SONIDOS DEL MUNDO

viernes, 25 de junio de 2021

SIEMPRE POLEMICO Y CONTROVERTIDO: La (pen)última resurrección de Damien Hirst

El mercenario del arte ha vuelto. Si es que alguna vez se fue. Cuando muchos le daban por ‘muerto’ (artísticamente, claro), Damien Hirst sabe como reinventarse una y otra vez: se saca de la chistera un tiburón sumergido en formol y una calavera cubierta de diamantes, subasta 223 de sus obras en Sotheby’s el mismo día de la quiebra de Lehman Brothers en el 2008... En efecto, el pasado martes la Galería Borghese de Roma inauguro ‘Damien Hirst. Archaeology Now’, una exposición comisariada por Anna Coliva y Mario Codognato con más de 80 obras de su serie ‘Tesoros del naufragio del ‘Increíble'’, que se muestran por todos los espacios del museo, confrontándose con la magnífica colección de obras maestras de la escultura clásica romana, pinturas italianas del Renacimiento y del siglo XVII... De esta manera, Hirst tiene el atrevimiento de medirse con Bernini, Canova y Caravaggio. La muestra, patrocinada por Prada, cuenta con esculturas monumentales y de pequeña escala. Su colosal ‘Hydra y Kali’ poer ejemplo, se exhibe en el jardín secreto de la Uccelliera. La exposición también incluye una selección pinturas de puntos multicolores de su célebre serie ‘Color Space’. Como recordareis, ‘Tesoros del naufragio del Increíble’ se exhibió por primera vez en el 2017 en Venecia, coincidiendo con la Bienal de Arte. De la mano del multimillonario François Pinault, desembarcó en la ciudad de los canales con toda la artillería pesada. El empresario francés le cedió íntegramente los dos espacios que tiene en la Serenísima para exhibir esta serie: el Palazzo Grassi y la Punta della Dogana. Genialidad o locura, se inventó un naufragio ocurrido hace unos 2.000 años, el del barco ‘El Increíble’, cuyo tesoro, amasado por un antiguo esclavo otomano, Cif Amotan II, habría sido hallado frente a las costas de África en el 2008. Fotografió y filmó, con todo lujo de detalles, el presunto rescate por parte de experimentados buzos. El preciado ‘botín’, 200 piezas de mármol, bronce, oro, coral, cristal de roca y piedras semipreciosas..., aún con los restos del mar y de la historia pegados a ellas. Algunas, monumentales, como el impresionante “Demonio con un cuenco”, de 18 metros de altura, que fue instalado en el vestíbulo del Palazzo Grassi. Ni rastro del nombre de Hirst en la exposición. Dicen que producir estas piezas costó la friolera de 50 millones de libras. A su vez, la Fundación Cartier para el arte contemporáneo de París inaugurara el 6 de julio ‘Flores de cerezo’, la primera exposición de Damien Hirst en un museo francés. Esta serie reinterpreta, con ironía lúdica, el tema tradicional de la pintura de paisajes. “Los cerezos en flor tratan sobre la belleza y la vida y la muerte. Son extremos, hay algo casi de mal gusto en ellos. Como Jackson Pollock retorcido por el amor. Son decorativos pero sacados de la naturaleza. Tratan sobre el deseo y cómo procesamos las cosas que nos rodean y en qué las convertimos, pero también sobre la fugacidad visual de la belleza: un árbol en plena floración contra un cielo despejado. Ha sido estupendo hacerlos, estar completamente perdido en el color y en la pintura en mi estudio. Son chillones, desordenados y frágiles”, dice el ‘artista’. La exposición, respuesta a una invitación de Hervé Chandès, director general de la Fundación Cartier, durante un encuentro con Hirst en Londres en el 2019, presenta en el espacio diseñado por Jean Nouvel una treintena de pinturas. Hirst combina en ellas pinceladas gruesas y elementos de la pintura gestual, haciendo referencia tanto al impresionismo como al puntillismo. Los lienzos monumentales envuelven al espectador en un vasto paisaje floral que se mueve entre la figuración y la abstracción. Los cerezos en flor son a la vez una subversión y un homenaje a los grandes movimientos artísticos de finales del siglo XIX y el siglo XX. En su estudio de Londres “trabajó” - es un decir - en varios lienzos al mismo tiempo, volvía constantemente a ellos, que mantuvo cerca, a meses de su finalización. Tras dedicar tres años completos a la serie, Damien Hirst terminó ‘Flores de cerezo’ en noviembre del 2020: “[La pandemia] me ha dado mucho más tiempo para vivir con las pinturas, mirarlas y estar absolutamente seguro de que todo está terminado”. La serie completa está compuesta por 107 lienzos, divididos en paneles individuales, dípticos, trípticos..., todos de gran formato. Además, la todopoderosa galería Gagosian le ha entregado carta blanca en su espacio en Britannia Street de Londres para que disponga de él a su antojo durante todo un año: organizará exposiciones tanto de su ‘trabajo’ (?) como del de otros artistas. El debut del proyecto, en el que ha sido comisario y ‘artista’, fue la muestra ‘Fact Paintings and Fact Sculptures’ (que tuvo lugar entre 12 de abril y el 24 de mayo), que reunió obras raras veces vistas ‘creadas’ por Hirst entre 1993 y 2021. Como una instalación con dos vitrinas con joyas junto a un cubo y bolsas de basura. Como si toda esa tortura no fuera suficiente, en la sede de Gagosian en París se inauguro el lunes otra exposición, ‘Cathedrals Built on Sand’, la más ambiciosa hasta la fecha de su serie de vitrinas con pastillas, en la que combina ‘arte’ y ciencia. Cabe recordar que Damien Hirst (Bristol, 1965) ha ‘creado’ instalaciones, esculturas, pinturas y dibujos que - según afirma - “exploran las complejas relaciones entre el arte, la belleza, la religión, la ciencia, la vida y la muerte”. Entre sus trabajos más controvertidos, ‘La imposibilidad física de la muerte en la mente de algo vivo’ (1991) - un tiburón sumergido en un tanque formol - y ‘Por el amor de Dios’ (2007) - una calavera de platino recubierta de 8.601 diamantes - vendida en el 2007 por 50 millones de libras a un consorcio de inversores en el que estaba el propio Hirst. En el 2015 abrió su propia galería ‘de arte’ en Londres, Newport Street Gallery. En el 2020 su fortuna ascendía a unos 384 millones de dólares (y eso que ha reconocido que despilfarró su fortuna y a punto estuvo de acabar en bancarrota). En una entrevista con el artista pop británico Peter Blake, Damien Hirst reconoció lo que era un secreto a voces: “Todas mis ideas las he robado”. Si a ello sumamos que sus obras las hacen sus ayudantes en el taller, uno se pregunta cómo ha logrado convertirse en el ‘artista’ vivo más rico del Reino Unido. Quizás porque todo lo ve negocio... A que no tiene vergüenza.

viernes, 18 de junio de 2021

CODEX ALEXANDRINUS: El esplendor de la Verdad

El Códice Alejandrino (Codex Alexandrinus) es un valiosísimo manuscrito griego del siglo V, que contiene la mayor parte de la Septuaginta y del Nuevo Testamento. Junto con el Codex Sinaiticus y el Codex Vaticanus, es uno de los primeros y más completos manuscritos de la Biblia. Deriva su nombre de la ciudad de Alejandría, donde se cree que fue hecho. En 1627 el patriarca de Constantinopla, Cirilo Lukaris, quien fue previamente patriarca de Alejandría, presentó el Codex a Carlos I de Inglaterra. Está escrito con letras correspondientes a la llamada caligrafía uncial. El texto está escrito en dos columnas. Hay entre 46 y 52 líneas por columna y 20 a 25 letras por línea. Las líneas iniciales de cada libro fueron escritas en tinta roja. Secciones en el libro están marcadas con una letra más grande puestas en el margen. Hay 773 folios de pergamino (630 en el Antiguo Testamento y 143 en el Nuevo Testamento). El manuscrito mide 32 por 26.42 centímetros. La mayoría de los folios fueron agrupados originalmente en fojas de 8 hojas cada uno, pero el manuscrito fue reagrupado en tiempos modernos en fojas de 6 hojas cada uno. El Antiguo Testamento del manuscrito contiene los libros deuterocanónicos, incluyendo III Macabeos, IV Macabeos, y el salmo 151 (una copia corta del Libro de los Salmos). Al mismo tiempo, algunos folios están perdidos. Como resultado, los libros de Génesis, I Reyes y Salmos tienen saltos. La "Epístola a Marcelino" atribuida a san Atanasio y el sumario de los Salmos de Eusebio de Cesarea están insertados antes del Libro de los Salmos. El manuscrito contiene todos los libros del Nuevo Testamento. Al Nuevo Testamento se añaden la Epístola de San Clemente de Roma y la homilía que se conocía con el título de Segunda Epístola de Clemente, las únicas copias conocidas existentes. Éstas están incluidas en la lista de los libros del Nuevo Testamento que va prefijado y que parece que el escriba consideraba parte del Nuevo Testamento. La misma lista muestra que los Salmos de Salomón, que ahora faltan, estaban originalmente en el volumen, pero el espacio que separa este libro de los otros en la lista indica que no estaba clasificado entre los libros del Nuevo Testamento. Como prefacio al Salterio se inserta una “Epístola a Marcelino” atribuida a San Atanasio, junto con el resumen de los Salmos atribuido a Eusebio de Cesarea; se anexan el Salmo 151 y ciertos cantos seleccionados del Antiguo Testamento y se indica el uso litúrgico de los Salmos. No todos los libros están completos. En el Antiguo Testamento ha de notarse particularmente la laguna de treinta salmos, desde 5,20 a 80,11; más aún, del Génesis 14,14-17; 15,1-5; 16-19; 16,6-9; 1 Samuel 12,20 - 14,9. El Nuevo Testamento también tiene folios perdidos. Alrededor de 25 folios desde el principio de Mateo, 2 folios de Juan, y 3 folios de II Corintios están perdidos. Un folio de I Clemente y dos folios de II Clemente tuvieron igual destino. El Códice Alejandrino apoya a la Vulgata Sixtina en relación a la conclusión de San Marcos y Juan 5,4, pero, como todos los manuscritos griegos anteriores al siglo XIV, omite el texto de los tres testigos celestiales, 1 Juan 5,7. El orden de los libros del Antiguo Testamento es peculiar. En el Nuevo Testamento el orden es: Evangelios, Hechos, Epístolas Católicas, Epístolas Paulinas, Apocalipsis, con Hebreos colocada antes de las Epístolas Pastorales. Aunque originalmente era un solo volumen, ahora está encuadernado en cuatro, con las armas de Carlos I en las cubiertas. Tres volúmenes contienen el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento con Clemente en el otro. El Códice es el primero en contener los capítulos principales con sus títulos, las Secciones Amonianas y los Cánones de Eusebio completos (Schrivener). Un nuevo párrafo se indica con una mayúscula grande y frecuentemente con espacio, no comenzando con una nueva línea; la mayúscula agrandada se coloca en el margen de la línea siguiente, aunque, curiosamente, puede no coincidir con el principio del párrafo o de la palabra. El manuscrito está escrito en caracteres unciales a la vez firmes, elegantes, sencillos; Gregorio le atribuye la mayor parte del volumen III a una mano diferente de las otras. Woide distingue en el Nuevo Testamento dos manos; Sir E Maunde, Thompson y Kenyon, tres (los expertos difieren en estos puntos). Generalmente se estima que la escritura pertenece a principios o mediados del siglo V o posiblemente a fines del IV. Una nota arábiga indica que fue escrito por la mártir Tecla; y el Patriarca Cirilo Lucar añade en su nota que la tradición afirma que ella era una noble egipcia y que escribió el códice poco después del Primer Concilio de Nicea. Pero nada se conoce de tal mártir en esa fecha, y el valor de su testimonio se debilita por la presencia de los Cánones de Eusebio (murió en 340) y destruido por la inserción de una carta de San Atanasio (murió en 373). Por otro lado, Scrivener considera que la ausencia de las divisiones de Eutalio es prueba de que apenas puede ser posterior al año 450. Esto no es decisivo y Gregorio podría traerlo hasta la segunda mitad del siglo V. El carácter de las letras y la historia del manuscrito apuntan a Egipto como su lugar de origen. El texto del Códice Alejandrino es considerado como uno de los más valiosos testigos de la Versión de los Setenta. Sin embargo, tiene una gran afinidad con el texto de la Hexapla de Orígenes y ha sido corregido en un sinnúmero de pasajes, según el hebreo. El texto de los códices de los Setenta está en una condición demasiado caótica, y su criticismo muy atrasado, para permitir un juicio seguro sobre el valor textual de los grandes manuscritos. El texto del Nuevo Testamento tiene aquí un carácter mixto. En los Evangelios tenemos el mejor ejemplo del llamado tipo de texto siríaco, antecesor de la forma tradicional y menos pura forma encontrada en el textus receptus. Sin embargo, el texto siríaco es rechazado por la mayoría de los eruditos a favor del tipo “neutral”, mejor representado en el Códice Vaticano. En los Hechos, en las Epístolas Católicas, y más aún en las Epístolas de San Pablo y en el Apocalipsis, el Códice A se acerca más o pertenece más al tipo neutral. Esta mezcla de tipos textuales se explica con la teoría de que A o su prototipo no fueron copiados de un manuscrito único sino de varios de distinto valor y origen diversos. Los errores de copistas en este manuscrito son bastante frecuentes. El Códice Alejandrino jugó un papel importante en el desarrollo del criticismo textual de la Biblia, particularmente del Nuevo Testamento. Grabe editó el Nuevo Testamento en Oxford en 1707-20 y esta edición fue reproducida en Zurich en 1730-32 y en Leipzig, 1750-51, y además en Oxford, por Field, en 1859. Woide publicó el Nuevo Testamento en 1786, que B. H. Cowper reprodujo en 1860. Las variantes del Códice A se anotaron en la Políglota de Walton, 1657, y en toda colación importante hecha desde entonces. Baber publicó una edición del Antiguo Testamento en tipo facsímil en 1816-28; pero todas las ediciones previas fueron sobreseídas por un magnífico facsímil fotográfico de ambos Testamentos producidos bajo el cuidado de Sir E. Maunde Thompson (El Nuevo Testamento en 1879, el Antiguo Testamento en 1881-83) con una introducción en la que el editor da la mejor descripción obtenible del códice (Londres 1879-90).

viernes, 11 de junio de 2021

BANGKOK: La Venecia de Oriente

Bangkok es el nombre con el que se conoce globalmente a la capital tailandesa, pero lo cierto es que se llama Krung Thep Maha Nakhon (“La ciudad de los ángeles”). Para ser detallistas, hay que decir que el nombre original completo lleva 17 palabras, que traducidas al español significan “Ciudad de los ángeles, la gran ciudad, la ciudad de joya eterna, la ciudad impenetrable del dios Indra, la magnífica capital del mundo dotada de nueve gemas preciosas, la ciudad feliz, que abunda en un colosal Palacio Real que se asemeja al domicilio divino donde reinan los dioses reencarnados, una ciudad brindada por Indra y construida por Vishnukam”. ¿Se entiende entonces por qué se optó por llamarla simplemente Bangkok? Este gigante urbano y económico del sudeste asiático - además de ser la ciudad más poblada de ese país - es uno de los destinos predilectos y el punto de partida para otros enclaves del territorio tailandés. Está surcado por el río Chao Phraya, el que junto al delta de su bahía dio lugar a la denominación con la que se conoce: “Venecia de Oriente”. Diariamente numerosos barcos de pasajeros transitan su cauce desde las 8 hasta el atardecer, con varias paradas en atractivos
turísticos, lo que resulta una forma interesante de recorrer la ciudad. Si bien con los años muchos de los canales fueron cegados para convertirlos en calles, otro tanto resiste y la gente sigue habitando en sus márgenes. De hecho, uno de los grandes atractivos de Bangkok son sus mercados flotantes. Hay uno dedicado casi exclusivamente a los turistas, que está algo lejos de la ciudad, y otro visitado tanto por viajeros como por tailandeses, y se encuentra entre los canales del centro. Cabe destacar que Bangkok también es morada de palacios y más de 400 templos budistas en la zona histórica de la ciudad - Rattanakosin - por lo que es habitual encontrarse con monjes vestidos con sus túnicas de color azafrán. Pero la capital tailandesa también tiene una cara futurista, ya que de un tiempo a esta parte manifiesta un notable proceso de modernización. En ese sentido, el Sky Train que parece sacado de las películas de ficción, se desliza sobre gigantescos rieles de concreto en medio de inmensos rascacielos y torres fosforescentes de Bangkok, con aire acondicionado e información en sus pantallas digitales. Esta modernización también es notablemente visible en los centros comerciales, hoteles, restaurantes y una enorme cantidad de spas, en los que la principal
oferta continúa siendo una práctica ancestral por excelencia: nuat thai (el auténtico masaje tailandés). Y en esto no se improvisa: son necesarios varios años de estudio en la universidad para ejercerlos. Para el europeo desprevenido, especialmente si no conoce otras grandes capitales asiáticas, la primera impresión de Bangkok siempre será abrumadora y son los templos milenarios recubiertos de oro y las casas elevadas sobre pilotes de madera los que de repente nos llevan varios siglos atrás, al tiempo en que Tailandia se sacudió el yugo del imperio jemer, sufrió la invasión birmana y resistió el colonialismo británico desde la frontera malaya. En pocos lugares del mundo el pasado y el futuro, Oriente y Occidente, conviven en un contraste tan marcado y a la vez tan armónico, como el día y la noche. Los hoscos paralelepípedos de los edificios ultramodernos al lado de los puntiagudos pináculos de los palacios; la contaminación avasalladora (que en algunas zonas se transforma en niebla y casi exige la protección de una mascarilla) junto al verdor de Lumpini Park; el lujo espectacular de los enormes bloques comerciales en ruda competencia con los mercadillos tradicionales a pie de calle. Todo en Bangkok respira vida y movimiento,ruido y humo, oscuridad
y color, caos en el sentido matemático del término: el orden dentro del desorden, el desorden dentro del orden. Y en pocos lugares esa cuidada incoherencia salta tanto a la vista como en el Gran Palacio Real de Bangkok, una aglomeración aparentemente inconexa de pagodas multicolores, enormes pimenteros de oro y construcción colosal. Su corazón, el templo Esmeralda, custodia la pequeña figura de un buda que contrasta con el gigantesco buda dorado de Wat Pho, muy cerca del Gran Palacio, una lánguida estatua recostada de 43 metros de longitud. Para el occidental, la sensación de ser un simple extranjero sin rostro se acentúa entre las muchedumbres de asiáticos que te acompañan en la visita: salvo algunos australianos, alemanes o estadounidenses, los ojos rasgados campan a sus anchas y solo entonces empiezas a distinguir verdaderamente entre chinos, coreanos, japoneses, vietnamitas e indonesios. Como podéis imaginar, hay mucho para ver en Bangkok, una vertiginosa megalópolis asiática que al mismo tiempo busca conservar intactas sus tradiciones :)

viernes, 4 de junio de 2021

NERO, THE MAN BEHIND THE MYTH: El Museo Británico ofrece otra mirada sobre el controvertido emperador romano

¿Se ajusta a la realidad esa imagen de Nerón, transmitida por los libros de historia, las óperas de Monteverdi, novelas como Yo, Claudio de Robert Graves y películas como Quo Vadis, de un asesino demente que por las noches salía disfrazado de su palacio para acuchillar a la gente y tirar sus cadáveres a las alcantarillas, y que además tocaba indiferente la lira mientras ardía la Roma que él mismo había incendiado? ¿O bien se trata de una versión primigenia de las fake news, lo que entonces se llamaba vituperatio y, aunque no fuera un angelito, se le cargó una serie de crímenes que no eran suyos? Es por ese motivo que para separar la historia del mito, el Museo Británico presenta desde este jueves una exposición sobre un emperador cuya historia fue escrita en gran parte por sus enemigos tras su muerte, creando lo que la curadora Francesca Bologna llama “el Nerón que nos encanta odiar”. “Nuestro objetivo aquí es mostrar que esa imagen, por muy popular que sea, en realidad se basa en relatos muy, muy sesgados y, por lo tanto, debemos desafiarla”, dijo Bologna durante una presentación preliminar de la exposición. “La historia de Nerón se trata de cómo debemos abordar la información, cómo debemos abordar siempre nuestras fuentes de manera crítica. Esto es relevante para Nerón, es relevante para los historiadores, los arqueólogos, es relevante para la gente común que vive su vida cotidiana”. Nero: The Man Behind the Myth (Nerón: El hombre detrás del mito) por fín abrió al público, seis meses más tarde de lo planeado originalmente como resultado de la pandemia de Coronavirus. El espectáculo, que se extenderá hasta el 24 de octubre, llega a una semana de que se levantaron las restricciones de cierre del Reino Unido y se permitió que los museos de Londres reabrieran con una capacidad limitada. La muestra se basa en el vasto tesoro de artefactos romanos pertenecientes al Museo Británico, así como en objetos de colecciones de museos provenientes de Italia, Francia, Alemania y otros países, prestados para esta exposición a pesar de las restricciones relacionadas con la pandemia. “Todos en Europa y el Reino Unido vinieron a nuestro rescate”, dijo Bologna. “Fueron realmente comprensivos. Nos ayudaron durante todo el proceso. Incluso los colegas que estaban encerrados trabajando desde casa fueron increíbles”. A través de más de 200 artefactos que incluyen estatuas, cascos, armas, joyas y grafitis antiguos, se presenta a un joven gobernante con un linaje imperial sólido; Nerón fue tataranieto del primer emperador de Roma, Augusto. En el 54 después de Cristo, a los 16 años, se convirtió en emperador de una Roma que no tenía rival en cuanto a poder pero estaba plagada de problemas, incluida la guerra con el imperio parto con sede en Irán en el este y un levantamiento liderado por la reina celta Boudica en la recién conquistada Gran Bretaña en el oeste. Precisamente, una sección vívida trata la dura realidad de la vida en la Gran Bretaña romana: hay lingotes de plomo extraídos en Gales, junto con gruesas cadenas de los esclavos que hacían el trabajo duro. También hay una cabeza de bronce de Nerón hallada en un río inglés después de que su estatua fue derribada durante el levantamiento, y un tesoro familiar de monedas y joyas, escondido para su custodia y descubierto en el 2014 bajo el piso de una tienda en la ciudad de Colchester, en el este en Inglaterra. La evidencia sugiere que Nerón fue popular durante su reinado. Supervisó grandes proyectos públicos, fortaleció los vínculos entre la ciudad y su puerto para asegurar el suministro de alimentos, construyó un mercado público y un espectacular conjunto de baños públicos. Patrocinó fastuosos espectáculos con gladiadores, luchas de leones y carreras de carros. Incluso compitió en las carreras del Circo Máximo de Roma y fue el primer emperador que actuó en un escenario. El joven emperador también fue un líder de estilo, popularizando un corte de pelo tipo banda de chicos que la exposición llama “galante pero refinado”. Cabe destacar que desmintiendo a la leyenda negra que se tejió sobre él, Nerón no inició el incendio que arrasó partes de Roma en el 64 después de Cristo, y tampoco tocaba la lira mientras ardía, debido a que ni siquiera se encontraba en la ciudad en aquel momento. Tras la tragedia, Nerón reconstruyó Roma, introduciendo códigos de construcción más estrictos y se construyó un lujoso palacio, la Domus Aurea o Casa Dorada. Poco queda de ella, pero la exposición ofrece una muestra de su opulencia. Acosado por conspiradores, Nerón se suicidó a los 30 años. Su muerte desató un período de guerra civil y luego se instalo una nueva dinastía gobernante. Como los políticos han hecho a lo largo de los siglos, quienes accedieron al poder culparon a su predecesor de todos los problemas de Roma. Han pasado casi 2.000 años de aquel incendio y Nerón sigue siendo una metáfora de mal gobierno. Como escribió recientemente la clasicista Mary Beard en The Independent, “difícilmente hay un caricaturista político que no disfrace ocasionalmente a un líder moderno con una toga, una corona de laurel y una lira, con el telón de fondo de ruinas humeantes, para dejar claro que él no se está tomando en serio alguna crisis contemporánea”. Si bien es cierto que el gobierno de Nerón fue innegablemente brutal ya que mandó matar a su madre, junto con una y posiblemente dos de sus esposas. ¿Pero fue más violento que otros gobernantes romanos? “En realidad no”, dijo Bologna. “Todos y cada uno de los emperadores hicieron condenar y ejecutar a sus enemigos de la forma más cruel. Incluso Augusto, que es el epítome del buen emperador, llegó al poder de una manera realmente sangrienta, Nerón no fue el monstruo que nos hicieron creer. Era un gobernante de su tiempo y se comporto como muchos lo hacían por aquella época” puntualizó.
actualidad cultural
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