SONIDOS DEL MUNDO

viernes, 24 de febrero de 2023

DUBLIN: El encanto de Irlanda

No cabe duda que el futuro de la capital de Irlanda va sobre dos ruedas. Ya antes del confinamiento por la plaga del Coronavirus, la bicicleta se había convertido en el mejor medio para recorrer esta ciudad de pubs y grandes escritores, pero durante aquellos duros meses muchos dublineses comenzaron a desplazarse en bici para evitar las aglomeraciones del transporte público, hacer ejercicio y escapar del encierro en casa. Las autoridades locales fomentaron estrategias sostenibles con la creación de carriles bici provisionales por toda la ciudad, muchos de los cuales han pasado a ser permanentes para regocijo de su medio millón de habitantes. Ahora se puede pedalear por casi cualquier calle y por el bonito litoral que circunda la bahía, con rutas verdes como la que conecta la playa de Sandymount con el ‘martello’ (torre fortificada) de Sandycove, donde está la torre de James Joyce, una atalaya costera donde el escritor dublinés pasó una semana en septiembre de 1904 y donde arranca su novela Ulises. Además de las iniciativas para fomentar el ciclismo, los aparcamientos se han transformado en zonas de pícnic improvisadas creando un inesperado ambiente campestre en algunas zonas urbanas. Otra área revitalizada es la de Lincoln Place, céntrica y universitaria, ahora con muchas tiendas de productos artesanales, calles peatonales y a un paso de las principales atracciones de la ciudad, como la National Gallery, el National Museum of Ireland o la National Library. Como podéis imaginaros, Dublín es una de las capitales más fascinantes de Europa, un sueño lluvioso que ha cautivado la imaginación de todo el que recorre sus calles. Es una ciudad rica en historia y herencia pero también devota de empresas más hedonísticas. Si se pasan en ella una o dos noches enseguida se verá que los dublineses se toman la diversión a muerte. El centro urbano, dividido por el rio
​ Liffey y ceñido al norte y al sur por dos canales es tan compacto y de fácil orientación como lo era 100 años atrás. En Southside están los museos, las plazas elegantes, el famoso Trinity College con el Libro de Kells, la comercial Grafton St y la Guinness Storehouse, que elabora la celebérrima cerveza desde 1759. Y, al otro lado del Liffey, Northside, zona de pequeñas cervecerías artesanas y restaurantes innovadores, acoge algunos de los edificios más señeros de la ciudad (los Four Courts o la General Post Office) y el enorme Phoenix Park. Pero el mayor tesoro de Dublín está por todas partes: su gente. Aún pueden verse personajes que Bloom bien podría haber conocido durante su paseo veraniego, ya que la ciudad conserva ese espíritu que la convierten en una de las más sencillas y afables de Europa. Una población joven y culta, y el ambiente social que le acompaña, sumado a una saludable afluencia de extranjeros atraídos por uno de los principales centros tecnológicos de Europa explica el actual dinamismo de Dublín. Esta es la capital del primer país donde una Citizens’ Assembly analiza asuntos importantes como el cambio climático e informa a un Parlamento que está obligado a responder. Cabe precisar que desde la pandemia, en el barrio de Southside han aparecido muchas tiendas de productos artesanales, lo que ha contribuido a su renovación. Otra de las consecuencias positiva fue la tendencia a comprar productos locales y de segunda mano. En Camden St hay muchas tiendas de ropa y libros de lance, y al oeste Francis St es célebre por sus anticuarios. La Dublín de hoy aún conserva todo el encanto de la ciudad de la época de Joyce al que ha añadido una batería de persuasivos atractivos que la hacen más interesante, entre los cuales podemos destacar: 1.-Banco de Irlanda/Parlamento: Esta mole paladiana de 1733 fue el primer Parlamento construido a tal efecto. Su diseño inspiró la Cámara de Representantes de Washington, pero después de la Ley de Unión de 1801 los británicos se empeñaron en modificar el interior para evitar futuros brotes independentistas. La Cámara de los Lores, sin embargo, sobrevivió; 2.-Irish Museum of Modern Art: Antes hospital para
soldados retirados, el edificio que hoy alberga la principal colección de arte moderno de Irlanda fue fundado en 1684 tomando como modelo Les Invalides de París. Esto explica la fachada clásica y el elegante patio, ambos incongruentes con la modernidadque ahora encierran sus paredes: 3500 obras de artistas irlandeses y extranjeros; 3.- National Gallery of Ireland: Abarrotada de pintura irlandesa, maestros holandeses, barroco italiano y obras de todas las grandes escuelas europeas, este oasis de cultura en medio del Dublín georgiano contiene 15 000 pinturas y esculturas; 4.-National Museum of Ireland: Este museo explora el acervo de Irlanda con cuatro millones de objetos repartidos en cuatro sedes. La sección etnográfica, Irish Folklife, está en Mayo, pero las otras tres se encuentran en Dublín: Arqueología (Kildare St), Artes Decorativa e Historia (Collins Barracks), con una exposición sobre el Levantamiento de 1916; e Historia Natural (Merrion St); 5.- Trinity College: Se puede pasear tranquilamente por los bonitos jardines y plazas de la universidad con más abolengo de Irlanda, fundada en 1592. El lugar rezuma erudición, y si uno se tumba en la hierba el tiempo suficiente, como hacen los estudiantes, podría incluso absorber por ósmosis algunos conocimientos. La lista de alumnos incluye a Oscar Wilde, Samuel Beckett, Jonathan Swift y… Courtney Love; 6.-Phoenix Park: Este espacio verde al oeste del centro de Dublín parece totalmente salvaje. Centenares de ciervos corren en este parque de 709 Ha, donde también se encuentra el zoo de Dublín. Al igual que los ciervos, los visitantes pueden campar a sus anchas por el resto del parque, merendar junto al lago en el Furry Glen y ver el castillo de Ashtown, del s. XV. Dublín es a veces desconcertante, donde la gran cultura y el craic más desenfadado van de la mano con la historia que aparece escrita en cada esquina. Los dublineses son generosos en grado sumo, y en los legendarios pubs corren ríos de la celebérrima cerveza negra. Visto así las cosas y ahora que en marzo se celebra el Día de San Patricio ¿A qué esperas para conocerla?

viernes, 17 de febrero de 2023

OTTO VON BISMARCK: La nostalgia de un Imperio

Es curioso pensar que tanto del mundo tal y como lo conocemos es una construcción tan reciente. Lo esencial estaba ahí, obviamente. Pero cuestiones artificiales como los países tardaron en tomar las formas a las que estamos acostumbrados. Así, en Europa aún faltaban unos por definirse. Alemania, por ejemplo, tiene apenas 152 años de nacimiento como nación unificada. La proclamación tuvo lugar el 18 de enero de 1871, en el fastuoso Palacio de Versalles en las proximidades de París ¿Por qué celebrarlo en Versalles y no en Berlín? Por gusto perverso: el palacio, recién capturado por las tropas de los estados alemanes en la guerra franco-prusiana de 1870-71, había sido construido por Luis XIV, quien era vilipendiado en los estados que serían alemanes por haber consolidado el dominio de Francia sobre Alsacia y sentado las bases para su anexión de Lorena. Como asegurar esos territorios como una de las demandas clave de Alemania, la sede sirvió para humillar a los franceses, cuyo ejército seguía siendo la fuerza militar más poderosa del continente, pero había sufrido una serie de derrotas desastrosas a manos de la alianza alemana. Aún más simbólicamente apreciado fue escoger para la ocasión el célebre Salón de los Espejos, con pinturas de Charles Le Brun en sus techos abovedados ensalzando victorias pasadas, como la de Luis XIV sobre el Rin. Qué mejor lugar para leer la proclamación en la que Guillermo I, "por la gracia de Dios, rey de Prusia" anunciaba que los príncipes alemanes y las ciudades libres le habían hecho "un llamado unánime para renovar y asumir, con el restablecimiento del imperio alemán, la dignidad de emperador". Un llamado que el monarca, decía el documento, aceptaba "con la esperanza de que se le conceda al pueblo alemán disfrutar, en paz duradera, de las recompensas de su ardua y heroica lucha, dentro de unas fronteras que le darán a la Patria esa seguridad que le ha faltado durante siglos frente a los renovados ataques franceses". Así comenzó el Imperio Alemán, que unificó 26 estados alemanes, incluidos cuatro reinos, seis grandes ducados, cinco ducados, siete principados, tres ciudades hanseáticas libres y un territorio imperial, y que duró hasta el final de la Primera Guerra Mundial cuando se convirtió en una república. Y hubo un estratega a quien se le acreditó la hazaña de tornar lo que durante siglos había sido un vacío de poder, un espacio siempre sujeto a rivalidades internas e interferencias externas, en una presencia sólida en el centro de Europa con una población de 41 millones de habitantes. ¿Su nombre? El príncipe Otto von Bismarck - apodado el Canciller de Hierro - uno de los estadistas más influyentes del siglo XIX. Quien es recordado como el fundador de la Alemania moderna llegó a la política por casualidad en 1847, cuando le pidieron que sustituyera a un miembro del parlamento prusiano que se había enfermado. Hasta entonces, como el segundo hijo de una familia noble menor, había llevado una vida sin mucho propósito, en la que se había ganado una dudosa fama por sus imprudentes bromas y los duelos para defender su honor. Pero cuando, a los 32 años de edad, entró al parlamento, todo cambió para siempre. La combinación de las influencias de su abuelo, un secretario de gabinete, su madre, una mujer inteligente e ingeniosa, y su padre, un junker (aristócrata prusiano) incondicionalmente conservador, resultó ser ideal para el mundo político de ese momento y lugar. Bismarck era un junker archiconservador con la mente maquiavélica de un político. Rápidamente se hizo un nombre como partidario de Prusia y su rey, lo que le valió el puesto de enviado de Prusia a Fráncfort (1851), San Petersburgo (1859) y París (1862) antes de convertirse en ministro-presidente en 1862. En esta posición, obtuvo el control casi total del curso político que tomaría el reino. Como ministro-presidente, Bismarck trató de poner cada vez más tierras de habla alemana bajo control prusiano. Había nacido en 1815, cuando Napoleón estaba a punto de ser derrotado definitivamente por una coalición que incluía una fuerza colectiva alemana con muchos voluntarios entusiastas. El resplandor de ese esfuerzo conjunto coloreó su infancia con historias de sangrientas guerras infundidas de heroísmo y sacrificio. Y del éxito de esa lucha aprendió que los Estados se unían cuando se enfrentaban a enemigos extranjeros. Lo otro que flotaba en el ambiente eran las aspiraciones nacionalistas que brotaron con la Revolución francesa. Y, aunque lo habitual se ha vuelto asociar el nacionalismo con la derecha, en el siglo XIX era una fuerza de izquierda. Para los liberales, en general citadinos, intelectuales y de clase media, la forma más expedita de abolir los gobiernos autoritarios era creando estados nacionales sin reyes y con parlamentos que se debieran al pueblo. Si bien Von Bismarck estaba lejos de ser liberal y creía en el derecho divino de los reyes, intuyó que debía incorporar en su visión esas ideas. En 1862, el deseo del rey de Prusia reformar su ejército provocó una crisis ya que el parlamento, que desde su creación en 1848 había sido dominio liberal, se oponía. Von Bismarck se comprometió a lograr la reforma a pesar del parlamento y recaudar los impuestos necesarios aunque fuera por vías inconstitucionales. Y así fue. Ese comportamiento poco democrático fue una apuesta que Von Bismarck ganó con la victoria en la primera de tres guerras que libró para allanar con fuerza el camino a la unificación alemana: la guerra de los Ducados que enfrentó al Imperio austríaco y Prusia contra Dinamarca en 1864. Como resultado del conflicto, los daneses tuvieron que ceder territorios que los austríacos y prusianos se dividieron, pero ninguno quedó satisfecho. Sólo 18 meses más tarde, tras mover sus fichas en el tablero de ajedrez que era Europa, Von Bismarck provocó una guerra contra el aliado de la anterior, el Imperio austríaco, y se abonó otra victoria. Tras anexar Hannover, Hesse-Kassel y Holstein, constituyó la Confederación Alemana del Norte. Todo iba viento en popa pero faltaba solidificar lo conseguido y convencer a cuatro estados del sur liderados por Baviera para que formaran parte de esa nueva Alemania. Bismarck tenía la fórmula para lo lograrlo: aprovechar el fervor patriótico que crean las guerras contra un enemigo extranjero e histórico... y había una fuerza que unificaba a todos los alemanes desde las guerras napoleónicas: el odio a Francia. En efecto, la tensión estaba a punto, sólo se requería una chispa para que todo estallara. Fue entonces que España le ofreció su trono vacante al príncipe Leopoldo (un pariente de Guillermo I de Prusia), lo que hizo que Francia se sintiera amenazada, ya que como en los tiempos de Carlos V, volvería a estar rodeada por los alemanes. Aunque la candidatura de Leopoldo fue retirada el 12 de julio, al día siguiente, el embajador francés en Prusia, el conde Vincent Benedetti, se acercó al rey Guillermo en el balneario de Ems para pedirle garantías de que ningún miembro de su familia volvería a ser candidato al trono español. El rey rechazó cortésmente la demanda de Benedetti y la discusión terminó. A Bismarck le enviaron un telegrama describiendo el incidente. Él lo editó, omitiendo las cortesías en la conversación entre el embajador y el rey, y haciendo que pareciera que cada uno había insultado al otro. La versión alterada de Bismarck fue publicada el 14 de julio, en la prensa alemana con grandes titulares. Ofendida, Francia le declaró la guerra a Prusia: el 19 de julio de 1870. Los estados del sur de Alemania se alistaron en el bando de Prusia en la guerra y, tras la victoria, hicieron parte de la unificación de todos los estados alemanes (excepto Austria) en la Alemania moderna. Una vez proclamado el Imperio, Bismark asumió el cargo de canciller y lideró la nueva Alemania industrializada, logrando permanecer en el poder durante dos décadas más. Su prestigio era enorme. En cuestión de seis años, había obtenido tres grandes victorias y había fundado el II Reich (el primero fue obra de Carlomagno) Gracias a la constitución alemana, no tenía que preocuparse por complacer a la población; su cancillería había sido aprobada por Guillermo I, un emperador al que él manejaba a su gusto. Sus políticas como canciller estuvieron dirigidas a mantener unido al Estado recién formado frente a las divisiones religiosas, políticas y sociales. Uno de sus problemas, sin embargo, era la popularidad de los socialistas, que intentó en vano menguar por medio de leyes y medidas en su contra, hasta que se le ocurrió un método mejor: vencerlos utilizando las mismas herramientas que ellos. Así, por ejemplo, se les adelantó creando el Kraneknversicherungsgesetz o ley de seguro médico, el primer sistema de este tipo a nivel nacional del mundo. Por otro lado, tejió una intrincada red de conexiones de política exterior en Europa que permitió que el nuevo Estado alemán se convirtiera en una entidad respetada en el continente. Pero también era conocido por sus tácticas despiadadas, ignorando las instituciones democráticas, recurriendo por ejemplo a medidas de represión de los católicos y a severos métodos para "germanizar" a los polacos, daneses y franceses que terminaron dentro de las nuevas fronteras, mediante su Kulturkamp (lucha por la cultura). Sin embargo, la llegada de un nuevo káiser al trono, Guillermo II - un gobernante torpe e inmaduro - significo el final de Bismark, quien fue despedido por quien desde entonces dirigió la política y las tensiones en Europa, aislando a Alemania y arrastrándola a la I Guerra Mundial, que tras su derrota, origino la caída del II Reich. Pero Bismarck había inspirado un culto que perduraría incluso luego de su muerte en 1898. Hasta el día de hoy, muchos alemanes lo siguen considerando un estadista brillante. Diversos analistas consideran que el principal atractivo de este período, es el hecho de que se trató de una época dominada por una suerte de valores conservadores. "La gente lo mira como los 'buenos viejos tiempos' y añoran su retorno. El atractivo de la monarquía está en la forma más tradicional de gobernar el país. Imaginan que si Alemania tuviera nuevamente un káiser, regresaría a tener una suerte de valores más tradicionales que hoy sienten que se han perdido" señalaron... Y no son pocos quienes desean reinstaurarlo.

viernes, 10 de febrero de 2023

EL MAPAMUNDI DE HEREFORD: Historia, religión y mitología en el Medioevo europeo

En un lugar secreto bajo el suelo de cierta catedral inglesa apareció una lona, de piel de becerro, conteniendo lo que, a primera vista, parecía ser el mapa del mundo. Una vez recuperada y restaurada, el mapa fue fechado en el año 1285. Al mismo tiempo que sobre este mapamundi medieval aparecen muchas ciudades y villas también existen más de 500 dibujos en tinta ilustrando eventos bíblicos, plantas exóticas, animales, salvajes, extrañas criaturas y mitos clásicos. Más que un mapa, sigue siendo una de las obras de arte más impresionantes del medievo europeo. Conocido como el Mapamundi de Hereford -sobre la que se entremezclan historia, religión y mitología- mide metro y medio de ancho por 120 centímetros de largo y se encuentra delimitada por un marco de roble. Este impresionante objeto continúa siendo a día de hoy el mapa medieval más grande conocido. Ilustrado con tinta negra, dorada, verde y azul, constituye un fiel reflejo de la Europa medieval y de su comprensión del mundo conocido, así como del mundo “sobrenatural”, tan en boga en aquellos tiempos. De este modo, en él podemos encontrar no sólo ciudades y mares, sino también completos bestiarios rebosantes de míticas y extrañas criaturas, habitantes de tierras lejanas. Nunca fue utilizado como una herramienta de navegación, sino como una obra artística que incluía todo un compendio de personajes, mitos y lugares. Lo más obvio en él es su atípica cartografía de mapamundi. El Este se ubica en la parte superior del mapa, de esta forma dicha orientación viene a representar la salida del sol en el amanecer y la segunda venida de Cristo. El mundo se representa de modo circular y por la influencia cristiana, Jerusalén se sitúa en el centro: algo muy común en la cartografía de la época. Justo en el centro del mapa existe un pequeño agujero donde la piel de becerro fue perforada con un compás o instrumento parecido para crear un círculo perfecto que se decoró con el dibujo de un muro fortificado con ocho torres. Por lo demás, en él aparecen incluidos Asia, África, Europa y el mundo Mediterráneo. Aproximadamente 420 ciudades y villas aparecen representadas en el mapa, como Roma y Paris, además de océanos y otros puntos de referencia importantes. Asimismo, ocho leyendas clásicas están incluidas en este curiosísimo mapa. De esta manera, El vellocino de oro de Jasón y los Argonautas aparece dibujado en la costa del Mar Negro. Del mismo modo, el laberinto cretense con la historia del minotauro mítico no podía faltar sobre la piel debido a que los laberintos eran símbolos importantes durante la Edad Media, apareciendo trazados, incluso, sobre los suelos de las catedrales donde los giros y curvas representaban un peregrinaje espiritual para los feligreses. Por su parte, en el mito clásico las columnas de Hércules representaban la frontera del mundo occidental conocido, quedando reflejadas en el mapamundi como el Estrecho de Gibraltar. Incluso, hasta el campamento de Alejandro Magno está ilustrado en el mapa mostrándose con muchas tiendas altas y una fuerte muralla protectora que Alejandro se supone que construyo para repeler y atrapar al tiempo al ‘’ Mal destructor de los hijos de Caín’’. La parte inferior se atribuye a las tribus escitas y como el conocimiento de esta región era muy limitado, el área se caracteriza por imágenes inventadas y salvajes. En cuanto a las historias bíblicas, Jesús preside la parte superior del mapa, destacando su significado y la importancia de la fe Cristiana. Sobre su camino, las personas viajan de la muerte al cielo. A su izquierda, los pecadores son encadenados y lanzados al infierno, representado por unas fauces horrendas con dientes afilados y ojos saltones. De otro lado,15 historias bíblicas están expuestas en el mapamundi. Así aparece el Jardín del Edén -incluyendo a Eva, Adán y la serpiente-, cerca de la parte superior. El Edén se halla envuelto por un aro de fuego que marca los límites de la humanidad. Además, un barco lleno de criaturas y un hombre con barba representan el relato del Arca de Noé. La edificación más grande del mapa surge en la ciudad de Babilonia, con cinco pisos y que está etiquetada como ‘’la torre de Babel’’. El hecho de disfrutar de un dibujo tan elaborado, además de los detalles y del texto sobre mapa, implica la arrogancia y orgullo de las personas que construyeron una torre tan alta para retar a Dios. En la leyenda bíblica, el castigo de Dios fue condenar a la humanidad a hablar diferentes idiomas. Asimismo, líneas curvadas delimitando un camino con tinta roja conforman el Mar Rojo, mostrando la ruta del viaje de los israelitas durante la historia del Éxodo. De otro lado, muchas criaturas naturales -y no naturales- aparecen en el Mapamundi de Hereford. Animales poco conocidos para los europeos medievales, como camellos o elefantes, fueron ilustrados con éxito sobre el mapa. Un camello aparece localizado en las Montañas Memarnau. Los bestiarios de aquellos tiempos describían al camello como a un animal que podía vivir 100 años alimentándose “de simple agua embarrada”. También existen sobre la piel elefantes dibujados con torres de madera sobre ellos debido a que por aquellos tiempos tanto hindús como persas utilizaban plataformas sobre estos animales para sus batallas. Fue entonces cuando surgió la creencia popular de que los elefantes temían a los ratones, lo que no es cierto. Además aparece ilustrado el legendario unicornio que, a menudo, estaba vinculado a Jesús. Un animal que tenía la reputación de ser tan fuerte que podía batallar con elefantes, pero que solo podía ser domesticado por inocentes, jóvenes y virtuosas doncellas. En total son 33 las distintas bestias, plantas exóticas y aves dibujadas sobre el mapamundi. Pero además. varios extraños y maravillosos personajes están reflejados en el mapa, algunos reales y otros no. Posiblemente, debido a las historias exageradas de los viajeros, existen 32 imágenes casi indescriptibles, como las de la especie de personas sin cabeza llamadas blemios, con rasgos faciales sobre sus pechos. Del mismo modo aparecen narraciones de criaturas curiosas, con un solo pie y diversas teorías de cómo se podían mover rápidamente sobre su única extremidad inferior. Incluso se creía que usaban su gran pie para protegerse del sol. Obviamente, misteriosos y peligrosos habitantes de cuevas, o trogloditas, también están dibujados en el continente africano del mapa. Pueden observarse tres de ellos en una cueva y uno montado sobre una bestia con aspecto de cabra. Aparentemente comen culebras y andan desnudos. El mapa describe a los trogloditas como hombres veloces que atrapan animales salvajes saltando sobre sus lomos. Los trogloditas conformaban un ancestral clan de personas habitantes de la zona africana cercana al Mar Rojo según los historiadores griegos y romanos, entre los que destacaban Herodoto, Plinio y Estrabón. Estas descripciones a la larga se convirtieron en hechos míticos. Creado en el siglo XIII por un equipo de estudiosos, pero atribuido a un hombre llamado ‘’Ricardo de Haldingham y Lafford’’, el gran mapa estuvo colgado sobre uno de los muros de la Catedral de Hereford, Inglaterra. Inusual como mapa medieval, sobre él existe una referencia al cartógrafo, Ricardo, en la esquina interior izquierda. Traducido, el escrito dice: “Todos los que conozcan esta historia, o que la escuchen o lean o vean, recen a Jesús en su Divinidad, para que se apiade de Ricardo de Haldingham y Lafford, quien lo realizó y diseñó, a quien se concederá gozo en el cielo”. El mapa fue escondido durante tiempos de incertidumbre política y guerras, languideciendo bajo los tablones del suelo y olvidado en lugares ocultos hasta 1855 cuando fue restaurado y reparado en el Museo Británico, siendo actualmente expuesto en la nueva biblioteca de Hereford, donde es su máxima atracción. El Mapamundi de Hereford ha sobrevivido 700 años, preservando en sus ilustraciones las creencias, el conocimiento y las tradiciones de la Europa Medieval, permaneciendo como uno de los más llamativos mapas históricos del mundo.

viernes, 3 de febrero de 2023

CATEDRAL DE SAN PABLO: Símbolo de la identidad nacional inglesa

Ubicada en Londres y con una altura de 110 metros, la Catedral de San Pablo es la segunda más grande del mundo, justo por detrás de la Basílica de San Pedro de Roma. Se trata de la obra maestra de Christopher Wren y fue construida en honor al apóstol Pablo, es sede de la diócesis y del Obispo de Londres, pertenecientes a la Iglesia de Inglaterra. Cabe precisar que el emplazamiento en el que se encuentra situada ha estado ocupado por edificios religiosos desde tiempos inmemoriales, ya que fue inicialmente el lugar elegido para colocar un dolmen y posteriormente un templo griego en honor a Diana la cazadora. Posteriormente, el templo fue reemplazado por la iglesia más antigua de Inglaterra, construida en el año 604. La catedral, construida inicialmente en madera, fue uno de los muchos edificios afectados por el incendio de 1666 y tuvo que ser reconstruida en diferentes ocasiones hasta llegar a convertirse en el impresionante edificio actual, erigido entre 1676 y 1710. Wren diseñó y supervisó la construcción de la actual catedral, construida principalmente con piedra de Portland. Sus planos fueron aprobados en 1675 y las obras continuaron hasta 1710. Durante el siglo XIX, se realizaron algunos cambios decorativos en su interior para adaptarla al gusto victoriano. La apariencia de la catedral es sorprendente por su cuidadosa proporción y una armoniosa combinación de detalles. La decoración interior es fresca y simple. Se ha hecho de acuerdo con los cánones de la Iglesia Protestante: aquí no se ven hermosas molduras de estuco con dorados. Magníficas tallas de piedra, hermosas vidrieras y bancos de madera se han convertido en una verdadera decoración de la catedral, Desde su construcción, la Catedral de San Pablo ha sido lugar de celebración de importantes acontecimientos en la historia de Inglaterra. La Catedral de San Pablo es un enorme templo con planta en forma de cruz que presenta una llamativa decoración, sobre todo en los preciosos techos decorados con pinturas al fresco. Probablemente el mayor atractivo de la catedral sea su gran cúpula, compuesta por tres galerías circulares. Tras un ascenso de 257 escalones se llega hasta la primera de ellas, la Galería de los Susurros, situada a 30 metros de altura. Se trata de un lugar con una increíble acústica en el que se puede oír hasta el más mínimo sonido producido en el extremo opuesto de la cúpula. Luego de subir 376 escalones más se llega hasta la Galería de Piedra, que ofrece agradables vistas desde el exterior de la cúpula, aunque estas son superadas por las de la Galería Dorada, situada a 85 metros de altura. Por cierto, las entrañas de la Catedral de San Pablo se encuentran perforadas formando una gran cripta en la que se conservan algunos fragmentos de los anteriores templos y diferentes monumentos y memoriales, además de los restos de algunos grandes personajes británicos como Nelson o Wellington. El tiempo ha perdonado a la catedral, incluso las guerras pasadas la han dejado intacta. En 1941, durante la Batalla de Inglaterra, una brigada de defensa civil protegió la estructura del fuego, aunque fue directamente alcanzada por las bombas; en un momento dado, una bomba sin explotar fue retirada de la nave con gran riesgo para su vida. Reparada al final de la guerra, pasaron décadas para que se dé una reconstrucción a gran escala a principios del año 2000, y desde entonces, la Catedral de San Pablo vuelve a brillar en todo su esplendor.
actualidad cultural
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