SONIDOS DEL MUNDO

viernes, 18 de febrero de 2022

DELHI PURPLE SAPPHIRE: La amatista maldita

Una de las joyas malditas que peor fama tienen alrededor del mundo es el Delhi Purple Sapphire. En su historia, podremos encontrar lúgubres suicidios ocasionados, según la creencia popular, porque se trata de un objeto embrujado. Y, aunque lleva por nombre zafiro, en realidad esta piedra es una amatista. Su inicio se remonta al coronel de caballería W. Ferris, el cual llevó a Gran Bretaña esta gema. Cuentan las leyendas que la amatista fue robada - que se podía esperar de un inglés - del templo de Indra en Cawnpore (India) durante la revuelta hindú de 1857. Al ser portador del Delhi Purple Sapphire, Ferris tuvo muy mala suerte al perder tanto su salud como su dinero, algo que también pasó con su hijo quien heredó la piedra robada. Para 1890, pasó a las manos del escritor y afamado científico, Edward Heron-Allen, quien al poco tiempo perdió la mayoría de su fortuna. En su desesperación y enojo, Edward lo arrojó al canal Regent. Lo más extraño es que a los pocos días, un joyero local se lo devolvió luego de comprarlo a un extraño que de alguna manera tropezó con la gema en el canal. Imaginen la situación de Edward, el cual tratando de proteger a su hija recién nacida, decidió que lo mejor era rodear esta amatista con varios hechizos de protección. Por eso creó una caja llena de sigilos mágicos y talismanes protectores. No conforme con eso, la sepultó con otras siete cajas y la enterró en lo profundo de su sótano. Incluso Heron-Allen decidió escribir una carta para advertir a quien quisiera poseer el Delhi Purple Sapphire: “Cualquiera que abra las cajas leerá esta advertencia, y luego hará con la gema lo que considere oportuno. Mi consejo es que la arroje al mar”. La experiencia, aunque sin duda debió de ser traumatizante, le sirvió al escritor para escribir el libro con una recopilación de relatos sobrenaturales: The Purple Sapphire, que fue publicado en 1921. Tras su muerte, su hija Mair Jones, donó la joya al Museo de Historia Natural de Londres. Aunque todos habían leído la advertencia de Heron-Allen, los curadores del museo se encontraban reacios a deshacerse de tan importante joya. En el año 2000, John Whitakker era el responsable el departamento de Micropaleontología del museo y decidió llevar la pieza a la reunión anual de la Heron-Allen Society. Cuando regresaba a su casa con su esposa, Whitakker narró una extraordinaria historia: “El cielo se puso de repente completamente negro y nos vimos atrapados en medio de la más espantosa de las tormentas. Pensamos abandonar el coche y salir corriendo mientras mi mujer gritaba: ¿Por qué tuviste que traer esa maldita cosa?”. Para la segunda reunión, Whitakker cayó enfermo por una infección intestinal y para la tercera se lo impidió un tremendo cólico renal causado por una piedra. La mejor decisión para todos fue que para la cuarta reunión, nadie movería la gema y mejor se desplazaron al museo para no tener más desagradables sorpresas. Llama la atención es que desde que se encuentra bajo custodia, cesaron las muertes ¿Maldición o coincidencia?
actualidad cultural
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