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viernes, 19 de febrero de 2016

ARTI IN ITALIA OLTRE IL FASCISMO: El legado de Mussolini en todo su esplendor

Quien visite Roma y se de una vuelta por el Foro Mussolini (hoy Itálico) o el barrio Eur, podrá percatarse que el Duce sigue presente hasta el día de hoy. Grandes palacios y numerosos monumentos construidos durante el régimen fascista son atracciones turísticas de primer orden y continuamente visitadas por miles de personas cada día. Como sabéis, en Italia subsisten numerosos monumentos con alusiones o inscripciones con el nombre de Benito Mussolini, realidad que responde a una carencia de legislación sobre este aspecto de su pasado fascista. Tras el final de la Segunda Guerra Mundial y el ocaso del fascismo, Italia se limitó únicamente a cambiar el nombre de muchas de sus calles que hacían referencia al régimen del Duce, dejando intacto su arquitectura, tal y como explicaron fuentes del Ministerio de Cultura de Italia. Ello debido a que ningún Gobierno italiano ha querido llevar adelante una normativa similar a la infame Ley de Memoria Histórica aprobada en España en 2007, que solo reabre viejas heridas ya superadas. Es por ese motivo que Italia convive actualmente con su pasado fascista y el legado arquitectónico de aquella época. Muestra de ello son los numerosos monumentos que se erigieron durante el régimen de Mussolini y que aún hoy se reparten por todo el territorio italiano. En Roma, un ejemplo de ello es el barrio periférico del Eur, que se construyó para albergar la Exposición Universal de Roma en 1942, aunque finalmente el proyecto no se realizó debido al estallido de la Segunda Guerra Mundial. En este barrio residencial se pueden observar monumentales edificios de mármol blanco en los que se encuentran numerosas referencias al Duce y a su Imperio. En el Palacio de los Oficios - el primer edificio construido en el barrio e inaugurado en 1939 - hay en el frontón principal una frase que resume el afán expansionista de Mussolini: "La Tercera Roma se extenderá desde las altas colinas a lo largo de las orillas de río sagrado hasta las playas del Tirreno". Erigir una Tercera Roma en el mundo era uno de los grandes anhelos de Mussolini, después de la Roma antigua y la Roma cristiana. En este edificio se observa una gran estela monumental que, con las técnicas del bajorrelieve usadas para las columnas conmemorativas en la antigua Roma, representa a Mussolini que, como un emperador romano, entra a caballo en sus dominios con el brazo levantado en el tradicional saludo fascista. Pero no solo el Eur, en Roma el Duce también construyó el Foro Mussolini (1928-1938), actualmente llamado Foro Itálico, unas grandes instalaciones capaces de albergar diversas disciplinas deportivas. Precisamente en este espacio destaca la presencia de un obelisco conmemorativo en su honor en el que se puede leer en caracteres cubitales Mussolini Dux y advertir un enorme mosaico con el lema: "Duce, os dedicamos nuestra juventud". La actual presidenta de la Cámara de los Diputados italiana, Laura Boldrini, causó una gran polémica cuando el pasado año propuso eliminar estas inscripciones. Las críticas se alzaron desde partidos conservadores como Forza Italia, pero también desde el Partido Demócrata (PD), su grupo político y el del primer ministro italiano, Matteo Renzi quines repudiaron sus palabras. El diputado del PD Stefano Pedica, por ejemplo, se preguntó entonces si "para eliminar la historia fascista de Italia era necesario echar abajo el entero barrio del Eur, algo absurdo desde todo punto de vista”, aseveró En Roma también se mantienen intactos imponentes bajorrelieves con miembros del ejército fascista avanzando pistola en mano en el puente Duca D'Aosta que da acceso al Foro. Pero no solo en la capital italiana, sino que el legado fascista se extiende también por otras partes del país como en la Plaza de la Victoria de Génova, el Monumento a los Caídos en el municipio de Como, la Casa del Fascismo en el municipio de Predappio, el Mausoleo Cadorna en Pallanza o el Monumento de la Victoria en Bolzano. En el caso de Bolzano, este monumento construido en época fascista ha sido transformado desde 2014 en un museo "liberado de ideología", para que lejos de crear tensiones entre la población local sea un lugar para la historia, explican los responsables del museo en su página web. Que diferencia con España donde unos trasnochados pretender derribar el Valle de los Caídos. En Italia consideran al fascismo como parte de su historia y como tal no puede ser borrada de la memoria colectiva. No debe sorprendernos por ello el reciente anuncio del gobierno de destinar dos millones de euros para crear el Museo del Fascismo, que se realizará en la ex Casa del Fascio, justo a 500 metros de la casa en que nació Benito Mussolini (1883-1945), en Predappio, pueblo de 6.500 habitantes en la provincia de Forlí-Cesena, en la región de Emilia-Romagna, a 320 kilómetros de Roma. El primer ministro, Matteo Renzi, que es también secretario del Partido Democrático (PD), considera que se debe romper con un tabú que ha durado más de 70 años y que ha llegado la hora de hacer cuentas con el pasado. El subsecretario, Luca Lotti, ha visitado ya el lugar y ha garantizado que el gobierno se hará cargo del 40% de los costes del museo, situado a poco más de un kilómetro de la cripta donde se conservan los restos mortales del Duce Mussolini, visitada cada año por miles de nostálgicos en camisa negra. El pueblo de Predappio tiene la ambición de convertirse en meta de estudiosos. Por ahora es lugar de visita para los post-fascistas, que encuentran tiendas con recuerdos del Duce: calendarios, camisetas, pósters, gafas, estatuas, banderas… Algunos con esta frase: “Por un mundo más limpio, vuelve tío Benito”. En el cementerio, donde se encuentra la cripta de Mussolini, los nostálgicos dejan en un cuaderno dedicatorias, muchas de ellas son eslóganes o frases hechas como: “Duce, vuelve para arreglar esta Italia que está en la ruina”. Para el alcalde de Predappio, Giorgio Fassineti (PD) se cumple así un sueño, por el que ha luchado desde hace años: “Queremos contribuir con este museo a la historia de nuestro país”, afirma. Será un gran centro de documentación: “Meteremos en el primer puesto la historia, dejando al margen aspectos ideológicos”, añade Carlo Giunchi, consejero del alcalde. Giunchi acaba de visitar en Múnich el museo dedicado al nazismo, abierto el pasado año. Algo similar es lo que se realizará en el pueblo natal de Mussolini: en los 2.100 metros de lo que fue la Casa del Fascio se instalará el museo, en tres pisos, con centro de documentación, archivo, biblioteca, sala para exposiciones, librería, restaurante y oficinas. Se espera que ahora se produzca un debate histórico-ideológico, acompañado de cierta polémica. De todas formas, se impone la tendencia de Matteo Renzi: ha llegado la hora de hacer cuentas con el pasado. Así lo señaló también recientemente el presidente del partido de Renzi, Matteo Orfini: “No tenemos necesidad de cancelar nuestra memoria. Borrarla es un elemento de debilidad, no de fuerza por parte de quien la practica”. El camino para romper el tabú lo abrió ya en 2013 el ex vicepresidente del gobierno y ex alcalde de Roma, Walter Veltroni (PD), quien rehabilitó el arte del régimen fascista. Veltroni, considera absurdo tratar de esconder la época fascista ya que es parte integral de nuestra historia. “La historia, también la fascista, entrega a las generaciones posteriores sus obras de arte, su arquitectura para que tengamos conciencia y memoria de su civilización”, puntualizó.
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