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viernes, 4 de octubre de 2019

LA MEZQUITA AZUL: Una colosal estructura que se eleva hacia el cielo

Quien visita Constantinopla (renombrada como ‘Estambul’ en 1453 por los invasores turcos) no puede dejar de sorprenderse por unas inmensas estructuras que buscan rivalizar con la Basílica de Santa Sofía. Nos referimos a las mezquitas y una de ellas llama poderosamente la atención, como es la llamada Mezquita Azul, cuyos enormes minaretes se elevan en los cielos de la antigua capital del Imperio Bizantino. Inaugurada en junio de 1617, seis meses antes de la muerte del sultán Ahmed I, quien ordenó su construcción para apaciguar a Alá tras la derrota de sus ejércitos. Este complejo arquitectónico de una belleza sublime (ubicado en el lugar que ocupaba el Gran Palacio de Constantinopla) fue erigido junto al hipódromo, donde compitieron aurigas y caballos, y enfrente de Santa Sofía, que sirvió como modelo para esta y otras mezquitas otomanas. La Mezquita Azul debe su nombre a su revestimiento interior, formado por miles de azulejos de Iznik que crean una tonalidad azul. Hacia el cielo se elevan sus afilados minaretes, adonde se encaramaban los muecines para convocar a los fieles a la oración, hoy sustituidos por un sistema megafónico. El desarrollo de la mezquita comenzó en agosto de 1609. La expectativa del sultán era que la Mezquita Azul seria el principal lugar de adoración de su Imperio. Designó al dibujante Sedefkar Mehmet Ağa, suplente e importante mano derecha para el destacado modelador Sinan. La asociación del desarrollo se describió cuidadosamente en ocho volúmenes, que se encuentran actualmente en la biblioteca del Palacio de Topkapı. El servicio de iniciación se produjo en 1617 a pesar de que la entrada de la mezquita muestra el año 1616 y el sultán imploró en el ilustre vestíbulo hünkâr mahfil. En cualquier caso, el edificio no fue terminado bajo su sultanato, sino bajo el de Mustafá I. Pese a su trazado irregular, el arquitecto ha logrado establecer un conjunto armónico; en el exterior el edificio se presenta como una sucesión de cúpulas escalonadas que crecen hasta llegar a la gran cúpula central. En la concepción del edificio y en el sistema de soporte se hace evidente la influencia que Sinan tuvo en su discípulo. Las dimensiones del templo son gigantescas, el patio presenta el mismo tamaño que la sala de oración y, según cuenta la leyenda las existencias de piedra y mármol de las principales canteras de la zona se agotaron en su construcción. El nombre de Mezquita Azul - como lo anotamos líneas arriba - viene precisamente del fastuoso interior del templo que se encuentra revestido con más de veinte mil azulejos azulados fabricados en la antigua ciudad de Nicea y que fueron traídos a Constantinopla (Estambul) ex profeso. Sus formas se combinan para representar un amplio repertorio de decoración vegetal que asciende hacia las cúpulas. En su época se consideró que la Mezquita Azul sería demasiado fastuosa debido a la construcción de seis minaretes, ya que por aquel entonces la única mezquita que contaba con tal número de alminares era la Mezquita de la Kaaba situada en la Meca. Al mezclar elementos bizantinos de la cercana Hagia Sophia con la arquitectura islámica tradicional, fue considerada la última gran mezquita del periodo clásico otomano.
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