SONIDOS DEL MUNDO

viernes, 27 de agosto de 2021

REDIMIENDO SU PASADO COLONIAL: Bélgica allana el camino para devolver los bienes expoliados al Congo

Una noticia dada a conocer por The Figaro indica que algunos de los objetos expuestos en el Museo de África de Bélgica - que alberga una de las mayores colecciones del mundo del centro de ese continente - iniciarán próximamente un viaje sin retorno a la República Democrática del Congo, en el marco de un innovador proceso de devolución de bienes obtenidos ilegalmente en la antigua colonia belga. En efecto, el plan, puesto en marcha por el Gobierno de coalición del liberal Alexandre de Croo para restituir los objetos saqueados por Bélgica en el pasado, se enmarca en el "creciente" debate europeo sobre cómo las colecciones han llegado hasta el continente y si estas debieran devolverse o no, explica el director del museo, Guido Gryseels. "En algunos países africanos, como en el Congo, claramente un cierto número de objetos fueron saqueados y adquiridos violentamente. Y estos no pertenecen a Bélgica. El Gobierno dijo que aquellos objetos que claramente fueran robados, debían convertirse inmediatamente propiedad del Estado congolés", subraya. El enfoque de la propuesta de Bélgica es "ciertamente innovador", prosigue, "ya que en la mayoría de los países" el proceso se inicia con una petición de devolución del país de origen, mientras que aquí, una vez queda certificado que el objeto fue robado o adquirido por saqueo, "automáticamente se convertirá en propiedad legal del Congo". En este museo, emplazado en el municipio belga de Tervuren, a 12 kilómetros de Bruselas, y que alberga una de las mayores colecciones del mundo centradas en Centroáfrica, se guardan unos 128.000 objetos de antiguas colonias, de los cuales un 85 % procederían del antiguo Congo belga. Según estimaciones, solo el 1 % de estos objetos -unos 883- habrían sido expoliados, mientras que casi el 60 % fue adquirido de forma legal. Del resto, unos 35.000, se determinará su procedencia a través de una investigación que podría dilatarse hasta cinco años. La transferencia de esos casi novecientos objetos no se hará de inmediato, los tiempos y las formas las marcará el Gobierno congolés -legítimo dueño de los bienes una vez se haga efectiva la transferencia de la propiedad-; incluso puede decidir si se quedan Bélgica y bajo qué condiciones, precisa Gryseels, quien señala que la falta de capital humano y técnico en el país centroafricano podría retrasar las entregas. Mientras se materializan los traslados y continúan las pesquisas para hallar el origen de algunos bienes, el museo ha puesto en marcha una original iniciativa para tratar de hacer pedagogía, mostrando a los visitantes cómo fue obtenido el objeto expuesto. Así, leyendo el código QR que aparece al lado de cada pieza, el público puede comprobar si cada una de las decenas de máscaras, piezas decoradas con motivos africanos o incluso joyas y antiguos utensilios fue expoliada, está en estudio o, de lo contrario, su transacción fue legal. La pequeña estatua de Nkisi nkonde, un muñeco hecho a base de madera y que data del primer cuarto del siglo XIX, es uno de esos objetos que fue ilegalmente obtenido y cuya historia trae al presente las atrocidades que ocurrieron en los años en los que el Congo era una colonia. La figura fue robada por un comerciante belga quien no alcanzó un acuerdo con el jerarca de una villa congolesa, por lo que terminó quemando el poblado, asesinando al líder y llevándose todos sus objetos, cuenta Gryseels. Queda por ver si alguno de los objetos que se estudiarán entraña relatos tan cruentos como el de este muñeco. El también historiador apunta a que una gran mayoría de los bienes -unos 1.500- adquiridos cuando el territorio era propiedad exclusiva del rey Leopoldo II (1885-1906) "fueron obtenidos de manera violenta", mientras que cuando pasó a ser el Congo Belga (1908-1960) se tiene la certeza de que al menos la mitad fue conseguido de forma legal. En los últimos años, el pasado colonial de Bélgica ha aflorado en el debate público del país, sobre todo por las atrocidades cometidas en el Congo bajo el reinado de Leopoldo II. A principios de julio, el Gobierno de Bélgica presentó un proyecto para estudiar la procedencia de los bienes procedentes de sus antiguas colonias, en el que se establece un marco para la devolución de aquellos objetos expropiados, la mayoría de los cuales pertenecerían a la República Democrática del Congo. "Pero aún quedan pasos por dar", matiza Gryseels. "La propuesta todavía tiene que ser discutida con los congoleños. Tiene que haber un memorando de entendimiento entre el Congo y Bélgica. Sin duda, esto no acabará definitivamente con más de sesenta años de polémica, pero la iniciativa debería calmar las relaciones entre ambos países" puntualizó. Cabe destacar que la restitución de obras saqueadas al África ha sido solicitada reiteradamente por los países que han sido víctimas del despojo de sus tesoros en siglos pasados por las antiguas potencias ocupantes - Alemania, Bélgica, Francia, Gran Bretaña, Italia y Portugal - quienes se apoderaron de la herencia de los colonizados, hasta tal punto que el 90% de ella está hoy fuera del continente, negándose a devolverlos aduciendo diversas razones y solo en los últimos tiempos ha habido un cambio de parecer en algunos gobiernos para resarcir el daño causado, aunque claro, las colecciones más valiosas fruto del expolio continúan en museos europeos y estos no tienen fecha de retorno.

viernes, 20 de agosto de 2021

ICONOCLASIA Y TERRORISMO CULTURAL: ¿Volverán los talibanes a destruir el patrimonio cultural de Afganistán tras retomar el poder?

Como hicieron las tropas de Alejandro Magno en el 330 a.C, los talibanes han realizado en apenas una semana una ofensiva relámpago en Afganistán que ha terminado con la conquista de Kabul, la capital, y la huida del gobierno colaboracionista impuesto por los EE.UU. y sus aliados tras la invasión del país en el 2001. Tras su caída, los terroristas controlan ahora decenas de miles de restos y yacimientos antiguos que en el pasado no respetaron. Esta conquista fulgurante ha pillado con el pie cambiado a los conservadores y arqueólogos de los museos del país, que han tenido que apañárselas para asegurar los yacimientos y restos que tenían. Lo que suceda con el su patrimonio cultural con la llegada de los talibanes se enfrenta a un futuro incierto, como gran parte de la población afgana. "No esperábamos que ocurriera tan rápido", dice Noor Agha Noori, encargado del Instituto de Arqueología de Afganistán en Kabul. Los responsables querían trasladar algunos restos de ciudades como Herat o Kandahar para mantenerlos a salvo, pero el colapso repentino del régimen títere proestadounidense no se lo ha permitido. Ahora, con las fuerzas de los talibanes asentadas en Kabul, la colección de más de 80 000 restos del Museo Nacional de Afganistán está en peligro. "Estamos muy preocupados por la seguridad de nuestro personal y colecciones", se temía días antes de la caída de la capital Mohammad Fahim Rahimi, director del museo, hoy con paradero desconocido. Habiendo sido un importante cruce de caminos durante milenios, Afganistán cuenta con una inusual riqueza arqueológica y cultural. Desde aquí, el budismo se extendió a China, mientras que el zoroastrismo, el cristianismo y el hinduismo florecieron antes de la llegada del Islam en el siglo VII d.C. Como artería principal de la Ruta de la Seda que conectaba India con China e Irán, Afganistán está repleto de restos de antiguas ciudades y monasterios que alojaban a los viajeros, incluido al propio Marco Polo en su camino a la fascinante corte de Kublai Khan. Pero, los talibanes siguen una versión extremista del Islam que rechaza las representaciones de personas o animales y mira con recelo el pasado preislámico. Los responsables del legado cultural no se ponen de acuerdo sobre si los terroristas hoy en el poder volverán a tomarla con los restos, como ya hicieron en el 2001, cuando destrozaron a cañonazos los famosos Budas de Bamiyan junto con otros objetos y estatuas del Museo de Kabul. En un comunicado publicado en febrero, los talibanes ordenaron a sus seguidores que "protegieran, vigilaran y conservaran con celo" las reliquias, parar las excavaciones ilegales y salvaguardar "todos los sitios históricos". Destacó también implantarían una prohibición de vender objetos en el mercado de arte. Pero muchos expertos en la herencia cultural de Afganistán no se fían. "Han blanqueado su imagen, pero siguen siendo un grupo muy ideológico y radical", asegura Omar Sharifi, profesor de ciencias sociales en la Universidad Americana de Afganistán, quien huyó de Kabul a Nueva Delhi (India) días antes de la entrada de los talibanes en la capital de Afganistán tras recibir amenazas directas por parte de miembros de los talibanes. Otras fuentes afganas añadieron que el personal encargado del patrimonio cultural de todo el país ha recibido mensajes y llamadas de los altos cargos de los talibanes acusándoles de trabajar con las organizaciones internacionales, es decir de traición, lo que se castiga con la pena de muerte, por lo que es de esperar que se hayan puesto a salvo, abandonando a su suerte las reliquias de los museos que cayeron en manos de los talibanes cuando estos entraron a Kabul el pasado domingo, desconociéndose el estado en el que se encuentran ahora. Los talibanes les han ordenado a los empleados de bajo rango “que se mantengan en sus trabajos”. Pero, como estos trabajadores han sido confinados en sus casas, por lo que no han podido informar del estado de los restos arqueológicos, museos y yacimientos."Si tienen malas intenciones, nos daremos cuenta más adelante", dice Cheryl Benard, que dirige la Alianza para la Restauración del Patrimonio Cultural (ARCH, en sus siglas en inglés), con base en Washington DC (EE. UU). "Ahora están ocupados con temas de fronteras e infraestructuras". Mientras los talibanes cercaban Kabul, los conservadores de la capital se afanaban por exportar los objetos que debían enviar a una exposición en París. Philippe Marquis, director de la Delegación Arqueológica de Francia en Afganistán, esperaba poder volver a Kabul para supervisar la preparación del envío de los objetos acordados pero la rápida caída de la capital frustro sus planes. "La situación es impredecible", vaticinaba; "la gente en Kabul tiene pavor a los talibanes. Pero una guerra rápida con pocas bajas puede ser mejor que la anarquía". Los responsables afganos no quisieron explicar que planes tenían para la reconocida colección del Museo Nacional. "Tenemos que mantener a salvo los objetos, pero la pregunta es cómo encontrar un lugar seguro", comentó una fuente gubernamental; "no hay manera de que la colección o el personal abandone el país". Otro añadió que confiaba en que Naciones Unidas presionará a los talibanes para que protejan tanto el patrimonio cultural como al personal responsable del mismo. Los talibanes ya controlaban Mes Aynak, uno de los monasterios budistas de la Antigüedad más importantes de Asia Central y que está a pocos kilómetros de la capital. Junto con las numerosas estupas y estatuas hay unos 10 000 objetos excavados del yacimiento, incluidas más de 25 000 monedas. Los nuevos mandatarios de Afganistán también controlaban el nuevo museo de la ciudadela de Herat, y colecciones más pequeñas en las ciudades de Kandahar, Ghazni y Balj. Pero tras la toma de Kabul, la incertidumbre es total. "Los talibanes me conocen, no es algo tranquilizador para mí o mi familia", decía un experto en patrimonio cultural, que añadía que las calles que conducen al aeropuerto - aun bajo control de los estadounidenses - están llenos de refugiados ansiosos por huir del país, temerosos de que en cualquier momento los talibanes bloqueen la entrada al recinto este 31 de agosto, tanto ellos como sus tesoros culturales estarán en grave peligro.

viernes, 13 de agosto de 2021

VENCER O MORIR: A 500 años de la caída de Tenochtitlán

Un 13 de agosto de hace medio milenio, el conquistador español Hernán Cortés (1485-1547) tomó a sangre y fuego la capital azteca, poniendo fin a un imperio donde la barbarie y el terror con los pueblos a los cuales subyugaron era la norma, quienes se vengaron - y en qué forma - aliándose con sus implacables enemigos. Como sabéis, el gran caudillo extremeño supo en 1519, cuando fue comisionado por el gobernador de Cuba, Diego Velázquez, para emprender una de las muchas expediciones de toma de contacto con la cercana costa mejicana que patrocinó, que iba a transformar dicha expedición de descubrimiento en otra de naturaleza muy distinta: iba a conquistar las tierras del interior de aquel país tan inmenso, misterioso y, sobre todo, rico. Merced a enormes cualidades, entre las que cabe destacar su inteligencia, su carisma, su capacidad organizativa, su valentía, sus dotes diplomáticas, Cortés supo entender muy pronto dos cosas: en primer lugar, debía hacer del conjunto de compañeros que lo seguían en aquella aventura un grupo cohesionado, motivado y adicto a su persona; es decir, los iba a constituir en una suerte de compañía militar de élite, la punta de lanza de sus ambiciones. Iban a ser poco más de un par de millares de hombres en el transcurso de la Conquista (1519-1521), de los cuales apenas mil iban a luchar junto a Cortés durante el sitio de la capital del Imperio Azteca desde fines de mayo y hasta mediado agosto de 1521. Más que por su armamento, los hombres de Cortés iban a destacar en el campo de batalla por su voluntad de vencer, de aguantar hasta el final. Solo tenían sus vidas que perder y un gran botín que ganar. Así se lo dijo Cortés y ellos le creyeron. Y lo hicieron porque el luchaba como el que más y padecía todos los inconvenientes de una guerra dura y difícil como el primero. Y en segundo lugar, Cortés supo también muy pronto que, como había ocurrido desde siempre en la historia de la humanidad, el enemigo de tu enemigo puede ser tu amigo. Y los aztecas, un imperio soberbio, altivo y despiadado, si no carecían de algo era de enemigos. El caudillo extremeño supo hacerse con los servicios de numerosos pueblos aborígenes utilizando la persuasión, la diplomacia, la fuerza e, incluso, la crueldad y el terror cuando hizo falta. De esa forma, logró constituir un enorme ejército de varios cientos de miles de personas, desde guerreros, zapadores, porteadores y demás personal de servicio; es decir, se convirtió en el líder de una gran coalición antiazteca. Una vez decidido por la conquista de Tenochtitlán, una enorme urbe situada en el centro del lago Tetzcoco y unida a tierra firme por diversas calzadas levantadas sobre diques, Cortés dividió a sus tropas hispano-aborígenes en tres grupos, para que avanzasen por cada una de las calzadas principales, mientras que la presión aumentaría sobre los aztecas al hacer construir Cortés trece “bergantines”, más bien lanchones artillados, donde cada uno de ellos portaba un cañón, para evitar sus salidas desde la ciudad a través del lago. Era el bloqueo total de la urbe, al que le había llegado su hora final. A lo largo de junio y julio se iban a suceder los combates casi sin solución de continuidad. Se peleaba en las calzadas para forzar el paso hacia el interior de la ciudad, no sin tener que sortear toda suerte de obstáculos: los aztecas abrían fosos en las calzadas, levantaban albarradas, procuraban desembarcar tropas desde sus canoas a la retaguardia del avance hispano y poder copar al enemigo, etc. Cortés se iba impacientando al comprobar la resistencia de los aztecas y las enormes dificultades que le esperaban para domeñarlos. En una ocasión, olvidando su habitual cautela, se lanzó con algunos de sus hombres a la lucha sin tener el camino de retroceso asegurado. Fue un grave error. El propio caudillo, hecho momentáneamente prisionero, pudo ser salvado por uno de sus fieles. Pero otros muchos murieron y no todos en combate: los hombres de Cortés pudieron ver con horror cómo sus compañeros eran arrastrados hasta los templos para ser sacrificados. La moral iba bajando por la prolongación del asedio, por el cansancio acumulado, con guardias y ataques constantes, día y noche, sin apenas descanso. Las múltiples heridas que los hombres iban atesorando tras tantas jornadas de lucha los debilitaban a ojos vista. Pero nadie se iba a rendir. Aquella no era una guerra entre europeos. No habría posibilidad de negociar una rendición con el enemigo o pedir un rescate. Ser capturado significaba ser inmediatamente inmolado en un templo pagano. Ante aquella perspectiva todos lucharían hasta el final. Como les había asegurado Cortés en diversas arengas, allí se había ido a vencer o morir. Pero poco a poco, los oficiales de Cortés, comandados por Pedro de Alvarado, Gonzalo de Sandoval o Cristóbal de Olid, fueron introduciéndose con sus hombres en la gran ciudad barrio a barrio. Para evitar contragolpes y presionar a los supervivientes, buscando su rendición, Cortés tomó la decisión de ir demoliendo la ciudad conforme se avanzaba: de esa forma se aseguraba el control total sobre lo conquistado. No se podía perder un barrio que ya no existía. Además, se iría quemando la enorme cantidad de cuerpos que se encontraban a su paso: el hambre, la sed, la enfermedad causaban tantos estragos como los propios combates. A los primeros días de agosto, Cortés procuró por todos los medios que Cuauhtémoc - autoproclamado emperador y quien lideraba la resistencia - entendiese que no tenía más opción que rendirse. Pero este tenía el temor de terminar como Moctezuma II muerto a pedradas por su propio pueblo, acusado de traidor. Por ello, los combates prosiguieron. Pero ante la evidencia de que la ciudad iba a ser conquistada sin remedio, Cuauhtémoc intentó escapar en una canoa cuando fue capturado y llevado encadenado ante la presencia de Cortés. Era el 13 de agosto de 1521. Un gran silencio se hizo al finiquitarse los combates. Del griterío ensordecedor de las jornadas de lucha se pasó al mutismo. Millares de cadáveres, hediendo, llegaron a enfermar al propio Cortés. Comenzó el pillaje de lo que quedaba en una ciudad en ruinas. Hernán Cortés había finalmente vencido. La caída de Tenochtitlan es una hazaña bélica de una dimensión extraordinaria. Significó el final del imperio azteca y el comienzo de una nueva era. Pero, como toda conquista, fue un hecho heroico y trágico por igual.

viernes, 6 de agosto de 2021

ASGARD: El hogar de los dioses nórdicos

En la mitología nórdica, Asgard (Nórdico antiguo: Ásgarðr, lit. "Recinto de los Æsir) es uno de los Nueve Mundos y hogar de la tribu Æsir de dioses. Está rodeada por una muralla incompleta atribuida al semental Svaðilfari que cabalgaba Hrimthurs, según el Gylfaginning. Odín y su esposa Frigg son sus gobernantes. Asgard es hogar de muchos topónimos; el mejor conocido es el Valhalla, donde va la mitad de los que mueren en batalla, y Fólkvangr, donde va la otra mitad. Las principales fuentes respecto a Asgard vienen de la Edad prosaica, escrita en el siglo XIII por el historiador islandés Snorri Sturluson, y la Edad poética, compilada en el siglo XIII a partir de poesía escáldica anterior. Völuspá, el primer poema de la obra, menciona muchos rasgos y personajes de Asgard presentados por Snorri, como Yggdrasil e Iðavöllr. Asgard está compuesto por 12 reinos incluyendo el Valhalla, Thrundeim, Breidablik, que están gobernados por Odín, Thor y Baldr, respectivamente. En el prólogo, Snorri ofrece una interpretación con influencia cristiana de los mitos y leyendas de sus ancestros. Asgard, conjetura, es el hogar de los Æsir (Ás en singular) en Asia, haciendo una conexión etimológica popular entre los tres "As-"; es decir, los Æsir fueron "hombres de Asia", no dioses, que vinieron del continente al norte y que se casaron con gentes que ya estaban allí. La interpretación del siglo XIII de Snorri precede las opiniones del siglo XX de la migración indoeuropea del este. Snorri además escribe que Asgard es una tierra más fértil que ninguna otra, bendita por una gran cantidad de oro y joyas. Por lo tanto, los Æsir superaban a todos los pueblos en fuerza, belleza y talento. Snorri propone la situación de Asgard en Troya, el centro de la tierra. Sobre ella había 12 reinos y 12 jefes. Uno de ellos, Múnón, se casó con la hija de Príamo, Tróán, y tuvo un hijo Trór, pronunciado Thor en nórdico antiguo. Este fue criado en Tracia. A los doce años, era más blanco que el marfil, su cabello más brillante que el oro y podía cargar 1o pieles de oso a la vez. Exploró el mundo. Su padre, Odín, lideró una migración a las tierras del norte, donde tomó esposas y tuvo muchos hijos, poblando todo el norte con los Æsir. Uno de los hijos de Odín fue Yngvi, fundador de los Ynglingos, una antigua familia real de Suecia. Cabe destacar que estos relatos fueron escritos 200 años posteriores a la cristianización de Islandia. En el Gylfaginning, Snorri presenta una versión mitológica, sin dudar de sus fuentes. Los islandeses aún estaban siendo convertidos en la época. No podía presentar los mitos como parte de una creencia actual. En vez de eso, recurre a un instrumento de desmitificación: Gylfi, rey de Suecia antes de los Æsir, viaja a Asgard para encontrar un gran salón (Valhalla) en la sección 2. Dentro hay tres oficiales (tres reyes Æsir) a quienes Gylfi en el disfraz de Gangleri tiene permitido preguntar sobre Asgard y los Æsir. Le sigue una revelación de los antiguos mitos, pero al final el palacio y la gente desaparece en un trueno y Gylfi se encuentra solo en la llanura, habiendo sido engañado (Sección 59). En el engaño de Gylfi, el antiguo Asgard era gobernado por el dios principal, el padre de todos, que tenía doce nombres. Era el gobernante de todos y creador del cielo y la tierra (Sección 3). Durante un completo mito de creación en el que la vaca cósmica Audhumbla liberó a Búri atrapado en el hielo, sus nietos a través de Bor, Odín, Vili y Vé, construyeron el universo y pusieron Midgard en el como residencia para la primera pareja humana, Ask y Embla, a quienes crearon de árboles flotantes en la sección 9. Los hijos de Bor entonces construyeron Asgard (identificada con Troya, como insiste Snorri en la sección 9) como hogar para los Æsir, que eran divinidades. Odín es identificado como el padre de todos. Asgard se concibe estando en la tierra. Un puente arco iris, Bifröst, lo conecta al cielo (Sección 13). En Asgard también hay un templo para los doce dioses, Gladsheim, y otro para las doce diosas, Vingólf. La llanura de Idavoll está en el centro de Asgard (Sección 14). Los dioses celebran una reunión todos los días en el Urðarbrunnr, bajo el fresno Yggdrasil, debatiendo los destinos de los hombres y los dioses. Los destinos más inmediatos de los hombres son asignados por las normas (Sección 15). También se afirma que Thor es un dios. Le sigue una larga descripción de los dioses. Entre los detalles más memorables están las valquirias, damas de batalla a quien Odín manda a señalar la muerte o victoria de cada soldado. La sección 37 nombra a 13 valquirias y afirma que la fuente es el poema de la Edda poética Grímnismál. La residencia de Odín es el Valhalla, a quien toma a los caídos en la batalla, los Einherjar (Sección 20). Snorri bromea: "Hay una gran multitud allí, y aún habrá muchos más..." (Sección 39). Se entretienen luchando todos los días entre sí y luego yendo a beber en el gran salón. Tras una batalla a la cual se conoce como Batalla de Vanir sus murallas originales fueron destruidas, los dioses llegaron a un acuerdo con un gigante al cual Loki le prometió el Sol, la Luna y a la diosa Freyja. Sin embargo, el gigante tenía un caballo mágico que le permitía traer los objetos que quisiera. Los dioses solo le darían su recompensa si se terminaba rápidamente y, al ver que casi estaba terminado, hicieron que Loki se disfrazara de yegua para evitar que el caballo le ayudara. De su unión nació Sleipnir. El gigante estaba tan furioso que lanzó un ataque contra los dioses, pero Thor lo derrotó. Hacia el final del capítulo, Snorri se vuelve profético, describiendo el Ragnarök, el ocaso de los dioses. Comenzará con tres inviernos de nieve, sin veranos intermedios. Le seguirán guerras, luego terremotos y una gran marejada. El cielo se abrirá y cabalgarán los hijos de Muspell para destruir el universo. Intentarán entrar al cielo, pero Bifröst se romperá (Sección 55). Heimdal soplará su poderoso cuerno Gjöll y los Æsir y Einherjar cabalgarán a la batalla. La mayoría de los Æsir morirá y Asgard será destruida. Snorri cita su propia fuente diciendo: "El sol se volverá negro, la tierra se hundirá en el mar, el cielo se despojará de sus brillantes estrellas;..." (Sección 56). Luego, la tierra resurge del mar, más bella que antes, y donde solía estar Asgard se reúnen los Æsir supervivientes, algunos viniendo de Hela, y hablan y juegan al ajedrez todo el día con las piedras de ajedrez doradas de los antiguos Æsir, que encuentran en la hierba. En tanto, el escaldo del siglo X Þorbjörn dísarskáld es citado en el Skáldskaparmál diciendo: "Thor ha defendido Asgard y a la gente [los dioses] de Ygg [Odín] con fuerza". En la época de la saga de los ynglingos, Snorri había desarrollado su concepto de Asgard, aunque las diferencias pueden deberse a sus fuentes. En las estrofas iníciales del poema, Asagarth es la capital de Asaland, una sección de Asia al este del río Tana-kvísl o Vana-kvísl (kvísl es "tenedor"), que Snorri explica que es el río Tanais o Don fluyendo al mar negro. El río divide "Suecia la Grande", una concesión al punto de vista vikingo. Nunca se llamó así antes de los vikingos (Sección 1). Las tierras fluviales están ocupadas por los Vanir y son llamadas Vanaland o Vanaheimr. No está claro qué gente cree Snorri que son los Vanir, si os Venedi protoeslavos o los vándalos germánicos orientales, que en aquella época habían estado en esa región en torno a un milenio. No lo dice; sin embargo, los nombres germánicos de los personajes, como Njörðr, Frey y Vanlandi indican que tenía a los vándalos en mente. Odín es el jefe de Asagarth. Desde allí manda y remite expediciones militares a todas las partes del mundo. Tiene la virtud de no perder nunca una batalla (Sección 2). Cuando está lejos, sus dos hermanos, Vili y Vë, gobiernan Asaland desde Asagarth. En la frontera de Suecia hay una cordillera de noreste al suroeste. Al sur están las tierras de los turcos, donde Odín tenía posesiones; por lo tanto, las montañas pudieron ser las montañas del Cáucaso. En el norte están los páramos inhabitables, que pudieron ser la tundra o la taiga. Aparentemente los vikingos no se encontraron con los urales o los urálicos de la región. Snorri no muestra conocimiento de estos. Tampoco hay mención a Troya, que no estaba lejos de Constantinopla, capital del imperio bizantino y militarmente fuera del alcance de los vikingos. Troya no puede haber sido Asagarth, se percata Snorri, debido a que los Æsir en Asaland fueron perturbados por las actividades de los romanos, es decir, del imperio bizantino. Como resultado, Odín llevó a una parte de los Æsir al norte buscando nuevas tierras en las que asentarse. Usaron la ruta vikinga del Don y el Volga a través de Garðaríki, la Rusia vikinga. De allí fueron a Saxland (Alemania) y a las tierras de Gylfi en Escandinavia (Sección 5). La visión histórica es puramente fantástica. Los germanos estaban en Alemania y en Escandinavia en sus menciones más antiguas en la literatura romana, mucho antes de que estos hubiesen conquistado incluso Italia. Sigue sin estar claro hasta qué punto la presentación de Snorri es una creación poética. Señalado por su posición de padre de todo, o rey de los dioses, Odín se convierte en gran hechicero den la saga de los ynglingos. Puede cambiar de forma, solo habla en verso y miente tan bien que todo lo que dice parece cierto. Ciega y ensordece a sus enemigos cuando sus hombres luchan enloqueciendo y siendo invulnerables. Tenía un barco que podía doblarse como un paño cuando no se usaba, confiaba en dos cuervos parlantes para obtener información y consultaba la cabeza parlante de Mímir para obtener consejo (Sección 7). Sin embargo, como hombre, Odín se enfrenta a la necesidad de morir. Es cremado y sus posesiones se queman con él para que pueda ascender. Snorri dice que asciende al Valhalla y luego añade: "Los suecos creen ahora que se había ido al viejo Asagarth y viviría allí para siempre" (Sección 9). Finalmente, Snorri recurre al Cielo, aunque el cristianismo no defiende la cremación y la quema de las posesiones no significa nada para los cristianos. Se sabe que Asgard limitaba con otras dos regiones, una era la Tierra Helada en la cual se encontraban los Gigantes de Hielo y las tierras mágicas donde habitaban troles y demás seres mágicos. Por cierto, Asgard deriva del nórdico antiguo āss, dios y garðr, recinto; de las raíces indoeuropeas ansu- espíritu, demonio (como los cognado ahura o asura) y gher- agarrar, encerrar (cognados de jardín), significando esencialmente "jardín de los dioses".
actualidad cultural
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