SONIDOS DEL MUNDO

viernes, 4 de diciembre de 2020

EL MISTERIO DE HATSHEPSUT: La usurpadora al trono de Egipto que fue sistemáticamente borrada de la Historia

Al intentar conocer la Historia de 2.000 o 4.000 años atrás, los investigadores se enfrentan a numerosos sesgos, desde la propia interpretación de aquello que encuentran y ven, a la dificultad por establecer las ocultas intenciones que pudiera tener una mente de una sociedad ancestral para actuar de una u otra manera. Una de las “víctimas” de esta interpretación de la Historia ha sido Hatshepsut, la ambiciosa e inescrupulosa hija de un faraón que accedió al trono de Egipto, a pesar de que ese derecho no le correspondía por ser mujer. Su habilidad para mantenerse en el poder durante 22 años (en torno a 1490-1468 a. C.), las representaciones de su imagen con cuerpo y barba de hombre, más la campaña de destrucción de su memoria en grabados y estatuas tras su muerte, la hicieron acreedora de una fama de mujer malvada y gobernante manipuladora, con tal sed de poder que usurpó el trono a Tutmosis III, hijo de su marido con otra mujer. Tanto es así que durante décadas fue considerada por muchos historiadores como la más perversa de las cinco reinas que existieron en el antiguo Egipto y la peor de todas. Uno de los argumentos para el rechazo que genero se basa en el hecho de que las otras cuatro reinas egipcias gobernaron durante periodos de tiempo más breves, pero, a la vez, no se ha obtenido una mayor información sobre ellas para poder emitir juicios de valor. “Nitocris, la primera, se estima que gobernó solo dos años (de 2183 a 2181 a. C.) y apenas se han hallado rastros de información de su gobierno. Caber destacar que este cómputo de reinas no incluye a Cleopatra, ya perteneciente a la dinastía ptolemaica, aunque cuyo trágico final también la asemeja a sus predecesoras. Neferusobek fue la siguiente y reinó durante cuatro años (de 1777 a 1773 a. C.), pero tampoco existen datos precisos sobre su reinado, salvo la rivalidad con su hermano para ascender al trono, que se zanjaría con la muerte de éste. Por su parte, “Nefertiti ha sido siempre adorada porque sabemos muy poco de ella, apenas gobernó unos meses (1340 a. C.) hasta que fue sucedida en el trono por su insignificante yerno Tutankamón, por entonces un niño de unos 8 años de edad. El hallazgo de la momia de Tutankamón engrandeció también la figura de esta reina”, resalta Abdel-Razek. Por último, Tausert fue la quinta y última reina y también gobernó por un breve periodo de dos años (de 1188 a 1186 a. C.). Todas ellas, Hatshepsut incluida, tuvieron que afrontar la continua presión de gobernar en una corte eminentemente conservadora y de ser sucedidas por un heredero varón. A pesar de ello, Hatshepsut consiguió gobernar durante más de dos décadas en Egipto y mantener una paz apenas perturbada por pequeñas escaramuzas con otros pueblos fronterizos, saldadas siempre con victoriosas campañas militares. Hatshepsut era una de los cuatro hijos de Tutmosis I y la esposa real Ahmose, pero sus tres hermanos fallecieron antes de llegar a la edad adulta, por lo que su padre, a quien se le atribuye la mayor expansión de Egipto de la época, la nombró heredera al trono, algo que en el antiguo Egipto solo era posible en el caso de que no hubiera un heredero varón, lo cual fue visto como algo ilegitimo. A ello debemos agregar los prejuicios de los altos funcionarios de la corte ante el hecho de ser gobernados por una mujer. De ese modo, un complot urdido por el primer magistrado y por el arquitecto real consiguió que fuera nombrado faraón Tutmosis II, nacido de la relación de Tutmosis I con otra de las mujeres de la corte y, por consiguiente, hermanastro de Hatshepsut. De ese modo, la usurpadora al trono tuvo con conformarse en convertirse en esposa real de su hermanastro. Un matrimonio que solo tuvo una hija, la princesa real Neferura, y que duró trece años, hasta la muerte de Tutmosis II en 1479 a. C. Dado que el mayor de los dos hijos habidos con otra mujer, el futuro Tutmosis III, era demasiado joven para gobernar, Hatshepsut pudo asumir la regencia. Desde ese puesto supo negociar hábilmente con el alto funcionario Djehuty, con el sumo sacerdote y visir Hapuseneb y el segundo sacerdote de Amón, Senmut, que en los años siguientes sería nombrado arquitecto de la reina, garantizándose así el apoyo del poderoso clero de Amón para mantenerse en el poder hasta el punto de que, cuando Tutmosis III fue nombrado faraón, ella siguió manteniéndose ilegalmente en el trono como corregente del Alto y el Bajo Egipto. Durante su largo reinado no dudó en poner en marcha cuanto fuera necesario para intentar afianzarse en el poder al cual no tenia derecho alguno. Desde reforzar “su origen divino”, haciéndose llamar MaatKaRa, que significa “El espíritu de Ra es justo”, nombrándose como Hatshepsut-Jenemetamón, o “La primera de las nobles damas unida a Amón” en algunos monumentos en los que aparecía su imagen, o vistiendo los atributos de los faraones hombres: el tocado, la falda shenti y la falsa barba, sin mostrar rasgo femenino alguno, lo que escandalizo a muchos egipcios. Para ganarse el apoyo de los sacerdotes, dedicó su reinado a la construcción y restauración de templos y otras obras. Se atribuyen a su periodo la construcción de la Capilla Roja en Karnak, los obeliscos de mayor tamaño construidos hasta el momento, y el templo funerario Dyeser-Dyeseru (el sublime de los sublimes) en Deir el-Bahari. Fue allí donde, finalmente, tras 3.000 años desaparecida, su momia fue encontrada. Su relación con el arquitecto Senenmut fue muy estrecha y se le atribuye la posible paternidad de su hija Neferura, sospecha acrecentada al poner a su hija bajo su cuidado. En este periodo, Hatshepsut tuvo que afrontar seis campañas militares, obteniendo la victoria en todas ellas. En las dos últimas, Tutmosis III dirigió las tropas alzándose como Rey Guerrero, lo que supuso el resurgimiento de su influencia en palacio y el principio del declive del poder de Hatshepsut. Con el creciente poder de Tutmosis III, la usurpadora sufrió la pérdida de todos sus apoyos en el plazo de un año, desde el representante del clero, Hapuseneb, cuyo favor tenía; a su arquitecto Senenmut; y a su hija, la princesa Neferura. Abatida, Hatshepsut decidió retirarse de la esfera de poder, permitiendo que el faraón Tutmosis III gobernara con libertad, falleciendo en la soledad de su palacio de Tebas. Tras su muerte, los monumentos y grabados con su figura y nombre sufrieron una campaña de destrucción con el objeto de borrar su rastro de la Historia. Las primeras teorías de esa persecución giran alrededor de una acción emprendida por Tutmosis III para evitar que familiares de Hatshepsut pudieran reclamar alguna vez el trono, aunque investigaciones posteriores han demostrado que la operación se llevó a cabo de forma paulatina, sobre todo durante las dinastías XIX y XX. Tras Hatshepsut, las reinas Nefertiti y Tausert sufrieron también trágicos finales y persecuciones de su memoria. Pero a pesar de los esfuerzos de aquellos que tuvieron interés por hacerlas desaparecer, la labor de los investigadores las rescato de la oscuridad. Transcurridos algo más de 33 siglos desde su muerte, el arqueólogo Howard Carter halló en 1903 el sarcófago de Hatshepsut, en la vigésima tumba descubierta en el Valle de los Reyes (la KV20), con la sorpresa de que la momia de Hatshepsut no estaba en su interior. En el 2005, Zahi Hawass, director del Egyptian Mummy Project, inició una nueva investigación que, por fin, resolvería el misterio del paradero de su cadáver, al centrarse en la identificación de una momia, denominada KV60a, que había sido desempolvada más de un siglo antes. Descubierta sin ataúd y despojada de los tesoros que generalmente acompañaban a todos los faraones, el cuerpo se hallaba en una postura relevante: el brazo izquierdo estaba doblado en la posición típica de las reinas difuntas. La clave para su identificación fueron las pruebas de ADN, que confirmaron la identidad de la momia de Hatshepsut. Este hallazgo arqueológico, anunciado en el 2007, fue calificado por algunos como el más importante desde que Howard Carter halló la tumba de Tutankamón en 1922. Actualmente, Hatshepsut es el eje central de una de las dos salas de Momias Reales del Museo Egipcio de El Cairo. Se dice que la Historia la escriben los que ganan, pero nadie gana para siempre. También se dice que la Historia pone a cada uno en su lugar y, en este caso, así ha sido. Los arqueólogos tuvieron conocimiento de su existencia mucho antes de encontrar su cuerpo momificado, pero la persecución de la que fue objeto, unida al providencial hallazgo de algunos de sus monumentos que se salvaron de la destrucción tras ser maldecida su memoria, permitió reconstruir ese vacío en el tiempo de una usurpadora cuyo recuerdo quisieron borrar. Hoy, la figura de Hatshepsut es considerada - junto a Akhenaton y Nefertiti - como una de las más controvertidas ocupantes del trono del antiguo Egipto.

viernes, 27 de noviembre de 2020

AL RESCATE DEL PATRIMONIO CULTURAL DE NAGORNO KARABAJ: Preservando el legado armenio en el Caucaso

Como sabéis, los sitios y monumentos que dan testimonio del increíble patrimonio histórico armenio en Nagorno Karabaj se han visto seriamente afectados por la guerra propiciada por Azerbaiján para intentar quedarse con territorios que no le pertenecen. Al respecto, los armenios han informado de que en Nakhijevan, en el cementerio medieval de la Vieja Jugha, se demolieron docenas de iglesias medievales, destruyéndose asimismo 5840 cruces ricamente decoradas y 22 mil lápidas históricas por parte de los invasores musulmanes, por lo que Moscú decidió intervenir para detener esta barbarie, forzando a los azeries a detener su agresión y salvar el legado armenio. Tal como sucedió en Siria, donde Rusia aplasto literalmente bajo toneladas de bombas y misiles al ilusorio “califato” de ISIS (aquella bestia sionista creada por los EE.UU. para “justificar” su injerencia en el Medio Oriente) en esta ocasión Moscú desempeñará la misma labor en Nagorno Karabaj, luego de que ese territorio armenio fuera ocupada por Azerbaiján tras un acuerdo de paz , y de momento es el único país en ofrecerse para proteger los muchos monumentos de la cultura antigua y cristiana de esa estratégica región del Caucaso. De esta manera, las fuerzas de mantenimiento de la paz rusas continuarán protegiendo el patrimonio histórico en Nagorno Karabaj, cuya preservación fue señalada como uno de los objetivos clave por el presidente Vladímir Putin. En efecto, durante una de las conversaciones telefónicas que mantuvieron los presidentes de Rusia y Azerbaiyán, Putin llamó la atención de Ilham Aliyev sobre el hecho de que en los territorios de Nagorno Karabaj que pasarán al control de Azerbaiyán se encuentran varias iglesias y monasterios cristianos. En este sentido, el mandatario ruso "enfatizó la importancia de asegurar la preservación y la vida normal de la Iglesia en estos santuarios" y recibió de Aliyev la garantía de que la parte azerbaiyana "proseguirá en esa misma vía". Además, Rusia considera necesario preservar el patrimonio en Nagorno Karabaj con la participación de estructuras internacionales como la UNESCO. "Por supuesto, involucraremos a la UNESCO en la restauración de los símbolos del patrimonio cultural [de Nagorno Karabaj] y en garantizar para ellos un trato respetuoso", declaró el canciller ruso, Serguéi Lavrov. Esta semana, Lavrov volvió a abordar el tema, destacando que "en Nagorno Karabaj las tareas de preservación del patrimonio cultural figuran entre las más urgentes" y que la UNESCO tendría un papel que desempeñar al respecto. Por su parte, el representante permanente de Rusia ante ese organismo, Alexánder Kuznetsov, informó que la cuestión de la participación de la UNESCO "se está discutiendo". No obstante, hasta el momento no se ha dado una respuesta clara. Y es que la preservación del patrimonio cultural incluye también su protección contra el vandalismo azerí. El 14 de noviembre, la Iglesia apostólica armenia informó sobre la profanación de la catedral del Santo Cristo Salvador en la ciudad de Shushi, que quedó bajo el control de Azerbaiyán. En los muros del templo, que previamente fue dañado por bombardeos, aparecieron inscripciones. La institución calificó el incidente de "vandalismo abierto y manifestación de intolerancia". El abad y los monjes de otro monasterio de Nagorno Karabaj, el de Dadivank, estaban a punto de abandonar el santuario antes de que las fuerzas de paz rusas lo tomaran bajo su vigilancia. El pasado lunes, desde el Ministerio de Defensa ruso anunciaron que, a petición de la población local, las fuerzas de paz rusas establecieron un puesto de observación en Dadivank, en la región de Kalbajar, y que se está resolviendo la cuestión de que los feligreses puedan visitar libremente el monasterio. "El superior dijo que protegiéramos a los cristianos", señaló un efectivo de mantenimiento de la paz. De momento, el único lugar donde se ha instalado un puesto de observación es Dadivank, que fue fundado en el siglo IX y conservó un conjunto de templos del siglo XIII, con frescos de la misma época. Pero existen varios otros monumentos destacados de la cultura antigua y cristiana en los territorios de Nagorno Karabaj que pasarán al control de Azerbaiyán, según el acuerdo para poner fin a las hostilidades alcanzado entre Armenia, Azerbaiyán y Rusia el 10 de noviembre. Uno de ellos es la antigua ciudad de Tigranakert y la iglesia de Vankasar, del siglo VII, ubicados en la región de Agdam. Los arqueólogos creen que se trata de las ruinas de una de las cuatro ciudades fundadas por el rey Tigrán II el Grande en el siglo I a.C. y que fue nombrada en su honor. En la región de Lachín, se encuentra el monasterio de Tsitsernavank, donde se conservó la iglesia basílica de Surb Gevorg (siglos V-VI) y un cementerio armenio medieval. Según la leyenda, en este lugar se guardaba el dedo meñique de san Gregorio el Iluminador, fundador y patrón de la Iglesia apostólica armenia. Se cree que san Gregorio el Iluminador también fundó en el siglo IV el monasterio de Amaras en la región de Khojavend. En ese lugar está enterrado su nieto, también san Gregorio, y se cree que en el monasterio vivió san Mesrob Mashtots, creador de la escritura armenia. Entre los edificios religiosos de la región cabe destacar también el monasterio de Gtichavank del siglo XIII, situado en la región de Hadrut, y una iglesia cercana del siglo VI. No es la primera vez que Rusia se ocupa de la protección y la preservación de objetos de patrimonio cultural de valor mundial. En los años 2016-2017 desempeñó un trabajo similar en la antigua ciudad de Palmira, en el desierto de Siria tras expulsar a ISIS. Las fuerzas rusas primero desactivaron miles de artefactos explosivos y municiones y luego comenzaron los trabajos de preservación del patrimonio. En la ciudad trabajaron especialistas del Ministerio de Cultura de Rusia, el Museo de Oriente, el Museo del Hermitage y el Instituto de Arqueología de la Academia de Ciencias de Rusia, entre otros. Los expertos tomaron fotografías aéreas, realizaron inspecciones terrestres y catalogaron todos los detalles del relieve y las estructuras arquitectónicas. Sobre la base de los datos obtenidos, el personal del Instituto de Historia de la Cultura Material de la Academia de Ciencias de Rusia creó un modelo tridimensional de la ciudad, los monumentos destruidos durante los combates y un sistema de información geográfica llamado 'Palmira en el tiempo y el espacio'. Los resultados de ese trabajo fueron donados al Gobierno de Siria y a la UNESCO para su uso en la restauración de los monumentos de Palmira.

viernes, 20 de noviembre de 2020

HIMEJI CASTLE: Una fortificación de ensueño en el Japón

Con sus relucientes paredes blancas y elegantes tejados en forma de terrazas, es fácil olvidar que el Castillo Himeji fue construido como una fortaleza. Situado entre dos colinas en la ciudad de Himeji, la antigua construcción, también conocida como Himeji-jo, es el mejor ejemplo que ha perdurado hasta hoy de arquitectura de castillos japoneses de los primeros años del Shogunato, que gobernó la nación isleña desde finales del siglo XVI hasta el siglo XIX. Aunque nunca fueron probados en batalla, las elaboradas medidas defensivas del castillo representan el mejor diseño estratégico que se produjo en ese período. Si bien estas medidas se han vuelto obsoletas desde entonces, no se puede decir lo mismo de la estética inmaculada y prístina del castillo, que le valió el sobrenombre de Shirasagi-jo, "Castillo de la garza blanca". Como sabéis, gran parte de la historia japonesa ha oscilado entre los períodos partidistas y el unificado gobierno imperial. Durante el siglo XVI, el daimyo (soberano feudal más poderoso desde el siglo X al siglo XIX)Oda Nobunaga comenzó a conquistar y consolidar a los dispares shogunatos del archipiélago en un solo estado, un proceso continuado por su sucesor, Toyotomo Hideyoshi. Hideyoshi era tan astuto como Nobunaga táctico, y en 1590, todo Japón estaba unido bajo su autoridad nominal; sin embargo, sin una estructura política suficiente para controlar realmente las islas, muchas regiones fueron confiadas al control directo del daimyo local. Bajo los reinados de Nobunaga y Hideyoshi, Japón ingresó en su período Azuchi-Momoyama, llamado así por dos castillos construidos respectivamente por los dos líderes. Era una época de magnificas pinturas murales doradas, elaboradas pantallas plegables y el auge de la ceremonia japonesa del té. La extensión de los castillos a través del archipiélago japonés entre 1580 y 1630 sigue siendo uno de los vestigios más prominentes de esta época cultural, como muchas de las ciudades que se formaron alrededor evolucionando en capitales provinciales. Cuando Hideyoshi murió en 1598, el mando del gobierno de Japón no fue traspasado a su hijo, sino al daimyo rival Tokugawa Ieyasu, quien posteriormente nombró a su cuñado Ikeda Terumasa como gobernador de las provincias occidentales. Fue en 1609, en el apogeo del período Azuchi-Momoyama, cuando Terumasa eligió a Himeji como su sede de poder, y se dispuso a crear un castillo digno de la nueva posición de la ciudad. La primera iteración del Castillo de Himeji fue construida en 1346 por Akamatsu Sadanori, quien edificó un bastión contra otros daimyo durante un período anterior de inestabilidad política. Oda Nobunaga más tarde le dio la fortaleza a Hideyoshi en la década de 1570, el cual la expandió y la convirtió en un castillo. Esto no fue suficiente para Terumasa, sin embargo, él fue quien modeló posteriormente las renovaciones del castillo de Nobunaga en Azuchi. La grandiosidad de su visión fue igualada gracias al esfuerzo que puso para llevarla a cabo: más de 2,500,000 días-hombres de trabajo fueron necesarios para la construcción del nuevo Castillo Himeji de Terumasa. El complejo construido por Terumasa entre 1601 y 1609 se extendía más allá del torreón central (torre fortificada): como muchos castillos europeos, Himeji se encontraba dentro de una serie de fosas e instalaciones concéntricas, algunas de los cuales rodeaban y protegían partes de la ciudad más allá del castillo mismo. El paso desde el recinto exterior, el Sannomaru, hacia el interior, Ninnomaru, se logra a través de la Puerta de Hishi, el único portón en la pared exterior. A pesar de su cerramiento, el Ninnomaru es elegante y espacioso, con una gran fosa rectangular conocida como la Fosa de Sangoku y un amplio y verde jardín llamado Nishi-no-Maru ("West Bailey"), desde donde se tiene una excelente vista de la torre principal del castillo. Aislado detrás de otra pared más alta, el recinto más interno, el Hommaru, se vuelve casi inaccesible gracias a sus senderos estrechos y retorcidos que conducen a un segundo conjunto de puertas. Dentro del Hommaru se encuentra la torre central, el Daitenshu, flanqueada por tres torres más pequeñas. Mientras que la fortaleza original de Hideyoshi tenía tres pisos de altura, la de Terumasa aumenta a cinco pisos y albergaba seis con el sótano. El pesado sótano de piedra proporcionaba almacenamiento para alimentos y armamentos, protegiendo a su vez un pozo; los pisos superiores comprendían espacios habitables y miradores desde los cuales los defensores podían disparar flechas por las estrechas ranuras de las ventanas que los ayudaban a protegerse de sus atacantes. Un par de columnas de madera se elevan desde los cimientos hasta el techo, proporcionando un soporte estructural adicional a toda la torre. El Castillo Himeji es conocido tanto por su belleza como por su ingenio defensivo, y es verdad que muchas características destinadas a mejorar esto último también son responsables de la primera. (Esto no quiere decir que su atractivo fue un afortunado accidente, dado que los castillos como Himeji-joeran muy visibles desde el tejido urbano circundante, Terumasa y otros daimyo no escatimaron gastos en adornar sus casas con la mejor artesanía y ornamentación). El sinuoso camino a través del Ninnomaru, aunque pintoresco con sus cerezos y sus cambiantes vistas, estaba destinado a confundir y atrasar a los invasores. Las pequeñas aberturas en las paredes que bordean el camino permitirían a los defensores bombardear a sus enemigos con cualquier cosa, desde agua hirviendo a proyectiles mortales. Las puertas, incluida la lujosa Puerta de Hishi, se construyeron con aberturas angostas para impedir el avance de grandes grupos. Incluso las blancas paredes eran una medida de defensa: el recubrimiento con yeso de la estructura de madera ayudó a proteger el edificio y sus ocupantes contra el fuego, al igual que las tejas de cerámica. Con esta combinación de circulación táctica y materiales defensivos, el Castillo Himeji no era solo un palacio elegante: era una fortaleza casi impenetrable. Aunque el Castillo Himeji fue quizás el clímax del diseño del castillo japonés, nunca fue para enfrentarse a una batalla o conflicto. El establecimiento del shogunato Tokugawa provocó un largo período de paz relativa dentro de Japón, obviando la necesidad de una fortaleza para defenderse contra otros daimyo. El edicto de 1615 del shogun de que debería haber un solo castillo por provincia resultó en la destrucción de muchos edificios similares en todo Japón; El Castillo Himeji permaneció como uno de los aproximadamente 170 que sobrevivieron y, al igual que sus contrapartes en otras provincias, sirvió como el centro administrativo y comercial de la región. El castillo siguió con esta función durante tres siglos, hasta el final del Shogunato y el surgimiento de un nuevo gobierno nacional en 1868. Al no haber sido atacado nunca, el Castillo Himeji permanece en gran medida como lo hizo cuando se completó en 1609; aunque un incendio destruyó las viviendas del daimyo en 1882, los esfuerzos posteriores de preservación desde 1934 han restaurado meticulosamente lo que queda del complejo. Relativamente intacto por el tiempo, el brillante Himeji-jo blanco continúa dominando las colinas de la provincia de Kansai, un recordatorio del pasado tumultuoso de Japón.

viernes, 13 de noviembre de 2020

ALBRECHT ALTDORFER, A GERMAN RENAISSANCE MASTER: Una sugestiva exposición en el Museo de Louvre

Pintor, dibujante y grabador activo en Ratisbona, Albrecht Altdorfer (1480-1538) fue uno de los principales artistas del Renacimiento alemán. Sin embargo, es menos conocido que otros maestros de su generación, como Alberto Durero, Lucas Cranach y Hans Baldung Grien. Por ese motivo, el Museo de Louvre presenta una exposición sobre su obra - la primera de su tipo en Francia - titulada Albrecht Altdorfer, a German Renaissance Master (Albrecht Altdorfer, un maestro del Renacimiento alemán) organizada en estrecha colaboración con el Museo Albertina de Viena, que tiene como objetivo familiarizar al público con la rica diversidad de su obra, una muestra que incluye pinturas, dibujos y grabados, en el contexto de la cultura alemana durante el Renacimiento. Estrechamente conectado con los círculos humanistas, Altdorfer fue a la vez un artista muy original, prolíficamente inventivo tanto en la forma como en la elección del tema, completamente consciente de la obra de sus contemporáneos alemanes e italianos. Esta muestra ha sido organizada cronológicamente y por temas, presentando secciones dedicadas a las principales obras encargadas por el emperador Maximiliano, como a los dos géneros iniciados por el artista: el paisaje y la arquitectura. Nacido en 1480 en Ratisbona, el primer documento que de él se conserva es de 1505, año en el que obtiene el derecho de ciudadanía (Bürgerrecht) en la misma ciudad. No se conocen datos relativos a su formación artística, aunque la minuciosidad y detallismo de su pintura, hacen pensar en un posible aprendizaje como miniaturista. Así mismo se ha apuntado la posibilidad de que pudiera ser hijo del pintor e ilustrador Ulrich Altdorfer, documentado por última vez en 1491 en Ratisbona, ciudad en la que Albrecht vivió toda su vida. Fue además grabador, diseñador de vidrieras y arquitecto municipal, ejerciendo un sobresaliente papel en la política local, llegó a ser elegido alcalde en 1528. Considerado como el máximo representante de la llamada “Escuela del Danubio” durante el Renacimiento en Europa, estuvo influenciado por tres grandes maestros, Alberto Durero, Giorgione y Lucas Cranach “El Viejo” . Fue el primer pintor que situó los paisajes de sus obras como tema independiente en el centro de sus pinturas, mezclando los planos entre ellos y sus figuras; él creía que la figura humana no debía alterar la naturaleza, sino más bien participar de ella. Había viajado a lo largo del Danubio, al sur de los Alpes, y esos paisajes le impresionaron de tal forma, que le hizo ser uno de los primeros paisajistas, en el sentido que hoy consideramos como tales. Esto le hizo ser considerado el líder de la citada Escuela del Danubio junto a Wolf Huber. Su “Paisaje con un puente”, albergado actualmente en la National Gallery de Londres, y “Paisaje con un castillo”, en la Alte Pinakothek de Múnich, están consideradas por muchos historiadores de arte como las primeras pinturas del género en Europa. Además, a menudo pintaba escenas de temas históricos y bíblicos, ambientados en paisajes atmosféricos. Sus mejores escenas religiosas son intensas, con sus luces brillantes y sus colores brillantes a veces rozando lo expresionista. A menudo representan momentos de intimidad entre Cristo y su madre, o varios santos. Su obra maestra sacra y una de las obras de arte religiosas más famosas de la Edad Media tardía es La Leyenda de San Sebastián y La Pasión de Cristo del llamado Altar de Sebastián en el Priorato de San Florián (Stift Sankt Florian) cerca de Linz. Alta Austria. Además de obras de temática religiosa, entre las que también destaca "El Descanso en la Huida a Egipto", de 1510, Altdorfer será reconocido como el primer pintor alemán que cultive el paisaje como género independiente (sin figuras) dotándole de un sentido espiritual, lo que hará que su obra sea una importante fuente para el muy posterior Romanticismo Alemán. Murió en Regensburg, el 12 de febrero de 1538, siendo enterrado en un convento de agustinos de su ciudad natal. En cuanto a la muestra, que se inicio el pasado 1 de octubre, estará abierto hasta el 4 de enero del 2021.

viernes, 6 de noviembre de 2020

CIUDADES PERDIDAS: Troya

En la costa noroeste de la actual Turquía, en lo alto de una colina que domina la desembocadura de los Dardanelos , se encuentra el recuerdo de una ciudad que desdibuja la línea entre el mito y la historia como ninguna otra. Nos referimos a Troya, la cual como sabéis, inspiró al poeta griego Homero para concebir sus dos grandes obras (probablemente) en el siglo VIII a. C.: la Ilíada , ambientada en el último año del asedio de Troya durante una década por una coalición de estados griegos, y su "secuela", la Odisea, sobre el retorno de Ulises - uno de los integrantes de la coalición - a su reino de Itaca. Siempre se ha dicho que la ciudad fue testigo de una de las mayores batallas de la historia griega. Así por ejemplo, en su Historia de la Guerra del Peloponeso, el historiador Tucídides del siglo V a. C. describe la guerra de Troya como " la mas notable de todas las guerras anteriores". Pero su ubicación precisa, e incluso la existencia misma de Troya ha sido motivo de disputa a lo largo de los siglos. Supuestamente arrasada luego de una batalla en torno al año 1200 a. C., la ciudad fue posteriormente reconstruida por griegos y romanos, pasando a llamarse Ilios / Ilium. Pero su importancia decayó en el año 500 aC, hasta el extremo de perderse incluso saber donde se encontraba la ciudad hasta hace dos siglos. Ahora se cree ampliamente que la ubicación de Troya se encuentra en el sitio arqueológico llamado Hisarlik en Turquía: esencialmente se trata de un montículo de aproximadamente 30 metros de altura, con restos de muros de piedra y estructuras dispersas en el prado. Pero dentro de esta colina podría haber 4.000 años de historia troyana. De hecho, probablemente no solo haya una ciudad aquí, sino al menos 10. El sitio de Hisarlik contiene una serie de asentamientos antiguos, desde el primero fechado en el 3000 a. C. hasta el último alrededor del 500 a. C. En general, ahora se cree que las fases de construcción sexta y séptima (las ciudades de la Edad de Bronce tardía conocidas como Troya VI y Troya VIIa) podrían ser la ciudad del Rey Príamo , como se describe en la Ilíada. La historia moderna de Troya comienza, supuestamente, con el sueño de un niño pequeño. Estaba tan fascinado por el mito, luego de ver una ilustración en un libro que le dio su padre, que se dispuso a encontrar la ciudad. Ese niño de siete años era Henrich Schliemann , el empresario alemán del siglo XIX convertido en arqueólogo quien fue el primero en excavar exhaustivamente en el lugar. Fue "uno de los exploradores más afortunados en poner una pala en la tierra", escribe el arqueólogo e historiador Eric Cline en su breve introducción a la Guerra de Troya . Cómo Schliemann logró encontrar la mítica ciudad es algo asombroso. Sin embargo - agrega Cline - “era propenso a falsificar sus diarios de excavación, lo que también podría poner en duda la veracidad de ese sueño de la infancia” escribió. En abril de 1870, Schliemann comenzó a cavar en la zona. Pronto afirmó haber encontrado la Troya de Homero, y entre ellos el famoso Tesoro del rey Príamo, que ahora se encuentra en Rusia, tras ser robadas de Alemania durante la II Guerra Mundial y que desde entonces se niega a devolverlo. Según Cline “Schliemann cavó capas y capas de la Troya de la Edad de Bronce (1700-1200 aC), hasta que llegó a lo que ahora se conoce como Troya II: una ciudad más de 1,000 años más antigua que la Troya de la Ilíada” indicó. “Si se observa en los mapas de excavación, hay un espacio en el medio donde dice 'Palacio eliminado por Schliemann'. Encontró a Troya, pero también la destruyó" dice Cline, dejando entrever cierta envidia en sus palabras. La ciudad comenzó como un simple asentamiento alrededor de 3000 aC, creciendo y prosperando en el comercio, la agricultura y la pesca. Se descubrió que había nueve fases principales de edificación antes de la mayor destrucción de la ciudad, aproximadamente en 1180 a . C. “Sin embargo, dado que no hay textos contemporáneos que describan a Troya, y como Schliemann logró arruinar los restos de lo que bien podría haber sido la ciudad del rey Príamo, en realidad sabemos muy poco al respecto” agregó. La historicidad de la Guerra de Troya y la caída de la ciudad a manos de los griegos (la narrativa de la Ilíada) aún era cuestionable hasta el innovador trabajo del arqueólogo Manfred Korfmann en la década de 1990. Hasta entonces, las excavaciones en Hisarlik habían revelado solo una ciudad insignificante, pero Korfmann y su equipo descubrieron una ciudad más baja que cubría 75 acres: 15 veces más grande de lo que se pensaba anteriormente. Estos hallazgos sugirieron que Troya era, "según los estándares de esta región en ese momento, muy grande y ciertamente de importancia suprarregional", escribió Korfmann en Archeology Review en el 2004. "Su ciudadela no tenía paralelo en la región en general y, como hasta ahora conocido, inigualable en cualquier parte del sudeste de Europa”. "Eso es lo que me atrapó para identificarla", afirmó Cline, quien sugiere que la Troya que describe Homero podría de hecho ser un híbrido de Troya VI y VIIa. Se cree que la sexta capa de construcción fue destruida por un terremoto, en lugar de los griegos, aunque una teoría sugiera que el legendario caballo de Troya era una alegoría del dios Poseidón, representado por un caballo. “Poseidón podría haber representado la destrucción de la ciudad debido a un desastre natural”. Por otro lado, Troya VIIa, una ciudad con mucha menos grandeza que la Troya descrita por Homero, fue casi seguramente destruida por una gran batalla, ya que los arqueólogos han encontrado puntas de flecha en los restos de la ciudadela. Entonces, ¿es esta evidencia de la guerra de Troya? Nadie esta seguro. Cline sugiere que con toda el área en conflicto en ese momento - recordemos que los hititas desaparecieron misteriosamente por esa época - es poco probable que lo sucedido en Troya fuera solo una batalla mas entre las fuerzas del este y el oeste. "El final de Troya fue parte de la caída de toda la Edad del Bronce" aseveró. Sin embargo, con un poco de creatividad, las palabras de Homero pueden hacerse para colocar la ciudad de Príamo en el sitio en Turquía . El gran poeta dijo que Troya era empinada y ventosa, al igual que Hisarlik. Lo describió como una "ciudadela indestructible". Presenta una imagen de una gran ciudad dirigida por una poderosa élite, protegida por magníficos muros; Una gran ciudad de la Edad de Bronce que habría albergado entre 4.000 y 10.000 habitantes. Los muros que juegan un papel tan importante para la Troya de la Ilíada también podrían estar vinculados a Hisarlik: partes de los muros inferiores, aún visibles hoy, tienen 4-5 m de ancho y 8 m de alto. Estas paredes tenían múltiples torres y puertas que habrían conducido directamente al centro de la ciudad. La ciudadela, hogar de la élite gobernante, era un área densamente ocupada con edificios monumentales y casas de dos pisos con amplias habitaciones. Pero la planificación de la ciudad no llegó hasta el período clásico de la Edad del Hierro, según Joritt Kelder, del Instituto Oriental de la Universidad de Oxford, "hasta ahora la única división real es quién tiene poder y quién no. El poder estaba claramente enfocado en la ciudadela, con el rey y su familia y amigos inmediatos”. No hay duda de que Troya fue una ciudad importante de importancia estratégica durante la Edad del Bronce. Su ubicación protegiendo los Dardanelos significaba que era efectivamente la puerta de entrada al Mar Negro, y tenía una importante ruta comercial. Enclavado entre el mundo micénico al oeste y los hititas al este, fue el punto de encuentro de dos culturas opuestas. Y parece que Troya prosperó como una ciudad multicultural. También hay evidencia de un extenso comercio con Anatolia y las civilizaciones de la Edad de Bronce en Grecia. Era, por el momento, una ciudad muy cosmopolita. "Era un poco como Londres", dice Kelder, "una capital con mucha influencia extranjera como resultado del comercio y la migración. No tengo dudas de que los extranjeros también eran residentes de Troya en los siglos XIV-XIII a. C.” No solo la ciudad parecía adoptar diferentes culturas, sino que Troya y la mitología detrás de ella tuvieron un impacto a escala global. Se dice que el rey persa Jerjes, en su expedición a través de Grecia, hizo una ofrenda a Atenea en Troya. Ciento cincuenta años después, Alejandro Magno, que llegó a conquistar Persia, se detuvo en Troya y supuestamente tomó el escudo de Aquiles del templo de Atenea. También llevaba una copia de la Ilíada en sus expediciones. Incluso los romanos afirmaron haber descendido de los troyanos. En la Eneida, el poeta romano Virgilio narra la historia del troyano Eneas, que escapó de la guerra, viajó a Italia y resultó ser uno de los padres fundadores de Roma. (Podría decirse que la Eneida fue escrita como una pieza de propaganda para el emperador Augusto, vinculándose con este héroe troyano). Troya ha inspirado continuamente la cultura occidental, una ciudad cuya representación del heroísmo y trágico final es un recordatorio conmovedor de la mortalidad humana, que ha tocado a la gente a lo largo de los siglos.
actualidad cultural
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...