SONIDOS DEL MUNDO

viernes, 12 de octubre de 2018

HOA HAKANANAI´A: Un Moai robado en el Museo Británico

Como sabéis, el Hoa Hakananai’a (que se podría traducir como amigo robado o escondido), es una de las piezas más populares del Museo Británico. La estatua de más de dos metros de altura de frente protuberante y ojos profundos es el telón de fondo para miles de selfies de turistas cada año. Sin embargo, el gobierno de Chile ahora ha dicho que formará un comité para intentar recuperar la estatua de mil años de antigüedad para los rapanui, el pueblo nativo de la isla de Pascua. La isla, que se ubica a más de 3500 kilómetros del litoral chileno, ha sido parte de su territorio desde 1888. Para tal efecto, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile declaró el pasado 14 de agosto que el Hoa Hakananai’a es un “vínculo tangible” de la historia de la isla. Está “esculpido en basalto, piedra que destaca por su dureza y elegancia”, afirmó el ministerio, además de que tiene grabados únicos en la parte de atrás. La acción del gobierno chileno para defender la causa de los rapa nui llega cuando los museos europeos están ante una presión cada vez mayor para repatriar objetos expoliados a sus países de origen. Por ejemplo, el presidente francés, Emmanuel Macron, recientemente designó a dos asesores para planear cómo se devolverán ciertos objetos luego de declarar que “el patrimonio africano no puede ser prisionero de los museos europeos”. El Museo Británico ya está familiarizado con la presión para devolver artículos de su colección; por ejemplo, Grecia emprendió hace tiempo una larga campaña para la restitución de los llamados mármoles del Partenón, también conocidos como de Elgin, sin éxito. “Creemos que es de gran valor presentar objetos de todas partes del mundo al lado de las historias de otras culturas en el Museo Británico”, dijo a modo de excusa para ‘justificar’ el robo, una vocera del museo en una declaración por correo electrónico. Jo Anne Van Tilburg, arqueóloga y directora del Proyecto de Estatuas de la Isla de Pascua, la iniciativa de investigación de más larga data sobre los moáis, dijo en una entrevista telefónica que infantes de la marina británica fueron guiados a una región sagrada de la isla en 1868 y que dentro de una edificación encontraron el Hoa Hakananai’a enterrado hasta el torso. Lo “adquirieron” mediante engaños a los nativos y lo trasladaron rápidamente hasta su barco antes que ellos se dieran cuenta que habían sido victimas de una estafa, dijo Van Tilburg. “Esto sucedió en un contexto en el que los rapa nui estaban gravemente privados de recursos”, admitió. Van Tilburg dijo que han excavado otros dos moáis con grabados en sus espaldas, como el de la estatua en el museo, y que son las únicas de ese tipo entre otras mil estatuas que también tienen ese tipo de decoración. Sin embargo, añadió que los grabados del Hoa Hakananai’a son únicos, al igual que el tipo de roca con que se hizo. El Hoa Hakananai’a representa a “toda la cultura que inspiró su creación”, comentó Van Tilburg, y añadió que entendía por qué los rapanui la quieren de regreso. No obstante, dijo que “no tiene clara todavía la respuesta” a la pregunta de si la estatua debe devolverse, dado que ese moái - agrega - “funge de cierta manera como un embajador de la cultura rapa nui”. Pero agregó: “Si me pidieran como investigadora profesional que tomara partido por uno de los dos puntos de vista, apoyaría a los rapa nui” puntualizó. El moai Hoa Hakananai’a, que mide 2,42 m de alto, 96 cm de ancho y tiene un peso de unas cuatro toneladas, si bien es relativamente pequeño para la altura media (alrededor de 4,5 metros), representa la imagen arquetípica de un moai y es considerado una obra maestra y uno de los más bellos y finos ejemplos del arte escultórico rapanui. Su cara frontal muestra la típica cabeza en forma de bloque rectangular con una frente estrecha, largas orejas estilizadas, labios finos y apretados, una nariz poderosa y una barbilla prominente. Las cuencas de los ojos están talladas, lo que es una característica única de los moai que eran colocados en los ahus o plataformas y a los que posteriormente se les incrustaban ojos realizados en coral y piedra roja volcánica. La superficie superior de la cabeza es lisa y llana y podría haber sostenido un tocado cilíndrico de piedra roja, los cuales eran fabricados en la cantera de Puna Pau. Su importancia radica que fue encontrada dentro de una vivienda - a diferencia de las otras ubicadas al aire libre - por lo que pudo mantenerse a salvo de las condiciones climáticas y sus grabados se hayan conservado intactos, lo que lo hace único. Gobiernos chilenos ya intentaron en el pasado recuperarlo, pero el Museo Británico siempre se ha negado a sus peticiones, alegando que no lo hacía “porque no había un plan de conservación para los moai” tratando con ello de justificar su expolio. Esperemos que en esta ocasión devuelvan lo que no les pertenece y el Hoa Hakananai’a pueda regresar a su hogar.
actualidad cultural
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