los libros del Nuevo Testamento están ordenados de la siguiente manera: los cuatro Evangelios, las Epístolas de Pablo, los Hechos de los Apóstoles, las Epístolas y el Apocalipsis. Poco se sabe de su historia previa. Se especula que pudo haber sido escrito en Egipto y a veces se lo asocia con las cincuenta copias de la Biblia que fueran encargadas por el emperador romano Constantino luego de su conversión al Cristianismo. Un estudio paleográfico realizado en el Museo Británico en 1938 descubrió que el texto había sufrido numerosas correcciones. Las primeras correcciones fueron realizadas por varios escribas antes de que el manuscrito saliera del scriptorium. Hacia el siglo VI o VII se realizaron numerosas alteraciones, el colofón al final del libro de Esdrás y Ester indica que la fuente de dichas alteraciones era “un manuscrito muy antiguo que había sido corregido por el santo mártir Pánfilo” (martirizado en 309). De ello se concluye, que ha estado en Cesarea Marítima en los siglos VI o VII. El texto griego de este códice es una representación del tipo textual alejandrino. Kurt Aland lo ubicó en la Categoría I. Durante el primer viaje de Konstantin von Tischendorf en 1844 al Monasterio de Santa Catalina, al pie del Monte Sinaí en Egipto halla 43 hojas de pergamino conteniendo partes de Jeremías, Neemías, Crónicas y Ester, en un canasto con pedazos de manuscritos que, según relató Tischendorf, el bibliotecario le indicó “eran basura que debía ser destruida quemándola en los hornos del monasterio”. Tischendorf realiza su segunda expedición en 1853, la misma es infructuosa excepto por que no logra recuperar más que dos fragmentos del Libro del Génesis. El Codex Sinaiticus le fue mostrado a Konstantin von Tischendorf en 1859 durante su tercer visita al Monasterio de Santa Catalina, el cual había sido enviado por el zar Alejandro II de Rusia en busca de manuscritos, quién estaba convencido de que aún debían haber otros documentos esperando ser encontrados en el monasterio del Sinaí. Por décadas, el codex estuvo guardado en la Biblioteca Nacional Rusa. Pero en 1933, la Unión Soviética lo vendió a la Biblioteca Británica en la suma de 100.000 libras. En mayo de 1975, durante tareas de restauración, los monjes del monasterio de Santa Catalina descubrieron un cuarto debajo de la capilla de San Jorge que contenía muchos trozos de pergamino. Entre estos trozos se encontraban doce páginas faltantes del Antiguo Testamento Sinaiticus. Por su parte, el 1 de septiembre del 2009, el investigador griego Nikolas Sarris descubrió un fragmento no conocido del Codex en la biblioteca del monasterio de Santa Catalina, correspondiente al inicio del Libro de Josué. Actualmente, el codex se encuentra dividido en cuatro trozos desiguales: 347 hojas en la Biblioteca Británica en Londres, 12 hojas y 14 fragmentos en el Monasterio Santa Catalina del Sinaí, 43 hojas en la Biblioteca de la Universidad de Leipzig, y fragmentos de 3 hojas en la Biblioteca Nacional Rusa de San Petersburgo. “El Codex Sinaititucs es uno de los mayores tesoros escritos del mundo. Marca el triunfo definitivo de los códices encuadernados sobre los pergaminos”, comentó Scot McKendrick, director del departamento de manuscritos occidentales de la Biblioteca Británica. “Permite estudiar el desarrollo de la temprana cristiandad y ofrece material documental de primera mano sobre cómo se transmitió la Biblia de generación en generación”, dijo McKendrick. “Se ha podido determinar que un cuarto escriba - además de los tres ya reconocidos- trabajó también el texto”, señaló el director de la Biblioteca Británica. Según McKendrick, “la disponibilidad del manuscrito virtual para su estudio por los expertos de todo el mundo crea oportunidades de colaboración investigadora que habrían sido imposibles hace sólo unos años” puntualizó.
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