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viernes, 24 de febrero de 2023

DUBLIN: El encanto de Irlanda

No cabe duda que el futuro de la capital de Irlanda va sobre dos ruedas. Ya antes del confinamiento por la plaga del Coronavirus, la bicicleta se había convertido en el mejor medio para recorrer esta ciudad de pubs y grandes escritores, pero durante aquellos duros meses muchos dublineses comenzaron a desplazarse en bici para evitar las aglomeraciones del transporte público, hacer ejercicio y escapar del encierro en casa. Las autoridades locales fomentaron estrategias sostenibles con la creación de carriles bici provisionales por toda la ciudad, muchos de los cuales han pasado a ser permanentes para regocijo de su medio millón de habitantes. Ahora se puede pedalear por casi cualquier calle y por el bonito litoral que circunda la bahía, con rutas verdes como la que conecta la playa de Sandymount con el ‘martello’ (torre fortificada) de Sandycove, donde está la torre de James Joyce, una atalaya costera donde el escritor dublinés pasó una semana en septiembre de 1904 y donde arranca su novela Ulises. Además de las iniciativas para fomentar el ciclismo, los aparcamientos se han transformado en zonas de pícnic improvisadas creando un inesperado ambiente campestre en algunas zonas urbanas. Otra área revitalizada es la de Lincoln Place, céntrica y universitaria, ahora con muchas tiendas de productos artesanales, calles peatonales y a un paso de las principales atracciones de la ciudad, como la National Gallery, el National Museum of Ireland o la National Library. Como podéis imaginaros, Dublín es una de las capitales más fascinantes de Europa, un sueño lluvioso que ha cautivado la imaginación de todo el que recorre sus calles. Es una ciudad rica en historia y herencia pero también devota de empresas más hedonísticas. Si se pasan en ella una o dos noches enseguida se verá que los dublineses se toman la diversión a muerte. El centro urbano, dividido por el rio
​ Liffey y ceñido al norte y al sur por dos canales es tan compacto y de fácil orientación como lo era 100 años atrás. En Southside están los museos, las plazas elegantes, el famoso Trinity College con el Libro de Kells, la comercial Grafton St y la Guinness Storehouse, que elabora la celebérrima cerveza desde 1759. Y, al otro lado del Liffey, Northside, zona de pequeñas cervecerías artesanas y restaurantes innovadores, acoge algunos de los edificios más señeros de la ciudad (los Four Courts o la General Post Office) y el enorme Phoenix Park. Pero el mayor tesoro de Dublín está por todas partes: su gente. Aún pueden verse personajes que Bloom bien podría haber conocido durante su paseo veraniego, ya que la ciudad conserva ese espíritu que la convierten en una de las más sencillas y afables de Europa. Una población joven y culta, y el ambiente social que le acompaña, sumado a una saludable afluencia de extranjeros atraídos por uno de los principales centros tecnológicos de Europa explica el actual dinamismo de Dublín. Esta es la capital del primer país donde una Citizens’ Assembly analiza asuntos importantes como el cambio climático e informa a un Parlamento que está obligado a responder. Cabe precisar que desde la pandemia, en el barrio de Southside han aparecido muchas tiendas de productos artesanales, lo que ha contribuido a su renovación. Otra de las consecuencias positiva fue la tendencia a comprar productos locales y de segunda mano. En Camden St hay muchas tiendas de ropa y libros de lance, y al oeste Francis St es célebre por sus anticuarios. La Dublín de hoy aún conserva todo el encanto de la ciudad de la época de Joyce al que ha añadido una batería de persuasivos atractivos que la hacen más interesante, entre los cuales podemos destacar: 1.-Banco de Irlanda/Parlamento: Esta mole paladiana de 1733 fue el primer Parlamento construido a tal efecto. Su diseño inspiró la Cámara de Representantes de Washington, pero después de la Ley de Unión de 1801 los británicos se empeñaron en modificar el interior para evitar futuros brotes independentistas. La Cámara de los Lores, sin embargo, sobrevivió; 2.-Irish Museum of Modern Art: Antes hospital para
soldados retirados, el edificio que hoy alberga la principal colección de arte moderno de Irlanda fue fundado en 1684 tomando como modelo Les Invalides de París. Esto explica la fachada clásica y el elegante patio, ambos incongruentes con la modernidadque ahora encierran sus paredes: 3500 obras de artistas irlandeses y extranjeros; 3.- National Gallery of Ireland: Abarrotada de pintura irlandesa, maestros holandeses, barroco italiano y obras de todas las grandes escuelas europeas, este oasis de cultura en medio del Dublín georgiano contiene 15 000 pinturas y esculturas; 4.-National Museum of Ireland: Este museo explora el acervo de Irlanda con cuatro millones de objetos repartidos en cuatro sedes. La sección etnográfica, Irish Folklife, está en Mayo, pero las otras tres se encuentran en Dublín: Arqueología (Kildare St), Artes Decorativa e Historia (Collins Barracks), con una exposición sobre el Levantamiento de 1916; e Historia Natural (Merrion St); 5.- Trinity College: Se puede pasear tranquilamente por los bonitos jardines y plazas de la universidad con más abolengo de Irlanda, fundada en 1592. El lugar rezuma erudición, y si uno se tumba en la hierba el tiempo suficiente, como hacen los estudiantes, podría incluso absorber por ósmosis algunos conocimientos. La lista de alumnos incluye a Oscar Wilde, Samuel Beckett, Jonathan Swift y… Courtney Love; 6.-Phoenix Park: Este espacio verde al oeste del centro de Dublín parece totalmente salvaje. Centenares de ciervos corren en este parque de 709 Ha, donde también se encuentra el zoo de Dublín. Al igual que los ciervos, los visitantes pueden campar a sus anchas por el resto del parque, merendar junto al lago en el Furry Glen y ver el castillo de Ashtown, del s. XV. Dublín es a veces desconcertante, donde la gran cultura y el craic más desenfadado van de la mano con la historia que aparece escrita en cada esquina. Los dublineses son generosos en grado sumo, y en los legendarios pubs corren ríos de la celebérrima cerveza negra. Visto así las cosas y ahora que en marzo se celebra el Día de San Patricio ¿A qué esperas para conocerla?
actualidad cultural
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