SONIDOS DEL MUNDO

viernes, 30 de octubre de 2020

UN MISTERIO AUN POR RESOLVER: La tumba de Drácula

Ubicada en una pequeña isla de un lago a 40km de Bucarest (capital de Rumania) se encuentra el Monasterio de Snagov, que según la tradición local es el lugar de enterramiento de Vlad Tepes, más conocido como Vlad el Empalador, quien recibió su nombre como resultado de su hábito de empalar cuerpos humanos en estacas. Fundado originalmente en el siglo XIV y luego excavado en 1933, el monasterio es un lugar de culto cristiano ortodoxo que aprovecha la calma que brinda su aislamiento cerrado por agua. Más de una iglesia se ha levantado sobre el terreno de la isla en ese momento. Algunos, incluida una pequeña iglesia de madera, han sido destruidos, supuestamente incluso hundidos en el lago circundante. Debido a esto, muchos lugareños comenzaron a creer que la isla estaba realmente maldita. Históricamente, Vlad gobernó entre 1456 y 1462 el principado de Valaquia y Transilvania - ubicado dentro de la actual Rumania - quien se destaco en su lucha contra los invasores turcos y se hizo famoso por sus despiadadas tácticas de guerra, que incluían terribles métodos de ejecución, incluido el empalamiento de sus prisioneros. Sin embargo, hay mucho misterio en torno a su muerte y a lo que sucedió con su cuerpo. Según se dice, fue asesinado en alguno de los bosques cercanos traicionado por sus caballeros y que algunos monjes llevaron sus restos a esta iglesia. Se dice también que fue decapitado y que su cabeza fue enviada al sultán otomano como prueba de que su más encarnizado enemigo, por fin había muerto. Otra historia da cuenta de que luego de una vida notoriamente cruel, Vlad Tepes fue enterrado en la iglesia de Snagov según su solicitud antes de su muerte. Varios arqueólogos e historiadores han trabajado para verificar si este relato es un hecho real o una simple leyenda, pero ninguno ha podido probar que efectivamente haya sido enterrado en la isla. Durante la década de 1930, luego de haber desenterrado en el lugar tradicional del sitio, todo lo que se encontró fue una mezcla de huesos humanos y de un caballo, pero nada que confirme que era el lugar de su posible enterramiento. La mayoría de los historiadores ahora creen que el príncipe de Valaquia y Transilvania esta sepultado en el Monasterio de Comana, pero esto no ha impedido que los lugareños insistan que fue en Snagov. Muchos creen que fue enterrado más profundo de lo que ha sido excavado o está enterrado en un área diferente de la iglesia, mientras que algunos incluso aseguran que pudo haber surgido de su tumba, fiel a la mitología de vampiros que lo rodea como inspiración para el Drácula de Bram Stoker. Lo cierto, es que no se conoce realmente el lugar donde realmente esta enterrado, lo que hizo que creciera la intriga. Pero debido a la fama que alcanzo la novela tras ser llevada al cine y la televisión, el régimen comunista de Nicolae Ceausecu - para combatir la idea generalizada de que Vlad Tepes fue solo un vampiro sediento de sangre - rehabilito su memoria y lo declaro héroe nacional de Rumania restaurando el monasterio de Snagov,que se convirtio con el paso de los años, en uno de los sitios mas visitados del país.

viernes, 23 de octubre de 2020

ENGAÑO E INTOLERANCIA EN EL ISLAM: La amenaza que representa para el mundo una falsa “religión de paz”

La decapitación de un profesor de secundaria a plena luz del día en una comunidad a unos 30 km al noroeste de París, debido a que tuvo el “atrevimiento” de mostrar algunas caricaturas de Mahoma (presentando al profeta desnudo del Islam como lo que es: un monstruo, un violador de niñas, un terrorista) en horas de clase, cuando debatía temas como la secularidad, la pena de muerte y la libertad de expresión, ha levantado una ola de indignación en Francia, volviendo a poner sobre el tapete la potencial amenaza que representa esa endemoniada religión para Europa y el mundo, al seguir permitiendo de una manera suicida la expansión del Islam en Occidente y no ponerle un alto antes que sea demasiado tarde. Como estáis enterados, el Islam es en esencia intolerante, y su lógica maquiavélica alterna entre la fuerza y el engaño: el engaño, cuando los musulmanes son más débiles y son una minoría; la fuerza, cuando su dominio comienza a asegurarse. Entre los ‘refugiados’ africanos el Islam - que llegan por miles a Europa en pateras, con la abyecta complicidad de sus gobiernos que no hacen absolutamente nada para impedirles su llegada al continente - no es concebido como una religión espiritual (sus preceptos morales son raramente seguidos) sino como una forma revanchista de autoafirmación étnica contra los europeos, a menudo llamados “cruzados”. Mucho más que el cristianismo, hoy debilitado, el Islam es fundamentalmente una religión del imperativo revelado, y siempre ha creído, de una forma completamente ciega, en su propio ‘derecho’ de imponerse sobre los demás , y ha justificado todos sus aberrantes actos, como los atentados terroristas, cometidos en el nombre de la expansión islámica y por la gloria de Alá. Aquellos descerebrados en Occidente que son defensores ingenuos del Islam, no lo comprenden e interpretan el Corán como un todo sincero, como un único texto unificado con una lógica coherente, pero que en realidad es rico en prevaricación y maldad, siendo un texto demoníaco con múltiples engranajes. Cuando se encuentra en minoría, el Islam propone hipócritamente “la tolerancia y fraternidad entre religiones” y la defensa de la “libertad religiosa” sobre la base de un precepto coránico: “Que no haya compulsión en la religión” (Sura 2,256); puede rechazar insistentemente cualquier fundamentalismo y fanatismo: “El Islam es la comunidad del justo equilibrio” (Sura 2,143) o “¡Ninguna violencia en materia de religión!” “La verdad sobresale claramente del error” (Sura 2,257). El Islam dice comprometerse con la compasión y el perdón de las ofensas: “El mal debe ser reparado por el bien” (Sura 41,34; 22,96).
El Islam puede incluso comprometerse con el trato humano hacia un enemigo y establecer la obligación islámica de ofrecerle ayuda (Sura 9,6). Sin embargo, estos versículos son absolutamente contradichos por catorce siglos de comportamiento islámico, porque el Islam siempre ha preferido la violencia cuando el equilibrio de poder está a su favor, ignorando el perdón y la compasión, erradicando a los practicantes de otras religiones en los territorios que ha conquistado o bien forzando su conversión al Islam, convirtiendo sus iglesias en mezquitas. De otro lado, el dar limosna (zakat), que constituye el tercer “pilar del Islam”, tiene un carácter completamente diferente a la caridad cristiana. Esta última es universalista y altruista, lo que parece bastante ingenuo para un musulmán. Aunque estos últimos intentan convencernos de que la limosna islámica es un requisito filantrópico “que demuestra el espíritu humano y pacífico del Islam”, la realidad es muy diferente. El zakat sólo se refiere a la umma, esto es, a la comunidad de creyentes musulmanes. Un musulmán no está obligado en lo absoluto a dar limosnas a quienes no sean de su religión, ni a socorrerlos de ninguna manera. La caridad no se basa en la compasión o el amor al prójimo en esta religión conquistadora, intolerante y guerrera. Está motivado, según el Corán, por dos consideraciones: primero, para practicar la solidaridad hacia los miembros indigentes de la umma, con el fin de fomentar la cohesión dentro de la comunidad; en segundo lugar, enseñar a cualquier musulmán que él no es el verdadero dueño de los bienes a su disposición, sino que estos son meramente un préstamo autorizado por Alá para demostrar su poder y difundir así el Islam por todas partes, mediante la conversión o la espada. No hay entonces ninguna duda respecto a la cuestión de si un musulmán asistiría indiscriminadamente a otros seres humanos. Para este monoteísmo revelado, el infiel es indigno. Algunos pueden haber notado, aunque los medios lo ignoraron en gran parte, que la Media Luna Roja musulmana durante las guerras en los Balcanes sólo ayudaba a los refugiados bosnios o a los kosovares musulmanes, siendo totalmente indiferente al destino de los serbios ortodoxos o a los católicos croatas afligidos por la guerra.La Cruz Roja, por otro lado, no hizo distinciones étnicas o religiosas. Asimismo, muchos países musulmanes, como Arabia Saudita, prohíben absolutamente la construcción de iglesias en su territorio. La adoración cristiana está prohibida a los extranjeros que se encuentran en estos países. En la mayoría de los países musulmanes, la entrada o residencia de sacerdotes cristianos es casi imposible; cualquier proselitismo está prohibido, bajo pena de expulsión inmediata. En Europa, sin embargo, el proselitismo musulmán es fomentado y financiado (por ejemplo, en forma de construcción de mezquitas) por las autoridades, cuyo secularismo equivale a ingenuidad.
La regla de la reciprocidad que rige el derecho internacional es completamente despreciada; para su descrédito, los europeos aceptan fácilmente este doble rasero, que a los ojos de los musulmanes es una señal de debilidad y resignación que alienta y legitima, como justificada por la voluntad divina, su movimiento de conquista etno-religiosa de Europa. Para la mentalidad islámica, el hecho de que los europeos no exijan a los países musulmanes la misma neutralidad secular, la misma libertad de culto que extendemos a los musulmanes, significa esto: “Los europeos saben que están equivocados, reconocen la superioridad del Islam y la superioridad de Alá; se postran ante nosotros y se reconocen a sí mismos como infieles, y por lo tanto, es justo que se conviertan en tierra para nuestra conquista”. Estas observaciones fueron hechas por un imán egipcio en el periódico de El Cairo Al Ahram. Los europeos no son conscientes de los fundamentos propios del Islam, en particular del imperativo cínico de las tres etapas de conquista. Inicialmente, una comunidad musulmana establecida en una tierra extranjera, y que todavía constituye una minoría, practica lo que se denomina como dar al-sulh, “paz temporal”, porque el infiel, en su ceguera e ingenuidad, permite el proselitismo islámico en su país, sin exigir ninguna reciprocidad sobre suelo musulmán. Sólo en la segunda etapa, una vez de que se haya establecido la comunidad islámica, se hace evidente el requisito de la conquista y la violencia. Esta etapa se denomina dar al-Harb, en la cual el suelo del infiel se convierte en una “zona de guerra”, ya sea por la resistencia al establecimiento del Islam, o porque los musulmanes, ahora en número suficiente, ya no necesitan la paz y pueden abandonar la falsedad que marcó la primera etapa de su conquista. Esta fase ya se puede ver ahora. En la tercera etapa, los musulmanes terminan dominando. Esto es dar al-Islam, el “reino del Islam”. El cristiano apenas será tolerado pero con un estatus reducido, disfrutando, en el mejor de los casos, de una posición inferior, la de dhimmis (“protegidos”), pagando un impuesto especial y privados de la mayor parte de sus derechos; Bajo este “reino del Islam”, el no musulmán no tiene ninguna posibilidad de ocupar ninguna posición social importante y serán hostilizados al extremo de tener que abandonar el país donde nacieron o convertirse al Islam, de la cual no hay vuelta posible, porque esta castigado o la muerte. Su objetivo final es imponer en Europa la ley del dar al-Islam. Es un proyecto consecuente, impulsado por una voluntad política inquebrantable, que ya se ha puesto en marcha “porque Allah lo ha ordenado”. ¿Permitiremos que esta pesadilla se convierta en una realidad?

viernes, 16 de octubre de 2020

GENGHIS KHAN ET L´EMPIRE MONGOL: Una exposición cancelada en Francia por presiones de China

El Gobierno chino ha prohibido una exposición que tenía proyectado inaugurar el Museo de la Historia de Nantes (oeste de Francia) titulada Genghis Khan et l'empire mongol (Genghis Khan y el Imperio mongol). Por lo visto, Beijing desea imponer en el resto del mundo su visión “políticamente correcta” de uno de los imperios más grandes de la historia. En efecto, el Museo de la Historia de Nantes (región países del Loira) había trabajado varios años con el Museo de Mongolia interior, la región “autónoma” de China, que había aportado documentos e iconografía aparentemente excepcionales sobre la historia del Imperio mongol, construido por Genghis Khan, varios siglos antes de los imperios europeos, cuando Francia, Alemania, España o el Reino Unido todavía eran un mosaico de reinos medievales que todavía tardarían varios siglos en consumar su unidad política. Como sabéis, la historia del Imperio mongol es evidentemente indisociable de la figura mítica de Genghis Khan (1162-1227), una figura solo comparable a Alejandro Magno o Julio César, entre los grandes constructores de imperios. Indisociable, igualmente, del Estado de Mongolia, aliado histórico de Rusia y ubicado estratégicamente entre ese país y China, que lo hizo muy apetecible para Beijing. Es así como finalizada la Segunda Guerra Mundial, los comunistas se anexan la franja de Mongolia Interior, ubicada al sureste del país, convirtiéndola en 1947 en la primera de las cinco Regiones Autónomas de la Republica Popular China, a pesar de las múltiples peticiones de Ulan Bator para que les devuelvan su territorio perdido. Sometido desde entonces por la fuerza, no es de extrañar que la colaboración “independiente” del Museo de Mongolia interior con el Museo de la Historia de Nantes fuera percibida muy pronto con muchas reservas en Beijing, donde comenzó exigiéndose que desapareciesen del nombre de la exposición cuatro de las seis palabras del título: Genghis Khan e Imperio mongol. La dirección del museo francés intentó soslayar la férrea censura política china, sustituyendo Genghis Khan por “hijo del cielo y las estepas”, con el que se pretendía ‘ocultar’ el verdadero personaje histórico del constructor genuino del Imperio mongol, uno de los conquistadores más legendarios y crueles de la historia universal. La argucia un poco infantil de los historiadores franceses no consiguió engañar a la burocracia china, que ha terminado imponiendo su “dictado”: no habrá exposición consagrada a Genghis Khan y el Imperio mongol. Bertrand Guillet, director del Museo de la Historia de Nantes, ha comentado la decisión china en estos términos: “Con nuestra exposición deseábamos rendir homenaje a la cultura mongola. Cuando la exposición ya estaba montada, el gobierno chino nos hace saber que desea escribir a su manera su propia historia y la de los distintos pueblos y culturas que forman parte de la China actual…” Dicho de otra manera: los gobernantes del imperio actual, en Beijing, desean imponer su visión “políticamente correcta” de las muy diversas formas políticas que tuvieron otros pueblos y cultura propia, de Tibet a Mongolia, entre otros. Se trata de un intento excepcional, con muy pocos antecedentes, del gobierno de un imperio o gran superpotencia mundial, la China de nuestro tiempo, que desea imponer a Francia, en este caso, su propia visión de la historia multinacional y multicultural de otros imperios anteriores que se sucedieron en una parte de su territorio actual, dividido a sangre y fuego, por razones históricas, en bastante medida. El Imperio mongol al que pretendía rendir homenaje el Museo de Nantes es el legendario antecedente histórico de un Estado independiente - Mongolia - y de una región autónoma de China, que también lleva el mismo nombre. Más allá de las sutilezas históricas, recordar a Genghis Khan como constructor de un antiguo imperio, multicultural, relativamente “tolerante” con otras culturas y religiones, permitiría hacer “odiosas comparaciones” con el actual régimen chino, que controla férreamente a su población. Beijing ha preferido censurar y prohibir las veleidades “autonomistas” de su república autónoma mongol, con el fin de confirmar la represión política más cruda y brutal. Represión, censura y persecución social, política y cultural de los 4,2 millones de mongoles que viven sometidos a la “bota” militar china, en nombre de la unidad y la vocación internacional de la nueva China imperial - que de “comunista” solo tiene el nombre - y donde su actual “emperador” no tiene nada que envidiar el poderío y la grandeza de sus antecesores y que ahora pretende dictarnos su particular y sesgada visión del mundo. El espectáculo, que se inauguraría la próxima semana, ya se había retrasado hasta la primera mitad del 2021 debido a la crisis del Coronavirus. Pero el museo dijo que ahora se ha visto “obligado a retrasar esta exposición hasta octubre del 2024”. Esto le daría tiempo para construir una nueva muestra, con obras de colecciones europeas y americanas. La disputa coincide con una línea más dura de China contra la etnia mongol, que representan alrededor de 6,5 millones de los 1.400 millones de habitantes de China y viven principalmente en la provincia norteña de Mongolia Interior. Actualmente, el régimen somete a la minoría hasta el punto de intentar hacer desaparecer su cultura y legados. La provincia ha sido testigo de semanas de protestas y boicots escolares por una política que requiere que las escuelas enseñen política, historia y literatura en mandarín en lugar del idioma local.

viernes, 9 de octubre de 2020

LA TORRE DE NEWPORT: ¿El secreto más antiguo de los EE.UU.?

Considerada por muchos como la construcción más misteriosa de EE UU. Algunos creen que la torre de Newport es un molino de viento de la época colonial, otros, los restos de un antiguo depósito de agua; pero hay quienes estar convencidos de que se trata de algo mucho más significativo. De acuerdo a la arqueoastronomía y a la iluminación que se crea en los solsticios dentro de esta construcción de piedra meticulosamente diseñada, existe la certeza de que los Caballeros Templarios visitaron América y levantaron la torre cien años antes de la llegada de Colón al continente, convirtiéndose en uno de los símbolos más visitados y preciados de América. Ubicada en Newport, Rhode Island - de 28 metros de altura y 24 metros de ancho - su origen sigue siendo desconocido, por lo que se trata de un enigma aun sin resolver. Otros estudios realizados afirman que la torre data de la época en que los vikingos se asentaron temporalmente en el continente Americano. Quienes sostienen esta teoría ponen de relieve las semejanzas existentes de la torre con ciertas construcciones escandinavas. Por su parte, el escritor británico Andrew Sinclair ha planteado la hipótesis de que la Torre de Newport fue construida por los templarios escoceses medievales encabezados por el conde escocés Henry Sinclair, como parte de un supuesto viaje a Nueva Inglaterra unos cien años antes de Colón. Pruebas similares se pueden encontrar en Westford, Massachusetts, donde se puede ver un grabado rupestre que representa una figura vestida de caballero del siglo XIV. Curiosamente la figura lleva un escudo representando el emblema de un buque junto a una sola estrella. Si recurrimos al mapa de Gerard Mercator [1512-1594, matemático y cartógrafo flamenco, considerado el geógrafo más influyente en su tiempo desde Ptolomeo, y padre de la Cartografía moderna], podremos ver claramente la localización de la Torre de Newport en la Bahía de Narragansett. Si tenemos en cuenta que Mercator publicó su mapa 67 años antes de que se estableciera la colonia, parece más que razonable creer que esta torre no tiene orígenes coloniales. Sin embargo, hubo un informe oficial que convenció a la comunidad arqueológica sobre el origen colonial de la torre. Ese informe fue emitido por el arqueólogo William S. Godfrey. Los hallazgos de Godfrey fueron publicados en American Antiquity - una de las principales revistas de la Society for American Archaeology (2, 1951): "La Torre no puede haber sido construida antes de la última mitad del siglo XVII. La teoría nórdica no puede seguir sosteniéndose con los argumentos de antaño" Al final, la única autoridad que se cita a favor de la teoría de la colonización se encuentra en el testamento del gobernador Benedict Arnold que menciona la torre. Godfrey sigue y cita su testamento: ... "mi molino de viento hecho de piedra". ¿Acaso esta es una prueba suficiente como para afirmar que la torre es de origen colonial? Si bien Benedict menciona la torre, pero como propietario del mismo, ya que en ningún momento dice que fuese construido por él, por lo tanto esta prueba es realmente insuficiente para catalogar la torre de origen colonial. Asimismo, A. H. Mallery, C. E. Gardner y J. Howieson hicieron un informe provisional especial el 20 de octubre de 1955 dirigido al Council of the City of Newport declarando que la Torre no era un molino de viento colonial ni tampoco la "casa de verano" del gobernador Benedict Arnold. Que podía haber sido una torre vikinga o una iglesia cristiana, sí, pero de lo que no había ninguna duda es que la Torre era el edificio europeo más antiguo que se hallaba en el continente americano. De otro lado, el estudio realizado por Edgard Admas Richardson - Journal of the Surveying and Mapping Division, Proceedings of the American Society of Civil Engineers, feb, 1960 - menciona que se trataba de una estación de señales para los barcos que entraban en la bahía. “Sea cual sea el año en que se pusieron los cimientos de esta torre, lo que es innegable son sus orígenes ... Aunque no hay ninguna otra edificación como esta en Nueva Inglaterra, su gran parecido con las torres construidas en las costas suecas en el siglo XI, subraya su función como faro de la era vikinga para los viajeros escandinavos del otro lado del Atlántico Norte”. Podemos dar además cierta credibilidad a la teoría de que los Caballeros Templarios estuvieron en América antes de Colón, añadiendo un toque aún más intrigante a la historia del descubrimiento de América. Como sabéis, la Orden de los Caballeros Templarios fue fundada en Jerusalén en 1118, cuando nueve caballeros franceses con el consentimiento del rey Balduino se dedicaron a proteger a los peregrinos que iban a Tierra Santa. Gracias a esta hazaña, se les concedió permiso para establecer su sede en el Palacio de los Cruzados -actual Mezquita de Al Aqsa - ubicado al lado del Templo de Salomón, y fue precisamente en ese lugar donde, según algunos investigadores, se hicieron una serie de descubrimientos que finalmente cambiarían el curso de la historia. Cuando los musulmanes retomaron Jerusalén, los templarios se llevaron consigo sus fabulosos tesoros y hoy se desconoce su ubicación, por lo que muchos están convencidos que lo trajeron a América y la torre de Newport es una evidencia de su presencia. Por ultimo, cabe destacar que en 1993, un equipo de investigadores de Dinamarca y Finlandia realizó pruebas de datación por radiocarbono del mortero de la torre. Los resultados sugieren una fecha probable de producción del mortero entre 1635 y 1698. Eso no significa que la torre sea de esa época, ya que bien el mortero puede pertenecer a siglos posteriores, cuando el lugar fue repoblado y quienes lo hicieron, decidieron darle un nuevo uso a la abandonada construcción, que al ser de piedra, bien pudo resistir perfectamente el paso del tiempo. No cabe duda que las interrogantes acerca de su origen continuaran hasta que su origen sea fehacientemente aclarado por la ciencia. Mientras ello no ocurra, las especulaciones seguirán acumulándose con el paso de los años.

viernes, 2 de octubre de 2020

EL DIAMANTE CULLINAN: Historia de un expolio

Los diamantes son, posiblemente, una de las piedras preciosas más cotizadas y admiradas por el ser humano a través de todos los tiempos. En efecto, numerosas personas alrededor del mundo se afanan por encontrar estas increíbles piedras brillantes que varían en quilates y en pureza, y cuya impresionante formación natural a centenares de kilómetros de la superficie enloquece a la humanidad desde tiempos pretéritos. Uno de ellos es el diamante Cullinan, que tiene el honor de ser el mayor diamante encontrado en toda la historia, con un peso bruto de más de 3.000 kilates. En efecto, el 25 de enero de 1905, la compañía minera Premier Mine encontró en Transvaal (Sudáfrica) un diamante que fue bautizado como Cullinan, en honor de Thomas Cullinan, presidente de la compañía minera y que también había dado nombre a la localidad donde se asentó la explotación minera. Dos años más tarde, en 1907, el general Louis Botha solicitó a la Cámara del Transvaal que autorizase al Gobierno de Pretoria adquirir el diamante por 150.000 libras, con objeto de ofrecérselo al rey Eduardo VII “como regalo de cumpleaños y demostración de lealtad del pueblo bóer”. Según contaron los medios de comunicación, el diamante en bruto fue enviado desde Sudáfrica a las Islas Británicas en un paquete a través del Correo Real aunque, en opinión de Shirley Bury, conservadora del Victoria & Albert Museum y encargada de catalogar las joyas de la Corona, el dato podría ser una exageración o parte de la leyenda porque, si bien “el correo real era muy seguro en aquellos tiempos - afirmaba - tengo mis dudas sobre ese envío”. Sea como fuere, el hecho es que la joya en potencia llegó a manos del rey Eduardo VII a tiempo para que le fuera entregado el 10 de noviembre, día de su cumpleaños. Una vez en su poder, el monarca mandó que fuera tallado y pulido por los profesionales de la Royal Asscher Diamond Company en Ámsterdam. Para evitar posibles robos durante su traslado, se informó de que el diamante sería transportado por un buque de la Armada Británica hasta la ciudad holandesa. La realidad, al menos como fue contada, es que el barco se limitó a transportar una caja vacía muy bien escoltada, mientras que uno de los hermanos Asscher, Abraham, recogió la piedra en Londres y regresó discretamente a Ámsterdam en ferry y tren, llevando el Cullinan en el bolsillo de su abrigo. Una vez en la ciudad holandesa, los profesionales de la Royal Asscher Diamond Company pasaron varias semanas estudiando la pieza hasta encontrar la mejor forma de tallarlo. A casi un mes de haberlo recibido, el 10 de febrero de 1908 a las 14:45 y con la presencia de un notario, Joseph Asscher procedió a dividir el Cullinan en dos partes. Sin embargo, el diamante hizo valer su cualidad de material natural más duro del mundo y destrozó la herramienta del joyero. Sustituida por una de mayor resistencia y luego de cuatro días de trabajo, el diamante fue finalmente dividido en dos partes aunque, para eliminar cualquier impureza de la piedra, los lapidarios holandeses tuvieron que reducir esas dos piezas principales en otras más pequeñas. En total fueron nueve diamantes Cullinan numerados del I al IX y otras 96 piezas menores. Las dos primeras joyas, las Cullinan I y II, también conocidas como Estrella de África II y II, pertenecen a la Corona, mientras que los otros siete Cullinan son propiedad de la reina Isabel, que los tiene engarzados en un collar, una sortija y varios broches. Otros fragmentos menores, así como piezas sin pulir, también son patrimonio de la soberana. Que la cuestionada ‘titularidad’ del Cullinan esté dividida entre la Casa Real y la Reina ha sido, justamente, la excusa esgrimida por el Palacio de Buckingham para no devolver las joyas robadas a Sudáfrica. De hecho, aunque la reclamación solo afectaba a la pieza principal, desde el Palacio real advertían que esa explicación también era extensible a una eventual reclamación por el Cullinan II, el diamante de 317 quilates que adorna la corona real. Sin embargo, esas absurdas explicaciones no han satisfecho ni a los sudafricanos ni a otros pueblos que, en su momento, fueron colonias británicas y que, liberados del dominio de la metrópoli, han comenzado a exigir compensaciones. Ese es el caso de la India que, desde finales de los años 40, lleva reclamando la devolución del Koh-i-Noor, un diamante de 186 quilates que fue robado por los ingleses en 1849 como parte del botín de guerra. El diamante, que desde el siglo XIV perteneció a reyes persas, hindúes, afganos y sijs, pasó a manos de los británicos luego de que el heredero sij - de 11 años, cuyo padre había muerto y su madre estaba encarcelada- fue obligado a firmar “un acuerdo de paz” con los británicos, donde se especificaba de que ella formaba parte la cesión del diamante. Venga ya, un robo en toda regla. Desde entonces, el Koh-i-Noor forma parte de la corona de la consorte del soberano británico, que fue mostrada por última vez en público sobre el féretro de la Reina Madre durante sus funerales en el 2002. En la actualidad, el Koh-i-Noor se puede ver en la Torre de Londres junto con el resto de las joyas de la Corona Británica - todas ellas hechas con piezas robadas de sus colonias - incluidas las Cullinan. En el 2010 y al hilo de la solicitud de restitución del Koh-i-Noor, el primer ministro David Cameron, en visita oficial a la India, realizó unas declaraciones que pretendían zanjar la polémica y sentar las bases de cualquier reclamación futura sobre el patrimonio histórico artístico expoliado por los británicos: “Si decimos sí a uno, nos levantaremos un día y no tendremos nada en el Museo Británico” institucionalizando el robo. De esta manera será imposible que los diamantes - como el Koh-i-Noor, el Cullinan y muchos otros - puedan volver alguna vez a manos de sus verdaderos dueños.
actualidad cultural
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