SONIDOS DEL MUNDO

viernes, 27 de noviembre de 2020

AL RESCATE DEL PATRIMONIO CULTURAL DE NAGORNO KARABAJ: Preservando el legado armenio en el Caucaso

Como sabéis, los sitios y monumentos que dan testimonio del increíble patrimonio histórico armenio en Nagorno Karabaj se han visto seriamente afectados por la guerra propiciada por Azerbaiján para intentar quedarse con territorios que no le pertenecen. Al respecto, los armenios han informado de que en Nakhijevan, en el cementerio medieval de la Vieja Jugha, se demolieron docenas de iglesias medievales, destruyéndose asimismo 5840 cruces ricamente decoradas y 22 mil lápidas históricas por parte de los invasores musulmanes, por lo que Moscú decidió intervenir para detener esta barbarie, forzando a los azeries a detener su agresión y salvar el legado armenio. Tal como sucedió en Siria, donde Rusia aplasto literalmente bajo toneladas de bombas y misiles al ilusorio “califato” de ISIS (aquella bestia sionista creada por los EE.UU. para “justificar” su injerencia en el Medio Oriente) en esta ocasión Moscú desempeñará la misma labor en Nagorno Karabaj, luego de que ese territorio armenio fuera ocupada por Azerbaiján tras un acuerdo de paz , y de momento es el único país en ofrecerse para proteger los muchos monumentos de la cultura antigua y cristiana de esa estratégica región del Caucaso. De esta manera, las fuerzas de mantenimiento de la paz rusas continuarán protegiendo el patrimonio histórico en Nagorno Karabaj, cuya preservación fue señalada como uno de los objetivos clave por el presidente Vladímir Putin. En efecto, durante una de las conversaciones telefónicas que mantuvieron los presidentes de Rusia y Azerbaiyán, Putin llamó la atención de Ilham Aliyev sobre el hecho de que en los territorios de Nagorno Karabaj que pasarán al control de Azerbaiyán se encuentran varias iglesias y monasterios cristianos. En este sentido, el mandatario ruso "enfatizó la importancia de asegurar la preservación y la vida normal de la Iglesia en estos santuarios" y recibió de Aliyev la garantía de que la parte azerbaiyana "proseguirá en esa misma vía". Además, Rusia considera necesario preservar el patrimonio en Nagorno Karabaj con la participación de estructuras internacionales como la UNESCO. "Por supuesto, involucraremos a la UNESCO en la restauración de los símbolos del patrimonio cultural [de Nagorno Karabaj] y en garantizar para ellos un trato respetuoso", declaró el canciller ruso, Serguéi Lavrov. Esta semana, Lavrov volvió a abordar el tema, destacando que "en Nagorno Karabaj las tareas de preservación del patrimonio cultural figuran entre las más urgentes" y que la UNESCO tendría un papel que desempeñar al respecto. Por su parte, el representante permanente de Rusia ante ese organismo, Alexánder Kuznetsov, informó que la cuestión de la participación de la UNESCO "se está discutiendo". No obstante, hasta el momento no se ha dado una respuesta clara. Y es que la preservación del patrimonio cultural incluye también su protección contra el vandalismo azerí. El 14 de noviembre, la Iglesia apostólica armenia informó sobre la profanación de la catedral del Santo Cristo Salvador en la ciudad de Shushi, que quedó bajo el control de Azerbaiyán. En los muros del templo, que previamente fue dañado por bombardeos, aparecieron inscripciones. La institución calificó el incidente de "vandalismo abierto y manifestación de intolerancia". El abad y los monjes de otro monasterio de Nagorno Karabaj, el de Dadivank, estaban a punto de abandonar el santuario antes de que las fuerzas de paz rusas lo tomaran bajo su vigilancia. El pasado lunes, desde el Ministerio de Defensa ruso anunciaron que, a petición de la población local, las fuerzas de paz rusas establecieron un puesto de observación en Dadivank, en la región de Kalbajar, y que se está resolviendo la cuestión de que los feligreses puedan visitar libremente el monasterio. "El superior dijo que protegiéramos a los cristianos", señaló un efectivo de mantenimiento de la paz. De momento, el único lugar donde se ha instalado un puesto de observación es Dadivank, que fue fundado en el siglo IX y conservó un conjunto de templos del siglo XIII, con frescos de la misma época. Pero existen varios otros monumentos destacados de la cultura antigua y cristiana en los territorios de Nagorno Karabaj que pasarán al control de Azerbaiyán, según el acuerdo para poner fin a las hostilidades alcanzado entre Armenia, Azerbaiyán y Rusia el 10 de noviembre. Uno de ellos es la antigua ciudad de Tigranakert y la iglesia de Vankasar, del siglo VII, ubicados en la región de Agdam. Los arqueólogos creen que se trata de las ruinas de una de las cuatro ciudades fundadas por el rey Tigrán II el Grande en el siglo I a.C. y que fue nombrada en su honor. En la región de Lachín, se encuentra el monasterio de Tsitsernavank, donde se conservó la iglesia basílica de Surb Gevorg (siglos V-VI) y un cementerio armenio medieval. Según la leyenda, en este lugar se guardaba el dedo meñique de san Gregorio el Iluminador, fundador y patrón de la Iglesia apostólica armenia. Se cree que san Gregorio el Iluminador también fundó en el siglo IV el monasterio de Amaras en la región de Khojavend. En ese lugar está enterrado su nieto, también san Gregorio, y se cree que en el monasterio vivió san Mesrob Mashtots, creador de la escritura armenia. Entre los edificios religiosos de la región cabe destacar también el monasterio de Gtichavank del siglo XIII, situado en la región de Hadrut, y una iglesia cercana del siglo VI. No es la primera vez que Rusia se ocupa de la protección y la preservación de objetos de patrimonio cultural de valor mundial. En los años 2016-2017 desempeñó un trabajo similar en la antigua ciudad de Palmira, en el desierto de Siria tras expulsar a ISIS. Las fuerzas rusas primero desactivaron miles de artefactos explosivos y municiones y luego comenzaron los trabajos de preservación del patrimonio. En la ciudad trabajaron especialistas del Ministerio de Cultura de Rusia, el Museo de Oriente, el Museo del Hermitage y el Instituto de Arqueología de la Academia de Ciencias de Rusia, entre otros. Los expertos tomaron fotografías aéreas, realizaron inspecciones terrestres y catalogaron todos los detalles del relieve y las estructuras arquitectónicas. Sobre la base de los datos obtenidos, el personal del Instituto de Historia de la Cultura Material de la Academia de Ciencias de Rusia creó un modelo tridimensional de la ciudad, los monumentos destruidos durante los combates y un sistema de información geográfica llamado 'Palmira en el tiempo y el espacio'. Los resultados de ese trabajo fueron donados al Gobierno de Siria y a la UNESCO para su uso en la restauración de los monumentos de Palmira.

viernes, 20 de noviembre de 2020

HIMEJI CASTLE: Una fortificación de ensueño en el Japón

Con sus relucientes paredes blancas y elegantes tejados en forma de terrazas, es fácil olvidar que el Castillo Himeji fue construido como una fortaleza. Situado entre dos colinas en la ciudad de Himeji, la antigua construcción, también conocida como Himeji-jo, es el mejor ejemplo que ha perdurado hasta hoy de arquitectura de castillos japoneses de los primeros años del Shogunato, que gobernó la nación isleña desde finales del siglo XVI hasta el siglo XIX. Aunque nunca fueron probados en batalla, las elaboradas medidas defensivas del castillo representan el mejor diseño estratégico que se produjo en ese período. Si bien estas medidas se han vuelto obsoletas desde entonces, no se puede decir lo mismo de la estética inmaculada y prístina del castillo, que le valió el sobrenombre de Shirasagi-jo, "Castillo de la garza blanca". Como sabéis, gran parte de la historia japonesa ha oscilado entre los períodos partidistas y el unificado gobierno imperial. Durante el siglo XVI, el daimyo (soberano feudal más poderoso desde el siglo X al siglo XIX)Oda Nobunaga comenzó a conquistar y consolidar a los dispares shogunatos del archipiélago en un solo estado, un proceso continuado por su sucesor, Toyotomo Hideyoshi. Hideyoshi era tan astuto como Nobunaga táctico, y en 1590, todo Japón estaba unido bajo su autoridad nominal; sin embargo, sin una estructura política suficiente para controlar realmente las islas, muchas regiones fueron confiadas al control directo del daimyo local. Bajo los reinados de Nobunaga y Hideyoshi, Japón ingresó en su período Azuchi-Momoyama, llamado así por dos castillos construidos respectivamente por los dos líderes. Era una época de magnificas pinturas murales doradas, elaboradas pantallas plegables y el auge de la ceremonia japonesa del té. La extensión de los castillos a través del archipiélago japonés entre 1580 y 1630 sigue siendo uno de los vestigios más prominentes de esta época cultural, como muchas de las ciudades que se formaron alrededor evolucionando en capitales provinciales. Cuando Hideyoshi murió en 1598, el mando del gobierno de Japón no fue traspasado a su hijo, sino al daimyo rival Tokugawa Ieyasu, quien posteriormente nombró a su cuñado Ikeda Terumasa como gobernador de las provincias occidentales. Fue en 1609, en el apogeo del período Azuchi-Momoyama, cuando Terumasa eligió a Himeji como su sede de poder, y se dispuso a crear un castillo digno de la nueva posición de la ciudad. La primera iteración del Castillo de Himeji fue construida en 1346 por Akamatsu Sadanori, quien edificó un bastión contra otros daimyo durante un período anterior de inestabilidad política. Oda Nobunaga más tarde le dio la fortaleza a Hideyoshi en la década de 1570, el cual la expandió y la convirtió en un castillo. Esto no fue suficiente para Terumasa, sin embargo, él fue quien modeló posteriormente las renovaciones del castillo de Nobunaga en Azuchi. La grandiosidad de su visión fue igualada gracias al esfuerzo que puso para llevarla a cabo: más de 2,500,000 días-hombres de trabajo fueron necesarios para la construcción del nuevo Castillo Himeji de Terumasa. El complejo construido por Terumasa entre 1601 y 1609 se extendía más allá del torreón central (torre fortificada): como muchos castillos europeos, Himeji se encontraba dentro de una serie de fosas e instalaciones concéntricas, algunas de los cuales rodeaban y protegían partes de la ciudad más allá del castillo mismo. El paso desde el recinto exterior, el Sannomaru, hacia el interior, Ninnomaru, se logra a través de la Puerta de Hishi, el único portón en la pared exterior. A pesar de su cerramiento, el Ninnomaru es elegante y espacioso, con una gran fosa rectangular conocida como la Fosa de Sangoku y un amplio y verde jardín llamado Nishi-no-Maru ("West Bailey"), desde donde se tiene una excelente vista de la torre principal del castillo. Aislado detrás de otra pared más alta, el recinto más interno, el Hommaru, se vuelve casi inaccesible gracias a sus senderos estrechos y retorcidos que conducen a un segundo conjunto de puertas. Dentro del Hommaru se encuentra la torre central, el Daitenshu, flanqueada por tres torres más pequeñas. Mientras que la fortaleza original de Hideyoshi tenía tres pisos de altura, la de Terumasa aumenta a cinco pisos y albergaba seis con el sótano. El pesado sótano de piedra proporcionaba almacenamiento para alimentos y armamentos, protegiendo a su vez un pozo; los pisos superiores comprendían espacios habitables y miradores desde los cuales los defensores podían disparar flechas por las estrechas ranuras de las ventanas que los ayudaban a protegerse de sus atacantes. Un par de columnas de madera se elevan desde los cimientos hasta el techo, proporcionando un soporte estructural adicional a toda la torre. El Castillo Himeji es conocido tanto por su belleza como por su ingenio defensivo, y es verdad que muchas características destinadas a mejorar esto último también son responsables de la primera. (Esto no quiere decir que su atractivo fue un afortunado accidente, dado que los castillos como Himeji-joeran muy visibles desde el tejido urbano circundante, Terumasa y otros daimyo no escatimaron gastos en adornar sus casas con la mejor artesanía y ornamentación). El sinuoso camino a través del Ninnomaru, aunque pintoresco con sus cerezos y sus cambiantes vistas, estaba destinado a confundir y atrasar a los invasores. Las pequeñas aberturas en las paredes que bordean el camino permitirían a los defensores bombardear a sus enemigos con cualquier cosa, desde agua hirviendo a proyectiles mortales. Las puertas, incluida la lujosa Puerta de Hishi, se construyeron con aberturas angostas para impedir el avance de grandes grupos. Incluso las blancas paredes eran una medida de defensa: el recubrimiento con yeso de la estructura de madera ayudó a proteger el edificio y sus ocupantes contra el fuego, al igual que las tejas de cerámica. Con esta combinación de circulación táctica y materiales defensivos, el Castillo Himeji no era solo un palacio elegante: era una fortaleza casi impenetrable. Aunque el Castillo Himeji fue quizás el clímax del diseño del castillo japonés, nunca fue para enfrentarse a una batalla o conflicto. El establecimiento del shogunato Tokugawa provocó un largo período de paz relativa dentro de Japón, obviando la necesidad de una fortaleza para defenderse contra otros daimyo. El edicto de 1615 del shogun de que debería haber un solo castillo por provincia resultó en la destrucción de muchos edificios similares en todo Japón; El Castillo Himeji permaneció como uno de los aproximadamente 170 que sobrevivieron y, al igual que sus contrapartes en otras provincias, sirvió como el centro administrativo y comercial de la región. El castillo siguió con esta función durante tres siglos, hasta el final del Shogunato y el surgimiento de un nuevo gobierno nacional en 1868. Al no haber sido atacado nunca, el Castillo Himeji permanece en gran medida como lo hizo cuando se completó en 1609; aunque un incendio destruyó las viviendas del daimyo en 1882, los esfuerzos posteriores de preservación desde 1934 han restaurado meticulosamente lo que queda del complejo. Relativamente intacto por el tiempo, el brillante Himeji-jo blanco continúa dominando las colinas de la provincia de Kansai, un recordatorio del pasado tumultuoso de Japón.

viernes, 13 de noviembre de 2020

ALBRECHT ALTDORFER, A GERMAN RENAISSANCE MASTER: Una sugestiva exposición en el Museo de Louvre

Pintor, dibujante y grabador activo en Ratisbona, Albrecht Altdorfer (1480-1538) fue uno de los principales artistas del Renacimiento alemán. Sin embargo, es menos conocido que otros maestros de su generación, como Alberto Durero, Lucas Cranach y Hans Baldung Grien. Por ese motivo, el Museo de Louvre presenta una exposición sobre su obra - la primera de su tipo en Francia - titulada Albrecht Altdorfer, a German Renaissance Master (Albrecht Altdorfer, un maestro del Renacimiento alemán) organizada en estrecha colaboración con el Museo Albertina de Viena, que tiene como objetivo familiarizar al público con la rica diversidad de su obra, una muestra que incluye pinturas, dibujos y grabados, en el contexto de la cultura alemana durante el Renacimiento. Estrechamente conectado con los círculos humanistas, Altdorfer fue a la vez un artista muy original, prolíficamente inventivo tanto en la forma como en la elección del tema, completamente consciente de la obra de sus contemporáneos alemanes e italianos. Esta muestra ha sido organizada cronológicamente y por temas, presentando secciones dedicadas a las principales obras encargadas por el emperador Maximiliano, como a los dos géneros iniciados por el artista: el paisaje y la arquitectura. Nacido en 1480 en Ratisbona, el primer documento que de él se conserva es de 1505, año en el que obtiene el derecho de ciudadanía (Bürgerrecht) en la misma ciudad. No se conocen datos relativos a su formación artística, aunque la minuciosidad y detallismo de su pintura, hacen pensar en un posible aprendizaje como miniaturista. Así mismo se ha apuntado la posibilidad de que pudiera ser hijo del pintor e ilustrador Ulrich Altdorfer, documentado por última vez en 1491 en Ratisbona, ciudad en la que Albrecht vivió toda su vida. Fue además grabador, diseñador de vidrieras y arquitecto municipal, ejerciendo un sobresaliente papel en la política local, llegó a ser elegido alcalde en 1528. Considerado como el máximo representante de la llamada “Escuela del Danubio” durante el Renacimiento en Europa, estuvo influenciado por tres grandes maestros, Alberto Durero, Giorgione y Lucas Cranach “El Viejo” . Fue el primer pintor que situó los paisajes de sus obras como tema independiente en el centro de sus pinturas, mezclando los planos entre ellos y sus figuras; él creía que la figura humana no debía alterar la naturaleza, sino más bien participar de ella. Había viajado a lo largo del Danubio, al sur de los Alpes, y esos paisajes le impresionaron de tal forma, que le hizo ser uno de los primeros paisajistas, en el sentido que hoy consideramos como tales. Esto le hizo ser considerado el líder de la citada Escuela del Danubio junto a Wolf Huber. Su “Paisaje con un puente”, albergado actualmente en la National Gallery de Londres, y “Paisaje con un castillo”, en la Alte Pinakothek de Múnich, están consideradas por muchos historiadores de arte como las primeras pinturas del género en Europa. Además, a menudo pintaba escenas de temas históricos y bíblicos, ambientados en paisajes atmosféricos. Sus mejores escenas religiosas son intensas, con sus luces brillantes y sus colores brillantes a veces rozando lo expresionista. A menudo representan momentos de intimidad entre Cristo y su madre, o varios santos. Su obra maestra sacra y una de las obras de arte religiosas más famosas de la Edad Media tardía es La Leyenda de San Sebastián y La Pasión de Cristo del llamado Altar de Sebastián en el Priorato de San Florián (Stift Sankt Florian) cerca de Linz. Alta Austria. Además de obras de temática religiosa, entre las que también destaca "El Descanso en la Huida a Egipto", de 1510, Altdorfer será reconocido como el primer pintor alemán que cultive el paisaje como género independiente (sin figuras) dotándole de un sentido espiritual, lo que hará que su obra sea una importante fuente para el muy posterior Romanticismo Alemán. Murió en Regensburg, el 12 de febrero de 1538, siendo enterrado en un convento de agustinos de su ciudad natal. En cuanto a la muestra, que se inicio el pasado 1 de octubre, estará abierto hasta el 4 de enero del 2021.

viernes, 6 de noviembre de 2020

CIUDADES PERDIDAS: Troya

En la costa noroeste de la actual Turquía, en lo alto de una colina que domina la desembocadura de los Dardanelos , se encuentra el recuerdo de una ciudad que desdibuja la línea entre el mito y la historia como ninguna otra. Nos referimos a Troya, la cual como sabéis, inspiró al poeta griego Homero para concebir sus dos grandes obras (probablemente) en el siglo VIII a. C.: la Ilíada , ambientada en el último año del asedio de Troya durante una década por una coalición de estados griegos, y su "secuela", la Odisea, sobre el retorno de Ulises - uno de los integrantes de la coalición - a su reino de Itaca. Siempre se ha dicho que la ciudad fue testigo de una de las mayores batallas de la historia griega. Así por ejemplo, en su Historia de la Guerra del Peloponeso, el historiador Tucídides del siglo V a. C. describe la guerra de Troya como " la mas notable de todas las guerras anteriores". Pero su ubicación precisa, e incluso la existencia misma de Troya ha sido motivo de disputa a lo largo de los siglos. Supuestamente arrasada luego de una batalla en torno al año 1200 a. C., la ciudad fue posteriormente reconstruida por griegos y romanos, pasando a llamarse Ilios / Ilium. Pero su importancia decayó en el año 500 aC, hasta el extremo de perderse incluso saber donde se encontraba la ciudad hasta hace dos siglos. Ahora se cree ampliamente que la ubicación de Troya se encuentra en el sitio arqueológico llamado Hisarlik en Turquía: esencialmente se trata de un montículo de aproximadamente 30 metros de altura, con restos de muros de piedra y estructuras dispersas en el prado. Pero dentro de esta colina podría haber 4.000 años de historia troyana. De hecho, probablemente no solo haya una ciudad aquí, sino al menos 10. El sitio de Hisarlik contiene una serie de asentamientos antiguos, desde el primero fechado en el 3000 a. C. hasta el último alrededor del 500 a. C. En general, ahora se cree que las fases de construcción sexta y séptima (las ciudades de la Edad de Bronce tardía conocidas como Troya VI y Troya VIIa) podrían ser la ciudad del Rey Príamo , como se describe en la Ilíada. La historia moderna de Troya comienza, supuestamente, con el sueño de un niño pequeño. Estaba tan fascinado por el mito, luego de ver una ilustración en un libro que le dio su padre, que se dispuso a encontrar la ciudad. Ese niño de siete años era Henrich Schliemann , el empresario alemán del siglo XIX convertido en arqueólogo quien fue el primero en excavar exhaustivamente en el lugar. Fue "uno de los exploradores más afortunados en poner una pala en la tierra", escribe el arqueólogo e historiador Eric Cline en su breve introducción a la Guerra de Troya . Cómo Schliemann logró encontrar la mítica ciudad es algo asombroso. Sin embargo - agrega Cline - “era propenso a falsificar sus diarios de excavación, lo que también podría poner en duda la veracidad de ese sueño de la infancia” escribió. En abril de 1870, Schliemann comenzó a cavar en la zona. Pronto afirmó haber encontrado la Troya de Homero, y entre ellos el famoso Tesoro del rey Príamo, que ahora se encuentra en Rusia, tras ser robadas de Alemania durante la II Guerra Mundial y que desde entonces se niega a devolverlo. Según Cline “Schliemann cavó capas y capas de la Troya de la Edad de Bronce (1700-1200 aC), hasta que llegó a lo que ahora se conoce como Troya II: una ciudad más de 1,000 años más antigua que la Troya de la Ilíada” indicó. “Si se observa en los mapas de excavación, hay un espacio en el medio donde dice 'Palacio eliminado por Schliemann'. Encontró a Troya, pero también la destruyó" dice Cline, dejando entrever cierta envidia en sus palabras. La ciudad comenzó como un simple asentamiento alrededor de 3000 aC, creciendo y prosperando en el comercio, la agricultura y la pesca. Se descubrió que había nueve fases principales de edificación antes de la mayor destrucción de la ciudad, aproximadamente en 1180 a . C. “Sin embargo, dado que no hay textos contemporáneos que describan a Troya, y como Schliemann logró arruinar los restos de lo que bien podría haber sido la ciudad del rey Príamo, en realidad sabemos muy poco al respecto” agregó. La historicidad de la Guerra de Troya y la caída de la ciudad a manos de los griegos (la narrativa de la Ilíada) aún era cuestionable hasta el innovador trabajo del arqueólogo Manfred Korfmann en la década de 1990. Hasta entonces, las excavaciones en Hisarlik habían revelado solo una ciudad insignificante, pero Korfmann y su equipo descubrieron una ciudad más baja que cubría 75 acres: 15 veces más grande de lo que se pensaba anteriormente. Estos hallazgos sugirieron que Troya era, "según los estándares de esta región en ese momento, muy grande y ciertamente de importancia suprarregional", escribió Korfmann en Archeology Review en el 2004. "Su ciudadela no tenía paralelo en la región en general y, como hasta ahora conocido, inigualable en cualquier parte del sudeste de Europa”. "Eso es lo que me atrapó para identificarla", afirmó Cline, quien sugiere que la Troya que describe Homero podría de hecho ser un híbrido de Troya VI y VIIa. Se cree que la sexta capa de construcción fue destruida por un terremoto, en lugar de los griegos, aunque una teoría sugiera que el legendario caballo de Troya era una alegoría del dios Poseidón, representado por un caballo. “Poseidón podría haber representado la destrucción de la ciudad debido a un desastre natural”. Por otro lado, Troya VIIa, una ciudad con mucha menos grandeza que la Troya descrita por Homero, fue casi seguramente destruida por una gran batalla, ya que los arqueólogos han encontrado puntas de flecha en los restos de la ciudadela. Entonces, ¿es esta evidencia de la guerra de Troya? Nadie esta seguro. Cline sugiere que con toda el área en conflicto en ese momento - recordemos que los hititas desaparecieron misteriosamente por esa época - es poco probable que lo sucedido en Troya fuera solo una batalla mas entre las fuerzas del este y el oeste. "El final de Troya fue parte de la caída de toda la Edad del Bronce" aseveró. Sin embargo, con un poco de creatividad, las palabras de Homero pueden hacerse para colocar la ciudad de Príamo en el sitio en Turquía . El gran poeta dijo que Troya era empinada y ventosa, al igual que Hisarlik. Lo describió como una "ciudadela indestructible". Presenta una imagen de una gran ciudad dirigida por una poderosa élite, protegida por magníficos muros; Una gran ciudad de la Edad de Bronce que habría albergado entre 4.000 y 10.000 habitantes. Los muros que juegan un papel tan importante para la Troya de la Ilíada también podrían estar vinculados a Hisarlik: partes de los muros inferiores, aún visibles hoy, tienen 4-5 m de ancho y 8 m de alto. Estas paredes tenían múltiples torres y puertas que habrían conducido directamente al centro de la ciudad. La ciudadela, hogar de la élite gobernante, era un área densamente ocupada con edificios monumentales y casas de dos pisos con amplias habitaciones. Pero la planificación de la ciudad no llegó hasta el período clásico de la Edad del Hierro, según Joritt Kelder, del Instituto Oriental de la Universidad de Oxford, "hasta ahora la única división real es quién tiene poder y quién no. El poder estaba claramente enfocado en la ciudadela, con el rey y su familia y amigos inmediatos”. No hay duda de que Troya fue una ciudad importante de importancia estratégica durante la Edad del Bronce. Su ubicación protegiendo los Dardanelos significaba que era efectivamente la puerta de entrada al Mar Negro, y tenía una importante ruta comercial. Enclavado entre el mundo micénico al oeste y los hititas al este, fue el punto de encuentro de dos culturas opuestas. Y parece que Troya prosperó como una ciudad multicultural. También hay evidencia de un extenso comercio con Anatolia y las civilizaciones de la Edad de Bronce en Grecia. Era, por el momento, una ciudad muy cosmopolita. "Era un poco como Londres", dice Kelder, "una capital con mucha influencia extranjera como resultado del comercio y la migración. No tengo dudas de que los extranjeros también eran residentes de Troya en los siglos XIV-XIII a. C.” No solo la ciudad parecía adoptar diferentes culturas, sino que Troya y la mitología detrás de ella tuvieron un impacto a escala global. Se dice que el rey persa Jerjes, en su expedición a través de Grecia, hizo una ofrenda a Atenea en Troya. Ciento cincuenta años después, Alejandro Magno, que llegó a conquistar Persia, se detuvo en Troya y supuestamente tomó el escudo de Aquiles del templo de Atenea. También llevaba una copia de la Ilíada en sus expediciones. Incluso los romanos afirmaron haber descendido de los troyanos. En la Eneida, el poeta romano Virgilio narra la historia del troyano Eneas, que escapó de la guerra, viajó a Italia y resultó ser uno de los padres fundadores de Roma. (Podría decirse que la Eneida fue escrita como una pieza de propaganda para el emperador Augusto, vinculándose con este héroe troyano). Troya ha inspirado continuamente la cultura occidental, una ciudad cuya representación del heroísmo y trágico final es un recordatorio conmovedor de la mortalidad humana, que ha tocado a la gente a lo largo de los siglos.
actualidad cultural
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