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viernes, 14 de octubre de 2022

HIEROGLYPHS, UNLOCKING ANCIENT EGYPT: Decodificando sus secretos en el Museo Británico

Como sabéis, acaban de cumplirse dos siglos desde que se consiguió descifrar la escritura jeroglífica que utilizaban los antiguos egipcios, que representó un paso crucial para descubrir una de las civilizaciones más antiguas y enigmáticas del planeta. Antes de que se consiguiera descifrar ese sistema de escritura pictórica, que representa los objetos y conceptos mediante figuras y símbolos, la vida en el antiguo Egipto había sido un misterio durante siglos. Los jeroglíficos egipcios se utilizaban como un sistema de escritura pictórica consistentes en un conjunto de símbolos que pueden representar objetos, aunque también representan sonidos particulares o grupos de sonidos. La palabra jeroglífico, que significa “talla sagrada”, es una traducción griega de la frase egipcia “las palabras del dios”, que se usaba en la época de los primeros contactos griegos con aquella civilización, para distinguir los antiguos jeroglíficos de la escritura de esa época, del egipcio demótico, que surgió en la última etapa del Antiguo Egipto, y fue dominante hacia el 600 a. C. Se desconocen los orígenes de esta escritura. Al parecer, surgió a finales del periodo predinástico (justo antes del 2925 a.C.), una época en que hubo contactos entre Egipto y Mesopotamia, por lo que se ha pensado que los antiguos egipcios podrían haber tomado prestado el concepto de escritura de los sumerios. Esto es posible, pero incluso si fuera así, los dos sistemas eran tan diferentes en el uso de los signos que está claro que se desarrollaron de forma independiente. Muchos principios de la escritura jeroglífica se regularizaron durante la III dinastía egipcia (2650–2575 a. C.) y el sistema permaneció prácticamente sin cambios, utilizando un número constante de signos (unos 700) durante más de 2 mil años, hasta que la escritura fue reemplazada por una versión temprana del idioma copto (alrededor de los siglos III y IV d. C.). El descubrimiento, en 1799, de la Piedra Rosetta, con su decreto escrito en jeroglíficos, egipcio demótico y el conocido idioma griego antiguo, proporcionó la clave para decodificar los jeroglíficos en el año 1822. Un avance que amplió en unos 3 mil años el conocimiento moderno sobre la historia de Egipto. Cabe precisar que la Piedra Rosetta - uno de los objetos antiguos más famosos del mundo - es un fragmento de una estela egipcia (monumento monolítico con inscripciones), tallada en granito negro y con forma irregular. Esta piedra encontrada rota e incompleta, tiene escrito un decreto publicado en Menfis en el año 196 a. C. en nombre del rey Ptolomeo V (204-181 a. C.), en tres escrituras diferentes: el texto superior en jeroglíficos egipcios (catorce líneas), la parte intermedia en escritura demótica y la inferior en griego antiguo. El decreto dice que “los sacerdotes de un templo apoyaron al rey”, y el fragmento de bloque de roca donde está inscrito, fue descubierto durante una expedición militar francesa comandada por Napoleón Bonaparte, cuando cruzaba la región egipcia de Rosetta; de allí su nombre. En 1820, el historiador, lingüista y egiptólogo francés, Jean-François Champollion, considerado “el fundador de la egiptología” se embarcó plenamente en el proyecto de descifrar la escritura de la Piedra Rosseta, y fue hace ahora 200 años cuando publicó su primer avance para desentrañar el sistema de escritura egipcio, al que añadió un trabajo con más precisiones en 1824. Previamente el científico inglés Thomas Young (1773-1829), había hecho avances en el desciframiento de las inscripciones y logró traducir correctamente algunos jeroglíficos de la Piedra, pero la primera traducción completa se atribuye al erudito Champollion (1790-1832). La importancia de este desciframiento para la egiptología ha sido inmensa, ya que antes, nadie sabía cómo leer los jeroglíficos egipcios antiguos, según los expertos del Museo Británico , donde se exhibe la Piedra Rosetta, siendo uno de los objetos más famosos de sus colecciones y más populares entre los visitantes. Debido a que las inscripciones dicen lo mismo en tres escrituras diferentes, la Piedra Rosetta fue clave para descifrar los jeroglíficos. Precisamente, con motivo de los 200 años desde el desciframiento de los jeroglíficos egipcios, el Museo Británico presenta desde esta semana la exposición Hieroglyphs: unlocking ancient Egypt (Jeroglíficos: revelando el antiguo Egipto) y se prolongará hasta febrero del 2023. La exposición reúne más de 240 objetos, incluidos préstamos de colecciones de otros museos europeos, la cual está encabezada como no podría ser de otra manera, con la Piedra Rosetta, que nos llevara a través del arduo trabajo que se realizo para descifrarlo y rescatar la historia de una de las civilizaciones más antiguas del mundo.
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