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viernes, 18 de agosto de 2017

EE.UU.: El legado confederado

Saliendo al paso de quienes pretenden falsificar la historia, el presidente estadounidense Donald Trump, criticó la remoción de numerosas estatuas dedicadas a los líderes de la Confederación. "Es triste ver como la historia y la cultura de nuestro gran país esta siendo destruido con la eliminación de hermosas estatuas y monumentos que adornan las ciudades", escribió en un mensaje en Twitter, agregando que no se puede cambiar la historia, pero si aprender de ella, advirtiendo que si esto no se detiene, podrían derribarse a continuación las estatuas de George Washington o Thomas Jefferson, quienes tenían los mismos ideales que Robert E. Lee y Jefferson Davis (los líderes confederados). Trump también declaró que "los bellos monumentos que están siendo sacados de nuestras ciudades, pueblos y parques nunca podrán ser reemplazados por otros de igual valor" indicó. Como sabéis, el último sábado, sectores nacionalistas celebraron un mitin en Charlottesville, Virginia, para protestar contra los planes de las autoridades de remover una estatua del general confederado Robert E. Lee de un parque de la ciudad, quien es considerado un icono histórico en el sur de los Estados Unidos. Ello debido a que el Ayuntamiento de la ciudad había votado en febrero a favor de la retirada de la estatua del general, erigida en 1924, al considerarla ‘divisiva’ y
renombró el parque en que se ubica. Desde entonces, la justicia ha paralizado temporalmente el traslado del monumento y ha habido acaloradas protestas de los sectores nacionalistas. El pasado fin de semana, cuando decenas de ellos se manifestaban pacíficamente por la ciudad, fueron atacados a traición por un grupo de extrema izquierda llamado Antifa, que ‘justifica’ el uso de la violencia como un método válido para protestar en las calles, incluyendo la destrucción de la propiedad privada y la violencia física contra sus oponentes. Durante la refriega murió una contramanifestante y dos policías al estrellarse un helicóptero que vigilaba la marcha. La prensa estadounidense - en manos de poderosas corporaciones judías especialistas en deformar la realidad - inicio una sistemática campaña mediática para victimizar a los criminales de Antifa, culpando de los actos de violencia a los nacionalistas, cuando  precisamente ellos fueron los atacados, aprovechando la situación para exigir la demolición y el derribo de los monumentos construidos en memoria de los lideres confederados, entre los cuales destaca Robert E. Lee, hijo de un héroe de la Guerra de Independencia y quien desde joven brilló por sus habilidades militares. Graduado con distinciones de la Academia de West Point, participó en varias batallas importantes de la guerra librada entre EE UU y Méjico.
En la antesala de la Guerra Civil, en 1861, a Lee le ofrecieron liderar las fuerzas de la Unión, pero él rechazó alegando que no quería luchar contra Virginia, su Estado natal e integrante de la Confederación. Tras dimitir del Ejército de la Unión, Lee aceptó ser comandante de las fuerzas de la Confederación. Los expertos destacan que tenía habilidades tácticas, pero debido al bloqueo naval a la Confederación, impidió que recibiera el armamento para enfrentar al enemigo, lo que a la postre facilito la victoria el triunfo de la Unión en 1865. Según se alejó el recuerdo del conflicto bélico entre el norte y el sur, la figura de Lee fue recuperándose, necesitado el sur de EE UU de levantar mitos. Su figura ganó popularidad sobre todo a principios del siglo XX cuando avanzó en el imaginario colectivo sureño la idea de que la derrota en la guerra fue injusta. También ganó impulso el principio de que el sur no luchaba por preservar la esclavitud - como la propaganda enemiga pretendió presentar - sino por los ideales constitucionales. Es común por ello, sobre todo en el sur de EE UU, que haya escuelas, avenidas y estatuas en honor a Lee, considerado un héroe de la Guerra Civil. Existen alrededor de 718 monumentos confederados en EE. UU., según los cálculos del Southern Poverty Law Center. También hay 109 escuelas públicas nombradas en honor a Lee, como al presidente de la Confederación Jefferson Davis y otras figuras de la Guerra Civil.
Pero el mito de Lee ha ido creciendo fruto del análisis de la historia y se convirtió en el mas reverenciado líder confederado. Como dato curioso, cabe resaltar que los terrenos donde se encuentra el cementerio nacional de Arlington, a las afueras de Washington, en su día pertenecieron a Lee. El general vivió en la mansión, heredada por su esposa, que domina el camposanto durante 30 años. Pero luego de la guerra, como represalia por haber liderado al ejército sureño, le fue expropiada. Su hijo trató de recuperarla y la justicia le dio la razón, pero allí ya habían sido enterrados soldados caídos en combate, por lo que el hijo fue indemnizado. En cuanto al general Lee, fue enterrado en una capilla de la Universidad Washington y Lee, en Lexington (Virginia), centro de peregrinaciones de los nacionalistas que añoran a la Confederación. Desde el 2015, una interesada campaña promovida por negros y judíos, pretende ‘revisar’ la historia de los EE.UU. buscando suprimir el legado confederado, así como sus monumentos, estatuas y banderas, pero hagan lo que hagan, no podrán borrarlo de la memoria de la gente, ya que sus ideales perdurara por siempre. Venga ya ¿quiénes son los intolerantes?
actualidad cultural
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