SONIDOS DEL MUNDO

viernes, 22 de febrero de 2019

ALL THE REMBRANDTS: Holanda celebra al genio en el Rijksmuseum

Cargado de exposiciones y eventos, el año Rembrandt toma velocidad de crucero en el Rijksmuseum con una muestra que celebra el 350 aniversario de la muerte del gran 'maestro de la luz'. En efecto, por primera vez el museo de Ámsterdam expone completo su tesoro en ‘All The Rembrandts’ (Todos los Rembrandt). Son 22 pinturas, 60 dibujos y más de 300 estampas de Rembrandt Harmenszoon van Rijn (Leiden, 1606 - Ámsterdam,1669), uno de los grandes y más personales pintores de la historia. “El primer hereje de arte”, según Jonathan Bikker, conservador del museo y biógrafo del artista que se ‘rebeló’ contra las normas de la época y renunció a la belleza femenina en sus cuadros. Las 22 pinturas, del primer 'Autorretrato como hombre joven' (1628) hasta el 'Autorretrato como el Apóstol Pablo' (1661), ofrecen una visión global de la trayectoria del pintor y su constante proceso de búsqueda. La cima es su obra maestra, 'La ronda de noche', que permanece en la sala central del Rijksmuseum, donde se restaurará ante el público este año. Pero fue la compra reciente de los espectaculares retratos de boda de Marten Soolmans y Oopjen Coppit -por 160 millones de euros y a medias con el Louvre- lo que convirtió a la colección Rembrandt del Rijks en la mejor del mundo, con telas legendarias como 'Los síndicos de los pañeros'. Con sesenta piezas, la colección de dibujos abarca todos los períodos y estilos, con excepcionales obras de su juventud. El museo exhibe además lo mejor de las 1.300 estampas y grabados de Rembrandt que custodia, unos 300 originales ultrasensibles a la luz que rara vez se muestran o prestan. El conjunto es una oportunidad única para comprender al artista, al ser humano, al narrador de historias y al gran innovador del arte. La primera sección curiosea en su vida y su trabajo explorando sus inicios y su mirada burlona y jocosa. Permite calibrar ya su enorme talento y su crecimiento como artista con sus muchos autorretratos. La segunda parte, centrada en su entorno, muestra como perfecciona su oficio retratando a sus familiares, conocidos y vecinos: de su esposa Saskia enferma, mendigos, músicos callejeros, vagabundos y actores que dibujó y pintó compulsivamente. Dotado contador de historias, altivo y a menudo cómico, Rembrandt comprendió como nadie que el arte influía en el contenido del relato, como se ve en el último tramo de la exposición, donde otorga carácter humano a los personajes de escenas bíblicas como 'Isaac y Rebeca' (título oficial de 'La novia judía' (1665–1669). Su biógrafo presenta a Rembrandt como un iconoclasta que cambió los patrones “retratando a gente vieja y desgastada en lugar e mujeres jóvenes y bellas”. Destaca como su enorme ambición le apartó de la normalidad. “Quería ser el mejor artista de la historia y del mundo, y para lograrlo no se puede seguir a otros o hacer lo mismo que los demás”, plantea Bikker. Nacido y criado en Leiden, noveno hijo de un acomodado molinero, hermano de zapateros y panaderos, Rembrandt vivió en Ámsterdam casi toda su vida. Allí conoció a su acaudalada esposa, Saskia van Uylenburgh, y vio nacer a su hijo Titus, lo que le arraigó en una ciudad plagada hoy de lugares, museos y rincones que alaban su memoria. Entre sus canales poblados de ricos banqueros y comerciantes abrió su casa en busca del éxito y el dinero que obtuvo a cambio de su novedosa originalidad y su poderoso genio. Un talento que brillaba en los retratos por los que los mercaderes y nuevos ricos pagaban fortunas. Tras la muerte de Saskia, dilapidó su herencia en una vida disoluta. Debió vender su casa y sus pertenencias, cayendo en la bancarrota. Murió arruinado pero reconocido como el mejor pintor holandés y uno de los más grandes del mundo. Su legado comprende unos 320 óleos, más de 300 grabados y 2.000 dibujos. La percepción sobre su genio ha cambiado mucho con el tiempo. Si en el siglo XVIII sus obras volvieron a ser populares entre los coleccionistas, en el XIX fue aceptado como enseña nacional y precursor del impresionismo, lo que renovó el aprecio por su trabajo tardío, caracterizado por la pincelada menos sutil. En el siglo XX, los expertos aclararon la autoría de muchos presuntos Rembrandt con una tecnología que permite hoy conocer más sobre sus ingeniosas técnicas, como la aplicación de plumbonacrita, su ingrediente secreto recién descubierto para dotar de profundidad y luminosidad a sus óleos.

viernes, 15 de febrero de 2019

ENIGMAS DE LA HISTORIA: El Pájaro de Saqqara

El orgullo de volar demasiado cerca al sol le salió muy caro a Ícaro. La mitología dice que huyó del famoso laberinto del rey Minos en Creta con alas hechas de plumas y cera, construidas por su padre Dédalo. Su historia debería haber sido una advertencia a la humanidad para que no pusiera en entredicho la voluntad de los dioses, pero no fue así... afortunadamente. Hace cien años empezó la aventura de volar con los hermanos de Wright y su planeador de doble hélice con motor de gasolina. A partir de ese momento, el hombre alcanzó un sueño que se remontaba a las mentes de sus antepasados. Los planos de Leonardo da Vinci fueron sin duda un precursor del vuelo, con sus dibujos de velas, planeadores y hélices. Sin embargo, encontramos referencias a máquinas voladoras, o dispositivos que permitieron de alguna manera volar a nuestros antepasados en muchas mitologías del pasado. ¿Son sólo leyendas, verdad? Hay, sin embargo, toda una serie de hallazgos arqueológicos, los llamados OOPARTS (objetos fuera de su tiempo), que son muy polémicos y que nos pueden ayudar a comprender el alcance de la antigua tecnología más avanzada. Uno de estos hallazgos es sin duda el conocido como “Planeador de Saqqara”. A finales del siglo XIX, una expedición arqueológica descubrió un objeto con forma de pájaro entre otras piezas en una tumba de Saqqara que se remonta al 200 a. C. El pájaro está hecho de madera de sicomoro (árbol consagrado vinculado a la diosa Hathor y símbolo de la inmortalidad) y fue hallado junto con una tela en la que se podía leer la palabra ‘Pa-di-Imen’,”regalo de Amón”. Expuesto en la sala 22 del Museo Egipcio de El Cairo con el número de inventario 6347, se trata de uno de los hallazgos arqueológicos más polémicos conocidos. Con una longitud de unos 14 cm y una envergadura de 18 cm, lo que a primera vista nos recuerda a un planeador es que el objeto no pesa más de 40 gramos. Aparte del pico y los ojos, que apuntan a la representación de un halcón - el emblema del dios Horus, lo que encontramos curioso es la cola (cuadrada, extrañamente vertical y supuestamente con una parte hundida que podría dar acomodo a “algo”), las alas (abiertas pero sin la más mínima curvatura, se hacen cada vez más delgadas en dirección a sus extremos y han sido encajadas en el interior de una ranura) y la ausencia de patas. El objeto, que podría estar influido por la estilización extrema de un artista, no tiene ningún tipo de marcas talladas que pudieran representar las plumas de un hipotético pájaro; sin embargo, no podemos descartar que esta peculiaridad sí se observara en una pintura que hubiera desaparecido casi por completo con el paso del tiempo. Podría ser un objeto ritual, un juguete o una veleta destinada a señalar la dirección del viento en embarcaciones sagradas; esta última hipótesis estaría confirmada por algunos relieves del Imperio Nuevo hallados en el templo de Khonsu. El primero en pensar de forma diferente fue Khalil Messiha, profesor de anatomía artística de la Universidad de Helwan, quien pareció reconocer en el sorprendente pájaro la maqueta de un planeador, aunque carente de cola. Messiha tuvo la osadía de poner su hipótesis por escrito, y desde entonces, para bien o para mal, el objeto es conocido indistintamente como el Pájaro o el Planeador de Saqqara. En los años setenta del siglo pasado, el Ministerio de Cultura egipcio constituyó una comisión para que esclareciera el misterio, y los expertos coincidieron en la singularidad de la pieza afirmando que no se trataba de un simple juguete, sino de un modelo que podría tener valor aerodinámico. Martin Gregorie, diseñador y fabricante de planeadores, se tomó la molestia de reproducir el avión, aunque finalmente no pudo conseguir hacerlo volar debido a su inestabilidad. Pero el biólogo y naturalista Ivan Terence Sanderson obtuvo un resultado completamente diferente durante su simulación. Modificando el modelo y utilizando madera de balsa en lugar de sicomoro, Sanderson demostró que podía hacerlo volar con apenas un ligero empujón, consiguiendo incluso que planeara. Como siempre, existen luces y sombras en estos experimentos que no permiten expresar una sentencia definitiva. Es innegable que este descubrimiento, cuya función no comprendemos del todo bien, era el símbolo de un pájaro sagrado para la mitología egipcia, pero también representa el vuelo, una prerrogativa de los dioses. Tal vez esa pieza que falta en la parte trasera de ese peculiar artefacto pudiera razonablemente ser la cola del avión (controlando la estabilidad y aportando equilibrio), que gobierna la rotación y permite el despegue, el ascenso y el descenso en un aeroplano. Los dioses egipcios eran a menudo descritos con el aspecto de un pájaro y asociados con eventos naturales como el trueno y el rayo. ¿Es posible que los antiguos egipcios supieran cómo volar?

viernes, 8 de febrero de 2019

MONT SAINT MICHEL: Una abadía que surge de las aguas

A un kilómetro de la costa del noroeste de Francia, en apenas cien hectáreas y contando con solo cincuenta habitantes, Mont Saint Michel es una de las vistas más icónicas de todo el país galo. Situado en la conflictiva frontera histórica entre Normandía y Bretaña, el peñón ha servido de fortaleza, prisión y también centro de peregrinación gracias a su impresionante monasterio benedictino. Fue muchas cosas y, si uno se fija, hasta puede representar un símbolo de la sociedad medieval: en lo más alto el templo religioso, luego las estancias de la nobleza, por debajo las tiendas y los almacenes y fuera de sus murallas, los pescadores y granjeros. A su alrededor, agua o arena. Depende de la hora: Mont Saint Michel está íntimamente relacionado con el fenómeno de las mareas, que aquí alcanzan sus mayores extremos en toda Europa. Hace mucho tiempo, lo que hoy es la bahía de Saint Michel era tierra firme. Con el deshielo, el agua empezó a erosionar el terreno, pero no pudo con dos macizos graníticos que permanecieron en su lugar original, ya como islas: Tombelaine y Saint Michel. La bahía recibe agua de tres ríos, siendo el Couesnon el principal y el que desemboca frente a Saint Michel. Cabe destacar que las mareas de la bahía son terribles. Lo más normal es que el nivel varíe unos diez metros, que pueden llegar a ser 16 cuando se producen las supermareas y el agua hace variar la costa diez kilómetros. El proceso es además muy rápido, llegando en la entrada de la bahía a los seis kilómetros por hora; es decir, el ritmo de una persona andando. Este agua de mar penetra en los ríos en un fenómeno conocido como macareo. Además, produce un rico ecosistema en la arena de la bahía, justo donde abundan las focas y las aves. Desde el siglo VIII se han utilizado diques para ganar terreno al mar con técnicas muy similares a las de los vecinos holandeses. En algunos de esos terrenos de marismas salinas siguen pastando rebaños de ovejas. La isla fue utilizada por primera vez como fuerte por los galo-romanos en el siglo VI. Los francos conquistaron la zona, que no obstante desarrolló una cultura propia del Canal de la Mancha. Entonces se denominaba a la isla Mons Tumba. Su nombre cambió cuando al obispo de Avranches declamó que se le había aparecido el arcángel San Miguel y le pidió levantar un templo en su honor. La isla perteneció primero a bretones y luego a los normandos, que marcaron el estilo arquitectónico de la isla. También la utilizaron defensivamente, como hicieron los franceses frente a los ingleses cuando la isla ya era suya. Los segundos la reclamaron en la Guerra de los Cien Años en los siglos XIV-XV. A su inexpugnabilidad se fue sumando la fe en torno a su monasterio, que empezó a recibir peregrinos. La Reforma dañó este peregrinaje: al llegar la Revolución Francesa apenas quedaban un grupo de monjes. El monasterio se convirtió en prisión durante unas décadas, antes de que intelectuales franceses reclamaran su protección. Para paliar el efecto de las mareas se ha aumentado el limo del río, lo que ha dañado el sistema natural. Ahora se ha construido una nueva calzada para que Saint Michel vuelva a ser una isla. Hay 61 edificios protegidos, lo que viene a ser todo el pueblo incluyendo sus murallas, muy marcadas por la renovación de Carlos VI en el siglo XV. La estructura más antigua que permanece es Nuestra Dama Bajo Tierra, una capilla del siglo X descubierta en unas renovaciones. Guillermo de Volpiano levantó sobre ella el templo románico del siglo XI. Colocó la cruz en el punto más alto, lo que obligó a compensar el peso construyendo distintas capillas y criptas sobre las que la iglesia se apoyó. Aún así, en el siglo XII hubo varios derrumbes y reconstrucciones. Peor aún fue el asedio e incendio provocado por los bretones en el siglo XIII. Este obligó a una reconstrucción ya en gótico. Se aprovechó para construir la Marvelle: los edificios monásticos alrededor de la iglesia que incluyen el claustro y el refectorio. Saint Michel es uno de los lugares más visitados de Francia con tres millones de turistas al año. Muchos llegan desde Rennes en coche, pero ahora hay que dejar el vehículo fuera de la isla. Desde el aparcamiento podemos caminar o tomar uno de los shuttle que hay. Hay que tener mucho cuidado con aventurarse fuera de la calzada, porque las mareas han sorprendido a más de uno. La especialidad de la zona es el cordero de marismas salinas, con un sabor muy particular. De vuelta a la costa podemos ir a Avranches, donde hay un fantástico museo con multitud de manuscritos de cuando Saint Michel era un centro de traducción. Si estamos en Reino Unido, concretamente en Cornualles, hay una réplica de Saint Michel. Cuando los normandos controlaban ambos lados del canal construyeron en un islote de allí el St Michael’s Mount. Es menos espectacular, pero destacable.

viernes, 1 de febrero de 2019

INSTITUCIONALIZANDO EL ROBO: Director del Museo Británico asegura que llevarse los mármoles del Partenón fue un “acto creativo”

No cabe duda que los mármoles de Elgin siguen causando revuelo internacional. Como sabéis, las piezas que formaban parte del Partenón de Atenas, llegaron a Gran Bretaña entre 1801 y 1805 robadas por Thomas Bruce, conde de Elgin y, desde 1939, se exponen en el Museo Británico de Londres. Grecia ha abanderado numerosas campañas para repatriar las piezas sustraídas, pero siempre han sido infructuosas. Ahora el director del Museo Británico, Hartwig Fischer, ha vuelto a reavivar la polémica. El periódico griego Ta Nea realizaba una entrevista al directivo en la que descartaba devolver las esculturas de 2.500 años de antigüedad. Pero Fischer fue más allá al afirmar que los mármoles de Elgin fueron retirados del país heleno en lo que podría denominarse un “acto creativo”. Frente al argumento esgrimido por el diario de que, en lugar de como un retorno, debería verse más como una reagrupación, el director del Británico contestaba que el Museo ofrecía otra perspectiva para actuar con las piezas: “plantea otras cuestiones porque los mármoles se encuentran en un nuevo contexto”. Y Fischer añadía: “Deberíamos considerarlo como una oportunidad. Se puede estar triste por el hecho de que el entorno original ha desaparecido. Cuando trasladas a un museo patrimonio cultural, lo llevas fuera. Sin embargo, este cambio también es un acto creativo”. Es más, de acuerdo con las palabras del director del Museo, de las que también se ha hecho eco The Guardian, lo mismo puede decirse del Museo de la Acrópolis creado en Atenas. “Nada de lo que puede admirarse en el Museo de la Acrópolis fue creado por el Museo de la Acrópolis. Se encuentran cerca del entorno original, pero en el fondo se han trasladado de allí y se han transformado a través de este acto” aseveró Fischer. Las reacciones no se hicieron esperar. George Vardas, secretario de la Asociación Internacional para la Reunificación de Esculturas del Partenón, tuiteó: “En serio, ¿qué tiene de creativo la destrucción de un templo y el saqueo de las claves de la historia antigua de una nación?” A lo largo de la entrevista, Fischer rechaza también la idea de que Grecia fuera la legítima propietaria de los mármoles: “Los objetos de la colección del Museo Británico son propiedad de los comisarios”. Y matiza que solo se plantearía un préstamo al país heleno en caso de que éste reconociera “la legítima propiedad” del Museo Británico. A través de un comunicado, el ministro de Cultura griego, Myrsini Zorba, también condeno las palabras de Fischer y le acuso de tener una estrecha y cínica mentalidad directiva. “Es lamentable escuchar esto del director del Museo Británico y conocido historiador de arte. Sus comentarios degradan el patrimonio cultural desde un valor universal inestimable a un mera intercambio comercial”. Aunque la ley británica impide que el Museo Británico devuelva las piezas robadas, el líder laborista Jeremy Corbyn, ha prometido que las repatriaría si fuera elegido. Un portavoz del Museo Británico ha afirmado a The Guardian: “Hartwig Fischer estaba expresando la posición que el Museo Británico ha defendido siempre. Creemos que hay un gran beneficio público al poder ver estos objetos maravillosos en el contexto de una colección mundial. El museo realiza muchos préstamos en todo el mundo y algunos de ellos son a largo plazo, pero no indefinidos”. Venga ya, a nadie sorprende esa declaración ¿Qué se podía esperar de esos piratas?
actualidad cultural
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