SONIDOS DEL MUNDO

viernes, 30 de diciembre de 2022

EL CONCIERTO DE AÑO NUEVO DE LA FILARMONICA DE VIENA: Música celestial

Como ya se ha hecho una sana costumbre, los ojos del mundo podrán apreciar este 1 de enero el tradicional concierto interpretado por la Orquesta Filarmónica de Viena toca para celebrar el nuevo año. En esta ocasión, será el director austriaco Franz Welser-Möst quien dirigirá la orquesta en la Sala Dorada del Musikverein, un evento que será transmitido por la cadena austriaca ORF en una coproducción con la Unión Europea de Radiodifusión (UER), que se retransmite a todo el mundo, con una audiencia de más de 55 millones de espectadores solo en Europa. Como sabéis, el Concierto de Año Nuevo de la Orquesta Filarmónica de Viena reúne a lo mejor de lo mejor: además de alegre y dinámico, es también adecuado para la reflexión porque cuenta con composiciones de la dinastía de Strauss y sus contemporáneos, y es capaz por sí mismo de imprimir un vigoroso empuje que nos adentre en este aún joven año. Por cierto, en esta ocasión cuando la orquesta y público del Musikverein se tomen un descanso en la mitad del concierto, los telespectadores podrán disfrutar de una película muy especial preparada por la ORF, dedicada al 150 aniversario de la Exposición Universal de Viena. Se trata de un viaje hacia el pasado donde la Orquesta Filarmónica te transporta hasta el año 1873, cuando se celebró la Exposición en Viena y la ciudad imperial pasó a ser una metrópolis abierta al mundo. La película empieza en el Musikverein, en pleno Concierto de Año Nuevo dirigido por Franz Welser-Möst, y proyecta emblemas legendarios de Viena, como la Rotunde del Prater, en forma de extraordinaria animación en 3D. Las proyecciones son el escenario en el que interpreta una Orquesta Filarmónica de Viena de carne y hueso. El entorno histórico del Prater cobra vida y los telespectadores recorren el antiguo recinto de la Exposición Universal. (Creación: Barbara Weissenbeck en colaboración con Nicholas Pöschl). Cabe precisar que la orquesta se pone a las órdenes de un director distinto cada año. Entre los directores invitados se encontraron Mariss Jansons (2016), Gustavo Dudamel (2017), Riccardo Muti (2018 y 2021), Christian Thielemann (2019), Andris Nelsons (2020) y Daniel Barenboim (2022). En 2023 esa persona será Franz Welser-Möst, uno de los directores más destacados de nuestra época, tanto en ópera como en música sinfónica. De otro lado, el año 2023 será el primero en que los Niños Cantores de Viena interpretarán con el acompañamiento de las Niñas Cantoras de Viena durante el Concierto de Año Nuevo. Este nuevo grupo infantil femenino fue formado en el 2004, mientras que el más antiguo, el masculino, cumple 525 años en el 2023. Niños y niñas cantarán codo con codo y junto a la Orquesta Filarmónica de Viena mientras interpreta la polka de Josef Strauss Heiterer Muth. Asimismo, uno de los momentos álgidos del Concierto de Año Nuevo será la excelente actuación de danza del Ballet Nacional de Viena. A diferencia de los habituales dos, en el 2023 serán tres los espectáculos de danza de la coreografía cargada de humor y elegancia de Ashley Page: serán los valses Perlen der Liebe («Perlas de amor»), de Josef Strauss, An der schönen blauen Donau («El bello Danubio azul»), de Johann Strauss, y la polka Auf und davon («Arriba y adelante»), de Eduard Strauss. El vestuario corre a cargo de Emma Ryott. Es bueno recordar por último, que el Concierto de Año Nuevo tiene lugar en el Musikverein, el centro del clasicismo vienés para los amantes de la música. La Gran Sala es también conocida como Sala Dorada. No se limita a ser una de las más hermosas, sino que es además conocida por ser una de las salas con mejor acústica del mundo. Para el Concierto de Año Nuevo, la sala, construida según el estilo historicista con la Antigüedad como modelo, es decorada con magníficos detalles florales. Pilares, cariátides y frontones en relieve dan fuerza a la idea de que este lugar es un templo construido para venerar la música.

viernes, 23 de diciembre de 2022

INTOLERANCIA EN GRADO EXTREMO: ¿Por qué en algunos países del mundo está prohibido celebrar la Navidad?

Quedan muy pocos días para la Navidad, pero no en todas las partes del planeta se comparte el espíritu navideño. Hay países que la prohíben. Se trata de Corea del Norte, Somalia, Brunéi, Tayikistán, Arabia Saudita y China. Allí, está prohibido celebrar las fiestas navideñas. El principal motivo de estos países para prohibir la Navidad suelen ser razones políticas o religiosas. celebrarla de manera pública, e incluso privada en algunos casos, puede llevar a quien lo haga a la cárcel, o peor aún, perder la vida. Corea del Norte: El país dirigido por la sangrienta dinastía comunista de los Kim es uno de los lugares del mundo más hostiles para el espíritu navideño, por lo que no es sorpresa que más de un medio estadounidense haya bautizado a Kim Jong Un, el actual dictador norcoreano, como “el Grinch que se robó la Navidad”. Convengamos que el obeso dictador norcoreano no es la persona más festiva y que en Corea del Norte la única devoción permitida es para el partido y sus principales líderes, la familia Kim. Es tal el aislamiento de esta parte del mundo que la gran mayoría de las personas no han escuchado siquiera de Jesús, mucho menos de la celebración de la Navidad. Lo que sí conocen es la celebración en honor al cumpleaños del genocida Kim Jong-Sung, el abuelo fallecido de Kim Jong Un, que coincide con las festividades navideñas del resto del mundo, el 25 de diciembre. Cabe precisar que la Navidad no se ha celebrado abiertamente en Corea del Norte desde que la dinastía Kim comenzó a tomar medidas enérgicas contra las libertades religiosas en 1948 y aunque la constitución norcoreana técnicamente permite la libertad de religión a todos sus ciudadanos, cualquier práctica religiosa o ceremonia festiva espiritual por parte de un individuo o grupo de personas corre el riesgo de encarcelamiento o de sanciones más drásticas. Según los analistas, las actividades religiosas autónomas son ahora “casi inexistentes” en Corea del Norte, y los grupos religiosos patrocinados por el régimen comunista existen sólo para “proporcionar la ilusión de libertad religiosa”. Pero aunque exista amenaza de prisión, tortura o desaparecimiento, algunas pequeñas comunidades cristianas que sobreviven en Corea del Norte, se rebelan y celebran sus fiestas de manera clandestina. De acuerdo con la ONG, Open Doors, “estos grupos se reúnen para celebrar la Navidad, pero solo en áreas remotas” Un portavoz de esta organización le dijo a The Daily Express que dichas celebraciones se llevan a cabo sólo si toda la familia se había vuelto al Cristianismo, una fe que mantienen oculta a sus vecinos por temor a represalias, donde todo el mundo se vigilan entre ellos. “A veces es posible celebrar una reunión en áreas remotas con un grupo de 10 a 20 personas. Muy ocasionalmente, es posible que los cristianos vayan discretamente a las montañas y celebren un ‘servicio’ en un lugar secreto. Entonces podría haber hasta 60 o 70 norcoreanos reunidos”, dijo el portavoz de Open Doors. “No puedes decir que eres cristiano. Si lo hace, lo enviarán a un campo de ‘reeducación’ donde son sometidos a brutales torturas”, contó un sobreviviente al régimen de los Kim a The Insider a unos años de escapar de Corea del Norte. “Escuché sobre una familia que creía en Dios y la policía secreta los atrapó. Ahora están todos muertos, incluso los niños, uno de diez y un niño de siete”, agregó. Tanta es la animadversión de Corea del Norte con las fiestas navideñas que calificó de “guerra psicológica” el árbol de Navidad que Corea del Sur construyo cerca de la frontera con su vecino hostil. La torre, que estaba a unas dos millas de la frontera y se solía iluminar para Navidad pero en el 2014 Corea del Norte amenazó con derribarlo ya que afirmaba que era visible por los norcoreanos que vivían en las aldeas cercanas, algo inadmisible para el régimen comunista; Somalia: Somalia es una nación ubicada en el extremo oriental de África cuya población es fundamentalmente musulmana. Por años sus conflictos internos la han hecho un país socialmente inestable, forzando a muchos de sus habitantes a escapar a otros lugares de África, Asía y Europa. Esto ha hecho que al país entren tradiciones occidentales, ya que cuando estas familias vuelven, traen consigo costumbres que aprendieron en los lugares donde estaban refugiados. Esta occidentalización es algo indeseable para las autoridades somalíes, quienes adoptaron la Sharia (ley musulmana) en el 2009 como religión del Estado y en 2015 determinaron que cualquier celebración o evento por fuera de esta estaba prohibido en el país. “Todos los eventos relacionados con las celebraciones de Navidad y Año Nuevo son contrarios a la cultura islámica, lo que podría dañar la fe de la comunidad musulmana”, dijo Mohamed Khayrow, jeque de Somalia, en el 2015. “Que los musulmanes celebren la Navidad en Somalia no es lo correcto, esas cosas son similares al abandono”, dijo entonces Mohamed Kheyrow, un alto funcionario del Ministerio de Justicia y Asuntos Religiosos de Somalia, según los medios locales. Desde entonces las agencias de seguridad del Estado tienen la orden de mantenerse alerta para detener cualquier reunión, en especial si en ella participan somalíes. A los extranjeros se les permite reunirse en sus propios hogares, pero no en los hoteles o sitios públicos, los cuales tienen prohibido marcar el día. Otra amenaza para los cristianos que celebran Navidad en Somalia es el grupo extremista Al-Shabab, el cual cada año lanza advertencias a la población de que un festejo del nacimiento del niño Jesús puede provocar ataques. De acuerdo con la cadena Al Jazeera esta persecución religiosa ha hecho que las comunidades cristianas que vivían en Somalia hayan emigrado del país, haciendo que la población cristiana actual sea muy pequeña; Brunéi: Esta pequeña nación ubicada en la Isla de Borneo, es famosa por sus playas, la diversidad de su bosque pluvial, la imponente mezquita de Jame’Asr Hassanil ubicada en su capital, con sus 29 cúpulas doradas y el enorme palacio Istana Nurul Iman, residencia del sultán. Pero también por ser un lugar hostil para los cristianos. Desde el 2014, las autoridades del Estado han impuesto una prohibición contra la Navidad que castiga hasta con cinco años de prisión a las personas que celebren la festividad cristiana en el territorio de Brunéi. “Usar símbolos religiosos como cruces, encender velas, poner árboles de Navidad, cantar pistas religiosas, enviar felicitaciones navideñas está en contra de la fe islámica”, precisaron los gobernantes, citados por la cadena Aljazeera. Según estas restricciones, si un musulmán se viste igual o similar a Santa Claus, está incurriendo en un delito que puede llevarlo a la cárcel. Pero la prohibición no solo es para los musulmanes, sino que aplica para todos los residentes en el país, incluyendo los extranjeros, que suelen viajar con sus familias fuera de Brunéi cuando se acerca esta época del año. Cualquier infracción puede resultar en penas de cárcel de hasta cinco años y multas de hasta 20.000 dólares estadounidenses, o ambas. También se puede imponer la pena de muerte por infracciones de la ley islámica; Tayikistán: Otro país musulmán que tiene estrictas normas sobre la Navidad es Tayikistán, ubicado en Asia central y limítrofe con Afganistán, Uzbekistán, Kirguistán y China. Tiene una población estimada de 8 millones de habitantes, la gran mayoría de ellos de credo musulmán. Pese a que su gobierno se define como “laico”, la verdad es que desde su separación de la Unión Soviética en 1991 el país ha estado dirigido por Emomali Rahmon, un autoritario líder musulmán que se ha reelegido en 1999, 2006, 2013 y la última en el 2020. Rahmon ha prohibido en el país todas las festividades que tengan que ver con Navidad, Año Nuevo, así como cumpleaños y bodas por fuera del islam. El endurecimiento de las legislaciones en contra de credos distintos se intensificó a partir de 2011, cuando un hombre vestido de Padre Frost, la versión rusa de Santa Claus, fue asesinado en la capital, Dushanbe. Según reportaron medios como The Guardian, la familia de la víctima afirmó que las autoridades policiales estaban detrás de su homicidio. Sin embargo, el caso fue atribuido oficialmente a una riña de borrachos. Para entonces la hostilidad contra cualquier representación de la Navidad por parte de la policía era usual en el país. Pero en el 2013, el gobierno subió la apuesta prohibiendo de pleno cualquier representación del Padre Frost que apareciera en las pantallas de televisión nacional. Para el 2015, el Ministerio de educación expidió un decreto para las fechas decembrinas de ese año que restringió completamente “el uso de fuegos artificiales, comidas festivas, obsequios, recaudación de dinero y la instalación de un árbol de Navidad o artificial” en escuelas y universidades. La medida se ha extendido más allá del ámbito educativo; Arabia Saudita: Uno de los países musulmanes más importantes de Asia Occidental tiene una particular historia con las festividades de Navidad, y en general con la cultura occidental. Por años, el país árabe ha permanecido ajeno a la influencia de occidente, rechazando gran parte de esta cultura y estableciendo prohibiciones para evitar que su población se “contagie” de ella. La Navidad fue una de esas prohibiciones. Para el 2015, por ejemplo, el jeque Mohammed Al-Oraifi ordenó a los musulmanes abstenerse de saludar a los cristianos en las vísperas del evento religioso. “Si celebra el nacimiento del hijo de Dios y lo saluda significa que respalda su fe”, afirmó en el diario local Arab News. Y respaldar su fe, una fe diferente al islam, es ir contra la sharia, algo gravemente castigable. De acuerdo con la prensa internacional, a causa de esta prohibición el Comité Saudí para la Promoción de la Virtud y de la Prevención del Vicio tenía órdenes de buscar y capturar a todo aquel que decore su hogar con símbolos navideños, llevando la prohibición al ámbito privado. Claramente, también estaba prohibida cualquier celebración pública. Incumplir la norma te podría llevar a la cárcel. Pero desde el 2016 el país ha entrado en transición. Liberalizando cada vez más las normas sociales y permitiendo a las familias cristianas que viven en el país celebrar sus fiestas en privado, e incluso comprar adornos navideños en las tiendas de Riad, la capital. Esta nueva “temporada de tolerancia religiosa”, como la calificó el medio Arab News, hizo que el año pasado fuera la celebración más tranquila para los cristianos en toda la historia de Arabia Saudita. Sin embargo, nadie sabe si ello continuara más adelante; China: Es uno de los países más grandes y superpoblados del mundo donde celebrar la Navidad tal cual la conocemos es una ofensa “a sus tradiciones ancestrales”, que puede ser castigada incluso con detenciones y multas. A partir del 2018, las autoridades chinas ordenaron que sus ciudadanos “deben promover la cultura y las tradiciones chinas”, no las celebraciones occidentales como la Navidad. En algunas ciudades, como Langfang, se vetan a los comercios que ofrecen artículos navideños y a las personas que saludan a los cristianos que festejan el nacimiento de Jesús. “Guiar y educar al círculo religioso (…) y a los seguidores con los valores fundamentales socialistas”, dijo Xi Jinping, presidente de la República Popular China, en declaraciones citadas por la cadena ‘NPR’. Según diversas organizaciones, la persecución del Partido Comunista, poder político absoluto de China, contra las comunidades e iglesias cristianas es algo de vieja data que se ha incrementado con los años, al punto que sus pastores sólo convocan reuniones pequeñas, muy privadas, y a veces clandestinas, para evitar sanciones o castigos más drásticos. Los estrictos controles del Partido Comunista sobre cualquier forma de práctica religiosa son promovidos por el actual primer ministro Xi Jinping, quien considera las religiones como “opio espiritual”. Sin embargo, China alberga a unos 68 millones de protestantes, de los cuales 23 millones adoran en iglesias afiliadas al Estado, y unos nueve millones de católicos, 5,7 millones de los cuales están en organizaciones patrocinadas por el Estado. La administración de Xi Jinping considera al cristianismo como una importación extranjera peligrosa, y los funcionarios advierten contra la “infiltración de fuerzas hostiles occidentales” en forma de religión. Solamente es posible celebrar la Navidad en Hong Kong y Macao, que son “territorios especiales” pero en el resto de su territorio continental es imposible; Como podéis notar, estos son solo algunos países donde se prohíbe celebrarlo, pero a pesar de las persecuciones, siempre habrá quienes lo desafiaran.

viernes, 16 de diciembre de 2022

SAINT PETERSBURG CODEX: Escrudiñando las Sagradas Escrituras

El Códice de San Petersburgo catalogado como "Firkovich B 19”, es uno de los manuscritos más antiguos del texto masorético de la Biblia hebraica y la copia completa más antigua disponible. Fue escrito en pergamino y está fechado en el año 1008, de acuerdo con el colofón. Este manuscrito ha servido como texto básico para las traducciones modernas de la Biblia y se encuentra en la biblioteca pública de San Petersburgo, en Rusia. Actualmente, el Códice de San Petersburgo se encuentra reproducido textualmente en la Biblia Hebraica de Rudolf Kittel (1937) y en la Biblia Hebraica Stuttgartensia (BHS), (1977). Sirve también como una fuente para que los eruditos trabajen en la recuperación de detalles de las partes faltantes del Códex Aleppo. El texto bíblico encontrado en el códice, contiene en letra hebraica, junto con las marcas vocálicas Niqud y los signos de entonación para el canto propios del hebreo tiberiano. Además posee notas masoréticas en sus márgenes. Tiene también varios suplementos técnicos que tratan de los detalles textuales y lingüísticos, muchos de los cuales están pintados en formularios geométricos. El códice fue escrito sobre pergamino. El orden de los libros en el Códice de San Petersburgo sigue la tradición textual Tiberiana (sefardita), que combina la tradición más antigua de manuscritos bíblicos. Este ordenamiento para los libros difiere del de la mayoría de Biblias hebraicas impresas para los libros del Ketuvim judaico. En el Códice de San Petersburgo el Ketuvim está ordenado de la siguiente forma: I Crónicas, Salmos, Job, Proverbios, Rut, Cantar de los Cantares, Eclesiastés, Lamentaciones, Esther, Daniel y Esdras-Nehemías. El Códice de San Petersburgo, ha sido conservado correctamente y está en excelentes condiciones, aún luego de un milenio de copiado. Provee además motivos de base para el arte judaico medieval. Dieciséis de sus páginas contienen diseños geométricos decorativos que iluminan los pasajes del texto. La página de firmas muestra una estrella con los nombres de los copistas en los bordes. El manuscrito más antiguo que se conoce está fechado en 916, contiene los profetas posteriores en hebreo y está escrito en vitela en Rusia. De acuerdo con el colofón, el códice fue copiado en El Cairo, siendo uno de los manuscritos copiados en 1008 - "de los libros corregidos, preparados y anotados por Aarón-Ben-Asser, el instructor”. Un solo copista, Samuel ben Jacob Jam'a, escribió tanto las consonantes, las vocales, como también las notas masoréticas. Se le atribuye ser un manuscrito aún más fiel que el tradicional Códex Aleppo. Su propietario anterior, el líder karaíta y coleccionista Abraham Firkovich, no dejó ningún indicio sobre cómo adquirió el códice en 1838. Pasado algún tiempo, en 1863, fue transferido a la Biblioteca Nacional da Rusia en San Petersburgo, donde en 1924 se le denominó Codex Leningradensis por el nombre que entonces tenía la ciudad donde se encuentra, pero tras el derrocamiento de la dictadura comunista en 1991, la antigua capital de los zares recobro su nombre original y por consiguiente, el códice también lo hizo, aunque hay algunos que de una forma errónea continúan utilizando el anterior. En 1935 el Códice de San Petersburgo fue prestado al Seminario del Antiguo Testamento de la Universidad de Leipzig por dos años y entonces Paul E. Kahle usó su texto como base para la transcripción del texto hebraico de la tercera edición de la Biblia Hebraica de Rudolf Kittel (BHK), publicada en Stuttgart en 1937. El Códice fue usado también para la traducción de la Biblia Hebraica Stuttgartensia en 1977 y será usado para la Biblia Hebraica Quinta (BHQ). Como un trabajo original hecho por los masoretas tiberianos, el Códice de San Petersburgo está por diversos siglos, bien al frente de otros manuscritos hebraicos, que habían sido usados por todas las ediciones hebraicas hasta la Biblia de Kittel. Al respecto, The Westminster San Petersburg Codex es una versión digital, del Códice de San Petersburgo mantenida por el Centro J. Alan para investigaciones bíblicas avanzadas en el Seminario Teológico de Westminster. Esta versión electrónica ha sido verificada e incluye varias correcciones; actualmente incluye notas y herramientas de transcripción y para analizar la sintaxis.Es indudable la impotancia que tiene esta preciada joya bibliográfica para el estudio de la Biblia.

viernes, 9 de diciembre de 2022

DEL PAGANISMO AL CRISTIANISMO: Curiosidades históricas del árbol de Navidad

Tradicionalmente, el 8 de diciembre - Día de la Inmaculada Concepción de María- es el día que armamos en nuestras casas el árbol de Navidad. Pero, ¿cuál es el verdadero significado de las tradiciones que rodean esta fecha? En la antigüedad, los germanos estaban convencidos de que tanto la Tierra como los astros pendían de un árbol gigantesco, el Divino Idrasil o Árbol del Universo, cuyas raíces estaban en el infierno y su copa, en el cielo. Para celebrar el solsticio de invierno, que se da en esta época en el Hemisferio Norte, decoraban un roble con antorchas y bailaban a su alrededor. Los escandinavos - aún en la Edad Media - seguían practicando el culto de tradición pagana a los árboles, muy especialmente al roble. Una vez al año, durante el solsticio de invierno, se reunían a su alrededor, pidiendo protección para ellos, sus familias, ganados y cosechas. En las culturas nórdicas, el árbol era considerado un simbolismo del universo: en la parte de arriba estaban el Valhalla, que era el palacio de Odín - dios de la mitología nórdica - y Asgard, un refugio de los dioses. Por último, en las raíces, se encontraba Helheim, el reino de los muertos. Cuenta la tradición que alrededor del año 740, con la llegada del cristianismo a esas tierras, San Bonifacio - el evangelizador de Alemania e Inglaterra - derribó ese roble que representaba a Odín y lo reemplazó por un abeto, símbolo del amor eterno de Dios, por sus hojas siempre verdes. Este árbol fue adornado con manzanas (que para los cristianos representan las tentaciones) y velas (que simbolizaban la luz del mundo y la gracia divina). Al ser una especie perenne, el pino es el símbolo de la vida eterna. Además, su forma de triángulo representa a la Santísima Trinidad. Los pueblos evangelizados tomaron la idea del árbol para celebrar el nacimiento de Cristo: se adornaban con velas que representaban la luz de Jesucristo como luz del mundo y con manzanas, que simbolizaban el pecado original y las tentaciones. Con el paso del tiempo, las velas se cambiaron por luces y las manzanas por esferas u otros adornos. Las esferas simbolizan los dones de Dios a los hombres y las luces significan la luz de Cristom en tanto que la Estrella de Belén, que habría guiado a los Reyes Magos, simboliza la fe que debe guiar a los cristianos. En la Edad Media, esta costumbre se expandió en todo el viejo mundo y, luego de su descubrimiento en el siglo XVI, llegó a América. El primer árbol de Navidad - decorado tal como lo conocemos en la actualidad, según se afirma por Martin Lutero - se vio en Alemania en 1605 y se utilizó para ambientar la festividad en una época de extremo frío. A partir de ese momento, comenzó su difusión en el continente, llegando a Inglaterra por primera vez en 1841, de la mano del Príncipe Alberto, el esposo de la Reina Victoria. Luego se agregó la tradición de colocar regalos para los niños bajo el árbol, enviados por San Nicolás o Santa Claus. Por cierro, dos ciudades bálticas se disputan el mérito de haber erigido el primer árbol en una plaza pública: Tallin (Estonia) en 1441 y Riga (Letonia) en 1510. Unos comerciantes locales instalaron un abeto en la plaza del mercado de Riga, lo decoraron con rosas artificiales, bailaron a su alrededor y finalmente le prendieron fuego. Hoy se iluminan en la plaza de la Ciudad Vieja, donde la ceremonia de encendido atrae cada año a miles de personas. Hoy en día, el árbol de Navidad se ha transformado en una costumbre en la gran mayoría de países del mundo, pese a que la población no sea cristiana o católica, como es el caso de países como China o Japón, convertido un sñimbolo universal de la tradición y la unión familiar .

viernes, 2 de diciembre de 2022

LOUIS XV. PASSIONS D´ UN ROI: (Re)descubriendo la complejidad de su vida en el Palacio de Versalles

Con motivo del 300 aniversario de la coronación del rey Luis XV - que de ‘bienamado’ de los franceses pasó a convertirse en objeto de furibundas críticas por sus derroches y amantes - el Palacio de Versalles le rinde homenaje con una excepcional exposición titulada Louis XV. Passions d'un roi (Luis XV, Pasiones de un rey). Son más de 400 obras de todo el mundo, algunas de las cuales se presentan por primera vez en Francia, que invitan al visitante a (re)descubrir al monarca más allá de su papel de rey, descifrando su enigmática personalidad y cuyo libertinaje preparo el camino a la Revolución. Como sabéis, cuando en 1715 se eclipsó el Rey Sol, dejaba como sucesores a su biznieto de cinco años, que heredó la corona, y un sobrino con fama de disoluto, Felipe de Orleans, al que el rey encargó en su testamento la regencia. A los siete años, en 1722, el regente falleció y se proclamó la mayoría de edad de Luis XV. Fue entonces cuando los cortesanos empezaron a descubrir que tras los rasgos de arcángel y la belleza encantadora del niño rey se escondía una personalidad tortuosa e indolente que sería protagonista de uno de los reinados más controvertidos de la historia de Francia. Luis tuvo de niño una salud enfermiza, por lo que la etiqueta le envolvió de precauciones y le evitó el mínimo esfuerzo. Rodeado de hipócritas aduladores que competían por su favor, el joven creció como un hedonista al que todo estorbaba y aburría. A los dos años ya había perdido a su abuelo, a sus padres y a su hermano mayor; y al morir el Rey Sol se quedó solo, bajo la autoridad de su anciano preceptor, el cardenal de Fleury, en medio de una corte de luto que hervía de ambiciones. Privado de padres, de cariño y de confidentes, arrastró toda su vida un sentimiento de desamparo del que no se pudo librar jamás. Apenas tenía 13 años cuando el equipo de gobierno que sustituyó a la Regencia, dirigido por el duque de Borbón, precipitó su matrimonio. Se temía que la fragilidad de la Corona despertara las ambiciones de las grandes familias aristocráticas, así que, anulando su compromiso con una infanta española de apenas ocho años, se aceleró el matrimonio del joven rey con la hija del rey polaco Estanislao, María Leszczynska, en 1725. Durante los primeros meses de matrimonio, el rey fue un marido atento y galante, fascinado por aquella joven siete años mayor que él que le facilitó una vacuna a la angustia que atormentaba su carácter. Tanto se encaprichó con la reina que, temiendo perder su influencia, el cardenal de Fleury arrancó del joven rey el compromiso de abstenerse del uso matrimonial durante cierto tiempo, al mismo tiempo que le buscaba una favorita manejable y ajena a la política. En una ocasión, el duque de Borbón rogó a la soberana que le organizara un encuentro privado con el monarca: cuando Luis, invitado por su esposa a sus apartamentos en lo que esperaba fuera un encuentro galante, se encontró allí con el primer ministro que criticaba al cardenal, se quedó mudo y permaneció impasible. Entonces, cuando el duque inquirió si había tenido la desgracia de disgustarle, pronunció un seco “sí” y se marchó sin despedirse. El duque cayó en desgracia y Fleury asumió la dirección de los asuntos públicos. El indolente monarca, por su parte, se zambulló por entero en las diversiones de la corte. Aunque siguió tratando con consideración a la reina, la madre de sus siete hijos, no tuvo empacho en exhibirse en Versalles junto a la amante de turno. Entre éstas destacaron las cuatro hermanas Nesle (había una quinta, la única que se le resistió), a las que el rey cortejó a veces al mismo tiempo. Aun así, cabe destacar que la relación con la segundogénita de las hermanas, Madame de Vintimille, fue profunda y que su muerte prematura, tras dar a luz a un hijo suyo, lo hundió en una depresión. A veces voluptuoso y devorado por el deseo, otras taciturno y angustiado por el pecado, por una cosa u otra Luis XV desatendía las obligaciones de la majestad. Sin embargo, cuando el cardenal de Fleury falleció en 1743, a los 90 años, tras ejercer como primer ministro desde 1726, el apático rey afirmó que presidiría él mismo el Consejo; tenía 33 años y por primera vez se sentía libre. Al año siguiente, los desastres militares durante la guerra por la sucesión al trono de Austria reclamaron la presencia del rey en Flandes. Cediendo a la petición de sus consejeros, abandonó disgustado Versalles, pero lo hizo acompañado por dos de las hermanas Nesle, la duquesa de Châteauroux y Madame de Lauraguais. En Metz las alojó en edificios contiguos al suyo, apenas separados por una galería construida para facilitar su reunión con ellas. Sin embargo, como si se tratara de un castigo divino, el rey enfermó tan peligrosamente que los médicos de Metz declararon que no podían responder por su vida. Como condición para administrarle los últimos sacramentos, el obispo de Soissons le exigió castidad y una retractación pública ante la corte. Atemorizado por la muerte, Luis XV accedió. Así que, cuando se recuperó milagrosamente, el “partido devoto” había triunfado en la corte y las amantes habían sido alejadas, aunque no por mucho tiempo. Los ruegos del pueblo por la recuperación de su rey le valieron una notable popularidad, de modo que durante un tiempo se convirtió en el “bienamado” (le Bienaimé) de los franceses. El valor personal que demostró al año siguiente en la batalla de Fontenoy, gran victoria francesa frente a una coalición anglo-alemana, redobló su prestigio. Por entonces el rey conoció a la que sería posteriormente la marquesa de Pompadour: Jeanne-Antoinette Poisson. Gracias no sólo a su atractivo, sino también a su cultura y su don de gentes la joven se mantuvo como amante oficial del rey durante 24 años, aunque al final su papel fue más bien el de una consejera. Su ascendiente sobre Luis XV le procuró un gran poder: expulsaba ministros, nombraba embajadores y distribuía cargos. El fin de la guerra de Sucesión austríaca marcó la inflexión definitiva en la imagen del monarca. Con la Hacienda arruinada, en 1749 el ministro Machault propuso un nuevo impuesto del cinco por ciento que gravaría por igual a toda la población, incluidos los privilegiados que estaban exentos del pago. Estos sectores, encabezados por los jueces de los Parlamentos (tribunales supremos), lanzaron una violenta campaña hasta lograr la caída del ministro, con el resultado de que en la guerra de los siete años (1756-1763) la monarquía francesa se quedó sin recursos para proteger las colonias en América y la India, territorios que perdió a manos de los ingleses en 1763. Su errática política fiscal y las humillantes derrotas militares, sazonadas con los escándalos de su vida privada, convirtieron a Luis XV en blanco directo del descontento popular. Muestra de ello fue el atentado que sufrió en 1757 por parte de uno de sus sirvientes, que lo apuñaló con un pequeño cuchillo de ocho centímetros. El rey perdió abundante sangre y, sintiéndose morir, pidió perdón a su mujer y confesó sus pecados, pero al tratarse de una herida superficial, sobrevivió. El regicida, Damiens, fue descuartizado y quemado, un ejemplo de rigor que horrorizó a la opinión ilustrada del país. El duque de Choiseul, al frente del nuevo equipo de gobierno, tuvo éxitos como la anexión de Lorena y la compra de Córcega, pero el monarca, considerándolo demasiado próximo a los Parlamentos, lo destituyó en 1770. Por entonces el monarca había caído en brazos de su última amante, la infame condesa Du Barry, cuya ostentosa presencia en Versalles escandalizó a todo el reino. Por eso el Jueves Santo de 1774 el abad Jean-Baptiste de Beauvais pronunció un polémico sermón de cuaresma ante el rey: “Majestad, mi deber como ministro de un dios de la verdad me manda deciros que vuestro pueblo es desdichado y Vos sois la causa”. Por si fuera poco, atacó las costumbres de la nueva camarilla política citando a Salomón, “aquel rey, harto de voluptuosidades, hastiado de haber agotado, para despertar sus sentidos marchitos, todos los placeres”, y cerró su discurso con una profecía apocalíptica tomada de Jonás: “40 días más y Nínive será destruida”. En efecto, el 10 de mayo de 1774, el rey falleció. Luis XV había dicho que tras él llegaría el diluvio. La Revolución que arrasaría con Francia de una forma sangrienta - comenxando con su familia - se cernía ya sobre el horizonte. En cuanto a la muestra en sí, se encuentra organizada en tres secciones temáticas, ofreciendo una mejor comprensión del mundo de Luis XV, centrándose en su personalidad y vida personal, sus gustos en las artes y las ciencias, así como su influencia en las artes de su tiempo, en particular la aparición del estilo Rocaille. Una exposición que estará abierta hasta el 19 de febrero del 2023.

viernes, 25 de noviembre de 2022

LA CORONA DE SAN ESTEBAN: Símbolo milenario de la nacionalidad húngara

El 30 de noviembre de 1916, Hungría presenció la coronación del último de sus reyes. Aquel día, la santa corona de oro de San Esteban - en húngaro, ‘Magyar Szent Korona’-, la preciada reliquia nacional húngara, se posó por última vez en su historia sobre la cabeza de un hombre ungido, Carlos I de Habsburgo, último rey húngaro, quien a su vez era emperador austriaco. Ello debido a que ambos países conformaron el Imperio Austro-húngaro, que desapareció en 1918 tras la I Guerra Mundial. Cabe precisar que la coronación del primer rey de la Hungría medieval, San Esteban (Itsvan) ocurrió en una fecha inolvidable, en el año 1000, cuando millones de personas temían el fin del mundo. La corona recibió su nombre de parte del Papa Silvestre II, quien la obsequió a Esteban buscando que éste convirtiera a su reino pagano al catolicismo. Con la gran particularidad de tener torcida la cruz que le sirve de cimera, es una obra de rara perfección, de oro fino y con una multitud de perlas y de piedras, además de esmaltes, representando a la Virgen, a Jesucristo y a los Apóstoles. En 1072, el emperador de Oriente, Miguel VII Doukas, regaló al rey de Hungría una corona abierta, también muy rica, de estilo bizantino, y luego de veinte años, las dos diademas fueron soldadas de modo que formaron una sola corona. A los ojos de los húngaros, la santa corona no es como un emblema de la realeza, sino la realeza misma. Por cierto, los reyes húngaros no eran verdaderos soberanos ni sus actos se consideraban legales y definitivos, sino luego de haber sido coronados. Si un rey moría entre su elección y su coronación, aunque cuando fuese combatiendo por Hungría, se anulaban sus actos y se borraba su nombre de la lista de reyes. En el acto de la coronación, se ponía la corona sobre el hombro derecho a la esposa del rey y sobre la frente a las reinas reinantes, las cuales no tomaban el título de reina, sino de rey. El archiduque Otto, hijo del emperador Carlos, se refirió a la ‘mística’ de la corona: “Hungría es un país muy especial desde este punto de vista, porque es el único, que yo conozca, donde el verdadero jefe de Estado es una reliquia histórica, la Corona de San Esteban, que no puede cambiar su punto de vista. El rey, en Hungría, es servidor de la Corona. Si jura lealtad, a la corona, debe asumir las consecuencias que se derivan de ese juramento inalterable”. Para los húngaros la corona ha sido el símbolo milenario de su soberanía e independencia, del que era indispensable estar en posesión para reinar. En toda la historia solo hubo un rey que no se hizo coronar, por considerar la ceremonia poco seria para un monarca que comulgaba con la doctrina del absolutismo ilustrado, con cierto matiz de enciclopedista. Se trataba de José II, hijo de la Emperatriz María Teresa y hermano de la desdichada María Antonieta. En la historia húngara figura como “el rey con sombrero”, o sea no coronado, y, como tal, no tuvo nunca la misma consideración, iguales derechos ni idéntico prestigio que sus antecesores o sucesores. Encerrada en una triple arca de hierro, detrás de murallas y rejas, bajo la guardia de una milicia numerosa y bien armada, dos prefectos eran responsables de cuidarla día y noche delante de la puerta del santuario del Castillo de Budapest. Tales precauciones no fueron, sin embargo, lo suficientes para impedir ciertas aventuras que sufrió la santa corona durante las innumerables revueltas políticas de los siglos últimos siglos. Los aspirantes al trono se disputaban sangrientamente la posesión de este preciado talismán, cuyo contacto dejaba sobre la frente el signo indeleble de la realeza. Fue robada multitud de veces de su santuario, entregada por traición, sacada fuera del reino de Hungría, vendida y vuelta a comprar, perdida y vuelta a encontrar, y el relato de sus aventuras llenaría un libro completo. Una vez la perdió en el camino un candidato nómada que se la había llevado oculta en un barril. Otra vez, en 1440, la emperatriz Isabel, madre de Ladislao el Póstumo, la robó para empeñarla en manos del Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Federico III, el cual dio a cambio un papel como los que se expiden en las casa de empeño de la actualidad. Cuando en 1849 la Revolución Húngara fue vencida, Lajos Kossuth y los otros jefes de la insurrección (que pretendían independizar a su país del dominio austriaco) antes de expatriarse, enterraron piadosamente la corona al pie de un árbol, en un paraje solitario, para evitar que Austria la tomara. Pero un traidor la entregó por dinero, y el gobierno austríaco devolvió la corona solemnemente al Castillo de Budapest. La joya, reverenciada por los húngaros como símbolo de su nacionalidad y tradición cristiana, fue sacada de Hungría durante la Segunda Guerra Mundial y entregada al ejército norteamericano para ser salvaguardada de los invasores soviéticos que habían tomado Budapest. Permaneció oculta en las cámaras acorazadas de Fort Knox hasta su devolución a Hungría en 1987. Desde el año 2000, la Santa Corona ha estado en exhibición en el salón abovedado central del edificio del parlamento húngaro.

viernes, 18 de noviembre de 2022

KHARA-KHOTO: La Ciudad Negra de Mongolia

En el extremo más occidental de Mongolia Interior, en pleno desierto de Gobi hubo una vez un próspero reino. Era un centro de aprendizaje religioso, de arte y de comercio. Pero todo lo que queda ahora son las derruidas murallas que una vez protegieron su capital, unos pocos edificios de barro en ruinas, rodeados de huesos dispersos y blanqueados por el sol, lo que origino que muchos lugareños se negasen a acercarse a ella, por miedo a sus antiguos fantasmas. Esto contribuyó a que pasase al olvido y recién fuera redescubierta a principios del siglo XX. Desde entonces, las excavaciones en Khara Khoto han descubierto miles de manuscritos en el idioma Tangut, posiblemente uno de los hallazgos más impresionantes del sitio, que fueron preservados por el clima seco de la zona y se salvaron además de los saqueadores debido a lo remoto del lugar. El nombre 'Khara Khoto' significa literalmente 'Ciudad Negra' en el idioma mongol. Esto también se ve en el nombre que los chinos le dieron a la ciudad, es decir, Heicheng. En cuanto a los Tanguts, que fundaron la ciudad, la conocían como Yijinai. Curiosamente, se cree que Khara Khoto fue mencionada por el famoso viajero veneciano Marco Polo . Ha sido identificado como Etzina (también escrito como Ezina) en Los viajes de Marco Polo . La descripción de la ciudad por Marco Polo es la siguiente: “Cuando dejas la ciudad de Campichu cabalgas durante doce días, y luego llegas a una ciudad llamada Etzina, que está hacia el norte, al borde del desierto de arena; pertenece a la provincia de Tangut. El pueblo es idólatra y posee abundantes camellos y ganado, y el país produce un buen número de halcones. Los habitantes viven de sus cultivos y de su ganado, pues no tienen comercio. En esta ciudad deberás aprovisionarte de víveres durante cuarenta días, porque cuando abandonas Etzina, entras en un desierto que se extiende cuarenta días de viaje hacia el norte, y en el que no encuentras ninguna morada ni lugar de avituallamiento”. Como mencionó Marco Polo, Khara Khoto está situada al borde del 'desierto de arena', es decir, el desierto de Gobi. Aunque la ciudad se encuentra en la Ruta de la Seda , sus habitantes no estaban involucrados en el comercio y el comercio. En cambio, se ganaban la vida suministrando provisiones a quienes hacían el viaje al desierto. Cuando Marco Polo escribió su obra sobre sus viajes a Asia durante el siglo XIII, Khara Khoto ya existía desde hacía varios siglos. A menudo se afirma que la ciudad fue fundada en 1032 por los tangut. Estos, también conocidos como Xia, eran un grupo étnico importante en el noroeste de China. Fueron mencionados en fuentes chinas ya en los siglos VI y VII d.C. Durante ese tiempo, los tangut fueron invitados por los chinos a establecerse en lo que hoy son las provincias de Sichuan, Qinghai y Gansu. Los chinos esperaban que los Tangut actuaran como una zona de amortiguamiento entre ellos y los tibetanos. Aunque los Tangut ocasionalmente se unieron a los tibetanos para atacar a los chinos, en general cumplieron bien su propósito. Esto se ve, por ejemplo, cuando el emperador Taizong, el segundo gobernante de la dinastía Tang, otorgó el apellido de su familia, Li, a la familia del jefe Tangut durante la década de 630 d.C. Sin embargo, en el siglo XI, los chinos, que ahora estaban bajo la dinastía Song, se vieron obligados a dirigir su atención hacia el este. Esto se debió al hecho de que estaban en conflicto con los khitanos, que habían fundado la dinastía Liao luego del colapso de la dinastía Tang a principios del siglo X. Como consecuencia, los chinos tuvieron poco tiempo para concentrarse en las fronteras occidentales de su imperio, y los tangut aprovecharon esta oportunidad para establecer su propio estado, Xi Xia, o Xia Occidental, en 1038. Este estado floreció durante unos dos siglos, hasta que fue conquistada por los mongoles en 1227. Los tangut tenían el control de un estado tan poderoso que los mongoles tardaron unos 20 años en someterlos. Khara Khoto solo fue capturado en 1226, un año antes de que los Tanguts se rindieran a los mongoles. Según un concepto erróneo e interesado, afirma que la ciudad entró en decadencia una vez que se convirtió en parte del Imperio Mongol. En realidad, Khara Khoto siguió prosperando. De hecho, uno de los efectos positivos de las conquistas mongolas fue el restablecimiento de la Ruta de la Seda, lo que habría dado como resultado que más comerciantes - al igual que Marco Polo - pasaran por Khara Khoto. Sin embargo, la prosperidad de la ciudad llegó a su fin poco luego de la caída de la dinastía mongola Yuan. En 1368, esta dinastía fue derrocada por los Ming y los mongoles fueron expulsados de China. Se dice que muchos de los supervivientes huyeron a Khara Khoto. Sus habitantes les permitieron establecerse allí. Como la preocupación inmediata de la dinastía Ming en ese momento era imponer la ley y el orden en sus territorios recién ganados, en realidad no les preocupaba perseguir a los mongoles que huían. Sin embargo, en 1372 había tantos soldados en Khara Khoto que los mongoles pudieron considerar la idea de lanzar una invasión a China para recuperarla de la dinastía Ming. Cuando la noticia de los planes de los mongoles llegó a oídos de los chinos, se alarmaron. En ese momento, la dinastía Ming había consolidado su dominio sobre China, lo que significaba que podían abordar dicha amenaza con más fuerza. Por lo tanto, en 1372, los chinos enviaron un ejército para atacar a los mongoles en Khara Khoto. Esta expedición militar se menciona brevemente en los registros históricos de la dinastía Ming. Según estos registros, los mongoles de Khara Khoto, liderados por Buyan Temur, se rindieron a Feng Sheng, un general chino, cuando llegó a la ciudad. El ejército de Feng Sheng era, de hecho, parte de una expedición mucho más grande de la dinastía Ming para destruir la dinastía Yuan del Norte, que establecieron los mongoles supervivientes. La expedición militar china era una fuerza de 150.000 hombres y se dividió en tres divisiones, cada una de las cuales avanzaba hacia el norte del desierto de Gobi por una ruta diferente. La división occidental estuvo dirigida por Feng Sheng, mientras que las divisiones oriental y central fueron dirigidas por Li Wenzhong y Xu Da respectivamente. A pesar de la fuerza de su ejército, los chinos fueron derrotados por los mongoles. En los siglos que siguieron, los mongoles continuaron amenazando a la dinastía Ming, hasta que fueron conquistados por la dinastía Jin posterior (precursora de la dinastía Qing) en 1635. Si bien la caída de Khara Khoto es un pequeño episodio de la expedición militar de 1372, se pueden encontrar más detalles sobre el evento en la leyenda local. Según esta leyenda, se dice que el líder de los mongoles en Khara Khoto fue un general llamado Khara Bator (que significa 'Héroe Negro'). La leyenda también dice que las fortificaciones de la ciudad eran tan fuertes que los chinos no pudieron tomarla por la fuerza. Por lo tanto, sitiaron la ciudad. Para aumentar la presión sobre los defensores, los chinos desviaron el río Ejin, que fluía fuera de la ciudad y era su única/principal fuente de agua. Como consecuencia, los pozos de Khara Khoto pronto se secaron y los defensores se vieron obligados a elegir entre morir de sed o morir en la batalla contra los sitiadores. En una versión de la leyenda, Khara Bator perdió la cabeza debido a este dilema y asesinó a su familia antes de suicidarse. Otra versión cuenta que el general mongol escapó de la ciudad a través de una brecha que abrió en la esquina noroeste de las murallas de la ciudad. Aparentemente, todavía se puede ver un agujero en las paredes lo suficientemente grande como para que pase un jinete en Khara Khoto. Los soldados mongoles restantes esperaron en la ciudad hasta que los chinos finalmente lanzaron su asalto final sobre Khara Khoto. Los defensores fueron masacrados sin piedad, lo que generó rumores en la actualidad de que las ruinas de la ciudad todavía están obsesionadas por los fantasmas de los soldados mongoles caídos. Hasta hace poco, muchos lugareños se negaban a acercarse a las ruinas de Khara Khoto, por miedo a estos antiguos fantasmas. Pero a diferencia de los mongoles, que preservaron Khara Khoto cuando la capturaron de los Tanguts, los chinos no se molestaron en mantener esta ciudad al borde del desierto de Gobi . Como resultado, fue abandonado. Se ha especulado que una de las razones del abandono de Khara Khoto fue la escasez de agua. En los siglos que siguieron, Khara Khoto cayó en ruinas. Pero no quedó en el olvido por completo, ya que seguían circulando rumores sobre su existencia. De hecho, fue a principios del siglo XX cuando estos llevaron al redescubrimiento de las ruinas de la ciudad. Hacia fines del siglo XIX, los rusos realizaban expediciones científicas en el norte de China y Mongolia. Dos de los exploradores, Grigory Potanin y Vladimir Obruchev, escucharon historias sobre una antigua ciudad perdida en algún lugar río abajo a lo largo del río Ejin. De vuelta en Rusia, estos rumores atrajeron la atención del Museo Asiático de San Petersburgo (hoy parte del Instituto de Manuscritos Orientales de la Academia Rusa de Ciencias). Ello motivo que en 1907 se lanzase una expedición mongol-sichuan dirigida por Pyotr Kuzmich Kozlov. En un año, Kozlov había descubierto la ubicación de Khara Khoto. En mayo de 1908, Kozlov obtuvo permiso para excavar el sitio de Dashi Beile, un jefe local de Torghut. A cambio de su permiso para excavar el sitio, Kozlov le dio a Dashi Beile una cena gratis y un gramófono. El descubrimiento más notable de la expedición en las ruinas fue una gran cantidad de textos, incluidos manuscritos, libros y pergaminos. Estos fueron escritos en el idioma Tangut y se conservaron gracias a las condiciones secas del desierto circundante. Cuando terminó la primera expedición, Kozlov había enviado 10 cofres de artefactos a San Petersburgo. Además de más de 2000 textos Tangut, los cofres también contenían objetos budistas . En 1909, Kozlov regresó a Khara Khoto y se desenterraron más manuscritos. Los artefactos permanecen en San Petersburgo hasta el día de hoy, y han sido publicados como The Tangut Collection of the Institute of Oriental Manuscripts (La Colección Rusa de Manuscritos Khara-Khoto) . En las décadas siguientes, varios exploradores emprendieron otras expediciones a Khara Khoto. En 1917, por ejemplo, Aurel Stein visitó Khara Khoto en su tercera expedición a Asia Central y examinó el sitio durante ocho días. Otros arqueólogos, como el estadounidense Langdon Warner y el sueco Folke Bergman, también visitaron la antigua ciudad, el primero en 1925 y el segundo en 1927 y 1929. En su segunda visita, Bergman se quedó en Khara Khoto durante un año y medio. Obviamente, los chinos también se interesaron por el sitio. Entre 1927 y 1931, por ejemplo, una expedición chino-sueca, dirigida por Sven Hedin y Xu Bingchang, llevó a cabo excavaciones en el sitio. Además, entre 1983 y 1934, Li Yiyou, del Instituto de Arqueología de Mongolia Interior, llevó a cabo excavaciones en Khara Khoro, desenterrando otros 3000 manuscritos. Los restos de los edificios de Khara Khoto han recibido mucha menos atención que los manuscritos. Estas estructuras incluyen las murallas de la ciudad, que tienen 9 metros (29,5 pies) de altura, paredes exteriores de 4 metros (13,1 pies) de espesor, una pagoda de 12 metros (39 pies) de altura y casas de barro en ruinas. Además, hay un edificio que puede ser una mezquita fuera de las murallas de la ciudad. Se ha especulado que este edificio habría sido utilizado por comerciantes musulmanes que se detenían en la ciudad. Teniendo en cuenta el hecho de que Khara Khoto no es de fácil acceso, debido al desierto circundante, las ruinas no se han convertido en una atracción turística. Si bien esto significa que el sitio no obtiene los beneficios que genera el turismo, tampoco sufre los daños causados por recibir numerosos turistas. Esto puede ayudar a preservar las ruinas para el futuro.

viernes, 11 de noviembre de 2022

SPLENDEURS DES OASIS D’OUZBÉKISTAN: Viaje a un mundo desconocido en el Louvre

A partir del próximo 23 de noviembre, el Museo De Louvre nos presenta una interesante muestra titulada Splendeurs des Oasis D’Ouzbékistan (Esplendores de los Oasis de Uzbekistán). Esta exposición organizada en colaboración con la Fundación para el Desarrollo del Arte y de la Cultura bajo la tutela del Gabinete de Ministros de la República de Uzbekistán, nos hará viajar al corazón de Asia Central, y más concretamente a Uzbekistán, una verdadera encrucijada de civilizaciones. Aquí resaltan obviamente lugares fascinantes como Samarcanda o Bujará, pero hay muchos otros lugares remotos y poco visitados - cual oasis en el desierto - que también poseen obras hoy consideradas como parte del Patrimonio Mundial de la Humanidad. Calificada con toda razón como un oasis artístico, Uzbekistán posee tesoros inigualables y que han podido conservarse merced a su relativo aislamiento. En el siglo XIV Tamerlán convirtió Samarcanda en la capital de un imperio que se extendía de la India a Turquía y llevó a ella a los mejores artesanos de las tierras que había conquistado. Esa confluencia de artistas permitió que la arquitectura islámica alcanzase cotas de perfección nunca vistas, aflorando con todo su esplendor allá por el siglo XIV y Samarcanda es un ejemplo de ello. En el arte musulmán el edificio no parece sostener cargas y la forma no revela la función. A base de enfatizar la inmaterialidad de muros, pilares y cúpulas, o de repetir de forma infinita las unidades individuales (columnas, puertas, arcos, patios, pasillos...), se crea una ilusión de espacio interior sin límites, acorde con la mentalidad de un pueblo en esencia nómada. En Samarcanda se desarrolló la producción de cerámica vitrificada que revestía de azul celeste los edificios de ladrillo cocido. Cabe destacar que la madrasa como institución independiente de la mezquita fue otra innovación a tomar en cuenta. Al combinar el pishtaq (portada elevada) y los iwans (pabellones cerrados por tres lados) el edificio parece abrirse al espacio circundante, lo que influiría en el Taj Mahal, en la India. Samarcanda (a 270 kilómetros de Bujara) fue una vez el centro del mundo, capital del imperio de Tamerlán y eje de la Ruta de la Seda. No creo que haya ningún otro lugar que tenga tanto poder de evocación cuando se escucha. Como diría la viajera Annemarie Schwarzenbach, tiene "la magia de los nombres". Y su plaza de Registán es una de las más hermosas del mundo, a pesar de la explanada descomunal que abrieron los soviéticos en torno a las tres madrasas. Las mandó construir en el siglo XV Ulug Beg, nieto de Tamerlán, sabio y amante de las ciencias. Sus dobles minaretes parecen competir por alcanzar el cielo e invitan a imaginar la plaza repleta de bulliciosos bazares con mercancías llegadas del Mediterráneo y del mar de la China. Asimismo, podemos encontrar la mezquita de Bibi Khanum, la esposa favorita de Tamerlán, ver el mercado cubierto situado enfrente y llegar a la necrópolis de Sha-i-Zinda, que es el monumento más interesante de Samarcanda. En la primera mitad del siglo XI sus colinas alojaron lujosas mansiones y luego se sucedieron los enterramientos, cada vez más ricos en ornamentación. Nichos en los que destaca el azul de las baldosas de mayólica, los mosaicos de azulejos con láminas de oro, la terracota labrada y esmaltada, las maderas talladas, los cristales de color y los estucos. Desde los pisos superiores se contempla el panorama de la ciudad, destacándose las formas redondas y amables de sus edificios. Las cúpulas flotan desafiantes, pero no por su altura sino por su color, que ilumina el emplazamiento de Samarcanda. En referencia a la exposición - que tiene como curadores de la exposición a Yannick Lintz y Rocco Rante del Museo del Louvre - nos presenta una amplia selección de estas obras maestras desconocidas en Occidente, las cuales, además de haber sido especialmente restauradas para la ocasión, salieron de su país por primera vez. Entre ellas, cabe citar los murales monumentales del salón de los Embajadores de Samarcanda y de su región; páginas de uno de los coranes monumentales más antiguos que se conservan, datado de principios del Islam y procedente de Katta Langar (Sogdiana); así como otras obras realizadas en oro procedentes de Bactria (Dalverzin Tepe), en plata, seda o cerámica. Los visitantes también podrán admirar algunas obras maestras de la famosa pintura en miniatura de la escuela de Bujará del siglo XVI. En total, y gracias también a préstamos excepcionales de importantes museos europeos, la exposición suma cerca de 130 obras que invitan a viajar en el espacio y en el tiempo. Este relato de diecisiete siglos de fabulosa historia nos permite comprender cómo esta región que linda con China y la India logró fascinar a Alejandro Magno, así como a los califas de Bagdad, más allá del mundo persa, hacia el este. “Este espacio de intercambio y de esplendor cultural ha permitido a las civilizaciones occidentales y orientales dialogar y mezclarse en armonía” aseveran los curadores de la muestra, que por cierto, estará abierta hasta el 6 de marzo del 2023.

viernes, 4 de noviembre de 2022

BASILICA DE SAN MARCOS: La catedral bizantina de Venecia

Si estás planeando un viaje a Venecia, el lugar que seguro anotarás primero en el itinerario será la Basílica de San Marcos, la exquisita catedral bizantina de múltiples cúpulas que se encuentra en la Piazza San Marco. Los mosaicos bizantinos dorados que iluminan la catedral le han valido el título de "Iglesia de Oro" o como la llaman los locales, Chiesa d'Oro. Estos mosaicos decoran no sólo la entrada principal de la iglesia, sino también el interior de las cinco cúpulas de la basílica. Esta colosal estructura fue construida en el siglo IX para albergar los restos de su homónimo, el patrón de Venecia, San Marcos. Antes de convertirse oficialmente en catedral en 1807, sirvió como capilla del Palacio Ducal. Gracias a la importancia histórica y brillantez arquitectónica, la Basílica de San Marcos es una de las muestras más icónicas de Italia y una de las mejores atracciones turísticas. La historia de esta basílica, como la mayoría de eventos históricos relacionados con ella, comenzó también con un robo. Tal es la historia detrás de la construcción de la Basílica de San Marcos. Las reliquias de San Marcos, que ahora están protegidas dentro de la basílica, fueron sacadas de ‘contrabando’ de Alejandría (Egipto) por comerciantes venecianos en 828. Como el caballo de Troya fue usado como subterfugio por los griegos para entrar en dicha ciudad, quienes lo hurtaron escondieron los restos en un barril de grasa de cerdo. Este ‘secuestro’ se hizo efectivo cuando el gobernador turco de Alejandría amenazó con destruir el santuario de San Marcos para usar sus mármoles en una mezquita. Como era de esperar, idearon una estrategia para sacar las reliquias. Sus planes tuvieron éxito debido a que los funcionarios de aduanas ni siquiera inspeccionaron el barril ya que la carne de cerdo es detestada por los musulmanes al considerarla ‘impura’. La basílica original, que se construyó dentro del complejo del Palacio Ducal, se quemó en 928 durante una revuelta contra el dux Pietro Candiano IV. La estructura actual fue consagrada en 1071. Si bien la magnífica obra de los arquitectos bizantinos e italianos es evidente en la catedral, su grandeza se acentúa por los famosos cuatro caballos de bronce y la Virgen Nicopea traídos a Venecia desde Constantinopla tras el saqueo de la capital bizantina durante la Cuarta Cruzada, en 1204. El modelo arquitectónico de la basílica tiene profundas raíces en el contexto cultural de Constantinopla, tomando como ejemplo la Iglesia de los Doce Apóstoles, construida en la época de Justiniano y destruida por los turcos en 1462. Durante los largos siglos que separan desde su construcción de nuestros días, la Basílica de San Marcos fue embelleciéndose cada vez más. Tanto que su interior parece estar bañada de oro, esto dicho literalmente. Su exterior es igualmente imponente, con hasta 5 cúpulas que le dan una sensación única de enormidad. A la vez manteniendo un equilibrio estético impresionante. Por si esto fuera poco, custodiando las enormes cúpulas, podemos apreciar en la fachada grandes arcos. Éstos están decorados con mosaicos en los que de nuevo resalta el característico dorado de la basílica. En la altura superior, coronando la gran vidriera central, el arco más grande de todos finaliza en forma de pico y, dentro, como el rey dorado de la fachada, está el león alado símbolo de Venecia. Acompañando al león veneciano, una decoración azul y dorada cubre el pico del arco. Un poco más alto, el único por encima del león, está el apóstol San Marcos representado en una estatua que lidera la fachada. Con el león, Venecia y San Marcos juntos representan el poder de la ciudad. Cerrando esta altura y la parte más central de la fachada, otro elemento destacadísimo decora la Basílica de San Marcos. Frente a la gran vidriera, en la parte superior tenemos al león veneciano y a San Marcos y, abajo, asomándose a la plaza está la famosa cuadriga. Un conjunto escultórico de cuatro caballos que son uno de los más grandes tesoros de Venecia. Hay que resaltar que las cuatro estatuas son réplicas y que las originales se encuentran en el interior de la basílica desde 1977 por motivos de conservación. Cuando los venecianos, partícipes en la 4ª cruzada, saquearon Constantinopla, se llevaron a Venecia algunos de sus tesoros. La cuadriga de bronce fue uno de sus mayores botines. Automáticamente la utilizaron para embellecer la Basílica de San Marcos. Debido a este expolio, hoy podemos admirar en Venecia una de las obras de arte bizantino mejor conservadas y un resquicio de la grandeza del Imperio Romano de Oriente. Una obra de más de 1500 años. Como ladrón que roba a ladrón, durante la invasión de Italia, Napoleón se los llevo a Paris, colocándolos en lo alto del Arco del Carrousel, pero tras su caída, fueron devueltos a Venecia. De otro lado, el interior de la Basílica de San Marcos nos dejará, como su exterior, igualmente boquiabiertos. Su belleza es diferente, grandiosa pero de un modo distinto. En su exterior, su brillante blanco, dorado y los colores de sus mosaicos dan un brillo incalculable a tan noble construcción. Sin embargo, al entrar en ella te envuelve una sensación de bella oscuridad. Con un toque lúgubre, sin ser triste, uno tiene la impresión de tener un nudo en la garganta ante una sensación de respeto y sobrecogedor encantamiento. Dentro de esa luminosidad tan suave, el dorado de su decoración y sobre todo de sus mosaicos le da una imagen espectacular. De imponente belleza. Los mosaicos son los protagonistas del interior de la basílica. Para llegar a tener todos los que hoy tenemos la suerte de observar se invirtieron… ¡8 siglos! En la basílica tenemos dorado por todas partes con mosaicos en las bóvedas, columnas, altares… En ellos se representan escenas religiosas del Antiguo Testamento, de la vida de San Marcos, de la Virgen María y Jesús y del Nuevo Testamento. Pero también hay mosaicos que representan y celebran la creación de la propia basílica. Incluso mostrando el traslado de los restos de San Marcos desde Alejandría a Venecia. Asimismo, sobre el altar mayor de la basílica tenemos uno de los mayores atractivos de su interior. La llamada Pala de Oro. Ésta consiste en una enorme plancha de oro con piedras preciosas creada especialmente para la decoración de la basílica. Por último, el conocido como Tesoro de San Marcos es una colección de joyas, oro y piedras preciosas. Las reliquias que la poderosa República de Venecia fue coleccionando y guardando en su preciosa basílica para enriquecerla todavía más. De este impresionante tesoro, con el que cualquiera quedaba y queda impresionado, la Basílica de San Marcos se ganó - como anotamos al comienzo - el título de Chiesa d'Oro. Y, sabiendo la cantidad de oro y mosaicos dorados que hay en su interior, nos basta para imaginar lo increíble que debe de ser este tesoro. Una verdadera muestra de poder de la antigua República de Venecia.

viernes, 28 de octubre de 2022

SAMHAIN: Una festividad ancestral de oscuros orígenes

El Samhain (pronunciado "SOW-in" o "SAH-win"), era un festival celebrado por los antiguos celtas entre el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno. Comenzaba al anochecer alrededor del 31 de octubre y probablemente duraba tres días. El Samhain marcó la transición entre las mitades más luminosas y las más oscuras del año y se celebró en todas las comunidades antiguas célticas de Europa, incluidas Irlanda, Gales y Escocia. Considerado por los antiguos celtas como un tiempo liminal en el que se levanta el velo entre los reinos humano y espiritual, muchos consideran que el Samhain es el precursor de las celebraciones contemporáneas de Halloween. Samhain es también la palabra irlandesa moderna para el mes de noviembre. En Irlanda, la colina Ward en el condado de Meath fue el sitio sagrado del festival del fuego de Samhain y, en los últimos años, la gente se ha reunido allí en Halloween para participar en un resurgimiento del Samhain moderno. Cabe precisar que los antiguos celtas dividían el año en dos mitades, la mitad más luminosa y la mitad más oscura, y realizaban cuatro celebraciones para marcar el cambio de estaciones: Imbolc - celebrado entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera; Beltane - celebrado entre el equinoccio de primavera y el solsticio de verano; Lughnasadh - celebrado entre el solsticio de verano y el equinoccio de otoño; Samhain - celebrado entre el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno. De estos cuatro tiempos sagrados, el Samhain era quizás el más significativo, ya que se cree que representaba el año nuevo celta. Para los antiguos celtas, el tiempo comenzaba en la oscuridad, y cada día de 24 horas comenzaba al anochecer. Marcando el comienzo de la mitad más oscura del año, el Samhain representaba el final de un año y el comienzo del siguiente. Con sus orígenes en el calendario pastoral, las celebraciones del Samhain probablemente fueron anteriores a la llegada de los celtas a Irlanda hace unos 2.500 años. Era el momento de hacer los preparativos para el invierno; se recogían las cosechas y los animales de los campos para sacrificarlos o alojarlos durante el invierno y utilizarlos para la cría. Se celebraban festines abundantes tanto en comida como en alcohol para celebrar la cosecha. El Samhain también era un momento sagrado para reunirse y poner en marcha asuntos importantes, como la toma de posesión de nuevos reyes. Se saldaban las deudas y se llevaban a cabo juicios por los delitos más atroces y se hacía justicia en consecuencia. El historiador irlandés del siglo XVII EC, Geoffrey Keating, escribió en su obra principal, The History of Ireland, que todos los fuegos debían extinguirse al comienzo del festival de Samhain. Los druidas, antiguos sacerdotes celtas, encendían una nueva hoguera, en la que se arrojaban los huesos de los sacrificios de animales (este "fuego de huesos" nos da la palabra moderna inglesa "bonfire", que significa hoguera). De este fuego, las personas encendían sus antorchas y llevaban las llamas a casa para volver a encender el fuego sus propios hogares. Quizás con razón, mucho misterio envuelve al festival del Samhain desde nuestro punto de vista moderno. No podemos saber con certeza lo que sucedía exactamente, pero los historiadores creen que las festividades incluían sacrificios de animales, bailes y el uso de disfraces hechos con pieles de animales y posiblemente también con sus cabezas. El Samhain era considerado un momento auspicioso para que los druidas practicaran la adivinación, ya que la conexión con el mundo espiritual era más fuerte de lo habitual. El levantamiento del velo entre el otro mundo y el mundo físico significaba que el Samhain también se consideraba una época peligrosa para los antiguos celtas. El otro mundo celta se describe a menudo como un lugar que existe en conjunto con el mundo humano en lugar de estar completamente separado de él. Durante el Samhain, estos reinos convergían y el paso entre ellos era más fácil. Los espíritus, tanto amables como malévolos, podían actuar de manera más poderosa en el mundo humano. El concepto de liminalidad, o "del intermedio", era un componente integral de la antigua espiritualidad celta, y muchos eventos importantes de la mitología celta tuvieron lugar en espacios liminales, como la orilla de la costa, o en momentos liminales, como el anochecer o el amanecer. El Samhain no marcaba simplemente el cambio del verano al invierno, sino que representaba un período de transición entre las dos estaciones. Por lo tanto, el Samhain no tenía tiempo, no pertenecía ni al verano ni al invierno. El reino humano ya no estaba sujeto a las reglas del mundo físico, y quizás por esta razón, también se creía que el Samhain era una época de paz. Estando el reino espiritual tan cerca, este no era el momento para peleas humanas triviales. Quizás, como era de esperar, muchos eventos sobrenaturales importantes descritos en la mitología celta ocurren durante la época del Samhain. La segunda batalla de Moytura (Cath Maige Tuired), momento crucial en la mitología irlandesa y uno de los textos medievales más importantes que quedan sobre el tema, se libró entre los seres espirituales conocidos como Túatha Dé Danann y el Fomoire, se dice que tuvo lugar durante el Samhain. También es durante este tiempo que los aos sí (pronunciado "IS CHI"), seres mágicos (a veces descritos como hadas, a veces como Túatha Dé Danann yendo bajo tierra y, a veces, como los habitantes pre celtas de Irlanda) que eran conocidos por pasar libremente de sus moradas en el otro mundo al reino humano. Los aos sí, o "gente de las colinas huecas", vivían en los montes de sídh (pronunciado "CHI"), antiguos montículos funerarios que se cree que son portales al otro mundo. Una vez al año, en el Samhain, estos portales se abrían al mundo humano, y uno podía observar los fuegos encendidos dentro y a la gente de sídh yendo y viniendo. Tal es el caso de la historia del forajido Fionn mac Cumhaill, una figura legendaria y popular en la Irlanda medieval. Cuando Fionn estudiaba poesía con Cethern, hijo de Fintan, se dio cuenta de que una vez al año en Samhain, Cethern viajaba a un montículo en particular de sídh en donde vivía el hada Éle. Se rumoreaba que ella era la más bella de todas las hadas en la isla de Irlanda y que tampoco estaba impresionada por su plétora de pretendientes, muchos hombres perdían la vida en cada Samhain en sus tontos intentos de cortejarla. Fionn estaba perturbado por estas muertes, en el siguiente Samhain se escondió en el valle cerca del montículo del sídh de Éle y esperó. En la oscuridad, pudo ver los montículos de sídh brillando con la luz del fuego que emanaba de sus puertas. De acuerdo a la leyenda, Fionn fue capaz de vengar la muerte de sus amigos y de ganarse el respeto de las hadas en esta fatídica noche. En el Samhain, los seres humanos podían viajar al mundo de la gente sídh, pero los seres sídh también podían caminar en el mundo físico. Se dice que Aillen, un guerrero sídh destruyó Tara, centro espiritual de Irlanda y sede de los reyes supremos, todos y cada uno de los Samhain durante nueve años. Aunque es asesinado nada menos que por Fionn mac Cumhaill, quien lo atravesó con una lanza encantada momentos antes de que este pudiera escapar a través del montículo de sídh para regresar a la seguridad del otro mundo. Otra leyenda habla de una joven llamada Caer Ibormeith, cuyo padre era uno de los Túatha Dé Danann. Cada Samhain, Caer se transformaba en un cisne. Su pretendiente, Oenghus mac Oc, deseaba ganarse su afecto, pero sabía que solo podía hacerlo durante el Samhain, por lo que esperó aquella época del año en la que se pueden romper las reglas del mundo físico y fue capaz de volverse él mismo un cisne. Aunque la evidencia escrita de gran parte de la mitología irlandesa se remonta a la época medieval, y habiendo sido registrada por monjes cristianos que posiblemente alteraron sus significados, se cree que muchas de estas leyendas tienen sus raíces en la espiritualidad irlandesa pre celta. En Irlanda, los antiguos celtas celebraban el festival del fuego de Samhain en la colina de Ward, también conocida como Tlachtga, llamada así por una poderosa druidesa que murió allí luego de dar a luz a trillizos. Ubicada en el valle de Boyne en el condado de Meath, Irlanda, la colina Ward está aproximadamente a doce millas de la colina de Tara. Sin embargo, ha recibido comparativamente menos atención que sus vecinos más famosos, como Newgrange. Algunos estudios arqueológicos del sitio se llevaron a cabo hace casi un siglo en la década de 1930 EC, pero no se volvió a visitar hasta el 2014 EC cuando comenzaron las excavaciones dirigidas por el Dr. Stephen Davis del University College Dublin. El equipo descubrió que la colina Ward probablemente se construyó en tres fases separadas, la más antigua data del final de la edad del bronce alrededor del 1200 AEC y la más reciente data del período medieval temprano, alrededor del 400 EC. Los arqueólogos encontraron evidencia de quemas a gran escala en el sitio, así como fragmentos de huesos de animales quemados. Algunos de los sitios vecinos de la colina Ward son mucho más antiguos y ofrecen pistas sobre las prácticas paganas en Irlanda que son anteriores a la llegada de los celtas hace unos 2.500 años. Newgrange y el montículo de los rehenes, por ejemplo, datan aproximadamente de 5.000 años atrás. Así como el pasadizo de Newgrange está alineado con el amanecer del solsticio de invierno, cuando su cámara interior y su pasadizo están iluminados; el montículo de los rehenes está alineado con el amanecer del Samhain, lo que sugiere que esta época del año en particular ha jugado un papel importante en la antigua espiritualidad irlandesa durante al menos 5.000 años. Cuando el cristianismo llegó a Irlanda en el siglo V, a la Iglesia católica le resultó más fácil convertir a los celtas incorporando ciertas celebraciones paganas en el calendario católico. Intentando incluir al Samhain bajo una festividad cristiana de contexto similar, el Día de Todos los Santos fue creado e inicialmente asignado al 13 de mayo. Probablemente en parte debido a la reticencia celta a abandonar el Samhain, el Día de Todos los Santos finalmente se trasladó al 1 de noviembre. Así el 2 de noviembre se convirtió en el Día de los Fieles Difuntos, que algunos ven como un intento de absorber los elementos del Samhain que el Día de Todos los Santos no pudo capturar. El Día de Todos los Santos se convirtió en una festividad católica extendida en el siglo XIV, y para el siglo XV, comenzamos a ver escritos que describen celebraciones que se parecen más al Halloween que celebramos hoy. Durante el siglo XIX, la hambruna provocó el traslado de muchos irlandeses a los EE.UU., que trajeron consigo creencias y tradiciones asociadas al Halloween moderno, como el tallado de linternas de calabaza (aunque, históricamente, los irlandeses habrían utilizado nabos, no calabazas). No importa cuán diferente pueda parecer el actual Halloween del festival pagano del fuego de Samhain, el sentimiento de transformación y el deseo de invocar lo sobrenatural a través de disfraces o de otras maneras parece regresar cada año con la luz menguante y el enfriamiento del aire. Estos sentimientos trascienden el tiempo, conectando las celebraciones modernas con el Samhain, aquel tiempo liminal de transformación que era sagrado para los paganos del mundo celta hace miles de años, y quizás también para los de un mundo aún más antiguo.

viernes, 21 de octubre de 2022

PUYI: La fascinante historia del último emperador de China

Fuera como fuera, su historia iba a ser extraordinaria, ya que estaba destinado a ser el gobernante absoluto de casi un cuarto de la población del mundo. Pero terminó siendo única porque, a diferencia de sus antepasados, inició con el siglo XX y sufrió las consecuencias. Aisin-Gioro Puyi nació en febrero de 1906 en Pekín cuando su tío Guangxu era el emperador de China. Este, sin embargo, llevaba ya 8 años bajo el arresto domiciliario en el que lo había puesto su tía, la malvada emperatriz viuda Cixi, la misma que lo había escogido para ocupar el trono del Dragón y se había mantenido como regente bajo el título de "Santa madre, emperatriz viuda". Ella misma ordenó el 13 de noviembre de 1908 que trajeran a la Ciudad Prohibida, la residencia oficial de los emperadores y su corte, así como centro ceremonial y político del gobierno chino, al sucesor de Guangxu, quien estaba agonizando. El elegido era Puyi y, a pesar de su corta edad, nunca olvidó su encuentro con Cixi, cuyo "rostro demacrado y aterrador" vio a través de una cortina gris y rodeado de extraños. "Se dice que estallé en fuertes aullidos al verlo y comencé a temblar incontrolablemente. Cixi le dijo a alguien que me diera algunos dulces, pero los tiré al piso y grité '¡Quiero a mi niñera, quiero a mi niñera!', para su gran disgusto", recordaría años mas tarde. El 14 de noviembre murió Guangxu y al día siguiente, Cixi. El 2 de diciembre, a dos meses de cumplir 3 años, a Puyi lo empezaron a llamar "Su majestad el emperador", "El señor de los diez mil años", "El hijo del cielo" tras la "Gran ceremonia de entronización". "Una ceremonia que yo arruiné con mis llantos", escribiría más adelante en su autobiografía. Se había convertido en el duodécimo emperador de la dinastía Qing y el más joven en la larga historia imperial china. Puyi era descendiente de los manchúes que vencieron a los Ming y fundaron la dinastía Qing en 1644, bajo la cual China duplicó su tamaño para incluir Xinjiang (Uiguristán) en el lejano oeste, así como Mongolia y el Tíbet, creando la forma esencial de China en la actualidad. Si bien la nueva dinastía toleraba una diversidad de pueblos y religiones, y emprendió grandes empresas culturales, nunca dejaron de ser vistos como extranjeros por sus súbditos. Para el siglo XVIII, China era posiblemente la mayor economía del mundo, con la rica cultura que acompaña a la prosperidad. Sus emperadores vivían en el corazón de su opulenta capital, Pekín, rodeados de guardias imperiales y familias nobles manchúes. Pero en el siglo XIX la dinastía Qing empezó a debilitarse, al no poder defender a China de la agresión militar de las fuerzas británicas estadounidenses, francesas, rusas, alemanas y japonesas, que pretendían dividirse el decadente imperio. En 1850, un converso cristiano chino, Hong Xiuquan, se proclamó líder de una nueva dinastía, el Reino Celestial de Taiping, y con sus seguidores marchó contra los Qing, obteniendo un gran apoyo a medida que avanzaba. La guerra civil que siguió duró 14 años; alrededor de 20 millones de personas perdieron la vida en un conflicto que finalmente involucró a soldados europeos y chinos. La rebelión de Taiping fue uno de los eventos más importantes de la China en el siglo XIX, y dejó su huella así como la dejó el "Levantamiento de los bóxers", también conocido como el "Levantamiento Yihétuán", una rebelión de aldeanos de las provincias del norte que estaban desesperados y hambrientos y culpaban a los extranjeros por su difícil situación, así que se propusieron purgar a China de comerciantes y misioneros foráneos. Afirmaban que sus puños eran más fuertes que el fuego e invencibles a las balas, iniciando su movimiento en 1898 y para el verano de 1900 tenían bajo un fuerte asedio a Pekín, pero todo terminó brutalmente en septiembre de 1901. Fue en este contexto en la que, nominalmente, empezó a regir el pequeño Puyi, con el título de Emperador Xuantong y su padre, el príncipe Chun, y su tía, la emperatriz viuda Longyu (esposa de Guangxu), como sus representantes. En otros tiempos, la debilidad de la dinastía Qing habría dado lugar al surgimiento de otra, pero el siglo XX trajo consigo otras opciones. Mientras Puyi era instruido para su rol y jugaba rodeado de privilegios que incluían el extremo de ser dueño de otras personas, como los eunucos que lo atendían y tenían que obedecer todos y cada uno de sus caprichos, se fue fraguando una revolución contra el poder de su dinastía, que muchos chinos consideraban había perdido el Mandato del Cielo. En 1911 estalló la Revolución de Xinhai o Revolución de Hsinhai y el 12 de febrero de 1912, la Emperatriz Viuda Longyu selló el "Edicto imperial de la abdicación del emperador". "La Emperatriz Viuda estaba sentada en un kang (plataforma) en una habitación lateral del palacio de la Naturaleza de la Mente, secándose los ojos con un pañuelo mientras un anciano (el primer ministro Yuan Shikai) se arrodillaba ante ella sobre un cojín rojo, con lágrimas rodando por su rostro."Yo estaba sentado a la derecha de la viuda y me preguntaba por qué lloraban ambos adultos", recordó Puyi en sus memorias. Lloraban debido a que estaban poniendo fin formalmente a su gobierno y a 267 años de poder de la dinastía Qing. Pero él, a sus 6 años, era ajeno a esas realidades. Y lo siguió siendo, ya que con el establecimiento de la República de China todos habían entrado en territorio desconocido: tras terminar con un sistema imperial de 2.000 años de antigüedad, nadie sabía muy bien qué hacer con la casa imperial depuesta. ¿Debían mandarlos a Manchuria o dejarlos en Pekín? Decidieron tratarlo como a los reyes extranjeros, permitiéndole vivir en la Ciudad Prohibida, disfrutando del lujo en su palacio y jardines imperiales. Es por eso que, para Puyi, poco cambió: ni siquiera le informaron que ya no era emperador hasta pasado un tiempo y siguió disfrutando de privilegios hoy difíciles de imaginar. "…en la época en el que China era llamada república y la humanidad había avanzado al siglo XX, yo seguía viviendo como un emperador, respirando el polvo del siglo XIX", escribió. Y de hecho fue reinstituido brevemente como emperador en 1917, cuando el general promonárquico Zhang Xun dio un golpe de Estado y asumió el cargo de "regente del Imperio". Pero el asunto duró apenas dos semanas y Puyi y su corte no fueron responsabilizados por lo ocurrido. En ese extraño entorno fue creciendo, aislado del mundo exterior, separado de su familia, sin más referente que su niñera Wang. Pero siguió siendo tratado como una divinidad, a quien nadie podía contrariar incluso cuando se comportaba, según él mismo contaría luego, de una manera nefasta. "Azotar a los eunucos era parte de mi rutina diaria. Mi crueldad y amor por ejercer el poder ya estaban demasiado firmes para que la persuasión tuviera algún efecto". En 1919, sin embargo, Reginald Johnston, un académico británico que entró al servicio de la corte Qing para ser tutor de Puyi, les lo describió así a las autoridades británicas: "Un chico muy 'humano', con vivacidad, inteligencia y un entusiasta sentido del humor. Más aún, tiene excelentes modales y está totalmente libre de arrogancia […]". "Aunque el emperador no parece haber sido malcriado aún, por las tonterías y futilidades que lo rodean me temo que no hay esperanza de que resulte ileso de los peligros morales en los próximos años de su vida (años muy críticos necesariamente para un muchacho en su temprana adolescencia)", escribió. "A menos de que pueda ser alejado de la influencia de las hordas de eunucos y otros funcionarios inútiles que actualmente son casi sus únicos acompañantes". Así, Puyi fue convirtiéndose en un adolescente cuyos actos de rebeldía consistían en desafíos como dar paseos fuera de la Ciudad Prohibida, usar anteojos y cortarse su tradicional trenza manchú. Sin embargo, seguía obligado a obedecer tradiciones como las "grandes nupciales" del emperador. "Yo me casé con un total de cuatro esposas o, usando los términos empleados entonces, con una emperatriz, una consorte secundaria y dos consortes menores. Pero, de hecho, no eran esposas verdaderas y sólo estaban ahí de adorno", escribió. Allá afuera, el país seguía buscando respuestas al trastorno del fin de milenios de sistema imperial. En 1924 llegó al poder el señor de la guerra Feng Yuxiang y expulsó a Puyi y su séquito de la Ciudad Prohibida. A los 19 años se refugió en los brazos de los japoneses, quienes, cuando tomaron el control de Manchuria en 1931, lo proclamaron Emperador de Manchukuo, un estado títere creado a partir de las tres provincias históricas de Manchuria (noreste de China). En ese momento, la propaganda japonesa describía el nacimiento de Manchukuo como un triunfo panasiático, con la unión de las "cinco razas" de japoneses, chinos, coreanos, manchúes y mongoles. Esto, según ellos, marcaba nada menos que el nacimiento de una nueva civilización y un punto de inflexión en la historia mundial, como explica Edward Behr, en su libro The Last Emperor (El último emperador, 1987). Así como el estado, Puyi también era una marioneta, ya que Manchukuo estaba controlado rígidamente por Tokio, que lo utilizaban como base para la expansión en Asia. Su vida entonces, se tornó en una pesadilla. Obsesionado por el hecho de que la gran mayoría de sus súbditos lo detestaban, porque Manchukuo era "uno de los países más brutalmente gobernados del mundo", según Behr, vivía como un virtual prisionero en su palacio, sin mucho más que hacer que firmar decretos aprobados por los japoneses. Su tendencia a la crueldad se exacerbó y atormentó a sus sirvientes, no sólo con los consabidos azotes sino reduciendo sus raciones de comida. Además, se volvió budista, místico y vegetariano. Durante la Segunda Guerra Mundial se mantuvo firme con sus amos. Como él mismo admitió, emitió tantas declaraciones projaponesas que ningún aliado lo aceptaría si escapaba de Manchukuo. Y eso fue lo que se vio obligado a hacer el 11 de agosto de 1945 cuando, entendiendo al fin que Japón no estaba ganando la guerra, como había creído por tanto tiempo, abordó un tren con su corte y sus tesoros Qing. El 16 de agosto abdicó como emperador de Manchukuo y declaró una vez más en su último decreto que este era parte de China, tras haber escuchado el día anterior al Emperador Showa (Hirohito) anunciando la rendición de Japón. Cuando intentaba llegar en avión a Japón, fue apresado por el Ejército Rojo. Los soviéticos, que inicialmente ni lo reconocieron, se lo llevaron a la ciudad siberiana de Chita. Allí lo mantuvieron cautivo pero cómodo y con más privilegios que los otros prisioneros, algo que le agradecía a Joseph Stalin. No obstante, como ellos, recibió educación sobre el comunismo. Entre tanto, China seguía hambrienta de ideas y podría haber ido en muchas direcciones diferentes. Luego de décadas de caudillos, la invasión japonesa y la Guerra Civil, el Partido Comunista con su entonces estrecha afiliación con la Unión Soviética de Stalin, se impuso. Fue en la plaza de de Tiananmén o plaza de la Puerta de la Paz Celestial, cuyo nombre viene del de la puerta sur de la Ciudad Prohibida, la morada de los emperadores -, aquella de donde surgían las procesiones imperiales cuando el emperador dejaba su trono para realizar sus rituales para congraciar a los dioses - Mao Zedong proclamó la República Popular en 1949, y de esta manera, tras casi 40 años de guerra e inestabilidad, China tenía paz. Y a Puyi, quien había sido uno de esos emperadores cuya función era mantener relaciones diplomáticas entre los humanos y el mundo celestial, le había llegado la hora de regresar a casa... aunque no quisiera. Temía el destino que le esperaría por colaborar con los invasores japoneses, pero Mao Zedong no hizo más que enviarlo a un campo de reeducación. Pasaría allí 10 años, donde por primera vez tuvo que hacer cosas como lavarse los dientes y vestirse solo, así como trabajar y aprender sobre el comunismo. Durante siglos el estado chino había girado en torno al emperador, la encarnación del poder en el corazón del Estado, el ser semidivino que está destinado a proteger a la gente de las malas cosechas y las inundaciones devastadoras. En 1960, Mao, una nueva versión de esos poderosos seres, le otorgó al último emperador de China un indulto especial: la ciudadanía y su liberación. El hombre que una vez gobernó el país más poblado del mundo se dedicó a trabajar como asistente de jardinería en los jardines botánicos de Pekín y editor de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino desde 1964 en adelante. Y también fue autor de una autobiografía, From Emperor to Citizen (De emperador a ciudadano) que fue apoyada por los principales funcionarios del partido Mao y Zhou Enlai. Aprendió a conciencia las lecciones de la Educación Libre Socialista, a juzgar por las declaraciones de su libro y las que daba en ocasiones como su matrimonio con Li Shuxian, una enfermera de hospital, en 1962, cuando proclamó: "Recordaremos este día y continuaremos aprendiendo de la clase trabajadora todos nuestros días futuros juntos."Odio la primera mitad de mi vida, porque fue una experiencia humillante de ser un explotador de mi propio pueblo". Se convirtió al maoísmo hasta su fallecimiento en 1967, en medio del vendaval desatado por la "Revolución Cultural" impulsada por Mao; aunque se rumoreó que había sido asesinado por los revolucionarios, es posible que muriera de cáncer, ya que el informe oficial indica que sufría de cáncer renal, uremia e insuficiencia cardíaca. La fecha certificada de la muerte de Puyi es el 17 de octubre de 1967 a sus 61 años, y ocurrió en algún lugar de Pekín en medio del olvido de sus conciudadanos. De acuerdo con las leyes de la República Popular China en ese momento, el cuerpo de Puyi fue incinerado. Sus cenizas se colocaron por primera vez en el Cementerio Revolucionario de Babaoshan, junto con las de otros dignatarios del partido y del Estado. En 1995, su viuda Li Shuxian trasladó sus cenizas al Cementerio Imperial de Hualong, donde hoy se conserva en un mausoleo construido para albergarlos.
actualidad cultural
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...