SONIDOS DEL MUNDO

viernes, 29 de octubre de 2021

EL CASTILLO DE FRANKENSTEIN: Un siniestro lugar donde se mezcla el mito y la realidad

Situado en medio de un bosque a tan sólo 5 km de la ciudad de Darmstadt (Alemania) se encuentra las ruinas de una edificación que oculta terribles secretos, conocido con el nombre de Burg Frankenstein. Fue construido alrededor del año 1240 por el alemán Konrad Reiz von Breuberg, quien luego se cambió su apellido, y consecuentemente el de sus descendientes, por el de von Frankenstein. Fue el lugar en el que precisamente nacería, en 1673, Johann Conrad Dippel. Posiblemente a muchos no les sonará de nada, pero este excéntrico alquimista, creador de pociones, practicante de la electroterapia y, se afirma que este experimentador con cadáveres robados de cementerios cercanos, fue la inspiración del científico loco, el Baron von Frankenstein de la obra de Mary Shelley, quien doto de vida a un monstruo mediante un rayo al interior del castillo, y cuya conexión con la novela lo ha hecho muy popular, especialmente en Halloween. Ante todo, cabe precisar que Frankenstein es un nombre alemán que consta de dos palabras: los francos son una tribu germánica y "stein" es la palabra alemana para "piedra". En consecuencia, el significado de Frankenstein es "Piedra de los francos". La palabra "stein" es común en nombres de paisajes, lugares y castillos en Alemania. El constructor del castillo, Konrad Reiz von Breuberg fue el fundador de la Baronía imperial libre de Frankenstein, que estaba sujeta únicamente a la jurisdicción del emperador, con posesiones en Nieder-Beerbach, Darmstadt, Ockstadt, Wetterau y Hesse. Además, los Frankenstein tenían otros derechos de posesión y soberanía como burgraves en Zwingenberg (Auerbach (Bensheim)), en Darmstadt, Groß-Gerau, Frankfurt am Main y Bensheim. La colina en la que se encuentra el castillo probablemente estuvo ocupada por otro castillo del siglo XI, que cayó en ruinas luego de que se construyera el castillo de Frankenstein a poca distancia hacia el noroeste. Las afirmaciones de un predecesor aún más antiguo en la colina son generalizadas, pero históricamente improbables. En 1292 los Frankenstein abrieron el castillo a los condes de Katzenelnbogen (condado de Katzenelnbogen) Katzenelnbogen y formaron una alianza con ellos. En 1363, el castillo se dividió en dos partes y fue propiedad de dos familias diferentes de los señores y caballeros de Frankenstein. A principios del siglo XV, el castillo fue ampliado y modernizado. Los caballeros de Frankenstein se independizaron de nuevo de los condes de Katzenelnbogen. Siendo fuertes oponentes de la reforma y luego de continuos conflictos territoriales, disputas relacionadas con el Landgraviate de Hesse-Darmstadt, así como la adhesión a la fe católica romana y el "derecho de patrocinio" asociado, el jefe de familia Lord John I decidió vender el señorío a los Landgraves de Hesse-Darmstadt en 1662, luego de varios juicios en la Corte de la Cámara Imperial. El castillo fue utilizado desde entonces como refugio y posteriormente como hospital, cayendo en ruinas en el siglo XVIII. Las dos torres que son tan distintivas en la actualidad son una restauración históricamente inexacta realizada a mediados del siglo XIX. Su fama creció en 1952, cuando en la noche de Halloween de ese año, John Keel envió a tres reporteros de American Forces Network al castillo de Frankenstein para explorar el castillo para una transmisión de radio en vivo. A los periodistas se les dijo que una leyenda local afirmaba que el monstruo de Frankenstein regresaría al castillo esa noche. El reportero Carl Nelson investigó la cripta del castillo, donde Keel había "colocado una estatua en el medio de la cripta - y la había amañado para moverse y caer" como una broma, aterrorizando a Nelson. Según se informa, oyentes de radio asustados bombardearon la estación con llamadas y se envió a la policía militar al castillo. Cabe destacar que el Odenwald , la cadena montañosa en la que se encuentra el castillo de Frankenstein, es un paisaje con bosques oscuros y valles estrechos envueltos en misterio y consagrados en leyendas. Existen muchos cuentos populares y mitos sobre el castillo de Frankenstein. Ninguno de ellos ha sido verificado como un hecho, pero todos han influido en la cultura y tradiciones de la región. En 1673, Johann Konrad Dippel nació en el castillo, donde más tarde fue contratado como alquimista profesional e influyó en la historia de Mary Shelley cuando escribió su novela de Frankenstein , aunque no se menciona el castillo en los diarios de Shelley de esa época. Sin embargo, se sabe que en 1814, antes de escribir la famosa novela, Shelley hizo un viaje por el río Rin. Pasó unas horas en la ciudad de Gernsheim , que se encuentra a unas diez millas del castillo. Al respecto, varios libros de no ficción sobre la vida de Mary Shelley afirman que Dippel fue una posible influencia. Dippel creó un aceite animal conocido como aceite de Dippel que se suponía que era equivalente al "elixir de la vida" e intentó comprar el castillo Frankenstein a cambio de su fórmula de elixir, que afirmó haber descubierto recientemente, pero la oferta fue rechazada. También se dice que durante su estancia en el castillo, Dippel practicó no solo la alquimia sino también la anatomía y realizo experimentos con cadáveres que exhumaba, por lo que al enterarse un clérigo local de lo que allí se realizaba, advirtió a su parroquia que Dippel había creado un monstruo que fue traído a la vida por un rayo. Residentes del lugar afirman hasta el día de hoy que esto sucedió realmente y que esta historia fue relacionada con la madrastra de Shelley por los hermanos Grimm, los etnólogos alemanes. Sin embargo, ninguna de estas afirmaciones ha sido probada hasta la fecha, y algunos investigadores locales incluso dudan de cualquier conexión entre Mary Shelley y el castillo de Frankenstein. En todo caso, la leyenda persiste. Asimismo, escondido detrás del jardín de hierbas del castillo, hay una fuente de la juventud. Se dice que en la primera noche de luna llena luego de la Noche de Walpurgis, las ancianas de los pueblos cercanos tuvieron que someterse a pruebas de coraje. La que tuvo éxito se rejuveneció a la edad que tenía la noche de su boda. No se sabe si esta tradición todavía se practica en estos días, aunque hay rumores de que ello continúa. El castillo de Frankenstein ganó atención internacional cuando el programa de televisión SyFy Ghost Hunters International hizo un episodio completo sobre el castillo en el 2008 (Episodio 107) y afirmó que mostraría "actividad paranormal significativa". Los investigadores se reunieron con un experto en Frankenstein que guió a Robb Demarest, Andy Andrews, Brian Harnois y su colega a través del castillo y discutieron sus leyendas y avistamientos paranormales. Luego de discutir sus experiencias personales, el equipo utilizó dispositivos de audio y video para su investigación. Los sonidos de la capilla y la torre de entrada sonaban como palabras y una grabadora ultrasónica recogió señales en la capilla. Un sonido grabado se identificó como una frase en alemán antiguo que significa "Arbo está aquí", que se interpretó como "Arbo" que probablemente significa "Arbogast", el nombre de un caballero del castillo, anunciando su presencia y reclamo sobre la tierra. Un segundo fragmento de sonido se interpretó en el sentido de "ven aquí". El equipo salió del castillo de Frankenstein convencido de que se estaba produciendo algún tipo de actividad paranormal. Llama la atención que a pesar de su tenebroso pasado, el castillo de Frankenstein nunca se ha convertido en una atracción turística comercial a gran escala, como por ejemplo, el castillo de Drácula en Transilvania (Rumania). La población local utiliza la cadena montañosa en la que se encuentra el castillo para realizar actividades deportivas como senderismo y ciclismo de montaña. Normalmente, se encuentra abierto al público hasta altas horas de la noche, se puede aparcar en el mismo edificio y hay un restaurante que sirve comida y refrescos. La entrada y el estacionamiento son gratuitos, excepto en ocasiones especiales como el festival de Halloween, cuando hay un cargo por visitarla.

viernes, 22 de octubre de 2021

LAOCOONTE: El gran rompecabezas del arte griego

Para Plinio era “la mejor de todas las obras, tanto de escultura como de pintura”, y así la describió en su Historia natural del año 77. Pero, durante siglos, esta obra maestra del arte griego solo existió en la imaginación colectiva. No se conservaba ni un fragmento ni una copia. Todo cambió el 14 de enero de 1506. Estamos en pleno Renacimiento: Roma ha dejado atrás la Edad Media y redescubre su pasado, en especial sus ruinas y sus estatuas. Los nobles pagan fortunas por una obra de arte clásica. También la Iglesia se deja seducir por los encantos del Humanismo. El papa Julio II supervisa en persona las excavaciones de la Domus Aurea del emperador Nerón. Y de pronto emergen de la tierra tres figuras masculinas, contorsionadas, con los cuerpos aprisionados por serpientes. Se trata, sin duda, del Laocoonte, el magistral grupo escultórico al que se refería el historiador romano. En la mitología griega, Laocoonte fue un sacerdote troyano consagrado al culto de Apolo, que intuyó el peligro que ocultaba el caballo de Troya y trató de alertar a su pueblo. Según unas versiones, la diosa Atenea le castigó por ello; según otras, Apolo le envió las serpientes asesinas, ya que había violado las normas de su sacerdocio al casarse y tener hijos. Ello explicaría por qué ellos compartieron su trágico destino. El primero en reconocer el Laocoonte fue el escultor Giuliano da Sangallo, que, como Miguel Ángel, estuvo presente en el hallazgo. Al desenterrar la obra se descubrió que venía firmada por Agesandro, Atenodoro y Polidoro de Rodas, los autores a los que Plinio la atribuía. Todo parecía coincidir con la minuciosa descripción del historiador, aunque, en realidad, existen sutiles diferencias entre lo que Plinio contó y lo que muestra la escultura. El Laocoonte despertó pasiones desde el principio. A solo once años de su descubrimiento, el rey Francisco I de Francia quiso apropiársela como botín de guerra. La astucia de León X, sucesor de Julio II, lo impidió: encargó una copia en secreto y le dio el cambiazo al monarca. También Napoleón en su tiempo, intentó sin éxito llevársela a París. Una de las primeras polémicas que surgieron fue la de su reconstrucción. Las tres figuras emergieron sin brazos, y aunque Miguel Ángel, al parecer, se negó a reproducirlos, otros sí aceptaron el encargo. La recomposición final fue obra de un artista llamado Cornacchini (1686-1760), que se dejó arrastrar por el gusto barroco a la hora de colocar los miembros y acentuó más de lo debido el dramatismo del conjunto. Esa fue la apariencia del Laocoonte durante tres siglos, y así se reprodujo desde entonces en todas las copias y grabados. En 1905 se localizó uno de los brazos del padre, que llevaba largo tiempo en manos privadas, y hubo que esperar hasta la década de los sesenta para que la moderna arqueología devolviera todos los fragmentos hallados a su verdadera posición original. Si el grupo despertó la admiración de renacentistas y barrocos, a partir del siglo XVIII le llovieron las críticas. Los ilustrados, por ejemplo, acusaron a Laocoonte de no dirigir la mirada a sus dos hijos. En realidad, los ojos del sacerdote carecen de pupilas. ¿Podría ser que fuera ciego? Una de las versiones de la leyenda, la que escribió Quinto de Smyrna en el siglo V a. C., dice que Atenea le cegó por tratar de impedir que el caballo de Ulises entrara en Troya. Tal vez los artesanos de Rodas se ciñeron a esta tradición. Precisar la antigüedad de la obra ha sido una de las principales dificultades a las que se han enfrentado los arqueólogos. Los historiadores del siglo XIX, basándose en unos documentos hallados en Rodas, la dataron en el siglo I a. C., un período del arte griego que, por aquel entonces, se consideraba decadente y muy inferior al clasicismo de la época del gran Fidias (s. V a. C.). Para los críticos del XIX, la composición era excesivamente melodramática. También consideraban pobre y demasiado teatral el hecho de que la escultura estuviese concebida para ser contemplada solo de frente. Sin embargo, ya por entonces se estaba restaurando otra obra maestra del helenismo: el altar de Pérgamo. Los gigantes del friso de la batalla de los dioses, con sus músculos marcados, sus posturas forzadas y las serpientes con las que combaten, hacen pensar en el Laocoonte. El parecido de uno de los rostros, atormentado por el dolor, es tan asombroso que se llegó a dudar si sería obra del mismo taller. De ser así, el Laocoonte podría ser más antiguo, en concreto del siglo II a. C. Pero si algo ha hecho correr ríos de tinta es la descripción de Plinio. El cronista dejó algunos datos que han generado confusión. Escribió que las tres figuras se habían tallado a partir de un único bloque de mármol. No fue así: el Laocoonte que se conserva se esculpió con dos piezas hábilmente fusionadas. El lugar donde se halló tampoco corresponde a lo narrado por Plinio: este contempló la escultura en el palacio de Tito, pero la obra salió a la luz en las termas de Trajano, construidas sobre la Domus Aurea de Nerón. Diversas circunstancias pudieron hacer que la escultura cambiara de ubicación. Cuando el Imperio adoptó el cristianismo como religión oficial, no era raro que las familias pudientes escondieran sus obras de arte paganas. Y Plinio pudo equivocarse al señalar que los artistas no habían empleado más de un bloque. Unas junturas bien disimuladas pueden engañar fácilmente a los profanos. Estas inexactitudes han dado pie a numerosas teorías. Una de las más chocantes es la de Lynn Catterson. Esta historiadora neoyorquina apostó en 2005 por que el Laocoonte sería obra de Miguel Ángel. Sabemos que el artista era capaz de imitar con gran precisión el arte clásico. Lo cierto es que en su relieve Batalla de los centauros hay una figura semejante al padre; parecido también notable es un esbozo a tinta de un torso masculino. Ambas piezas, anteriores a 1506, el año en que se descubrió el grupo escultórico. También sabemos que a unas semanas de presenciar el hallazgo, Miguel Ángel escribió a un amigo anunciándole que debía abandonar Roma precipitadamente, “debido a razones de las que no puedo escribir”. Todo ello hace sospechar a Catterson que Miguel Ángel falsificó la escultura. Pero la comunidad científica no dio por buena esta teoría. La mayoría de los expertos aprecian demasiadas diferencias entre el estilo de la escultura y el del genio renacentista. Y existe otro problema: el rostro sufriente del altar de Pérgamo, que casi con toda seguridad sirvió de modelo al Laocoonte. En el siglo XVI, el altar estaba en Turquía y Miguel Ángel no tuvo ocasión de copiarlo. Hoy esta invaluable pieza se conserva en el Museo del Vaticano y el misterio de su origen continua.

viernes, 15 de octubre de 2021

2,500-YEAR CELEBRATION OF THE PERSIAN EMPIRE: La más fastuosa conmemoración que dio origen a una revolución

Irán ofreció hace medio siglo, del 12 al 16 de octubre de 1971, “la fiesta más magnífica de la historia”. Aunque los medios afines al sha Mohammad Reza Pahleví calificaban la celebración con esas palabras, no todo el mundo estaba de acuerdo. Los festejos buscaban asociar la modernización y progreso aparejados a la Revolución Blanca, iniciada en 1963 por el soberano iraní, con el fallecimiento de Ciro el Grande. El fundador del Imperio persa había muerto en 529 a. C., 2.500 años antes, una cifra redonda. Pese a que las faraónicas celebraciones se desarrollaron según lo previsto, el lujo desorbitado que desplegó para recibir a sus selectos invitados –los principales, unos sesenta jefes de Estado de todas las latitudes e ideologías en plena Guerra Fría– irritó a un país donde el ciudadano medio ganaba lo que hoy serían menos de trescientos euros al mes. Repudiada también en el exterior, e incluso motivo de encendidas manifestaciones, se considera que esa ostentación autocrática e insensible del soberano iraní se contó entre las semillas que reventaron en 1979 al calor de la Revolución Islámica. Máxima potencia de la Antigüedad entre 550 y 330 a. C., el Imperio persa llegó a tener por súbdita a media humanidad, gracias a su extensión desde el Mediterráneo al Indo. Fue, de hecho, el primer macroestado con vocación universal y, en este sentido, todo un referente para Alejandro Magno y luego Roma. Alcanzó un grado de hegemonía, organización y civilización desconocido hasta entonces. Sobre todo, durante su apogeo bajo el otro Grande de su historia además del fundador. Darío I, entre otras medidas, sumó a Susa, Pasargada y Ecbatana, las capitales tradicionales de este imperio con una corte itinerante, una ciudad nueva: la ceremonial Persépolis. Allí, precisamente, para más exactitud donde habían florecido sus jardines, los Pairidaeza que inspiraron la palabra paraíso, tendría lugar el acto central en los festejos del sha de Irán. Los vip comenzaron a llegar el 12 de octubre, un martes, al aeropuerto de Shiraz, la mayoría desde Teherán. Allí, el sha y su tercera esposa, Farah Diba, supervisora directa del macroevento, recibían con honores militares a cada jefe de Estado. El medio centenar de kilómetros hasta Persépolis se hacía por carretera. Para ello se contaba con una flotilla de 250 Mercedes Benz rojos a disposición de los huéspedes. No se escatimó en gastos. Maxim's se ocuparía de las comidas, Lanvin de los uniformes del servicio y la Maison Jansen del interiorismo. El objetivo era deslumbrar a la realeza, los dirigentes democráticos, comunistas y tercermundistas y las demás primeras figuras de la política, la economía y la cultura que se esperaba de todo el planeta. Por ello, hasta se había levantado en el desierto, junto a las ruinas de Persépolis, la llamada Ciudad de las Tiendas. Esta estaba formada por una tienda de honor (34 m de diámetro) que daba paso a una sala de banquetes (68 m de largo x 24 m de ancho), presidida por una mesa ondulada de 57 m de largo. Dibujando una estrella en torno a una fuente, había cincuenta apartamentos prefabricados revestidos como jaimas, con seda amarilla y azul. Cada uno poseía su decoración particular y su sala de estar, dos dormitorios en suite, con baños de mármol, más una habitación de servicio. El primer acto conjunto de esta élite global, custodiada por fuertes medidas de seguridad, fue un ágape por el cumpleaños número 33 de Farah Diba, la noche del jueves 14. Se trató del evento más suntuoso, difundido y criticado de la amplia agenda festiva. Entre acordes de Mozart y Schubert a cargo de una pequeña orquesta, los invitados fueron desfilando y saludando a los anfitriones. Este besamanos tuvo lugar entre los terciopelos rojos y los tonos dorados de la tienda de honor. De allí, se pasó al ambiente azul y oro de la sala de banquetes. Bajo el símbolo del pavo real, la insignia del Imperio persa, en la larga y sinuosa mesa principal y las complementarias pudo degustarse una sucesión de delicias servidas en vajilla de Limoges y cristalería de Baccarat. Se paladearon desde caviar nacional de los esturiones caspios, el más exquisito del mundo, a espumas de cangrejo, lomos de cordero asados, pavos reales salseados y otros manjares elaborados con ingredientes traídos expresamente de Francia. Lo mismo vinos de gran gala como el Château Lafite Rothschild de 1945 o el champán Möet de 1911. Entre esos aromas y sabores, hizo migas una concurrencia tan diversa como la integrada por el emperador de Etiopía, Haile Selassie, los reyes de Bélgica, Dinamarca, Noruega, Grecia, Jordania y Nepal, o los príncipes Rainiero de Mónaco y Juan Carlos de España. Representando al bloque comunista, podía verse al jefe del Presidium soviético, al mariscal Tito de Yugoslavia y el matrimonio rumano Ceaușescu, sin olvidar a la “matriarca de la nación” filipina, Imelda Marcos, así como por los países no alineados, a Suharto de Indonesia o a Mobutu de Zaire. En tanto, el presidente de los EE.UU. Richard Nixon y la reina Isabel II de Inglaterra optaron por la prudencia. El uno envió a su vicepresidente y la otra, a su consorte, Felipe de Edimburgo, y la hija de ambos, la princesa Ana. Tras un breve discurso del sha, el postre, los cafés y una última copa de Dom Pérignon rosado de 1959, la comitiva salió al fresco para disfrutar de un espectáculo de luces y sonido. Luego de esos fuegos artificiales, acompañados por un estreno mundial de música electrónica de Xenakis, los huéspedes regresaron a las jaimas. Allí pudieron departir, ya libres de etiqueta, en encuentros informales seguramente muy jugosos en la desértica Ciudad de las Tiendas, por unos días la capital del orbe. Las celebraciones continuaron a la mañana siguiente con un desfile de tropas vestidas con uniformes históricos del Ejército del Imperio persa de los últimos dos milenios y medio. Al anochecer, hubo un nuevo banquete, menos solemne que el primero, con aires de folclore local. Entre los actos de esos días, también se rindió homenaje a Ciro el Grande, ante su mausoleo de Pasargada, y al fundador de la dinastía vigente, Reza Shah Pahleví, el padre del sha, en su monumento funerario cercano a Teherán. Otro evento señalado fue la inauguración en la última ciudad de la torre Shahyad, hoy Azadi, para alojar el Museo de Historia Persa. Solo reconocido en tiempos recientes, los festejos también beneficiaron al conjunto de Irán. Magnificaron su proyección internacional, como pretendía el soberano. Impulsaron, asimismo, la construcción o remodelación de infraestructuras más tarde aprovechadas con fines turísticos. Fomentaron la apertura de 3.200 escuelas gracias a la captación de patrocinios nacionales y extranjeros. E hicieron resurgir el interés por los Aqueménidas, de pronto sujetos de un aluvión historiográfico. Pese a estos aspectos positivos, la iniciativa resultó contraproducente para el sha. La imagen que prevaleció fueron las fiestas grandilocuentes en un país subdesarrollado. Jomeini se hinchó la boca despotricando desde París contra el “Gran Satanás”, esto es EE.UU. y su lacayo coronado. Los calificó de “traidores del Islam y del pueblo iraní”. La prensa foránea no trató mejor los fastos. Numerosos enviados especiales reportaron su asombro por el nivel de dispendio. Era aberrante cuando se contrastaba con el de la población de a pie. Los iraníes exiliados por la tenebrosa Savak y otros brazos represores del régimen también hicieron oír su profundo malestar. Algunos, a bombazos. Sucedió en el consulado de Irán en San Francisco: una detonación incendió tres plantas. Sin olvidar otras manifestaciones, menos violentas, pero igualmente furibundas, en varias ciudades occidentales. El relato mantenido hasta hoy de un despilfarro enervante también ha incluido exageraciones persistentes. Da fe un documental emitido por la BBC. En él se afirma que el gasto de las celebraciones de 1971 ascendió al doble del presupuesto anual de Suiza. Lo cierto es que ensayos y testimonios coinciden en cifrarlos entre trescientos y setecientos millones de dólares, no en varios miles de millones. Más allá de las precisiones, los festejos supusieron un punto de inflexión. Su boato desmesurado activó a una oposición hasta entonces menos cohesionada y ruidosa. Las celebraciones de Persépolis proyectaron la imagen de un sha alienado de su pueblo, autoritario de fronteras adentro y servil con potencias extranjeras. Erigido en la voz justiciera al frente de la indignación popular, Jomeini ganó enteros en los medios mundiales y, lo más importante, se consolidó en Irán como “un referente moral”. Al cabo de la década que inauguraron los inolvidables banquetes, la Revolución Islámica había triunfado y el sha junto a su imperio, ya eran en parte del pasado.

viernes, 8 de octubre de 2021

PATRIMONIO MUNDIAL: Ciudad amurallada de Bakú (Azerbaiyán)

Considerada la ciudad más poblada del Cáucaso y del mar Caspio, Bakú es conocida como la ciudad de los vientos. Se juntan allí dos corrientes que mantienen a la ciudad agitada durante muchos días al año. Del norte llega el frío khazri, mientras que del sur sopla el gilavar. Ambos vientos marcaron en su día la mitología azerí. También funcionan perfectamente como metáfora política de un país a medio caballo entre Rusia y Persia. Ambos imperios lucharon por este territorio, que se repartieron según la época. Capital del Azerbaiyán, este país musulmán es tristemente conocido por la limpieza étnica que ha eliminado a los armenios cristianos de la ciudad a lo largo de su convulsionada historia y hoy los azeríes la dominan casi enteramente. Vuelve así a sus orígenes, cuando fue la capital de los sahs del territorio histórico de Shirvan. En el centro de la ciudad, que se conserva excepcionalmente bien amurallada, quedan las trazas de este periodo Shirvan, especialmente en el palacio de los sahs y la torre de la Virgen. Se estima que la península de Absheron, donde se asienta la ciudad, ha estado poblada desde hace milenios, incluyendo la Edad de Bronce y el periodo romano. No obstante, la fundación de Bakú la podemos localizar con el ascenso de Shirvan en el siglo VIII. Ya desde el siglo X empezaron a soportar ataques desde el norte, de mano de los jázaros y los rusos. Bakú vivió un momento importante en 1191, cuando un terremoto destruyo a Shamakhi, la capital de Shirvan, e hizo que esta se trasladara aquí. Es entonces, entre los siglos XII y XIV, cuando la ciudad se amuralla a conciencia y aparecen la mayor parte de monumentos que vemos hoy. En 1501, cuando los sahs estaban terminando su palacio, Shirvan fue conquistada por el persa safávida Ismail I tras un asedio. Inició una etapa de intercambio de poder con los otomanos. A finales del XVIII fueron los rusos los que se unieron a la puja. La ganaron en 1828, momento desde el cual Bakú permanecería como parte de Rusia hasta su independencia, tras el derrocamiento de la dictadura comunista y el colapso de la Unión Soviética en 1991. Hoy, Bakú es una ciudad de dos millones de habitantes. Mucho de su crecimiento llegó a comienzos del siglo XX, cuando a la numerosa industria se sumó el descubrimiento del petróleo. El dinero generado por este trajo una época constructiva muy amplia y ecléctica. En el centro de todo ello, a orillas del Caspio, quedó Icheri Sheher, el barrio antiguo. Aunque hay trazas del siglo VII, el plano principal de la ciudad es del siglo XII. Siempre fue una ciudad amurallada que confió en el Caspio por un extremo y un profundo foso por el resto. Sin embargo, las murallas que vemos hoy fueron reforzadas por los rusos entre 1807 y 1811. Fueron ellos también los que añadieron su toque gótico y barroco a los edificios del centro, que por lo demás tienen un aire muy persa. Su centro está recorrido por un laberinto de callejuelas estrechas y adoquinadas. Entre ellas podremos ver un par de caravasares, que daban servicio a los comerciantes que llegaban por barco, unos baños o la mezquita Juma. Lo más relevante no obstante son el palacio y la torre. El primero está situado en el punto más alto del barrio viejo y es en realidad un complejo de diversas construcciones, casi todas del siglo XV. Que fuera un palacio es solo una de las conjeturas, pues lo que sí está claro es que era un lugar sagrado. Cuenta por ello con varios mausoleos y el palacio en sí, con capillas para rezos. La torre de la Virgen o Giz Galasi es el símbolo de Bakú y seguramente de todo Azerbaiyán. Es del siglo XII y formó parte de las murallas. Su nombre viene de una conocida leyenda azerí por la cual una hija del khan de la ciudad se arrojó al vacío cayendo los treinta metros que distan del suelo. La torre es una estructura cilíndrica con una protuberancia orientada al amanecer de los equinoccios, lo que también sugiere una antigua función astronómica anterior al siglo XII, cuando fue un templo zoroastriano. En el interior hay ocho pisos abovedados, una escalera de caracol y un pozo. Bakú ha ido deshaciéndose de su pasado industrial a base de modernos rascacielos de cristal, acercándose así a los estándares de una ciudad europea. Se llega en avión y se puede recorrer a pie, salvo que vayamos a algunos puntos de interés, para lo cual el metro es muy útil. La plaza de las fuentes es el centro de su activa vida nocturna, alternativa a las tranquilas y tradicionales casas de te o Çayxanalar. Cada vez cuenta con más festivales de cine, jazz y ópera, aunque la fiesta principal sigue siendo el novruz, fiesta oficial de Azerbaiyán. Se celebra al comienzo de la primavera y alterna fiesta en la calle con reuniones familiares. Desde el 2016, Bakú tiene su propio gran premio urbano de Fórmula 1. Sin embargo, es más conocida por su imponente arquitectura, No es de extrañar por ello que tanto la ciudad amurallada, el palacio de los sahs de Shirvan y Torre de la Virgen sean considerados como unas preciadas joyas de la arquitectura azerbaiyana.

viernes, 1 de octubre de 2021

WALT DISNEY WORLD: 50 años de un mundo de color y fantasía

Walt Disney World Resort celebra este viernes el 50 aniversario de su apertura convertido en el parque de atracciones más grande y visitado del mundo, en continua expansión y con nuevas experiencias en sus cuatro parques temáticos (El castillo de Cenicienta en Magic Kingdom, el árbol de la vida en Animal Kingdom, La Hollywood Tower Hotel en Disney’s Hollywood Studios y el Spaceship Earth en Epcot) para festejar sus cinco décadas de existencia. De acuerdo a la página oficial de Magic Kingdom: “Se transformarán en símbolos de magia”. ¿Qué significa esto? Que, cada uno en su estilo, tendrán un despliegue de luces y decoración muy a la manera de Disney. Inaugurado el 1 de octubre de 1971, la "celebración más mágica del mundo", como la define la compañía, contará con dos nuevos 'shows' nocturnos, uno en el Magic Kingdom y otro en el parque Epcot, además de medio centenar de esculturas doradas de sus personajes, señaló esta semana en una declaración Walt Disney World Resort. La conmemoración, que durará 18 meses, tendrá como atracción central el Castillo de Cenicienta del transformado Magic Kingdom, en el que se exhibirán banderines dorados, brillantes adornos y un escudo conmemorativo del 50 aniversario. El nuevo espectáculo nocturno denominado "Disney Enchantment" iluminará el Magic Kingdom y llevará a los visitantes a un viaje lleno de aventura, maravillas y empoderamiento. El "Disney Enchantment" ofrecerá música, luces, impresionantes fuegos artificiales y, por primera vez, efectos de proyección inmersivos que se extienden desde el Castillo de Cenicienta hacia Main Street. Y en el parque Epcot, los visitantes podrán disfrutar de "Harmonious" uno de los espectáculos nocturnos más grandes jamás creados para un parque de Disney. Este nuevo espectáculo reunirá a todos en el World Showcase Lagoon para la celebración de la música de Disney como un poderoso homenaje al poder de la unión de la historia y la música. En "Harmonious" confluirán la "magia tecnológica que incorpora la pirotecnia" con fuentes de agua y una iluminación sorprendente en el cielo nocturno .El espectáculo ofrecerá nuevas interpretaciones de canciones clásicas de Disney en más de una docena de idiomas por un grupo de 240 artistas de todo el mundo. En el Animal Kingdom, una luz cálida emanará del Árbol de la Vida (Tree of Life) mientras una bandada de luciérnagas mágicas volará para dar paso a la magia de la naturaleza. Como era de esperar, Mickey Mouse, Minnie Mouse, Donald Duck, Daisy Duck, Goofy, Pluto y Chip 'n' Dale tendrán su protagonismo natural como parte de una nueva colección de esculturas doradas de personajes ubicadas en los cuatro parques temáticos de Walt Disney World. En una ocasión tan especial, estos queridos personajes y anfitriones de Walt Disney vestirán nuevos atuendos, un diseño de ropa hecha a medida en tonos dorados con impresiones hermosamente bordadas del Castillo de Cenicienta y fuegos artificiales en la espalda. Asimismo, los visitantes podrán interactuar con los "Disney Fab 50" en la celebración del cincuentenario de Disney World. Este primero de octubre se realizará también la gran apertura de Remy's Ratatouille Adventure, en el parque Epcot, una invitación a disfrutar del mundo del popular y premiado filme animado de Disney y Pixar sobre una rata con vocación de "chef" parisino. "En esta atracción familiar, los visitantes sentirán como si se encogieran al tamaño del Chef Remy y corrieran a través del famoso restaurante de Gusteau", señalaron los organizadores. Ubicado en Orlando (centro de Florida) Disney World está considerado como el complejo de parques temáticos más grande del mundo. Cuenta, además, con parques acuáticos, campos de golf, un centro deportivo, hoteles, centenares de tiendas y restaurantes y numerosos lugares de entretenimiento. Pero el crecimiento no ha evitado que continúe siendo el mismo Reino Mágico que describió Roy Disney en su dedicatoria oficial el 25 de octubre de 1971, siguiendo la filosofía de Walt. “Este será el Reino Mágico donde todos los jóvenes de corazón, de todas las edades, podrán reír, aprender y jugar juntos”.
actualidad cultural
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