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viernes, 24 de marzo de 2023

CATEDRAL DE SAN VITO: Siete siglos en la historia de Praga

Lugar de coronación durante siglos de los reyes de Bohemia y sitio de enterramiento de los monarcas, nobles, arzobispos y santos patronos del país. Nos referimos a la Catedral de San Vito, ubicada en el distrito de Hradčany - en el interior del complejo del Castillo de Praga - es uno de los monumentos más visitados de la República Checa. Como casi todas las grandes obras de la época, su ejecución duró siglos. Comenzó a edificarse en el año 1344 y no se ha completado hasta bien entrado el siglo XX. Su interior, entre otros grandes tesoros, cobija las joyas de la Corona de Bohemia, el sepulcro de San Wenceslao y los vitrales Art Nouveau de un artista casi contemporáneo, como Alfons Mucha, a cuya figura y obra Praga ha dedicado un museo. La catedral, aunque es católica, pertenece al Estado, pero no es una cosa de ahora, sino que viene del momento mismo de su construcción en el siglo XIV. La primera piedra la puso el emperador Carlos IV sobre los restos de una antigua basílica romana, y fue el arquitecto Matías de Arras el que comenzó las obras en estilo gótico francés. Éste sólo vivió ocho años más, por lo que su sucesor, el alemán Petr Parler, continuó la obra, ya en estilo gótico tardío. Ambos arquitectos están enterrados en la catedral, exactamente en la capilla de Santa María Magdalena. Y en los siglos siguientes se fueron añadiendo elementos arquitectónicos renacentistas y barrocos, hasta que se terminó en 1861. La consagración definitiva del templo tuvo lugar mucho más tarde, en 1929. En el centro de la catedral se encuentra el mausoleo Real (1571-1589) con las figuras en mármol de Fernando I, su esposa Ana Jagellón y su hijo Maximiliano II. Sin embargo, la tumba más célebre de la catedral es precisamente la del santo que le da nombre: San Vito. También se puede ver la de San Juan Nepomuceno, una tumba con dos toneladas de plata que custodian unos ángeles de rubios cabellos. A dos pasos nos encontramos con el oratorio Real, símbolo de la soberanía del rey, que se terminó en 1490, y la cripta Real, con los sarcófagos de mármol de personalidades checas, como Carlos IV, Wenceslao IV (el Rey Bueno), Jorge de Podebrady y Rodolfo II. La capilla lateral más sorprendente de la catedral es, sin duda, la de San Wenceslao, patrón de los checos, porque sus paredes contienen trozos de piedras semipreciosas y las pinturas de sus muros datan nada menos que del siglo XVI. Esta capilla, cerrada con siete llaves, tiene unas escaleras semiescondidas que conducen a la cámara de la Corona, donde se guardan, entre otras joyas, la corona de oro de San Wenceslao, realizada en 1346 para Carlos IV. Por esta razón, la capilla es uno de los elementos más visitados de la catedral. La corona fue dada como ofrenda a San Wenceslao (de aquí su nombre). El diseño de la Corona, con cuatro grandes flores de lis en la diadema que se cierra con dos arcos y una cruz parisina, se inspiró en la insignia real de la Casa de los Premislites, así como el de la corona de los reyes de Francia. La corona es de oro y está decorada con piedras preciosas; se guarda en un estuche de cuero con el escudo del rey Carlos IV, el águila imperial y el escudo de la República. Pero también tiene sus curiosidades. Entre las piedras que adornan la corona de San Wenceslao se encuentra el mayor rubí del mundo utilizado en joyería y seis de los nueve zafiros más grandes del mundo. Además de acuerdo con la leyenda, quien lleve la corona sin derecho será castigado con la muerte. Se dice que en 1941, el Protector de Bohemia y Moravia, Reinhard Heydrich aparentemente se puso la Corona de San Venceslao en la cabeza, desafiando así la leyenda, muriendo antes de un año a causa del atentado llevado a cabo por dos paracaidistas checos. Otro dato para recordar: la campana que se halla dentro del campanario de la catedral es conocida con el nombre de Zikmund y se cree que es la de mayor tamaño de la República Checa. Pero si quieres disfrutar de una de las zonas más espectaculares de la catedral, hay que dirigirse hasta el crucero, donde se encuentra la representación del Juicio Final. Muy cerca está el acceso a su gran torre, de 96 metros de altura, toda una tentación para los amantes de las vistas espectaculares. Atrévete y sube los 297 escalones de su escalera de caracol para llegar a lo más alto y, de paso, verás también de cerca los mecanismos del campanario. Si puedes, no te lo pierdas. Desde arriba, tendrás una espectacular estampa de la ciudad protagonizada por el Puente de Carlos, de la Ciudad Vieja (Staré Město) y la Ciudad Pequeña (Malá Strana).
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