SONIDOS DEL MUNDO

viernes, 15 de febrero de 2019

ENIGMAS DE LA HISTORIA: El Pájaro de Saqqara

El orgullo de volar demasiado cerca al sol le salió muy caro a Ícaro. La mitología dice que huyó del famoso laberinto del rey Minos en Creta con alas hechas de plumas y cera, construidas por su padre Dédalo. Su historia debería haber sido una advertencia a la humanidad para que no pusiera en entredicho la voluntad de los dioses, pero no fue así... afortunadamente. Hace cien años empezó la aventura de volar con los hermanos de Wright y su planeador de doble hélice con motor de gasolina. A partir de ese momento, el hombre alcanzó un sueño que se remontaba a las mentes de sus antepasados. Los planos de Leonardo da Vinci fueron sin duda un precursor del vuelo, con sus dibujos de velas, planeadores y hélices. Sin embargo, encontramos referencias a máquinas voladoras, o dispositivos que permitieron de alguna manera volar a nuestros antepasados en muchas mitologías del pasado. ¿Son sólo leyendas, verdad? Hay, sin embargo, toda una serie de hallazgos arqueológicos, los llamados OOPARTS (objetos fuera de su tiempo), que son muy polémicos y que nos pueden ayudar a comprender el alcance de la antigua tecnología más avanzada. Uno de estos hallazgos es sin duda el conocido como “Planeador de Saqqara”. A finales del siglo XIX, una expedición arqueológica descubrió un objeto con forma de pájaro entre otras piezas en una tumba de Saqqara que se remonta al 200 a. C. El pájaro está hecho de madera de sicomoro (árbol consagrado vinculado a la diosa Hathor y símbolo de la inmortalidad) y fue hallado junto con una tela en la que se podía leer la palabra ‘Pa-di-Imen’,”regalo de Amón”. Expuesto en la sala 22 del Museo Egipcio de El Cairo con el número de inventario 6347, se trata de uno de los hallazgos arqueológicos más polémicos conocidos. Con una longitud de unos 14 cm y una envergadura de 18 cm, lo que a primera vista nos recuerda a un planeador es que el objeto no pesa más de 40 gramos. Aparte del pico y los ojos, que apuntan a la representación de un halcón - el emblema del dios Horus, lo que encontramos curioso es la cola (cuadrada, extrañamente vertical y supuestamente con una parte hundida que podría dar acomodo a “algo”), las alas (abiertas pero sin la más mínima curvatura, se hacen cada vez más delgadas en dirección a sus extremos y han sido encajadas en el interior de una ranura) y la ausencia de patas. El objeto, que podría estar influido por la estilización extrema de un artista, no tiene ningún tipo de marcas talladas que pudieran representar las plumas de un hipotético pájaro; sin embargo, no podemos descartar que esta peculiaridad sí se observara en una pintura que hubiera desaparecido casi por completo con el paso del tiempo. Podría ser un objeto ritual, un juguete o una veleta destinada a señalar la dirección del viento en embarcaciones sagradas; esta última hipótesis estaría confirmada por algunos relieves del Imperio Nuevo hallados en el templo de Khonsu. El primero en pensar de forma diferente fue Khalil Messiha, profesor de anatomía artística de la Universidad de Helwan, quien pareció reconocer en el sorprendente pájaro la maqueta de un planeador, aunque carente de cola. Messiha tuvo la osadía de poner su hipótesis por escrito, y desde entonces, para bien o para mal, el objeto es conocido indistintamente como el Pájaro o el Planeador de Saqqara. En los años setenta del siglo pasado, el Ministerio de Cultura egipcio constituyó una comisión para que esclareciera el misterio, y los expertos coincidieron en la singularidad de la pieza afirmando que no se trataba de un simple juguete, sino de un modelo que podría tener valor aerodinámico. Martin Gregorie, diseñador y fabricante de planeadores, se tomó la molestia de reproducir el avión, aunque finalmente no pudo conseguir hacerlo volar debido a su inestabilidad. Pero el biólogo y naturalista Ivan Terence Sanderson obtuvo un resultado completamente diferente durante su simulación. Modificando el modelo y utilizando madera de balsa en lugar de sicomoro, Sanderson demostró que podía hacerlo volar con apenas un ligero empujón, consiguiendo incluso que planeara. Como siempre, existen luces y sombras en estos experimentos que no permiten expresar una sentencia definitiva. Es innegable que este descubrimiento, cuya función no comprendemos del todo bien, era el símbolo de un pájaro sagrado para la mitología egipcia, pero también representa el vuelo, una prerrogativa de los dioses. Tal vez esa pieza que falta en la parte trasera de ese peculiar artefacto pudiera razonablemente ser la cola del avión (controlando la estabilidad y aportando equilibrio), que gobierna la rotación y permite el despegue, el ascenso y el descenso en un aeroplano. Los dioses egipcios eran a menudo descritos con el aspecto de un pájaro y asociados con eventos naturales como el trueno y el rayo. ¿Es posible que los antiguos egipcios supieran cómo volar?
actualidad cultural
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