SONIDOS DEL MUNDO

viernes, 28 de octubre de 2022

SAMHAIN: Una festividad ancestral de oscuros orígenes

El Samhain (pronunciado "SOW-in" o "SAH-win"), era un festival celebrado por los antiguos celtas entre el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno. Comenzaba al anochecer alrededor del 31 de octubre y probablemente duraba tres días. El Samhain marcó la transición entre las mitades más luminosas y las más oscuras del año y se celebró en todas las comunidades antiguas célticas de Europa, incluidas Irlanda, Gales y Escocia. Considerado por los antiguos celtas como un tiempo liminal en el que se levanta el velo entre los reinos humano y espiritual, muchos consideran que el Samhain es el precursor de las celebraciones contemporáneas de Halloween. Samhain es también la palabra irlandesa moderna para el mes de noviembre. En Irlanda, la colina Ward en el condado de Meath fue el sitio sagrado del festival del fuego de Samhain y, en los últimos años, la gente se ha reunido allí en Halloween para participar en un resurgimiento del Samhain moderno. Cabe precisar que los antiguos celtas dividían el año en dos mitades, la mitad más luminosa y la mitad más oscura, y realizaban cuatro celebraciones para marcar el cambio de estaciones: Imbolc - celebrado entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera; Beltane - celebrado entre el equinoccio de primavera y el solsticio de verano; Lughnasadh - celebrado entre el solsticio de verano y el equinoccio de otoño; Samhain - celebrado entre el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno. De estos cuatro tiempos sagrados, el Samhain era quizás el más significativo, ya que se cree que representaba el año nuevo celta. Para los antiguos celtas, el tiempo comenzaba en la oscuridad, y cada día de 24 horas comenzaba al anochecer. Marcando el comienzo de la mitad más oscura del año, el Samhain representaba el final de un año y el comienzo del siguiente. Con sus orígenes en el calendario pastoral, las celebraciones del Samhain probablemente fueron anteriores a la llegada de los celtas a Irlanda hace unos 2.500 años. Era el momento de hacer los preparativos para el invierno; se recogían las cosechas y los animales de los campos para sacrificarlos o alojarlos durante el invierno y utilizarlos para la cría. Se celebraban festines abundantes tanto en comida como en alcohol para celebrar la cosecha. El Samhain también era un momento sagrado para reunirse y poner en marcha asuntos importantes, como la toma de posesión de nuevos reyes. Se saldaban las deudas y se llevaban a cabo juicios por los delitos más atroces y se hacía justicia en consecuencia. El historiador irlandés del siglo XVII EC, Geoffrey Keating, escribió en su obra principal, The History of Ireland, que todos los fuegos debían extinguirse al comienzo del festival de Samhain. Los druidas, antiguos sacerdotes celtas, encendían una nueva hoguera, en la que se arrojaban los huesos de los sacrificios de animales (este "fuego de huesos" nos da la palabra moderna inglesa "bonfire", que significa hoguera). De este fuego, las personas encendían sus antorchas y llevaban las llamas a casa para volver a encender el fuego sus propios hogares. Quizás con razón, mucho misterio envuelve al festival del Samhain desde nuestro punto de vista moderno. No podemos saber con certeza lo que sucedía exactamente, pero los historiadores creen que las festividades incluían sacrificios de animales, bailes y el uso de disfraces hechos con pieles de animales y posiblemente también con sus cabezas. El Samhain era considerado un momento auspicioso para que los druidas practicaran la adivinación, ya que la conexión con el mundo espiritual era más fuerte de lo habitual. El levantamiento del velo entre el otro mundo y el mundo físico significaba que el Samhain también se consideraba una época peligrosa para los antiguos celtas. El otro mundo celta se describe a menudo como un lugar que existe en conjunto con el mundo humano en lugar de estar completamente separado de él. Durante el Samhain, estos reinos convergían y el paso entre ellos era más fácil. Los espíritus, tanto amables como malévolos, podían actuar de manera más poderosa en el mundo humano. El concepto de liminalidad, o "del intermedio", era un componente integral de la antigua espiritualidad celta, y muchos eventos importantes de la mitología celta tuvieron lugar en espacios liminales, como la orilla de la costa, o en momentos liminales, como el anochecer o el amanecer. El Samhain no marcaba simplemente el cambio del verano al invierno, sino que representaba un período de transición entre las dos estaciones. Por lo tanto, el Samhain no tenía tiempo, no pertenecía ni al verano ni al invierno. El reino humano ya no estaba sujeto a las reglas del mundo físico, y quizás por esta razón, también se creía que el Samhain era una época de paz. Estando el reino espiritual tan cerca, este no era el momento para peleas humanas triviales. Quizás, como era de esperar, muchos eventos sobrenaturales importantes descritos en la mitología celta ocurren durante la época del Samhain. La segunda batalla de Moytura (Cath Maige Tuired), momento crucial en la mitología irlandesa y uno de los textos medievales más importantes que quedan sobre el tema, se libró entre los seres espirituales conocidos como Túatha Dé Danann y el Fomoire, se dice que tuvo lugar durante el Samhain. También es durante este tiempo que los aos sí (pronunciado "IS CHI"), seres mágicos (a veces descritos como hadas, a veces como Túatha Dé Danann yendo bajo tierra y, a veces, como los habitantes pre celtas de Irlanda) que eran conocidos por pasar libremente de sus moradas en el otro mundo al reino humano. Los aos sí, o "gente de las colinas huecas", vivían en los montes de sídh (pronunciado "CHI"), antiguos montículos funerarios que se cree que son portales al otro mundo. Una vez al año, en el Samhain, estos portales se abrían al mundo humano, y uno podía observar los fuegos encendidos dentro y a la gente de sídh yendo y viniendo. Tal es el caso de la historia del forajido Fionn mac Cumhaill, una figura legendaria y popular en la Irlanda medieval. Cuando Fionn estudiaba poesía con Cethern, hijo de Fintan, se dio cuenta de que una vez al año en Samhain, Cethern viajaba a un montículo en particular de sídh en donde vivía el hada Éle. Se rumoreaba que ella era la más bella de todas las hadas en la isla de Irlanda y que tampoco estaba impresionada por su plétora de pretendientes, muchos hombres perdían la vida en cada Samhain en sus tontos intentos de cortejarla. Fionn estaba perturbado por estas muertes, en el siguiente Samhain se escondió en el valle cerca del montículo del sídh de Éle y esperó. En la oscuridad, pudo ver los montículos de sídh brillando con la luz del fuego que emanaba de sus puertas. De acuerdo a la leyenda, Fionn fue capaz de vengar la muerte de sus amigos y de ganarse el respeto de las hadas en esta fatídica noche. En el Samhain, los seres humanos podían viajar al mundo de la gente sídh, pero los seres sídh también podían caminar en el mundo físico. Se dice que Aillen, un guerrero sídh destruyó Tara, centro espiritual de Irlanda y sede de los reyes supremos, todos y cada uno de los Samhain durante nueve años. Aunque es asesinado nada menos que por Fionn mac Cumhaill, quien lo atravesó con una lanza encantada momentos antes de que este pudiera escapar a través del montículo de sídh para regresar a la seguridad del otro mundo. Otra leyenda habla de una joven llamada Caer Ibormeith, cuyo padre era uno de los Túatha Dé Danann. Cada Samhain, Caer se transformaba en un cisne. Su pretendiente, Oenghus mac Oc, deseaba ganarse su afecto, pero sabía que solo podía hacerlo durante el Samhain, por lo que esperó aquella época del año en la que se pueden romper las reglas del mundo físico y fue capaz de volverse él mismo un cisne. Aunque la evidencia escrita de gran parte de la mitología irlandesa se remonta a la época medieval, y habiendo sido registrada por monjes cristianos que posiblemente alteraron sus significados, se cree que muchas de estas leyendas tienen sus raíces en la espiritualidad irlandesa pre celta. En Irlanda, los antiguos celtas celebraban el festival del fuego de Samhain en la colina de Ward, también conocida como Tlachtga, llamada así por una poderosa druidesa que murió allí luego de dar a luz a trillizos. Ubicada en el valle de Boyne en el condado de Meath, Irlanda, la colina Ward está aproximadamente a doce millas de la colina de Tara. Sin embargo, ha recibido comparativamente menos atención que sus vecinos más famosos, como Newgrange. Algunos estudios arqueológicos del sitio se llevaron a cabo hace casi un siglo en la década de 1930 EC, pero no se volvió a visitar hasta el 2014 EC cuando comenzaron las excavaciones dirigidas por el Dr. Stephen Davis del University College Dublin. El equipo descubrió que la colina Ward probablemente se construyó en tres fases separadas, la más antigua data del final de la edad del bronce alrededor del 1200 AEC y la más reciente data del período medieval temprano, alrededor del 400 EC. Los arqueólogos encontraron evidencia de quemas a gran escala en el sitio, así como fragmentos de huesos de animales quemados. Algunos de los sitios vecinos de la colina Ward son mucho más antiguos y ofrecen pistas sobre las prácticas paganas en Irlanda que son anteriores a la llegada de los celtas hace unos 2.500 años. Newgrange y el montículo de los rehenes, por ejemplo, datan aproximadamente de 5.000 años atrás. Así como el pasadizo de Newgrange está alineado con el amanecer del solsticio de invierno, cuando su cámara interior y su pasadizo están iluminados; el montículo de los rehenes está alineado con el amanecer del Samhain, lo que sugiere que esta época del año en particular ha jugado un papel importante en la antigua espiritualidad irlandesa durante al menos 5.000 años. Cuando el cristianismo llegó a Irlanda en el siglo V, a la Iglesia católica le resultó más fácil convertir a los celtas incorporando ciertas celebraciones paganas en el calendario católico. Intentando incluir al Samhain bajo una festividad cristiana de contexto similar, el Día de Todos los Santos fue creado e inicialmente asignado al 13 de mayo. Probablemente en parte debido a la reticencia celta a abandonar el Samhain, el Día de Todos los Santos finalmente se trasladó al 1 de noviembre. Así el 2 de noviembre se convirtió en el Día de los Fieles Difuntos, que algunos ven como un intento de absorber los elementos del Samhain que el Día de Todos los Santos no pudo capturar. El Día de Todos los Santos se convirtió en una festividad católica extendida en el siglo XIV, y para el siglo XV, comenzamos a ver escritos que describen celebraciones que se parecen más al Halloween que celebramos hoy. Durante el siglo XIX, la hambruna provocó el traslado de muchos irlandeses a los EE.UU., que trajeron consigo creencias y tradiciones asociadas al Halloween moderno, como el tallado de linternas de calabaza (aunque, históricamente, los irlandeses habrían utilizado nabos, no calabazas). No importa cuán diferente pueda parecer el actual Halloween del festival pagano del fuego de Samhain, el sentimiento de transformación y el deseo de invocar lo sobrenatural a través de disfraces o de otras maneras parece regresar cada año con la luz menguante y el enfriamiento del aire. Estos sentimientos trascienden el tiempo, conectando las celebraciones modernas con el Samhain, aquel tiempo liminal de transformación que era sagrado para los paganos del mundo celta hace miles de años, y quizás también para los de un mundo aún más antiguo.

viernes, 21 de octubre de 2022

PUYI: La fascinante historia del último emperador de China

Fuera como fuera, su historia iba a ser extraordinaria, ya que estaba destinado a ser el gobernante absoluto de casi un cuarto de la población del mundo. Pero terminó siendo única porque, a diferencia de sus antepasados, inició con el siglo XX y sufrió las consecuencias. Aisin-Gioro Puyi nació en febrero de 1906 en Pekín cuando su tío Guangxu era el emperador de China. Este, sin embargo, llevaba ya 8 años bajo el arresto domiciliario en el que lo había puesto su tía, la malvada emperatriz viuda Cixi, la misma que lo había escogido para ocupar el trono del Dragón y se había mantenido como regente bajo el título de "Santa madre, emperatriz viuda". Ella misma ordenó el 13 de noviembre de 1908 que trajeran a la Ciudad Prohibida, la residencia oficial de los emperadores y su corte, así como centro ceremonial y político del gobierno chino, al sucesor de Guangxu, quien estaba agonizando. El elegido era Puyi y, a pesar de su corta edad, nunca olvidó su encuentro con Cixi, cuyo "rostro demacrado y aterrador" vio a través de una cortina gris y rodeado de extraños. "Se dice que estallé en fuertes aullidos al verlo y comencé a temblar incontrolablemente. Cixi le dijo a alguien que me diera algunos dulces, pero los tiré al piso y grité '¡Quiero a mi niñera, quiero a mi niñera!', para su gran disgusto", recordaría años mas tarde. El 14 de noviembre murió Guangxu y al día siguiente, Cixi. El 2 de diciembre, a dos meses de cumplir 3 años, a Puyi lo empezaron a llamar "Su majestad el emperador", "El señor de los diez mil años", "El hijo del cielo" tras la "Gran ceremonia de entronización". "Una ceremonia que yo arruiné con mis llantos", escribiría más adelante en su autobiografía. Se había convertido en el duodécimo emperador de la dinastía Qing y el más joven en la larga historia imperial china. Puyi era descendiente de los manchúes que vencieron a los Ming y fundaron la dinastía Qing en 1644, bajo la cual China duplicó su tamaño para incluir Xinjiang (Uiguristán) en el lejano oeste, así como Mongolia y el Tíbet, creando la forma esencial de China en la actualidad. Si bien la nueva dinastía toleraba una diversidad de pueblos y religiones, y emprendió grandes empresas culturales, nunca dejaron de ser vistos como extranjeros por sus súbditos. Para el siglo XVIII, China era posiblemente la mayor economía del mundo, con la rica cultura que acompaña a la prosperidad. Sus emperadores vivían en el corazón de su opulenta capital, Pekín, rodeados de guardias imperiales y familias nobles manchúes. Pero en el siglo XIX la dinastía Qing empezó a debilitarse, al no poder defender a China de la agresión militar de las fuerzas británicas estadounidenses, francesas, rusas, alemanas y japonesas, que pretendían dividirse el decadente imperio. En 1850, un converso cristiano chino, Hong Xiuquan, se proclamó líder de una nueva dinastía, el Reino Celestial de Taiping, y con sus seguidores marchó contra los Qing, obteniendo un gran apoyo a medida que avanzaba. La guerra civil que siguió duró 14 años; alrededor de 20 millones de personas perdieron la vida en un conflicto que finalmente involucró a soldados europeos y chinos. La rebelión de Taiping fue uno de los eventos más importantes de la China en el siglo XIX, y dejó su huella así como la dejó el "Levantamiento de los bóxers", también conocido como el "Levantamiento Yihétuán", una rebelión de aldeanos de las provincias del norte que estaban desesperados y hambrientos y culpaban a los extranjeros por su difícil situación, así que se propusieron purgar a China de comerciantes y misioneros foráneos. Afirmaban que sus puños eran más fuertes que el fuego e invencibles a las balas, iniciando su movimiento en 1898 y para el verano de 1900 tenían bajo un fuerte asedio a Pekín, pero todo terminó brutalmente en septiembre de 1901. Fue en este contexto en la que, nominalmente, empezó a regir el pequeño Puyi, con el título de Emperador Xuantong y su padre, el príncipe Chun, y su tía, la emperatriz viuda Longyu (esposa de Guangxu), como sus representantes. En otros tiempos, la debilidad de la dinastía Qing habría dado lugar al surgimiento de otra, pero el siglo XX trajo consigo otras opciones. Mientras Puyi era instruido para su rol y jugaba rodeado de privilegios que incluían el extremo de ser dueño de otras personas, como los eunucos que lo atendían y tenían que obedecer todos y cada uno de sus caprichos, se fue fraguando una revolución contra el poder de su dinastía, que muchos chinos consideraban había perdido el Mandato del Cielo. En 1911 estalló la Revolución de Xinhai o Revolución de Hsinhai y el 12 de febrero de 1912, la Emperatriz Viuda Longyu selló el "Edicto imperial de la abdicación del emperador". "La Emperatriz Viuda estaba sentada en un kang (plataforma) en una habitación lateral del palacio de la Naturaleza de la Mente, secándose los ojos con un pañuelo mientras un anciano (el primer ministro Yuan Shikai) se arrodillaba ante ella sobre un cojín rojo, con lágrimas rodando por su rostro."Yo estaba sentado a la derecha de la viuda y me preguntaba por qué lloraban ambos adultos", recordó Puyi en sus memorias. Lloraban debido a que estaban poniendo fin formalmente a su gobierno y a 267 años de poder de la dinastía Qing. Pero él, a sus 6 años, era ajeno a esas realidades. Y lo siguió siendo, ya que con el establecimiento de la República de China todos habían entrado en territorio desconocido: tras terminar con un sistema imperial de 2.000 años de antigüedad, nadie sabía muy bien qué hacer con la casa imperial depuesta. ¿Debían mandarlos a Manchuria o dejarlos en Pekín? Decidieron tratarlo como a los reyes extranjeros, permitiéndole vivir en la Ciudad Prohibida, disfrutando del lujo en su palacio y jardines imperiales. Es por eso que, para Puyi, poco cambió: ni siquiera le informaron que ya no era emperador hasta pasado un tiempo y siguió disfrutando de privilegios hoy difíciles de imaginar. "…en la época en el que China era llamada república y la humanidad había avanzado al siglo XX, yo seguía viviendo como un emperador, respirando el polvo del siglo XIX", escribió. Y de hecho fue reinstituido brevemente como emperador en 1917, cuando el general promonárquico Zhang Xun dio un golpe de Estado y asumió el cargo de "regente del Imperio". Pero el asunto duró apenas dos semanas y Puyi y su corte no fueron responsabilizados por lo ocurrido. En ese extraño entorno fue creciendo, aislado del mundo exterior, separado de su familia, sin más referente que su niñera Wang. Pero siguió siendo tratado como una divinidad, a quien nadie podía contrariar incluso cuando se comportaba, según él mismo contaría luego, de una manera nefasta. "Azotar a los eunucos era parte de mi rutina diaria. Mi crueldad y amor por ejercer el poder ya estaban demasiado firmes para que la persuasión tuviera algún efecto". En 1919, sin embargo, Reginald Johnston, un académico británico que entró al servicio de la corte Qing para ser tutor de Puyi, les lo describió así a las autoridades británicas: "Un chico muy 'humano', con vivacidad, inteligencia y un entusiasta sentido del humor. Más aún, tiene excelentes modales y está totalmente libre de arrogancia […]". "Aunque el emperador no parece haber sido malcriado aún, por las tonterías y futilidades que lo rodean me temo que no hay esperanza de que resulte ileso de los peligros morales en los próximos años de su vida (años muy críticos necesariamente para un muchacho en su temprana adolescencia)", escribió. "A menos de que pueda ser alejado de la influencia de las hordas de eunucos y otros funcionarios inútiles que actualmente son casi sus únicos acompañantes". Así, Puyi fue convirtiéndose en un adolescente cuyos actos de rebeldía consistían en desafíos como dar paseos fuera de la Ciudad Prohibida, usar anteojos y cortarse su tradicional trenza manchú. Sin embargo, seguía obligado a obedecer tradiciones como las "grandes nupciales" del emperador. "Yo me casé con un total de cuatro esposas o, usando los términos empleados entonces, con una emperatriz, una consorte secundaria y dos consortes menores. Pero, de hecho, no eran esposas verdaderas y sólo estaban ahí de adorno", escribió. Allá afuera, el país seguía buscando respuestas al trastorno del fin de milenios de sistema imperial. En 1924 llegó al poder el señor de la guerra Feng Yuxiang y expulsó a Puyi y su séquito de la Ciudad Prohibida. A los 19 años se refugió en los brazos de los japoneses, quienes, cuando tomaron el control de Manchuria en 1931, lo proclamaron Emperador de Manchukuo, un estado títere creado a partir de las tres provincias históricas de Manchuria (noreste de China). En ese momento, la propaganda japonesa describía el nacimiento de Manchukuo como un triunfo panasiático, con la unión de las "cinco razas" de japoneses, chinos, coreanos, manchúes y mongoles. Esto, según ellos, marcaba nada menos que el nacimiento de una nueva civilización y un punto de inflexión en la historia mundial, como explica Edward Behr, en su libro The Last Emperor (El último emperador, 1987). Así como el estado, Puyi también era una marioneta, ya que Manchukuo estaba controlado rígidamente por Tokio, que lo utilizaban como base para la expansión en Asia. Su vida entonces, se tornó en una pesadilla. Obsesionado por el hecho de que la gran mayoría de sus súbditos lo detestaban, porque Manchukuo era "uno de los países más brutalmente gobernados del mundo", según Behr, vivía como un virtual prisionero en su palacio, sin mucho más que hacer que firmar decretos aprobados por los japoneses. Su tendencia a la crueldad se exacerbó y atormentó a sus sirvientes, no sólo con los consabidos azotes sino reduciendo sus raciones de comida. Además, se volvió budista, místico y vegetariano. Durante la Segunda Guerra Mundial se mantuvo firme con sus amos. Como él mismo admitió, emitió tantas declaraciones projaponesas que ningún aliado lo aceptaría si escapaba de Manchukuo. Y eso fue lo que se vio obligado a hacer el 11 de agosto de 1945 cuando, entendiendo al fin que Japón no estaba ganando la guerra, como había creído por tanto tiempo, abordó un tren con su corte y sus tesoros Qing. El 16 de agosto abdicó como emperador de Manchukuo y declaró una vez más en su último decreto que este era parte de China, tras haber escuchado el día anterior al Emperador Showa (Hirohito) anunciando la rendición de Japón. Cuando intentaba llegar en avión a Japón, fue apresado por el Ejército Rojo. Los soviéticos, que inicialmente ni lo reconocieron, se lo llevaron a la ciudad siberiana de Chita. Allí lo mantuvieron cautivo pero cómodo y con más privilegios que los otros prisioneros, algo que le agradecía a Joseph Stalin. No obstante, como ellos, recibió educación sobre el comunismo. Entre tanto, China seguía hambrienta de ideas y podría haber ido en muchas direcciones diferentes. Luego de décadas de caudillos, la invasión japonesa y la Guerra Civil, el Partido Comunista con su entonces estrecha afiliación con la Unión Soviética de Stalin, se impuso. Fue en la plaza de de Tiananmén o plaza de la Puerta de la Paz Celestial, cuyo nombre viene del de la puerta sur de la Ciudad Prohibida, la morada de los emperadores -, aquella de donde surgían las procesiones imperiales cuando el emperador dejaba su trono para realizar sus rituales para congraciar a los dioses - Mao Zedong proclamó la República Popular en 1949, y de esta manera, tras casi 40 años de guerra e inestabilidad, China tenía paz. Y a Puyi, quien había sido uno de esos emperadores cuya función era mantener relaciones diplomáticas entre los humanos y el mundo celestial, le había llegado la hora de regresar a casa... aunque no quisiera. Temía el destino que le esperaría por colaborar con los invasores japoneses, pero Mao Zedong no hizo más que enviarlo a un campo de reeducación. Pasaría allí 10 años, donde por primera vez tuvo que hacer cosas como lavarse los dientes y vestirse solo, así como trabajar y aprender sobre el comunismo. Durante siglos el estado chino había girado en torno al emperador, la encarnación del poder en el corazón del Estado, el ser semidivino que está destinado a proteger a la gente de las malas cosechas y las inundaciones devastadoras. En 1960, Mao, una nueva versión de esos poderosos seres, le otorgó al último emperador de China un indulto especial: la ciudadanía y su liberación. El hombre que una vez gobernó el país más poblado del mundo se dedicó a trabajar como asistente de jardinería en los jardines botánicos de Pekín y editor de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino desde 1964 en adelante. Y también fue autor de una autobiografía, From Emperor to Citizen (De emperador a ciudadano) que fue apoyada por los principales funcionarios del partido Mao y Zhou Enlai. Aprendió a conciencia las lecciones de la Educación Libre Socialista, a juzgar por las declaraciones de su libro y las que daba en ocasiones como su matrimonio con Li Shuxian, una enfermera de hospital, en 1962, cuando proclamó: "Recordaremos este día y continuaremos aprendiendo de la clase trabajadora todos nuestros días futuros juntos."Odio la primera mitad de mi vida, porque fue una experiencia humillante de ser un explotador de mi propio pueblo". Se convirtió al maoísmo hasta su fallecimiento en 1967, en medio del vendaval desatado por la "Revolución Cultural" impulsada por Mao; aunque se rumoreó que había sido asesinado por los revolucionarios, es posible que muriera de cáncer, ya que el informe oficial indica que sufría de cáncer renal, uremia e insuficiencia cardíaca. La fecha certificada de la muerte de Puyi es el 17 de octubre de 1967 a sus 61 años, y ocurrió en algún lugar de Pekín en medio del olvido de sus conciudadanos. De acuerdo con las leyes de la República Popular China en ese momento, el cuerpo de Puyi fue incinerado. Sus cenizas se colocaron por primera vez en el Cementerio Revolucionario de Babaoshan, junto con las de otros dignatarios del partido y del Estado. En 1995, su viuda Li Shuxian trasladó sus cenizas al Cementerio Imperial de Hualong, donde hoy se conserva en un mausoleo construido para albergarlos.

viernes, 14 de octubre de 2022

HIEROGLYPHS, UNLOCKING ANCIENT EGYPT: Decodificando sus secretos en el Museo Británico

Como sabéis, acaban de cumplirse dos siglos desde que se consiguió descifrar la escritura jeroglífica que utilizaban los antiguos egipcios, que representó un paso crucial para descubrir una de las civilizaciones más antiguas y enigmáticas del planeta. Antes de que se consiguiera descifrar ese sistema de escritura pictórica, que representa los objetos y conceptos mediante figuras y símbolos, la vida en el antiguo Egipto había sido un misterio durante siglos. Los jeroglíficos egipcios se utilizaban como un sistema de escritura pictórica consistentes en un conjunto de símbolos que pueden representar objetos, aunque también representan sonidos particulares o grupos de sonidos. La palabra jeroglífico, que significa “talla sagrada”, es una traducción griega de la frase egipcia “las palabras del dios”, que se usaba en la época de los primeros contactos griegos con aquella civilización, para distinguir los antiguos jeroglíficos de la escritura de esa época, del egipcio demótico, que surgió en la última etapa del Antiguo Egipto, y fue dominante hacia el 600 a. C. Se desconocen los orígenes de esta escritura. Al parecer, surgió a finales del periodo predinástico (justo antes del 2925 a.C.), una época en que hubo contactos entre Egipto y Mesopotamia, por lo que se ha pensado que los antiguos egipcios podrían haber tomado prestado el concepto de escritura de los sumerios. Esto es posible, pero incluso si fuera así, los dos sistemas eran tan diferentes en el uso de los signos que está claro que se desarrollaron de forma independiente. Muchos principios de la escritura jeroglífica se regularizaron durante la III dinastía egipcia (2650–2575 a. C.) y el sistema permaneció prácticamente sin cambios, utilizando un número constante de signos (unos 700) durante más de 2 mil años, hasta que la escritura fue reemplazada por una versión temprana del idioma copto (alrededor de los siglos III y IV d. C.). El descubrimiento, en 1799, de la Piedra Rosetta, con su decreto escrito en jeroglíficos, egipcio demótico y el conocido idioma griego antiguo, proporcionó la clave para decodificar los jeroglíficos en el año 1822. Un avance que amplió en unos 3 mil años el conocimiento moderno sobre la historia de Egipto. Cabe precisar que la Piedra Rosetta - uno de los objetos antiguos más famosos del mundo - es un fragmento de una estela egipcia (monumento monolítico con inscripciones), tallada en granito negro y con forma irregular. Esta piedra encontrada rota e incompleta, tiene escrito un decreto publicado en Menfis en el año 196 a. C. en nombre del rey Ptolomeo V (204-181 a. C.), en tres escrituras diferentes: el texto superior en jeroglíficos egipcios (catorce líneas), la parte intermedia en escritura demótica y la inferior en griego antiguo. El decreto dice que “los sacerdotes de un templo apoyaron al rey”, y el fragmento de bloque de roca donde está inscrito, fue descubierto durante una expedición militar francesa comandada por Napoleón Bonaparte, cuando cruzaba la región egipcia de Rosetta; de allí su nombre. En 1820, el historiador, lingüista y egiptólogo francés, Jean-François Champollion, considerado “el fundador de la egiptología” se embarcó plenamente en el proyecto de descifrar la escritura de la Piedra Rosseta, y fue hace ahora 200 años cuando publicó su primer avance para desentrañar el sistema de escritura egipcio, al que añadió un trabajo con más precisiones en 1824. Previamente el científico inglés Thomas Young (1773-1829), había hecho avances en el desciframiento de las inscripciones y logró traducir correctamente algunos jeroglíficos de la Piedra, pero la primera traducción completa se atribuye al erudito Champollion (1790-1832). La importancia de este desciframiento para la egiptología ha sido inmensa, ya que antes, nadie sabía cómo leer los jeroglíficos egipcios antiguos, según los expertos del Museo Británico , donde se exhibe la Piedra Rosetta, siendo uno de los objetos más famosos de sus colecciones y más populares entre los visitantes. Debido a que las inscripciones dicen lo mismo en tres escrituras diferentes, la Piedra Rosetta fue clave para descifrar los jeroglíficos. Precisamente, con motivo de los 200 años desde el desciframiento de los jeroglíficos egipcios, el Museo Británico presenta desde esta semana la exposición Hieroglyphs: unlocking ancient Egypt (Jeroglíficos: revelando el antiguo Egipto) y se prolongará hasta febrero del 2023. La exposición reúne más de 240 objetos, incluidos préstamos de colecciones de otros museos europeos, la cual está encabezada como no podría ser de otra manera, con la Piedra Rosetta, que nos llevara a través del arduo trabajo que se realizo para descifrarlo y rescatar la historia de una de las civilizaciones más antiguas del mundo.

viernes, 7 de octubre de 2022

ENIGMAS DE LA HISTORIA: Antiguas nanoestructuras de los Urales

Un Oopart (artefacto fuera de lugar) es un término que se aplica a decenas de objetos prehistóricos encontrados en varios lugares del mundo que, dado su nivel de tecnología, están completamente en desacuerdo con su edad determinada en base a factores físicos, químicos o geológicos. Los Ooparts a menudo resultan frustrantes para los científicos convencionales y un deleite para los investigadores aventureros y las personas interesadas en teorías científicas alternativas. En 1991, la aparición de unos artefactos en forma de espiral extremadamente pequeños encontrados cerca de las orillas de los ríos Kozhim, Narada y Balbanyu de Rusia provocó un debate que ha continuado hasta el día de hoy. Estas misteriosas y minúsculas estructuras sugieren que puede haber existido una cultura capaz de desarrollar la nanotecnología hace 300.000 años. Estas bobinas fabricadas se descubrieron inicialmente durante la investigación geológica asociada con la extracción de oro en los Urales. Estas piezas incluyen bobinas, espirales, ejes y otros componentes no identificados. Según un análisis de la Academia de Ciencias de Rusia en Syktyvkar, las piezas más grandes encontradas son en su mayoría de cobre, mientras que las más pequeñas están hechas de tungsteno y molibdeno. Mientras que el más grande de estos objetos mide 1,18 pulgadas, los más pequeños miden solo 1/10 000 de pulgada y muchos exhiben proporciones áureas. Su forma sugiere que están fabricados y no son fragmentos de metal de origen natural. De hecho, se ha descubierto que se parecen mucho a los mismos componentes en miniatura de la nanotecnología contemporánea. Aunque algunos escépticos han afirmado que estas diminutas estructuras “son simplemente escombros dejados por los cohetes de prueba que se lanzan desde la cercana estación espacial de Plesetsk”, un informe del Instituto de Moscú determinó que son demasiado antiguas para provenir de la fabricación moderna. En 1996, el Dr. EW Matvejeva, del Departamento Central de Investigación Científica de Geología y Explotación de Metales Preciosos en Moscú, escribe que, a pesar de tener miles de años, los componentes son de origen tecnológico. Las piezas fueron encontradas a una profundidad de entre 10 y 40 pies, en un estrato geológico de entre 20.000 y 318.000 años. ¿Cómo pudieron los humanos fabricar componentes tan diminutos en el pasado distante y para qué se utilizaron? Algunos creen que las bobinas demuestran que la raza humana disfrutó de un nivel sofisticado de tecnología en la era del Pleistoceno, mientras que otros afirman que los hallazgos son obra de extraterrestres. Los artefactos se han estudiado en cuatro instalaciones diferentes en Helsinki, San Petersburgo y Moscú. Lamentablemente, la investigación adicional sobre estas pequeñas estructuras parece haber terminado en 1999 con la muerte del Dr. Johannes Fiebag, investigador principal del hallazgo. Por si el hallazgo de estos objetos no fuera lo suficientemente misterioso, los Montes Urales siempre han sido objeto de teorías y extraños sucesos. Uno de los eventos más enigmático que sucedió en la región, fue el incidente del Paso Dyatlov (del cual ya nos ocupamos anteriormente en Inframundo) donde un grupo de excursionistas rusos, fueron encontrados muertos en extrañas circunstancias. Es evidente que, hasta que se descubra la naturaleza de estos enigmáticos objetos, cada hipótesis que se diga acerca de ellos es legal. Esperamos que en un futuro próximo, la comunidad científica decida considerar el llamado nanoespiral ruso y continuar las investigaciones.
actualidad cultural
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