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viernes, 4 de noviembre de 2022

BASILICA DE SAN MARCOS: La catedral bizantina de Venecia

Si estás planeando un viaje a Venecia, el lugar que seguro anotarás primero en el itinerario será la Basílica de San Marcos, la exquisita catedral bizantina de múltiples cúpulas que se encuentra en la Piazza San Marco. Los mosaicos bizantinos dorados que iluminan la catedral le han valido el título de "Iglesia de Oro" o como la llaman los locales, Chiesa d'Oro. Estos mosaicos decoran no sólo la entrada principal de la iglesia, sino también el interior de las cinco cúpulas de la basílica. Esta colosal estructura fue construida en el siglo IX para albergar los restos de su homónimo, el patrón de Venecia, San Marcos. Antes de convertirse oficialmente en catedral en 1807, sirvió como capilla del Palacio Ducal. Gracias a la importancia histórica y brillantez arquitectónica, la Basílica de San Marcos es una de las muestras más icónicas de Italia y una de las mejores atracciones turísticas. La historia de esta basílica, como la mayoría de eventos históricos relacionados con ella, comenzó también con un robo. Tal es la historia detrás de la construcción de la Basílica de San Marcos. Las reliquias de San Marcos, que ahora están protegidas dentro de la basílica, fueron sacadas de ‘contrabando’ de Alejandría (Egipto) por comerciantes venecianos en 828. Como el caballo de Troya fue usado como subterfugio por los griegos para entrar en dicha ciudad, quienes lo hurtaron escondieron los restos en un barril de grasa de cerdo. Este ‘secuestro’ se hizo efectivo cuando el gobernador turco de Alejandría amenazó con destruir el santuario de San Marcos para usar sus mármoles en una mezquita. Como era de esperar, idearon una estrategia para sacar las reliquias. Sus planes tuvieron éxito debido a que los funcionarios de aduanas ni siquiera inspeccionaron el barril ya que la carne de cerdo es detestada por los musulmanes al considerarla ‘impura’. La basílica original, que se construyó dentro del complejo del Palacio Ducal, se quemó en 928 durante una revuelta contra el dux Pietro Candiano IV. La estructura actual fue consagrada en 1071. Si bien la magnífica obra de los arquitectos bizantinos e italianos es evidente en la catedral, su grandeza se acentúa por los famosos cuatro caballos de bronce y la Virgen Nicopea traídos a Venecia desde Constantinopla tras el saqueo de la capital bizantina durante la Cuarta Cruzada, en 1204. El modelo arquitectónico de la basílica tiene profundas raíces en el contexto cultural de Constantinopla, tomando como ejemplo la Iglesia de los Doce Apóstoles, construida en la época de Justiniano y destruida por los turcos en 1462. Durante los largos siglos que separan desde su construcción de nuestros días, la Basílica de San Marcos fue embelleciéndose cada vez más. Tanto que su interior parece estar bañada de oro, esto dicho literalmente. Su exterior es igualmente imponente, con hasta 5 cúpulas que le dan una sensación única de enormidad. A la vez manteniendo un equilibrio estético impresionante. Por si esto fuera poco, custodiando las enormes cúpulas, podemos apreciar en la fachada grandes arcos. Éstos están decorados con mosaicos en los que de nuevo resalta el característico dorado de la basílica. En la altura superior, coronando la gran vidriera central, el arco más grande de todos finaliza en forma de pico y, dentro, como el rey dorado de la fachada, está el león alado símbolo de Venecia. Acompañando al león veneciano, una decoración azul y dorada cubre el pico del arco. Un poco más alto, el único por encima del león, está el apóstol San Marcos representado en una estatua que lidera la fachada. Con el león, Venecia y San Marcos juntos representan el poder de la ciudad. Cerrando esta altura y la parte más central de la fachada, otro elemento destacadísimo decora la Basílica de San Marcos. Frente a la gran vidriera, en la parte superior tenemos al león veneciano y a San Marcos y, abajo, asomándose a la plaza está la famosa cuadriga. Un conjunto escultórico de cuatro caballos que son uno de los más grandes tesoros de Venecia. Hay que resaltar que las cuatro estatuas son réplicas y que las originales se encuentran en el interior de la basílica desde 1977 por motivos de conservación. Cuando los venecianos, partícipes en la 4ª cruzada, saquearon Constantinopla, se llevaron a Venecia algunos de sus tesoros. La cuadriga de bronce fue uno de sus mayores botines. Automáticamente la utilizaron para embellecer la Basílica de San Marcos. Debido a este expolio, hoy podemos admirar en Venecia una de las obras de arte bizantino mejor conservadas y un resquicio de la grandeza del Imperio Romano de Oriente. Una obra de más de 1500 años. Como ladrón que roba a ladrón, durante la invasión de Italia, Napoleón se los llevo a Paris, colocándolos en lo alto del Arco del Carrousel, pero tras su caída, fueron devueltos a Venecia. De otro lado, el interior de la Basílica de San Marcos nos dejará, como su exterior, igualmente boquiabiertos. Su belleza es diferente, grandiosa pero de un modo distinto. En su exterior, su brillante blanco, dorado y los colores de sus mosaicos dan un brillo incalculable a tan noble construcción. Sin embargo, al entrar en ella te envuelve una sensación de bella oscuridad. Con un toque lúgubre, sin ser triste, uno tiene la impresión de tener un nudo en la garganta ante una sensación de respeto y sobrecogedor encantamiento. Dentro de esa luminosidad tan suave, el dorado de su decoración y sobre todo de sus mosaicos le da una imagen espectacular. De imponente belleza. Los mosaicos son los protagonistas del interior de la basílica. Para llegar a tener todos los que hoy tenemos la suerte de observar se invirtieron… ¡8 siglos! En la basílica tenemos dorado por todas partes con mosaicos en las bóvedas, columnas, altares… En ellos se representan escenas religiosas del Antiguo Testamento, de la vida de San Marcos, de la Virgen María y Jesús y del Nuevo Testamento. Pero también hay mosaicos que representan y celebran la creación de la propia basílica. Incluso mostrando el traslado de los restos de San Marcos desde Alejandría a Venecia. Asimismo, sobre el altar mayor de la basílica tenemos uno de los mayores atractivos de su interior. La llamada Pala de Oro. Ésta consiste en una enorme plancha de oro con piedras preciosas creada especialmente para la decoración de la basílica. Por último, el conocido como Tesoro de San Marcos es una colección de joyas, oro y piedras preciosas. Las reliquias que la poderosa República de Venecia fue coleccionando y guardando en su preciosa basílica para enriquecerla todavía más. De este impresionante tesoro, con el que cualquiera quedaba y queda impresionado, la Basílica de San Marcos se ganó - como anotamos al comienzo - el título de Chiesa d'Oro. Y, sabiendo la cantidad de oro y mosaicos dorados que hay en su interior, nos basta para imaginar lo increíble que debe de ser este tesoro. Una verdadera muestra de poder de la antigua República de Venecia.
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