SONIDOS DEL MUNDO

viernes, 14 de febrero de 2020

¿REESCRIBIENDO LA HISTORIA?: Chile arrasa con su pasado

A raíz de los trágicos sucesos que desde hace meses vienen ocurriendo en Chile - donde un estallido social ha puesto en jaque al país - con saqueos e incendios de propiedades publicas y privadas, originando como respuesta una brutal represión a cargo de las “fuerzas del orden” que han dejado hasta el momento una treintena de muertos, miles de heridos e incontable número de detenidos y “desaparecidos” a manos de los esbirros fascistas, quienes los someten a violaciones y brutales torturas. Pero aun así en medio de estos terribles sufrimientos, la revuelta se ha convertido en una revolución. Como es obvio en esta clase de situaciones, aquellos símbolos que representan al odiado régimen son destruidos por los manifestantes, como los monumentos y estatuas que adornan plazas y calles - pertenecientes tanto a la colonización europea como a militares chilenos - que han sido derribados y reemplazados por líderes indígenas mapuches, lo que puede interpretarse como una ruptura con el orden. Son varios los espacios públicos que asimismo han sido rebautizados tratando de reescribir su historia. Se trata de acciones que resignifican y levantan nuevos ídolos, nuevos emblemas que representan sus ideales. "La apropiación de símbolos y espacios de la ciudad ha sido uno de los fenómenos más relevantes de este periodo, y tiene que ver con una ciudadanía que ha sentido, o sueña, con que por fin puede escribir su propia historia, que puede cambiarla a su favor", explico Marcia Fernández, historiadora del arte de la Universidad de Chile. Igor Goicovic coincide. Para el historiador de la Universidad de Santiago, "los sectores populares rebautizan los lugares que ocupan porque de esa forma se hace efectivo el control territorial, algo no menor en un proceso de movilización social"."Además es una forma a través de la cual se hace un homenaje a los que son parte del movimiento y que han desarrollado conductas heroicas", remarco. La frase "hasta que la dignidad se haga costumbre" se ha repetido en forma permanente durante las distintas protestas sociales en Chile. Expresión que pretende resumir el descontento ciudadano por las desigualdades económicas, sociales y de acceso a los servicios básicos, como salud, educación, vivienda, pensiones y transporte. En el caso del transporte, fue justamente el puntapie de las movilizaciones en Chile. El alza en el precio del boleto generó las evasiones masivas en el metro de Santiago que dieron inicio al estallido social el 18 de octubre del 2019. Desde entonces se mantienen las manifestaciones diarias en las calles del país.
Un lema que también sintetiza los distintos petitorios sociales y que comenzó a enarbolarse con fuerza en la Plaza Baquedano - habitualmente conocida como Plaza Italia - el primer día de las protestas. En el se encuentra la estatua ecuestre de Manuel Baquedano, un general chileno que representa la victoria en la Guerra del Pacífico. Su imagen fue repetidamente pintarrajeada y dañada desde los primeros días de las protestas. Es mas, la escultura del "militar desconocido" que acompañaba a Baquedano en la obra, fue derribada. Este lugar es uno de los símbolos más significativos de la capital de Chile, donde antes del 18 de octubre era el principal espacio de celebraciones de Santiago y tras el estallido social, se transformó en el epicentro de convocatorias de los distintos manifestantes. Fue a partir de esa emblemática frase y tras la marcha más grande de la historia de Chile, del 25 de octubre del 2019, que el lugar fue rebautizado como Plaza de la Dignidad por quienes se dieron y dan cita ahí. "Hoy para todos los chilenos y chilenas que estamos luchando por cambiar este país, para que sea más justo, más digno y más solidario esta plaza es la Plaza de la Dignidad, nada de Plaza Italia o Plaza Baquedano", nos señalo Tamara Velásquez, una joven manifestante que asiste a la plaza. Y agrega, "de hecho, ahora se mucho más sobre quien fue Baquedano, mucho más que antes, pero es justamente porque aquí nos reunimos, pero lo cierto es que él no representa el espíritu de lucha y resistencia que hoy tiene este lugar". Las redes sociales también fortalecieron el cambio de nombre, porque muchos usuarios utilizaron la opción que aparece en Google Maps, la plataforma de mapas de la gigante estadounidense, para sugerir oficialmente que realizara la modificación. Fue el 9 de noviembre cuando, para sorpresa de los que abrieron la aplicación, durante ese día se pudo leer el nuevo nombre del lugar: Plaza de la Dignidad. A su vez, el 3 de diciembre se inauguró en Valparaíso la Plaza de la Resistencia, actividad simbólica en el sector central de la Plaza Aníbal Pinto. El motivo del nuevo nombre responde a que precisamente en este lugar es donde se producen los mayores enfrentamientos entre protestantes y la policía de Fuerzas Especiales. Jóvenes de la llamada primera línea escogieron la figura de Carlos Condell - marino de la Guerra del Pacífico - para colocar un afiche con el nuevo nombre de la plaza. La estatua del militar de la armada chilena además fue ornamentada con los implementos característicos de estos emblemáticos manifestantes: una capucha y un escudo con la leyenda  titulada ACAB (All Cops Are Bastards, en español, "todos los policías son bastardos").Además de una bandera mapuche que le fue colocada en el brazo izquierdo de la figura. El viernes 27 de diciembre en las inmediaciones de la Plaza de la Dignidad, Mauricio Fredes, obrero de 33 años, perdió la vida al caer a una fosa de 1,8 metros de profundidad en la esquina de la calle Irene Morales con la Alameda - principal avenida de Santiago- mientras escapaba del carro lanza aguas, símbolo de la represión neopinochetista.
Fredes, integrante de la primera línea, evadía la violenta represión de los efectivos de la policía militarizada en el contexto de la estrategia de "copamiento" de la Plaza de la Dignidad y de "tolerancia cero" con las protestas ciudadanas por parte del genocida Sebastián Piñera, a quien las masas quieren colgar. Al cumplirse un mes de su trágica muerte, la calle Irene Morales fue rebautizada con el nombre del joven obrero, en una ceremonia que contó con la presencia de músicos, muralistas, integrantes de los piquetes sanitarios y público en general. "Es muy importante este cambio de nombre porque es una resignificación, es cambiarle la mirada, es que la gente tenga que cuestionarse y que Mauricio Fredes este en el inconsciente y consciente colectivo" contó la profesora Lorena Reyes Anderson, asistente al acto. Y puntualiza, "por eso estoy aquí y porque es fundamental celebrar a los compañeros de la primera línea, como Mauricio, porque es una forma de decirles que aquí estamos y seguiremos en la lucha hasta que la dignidad realmente se haga costumbre". "Es un orgullo porque estamos representando a Chile con el nombre del Mauricio en esta calle, y nosotros estamos día a día luchando por él y por sacar a este país adelante, porque estos ladrones culia’os del estado nos están robando cada día más, y ese es mi aporte", nos cuenta el joven encapuchado El 2 de enero el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio inició un catastro georreferenciado de alteraciones y daños a bienes e inmuebles patrimoniales en todas las regiones del país; abarca monumentos nacionales, públicos, históricos en zonas típicas y de conservación histórica que se hayan visto afectados desde el 18 de octubre de 2019. Entre el 2 y el 7 de enero se catastraron 669 monumentos nacionales, de los que 421 presentaron alteraciones, que van desde rayados a retiros o reemplazos de monolitos. Varias estatuas de conquistadores y figuras españolas han sido derrumbadas o decapitadas, como la escultura de Cristóbal Colon - considerado el descubridor de América - derribada el 1 de noviembre en Arica. O la estatua de Francisco de Aguirre, fundador de La Serena, destruida por un grupo de personas el 20 de octubre y escribió "genocida" en su base y la reemplazó por estatua de Milanka, mujer diaguita que en esa ciudad. Para la historiadora Fernández, el desplome de varias figuras hispanas, propias de la historia oficial, responde a otro tipo de despertar. "Hoy ya no hay vergüenza en ser descendiente de mapuches, en ser mestizos o morenos. Hay orgullo, valentía, persistencia y resistencia", observa.Cabe precisar que este pueblo indígena - que se enfrento ferozmente tanto a los Incas como a los españoles - fue sistemáticamente reprimido por la violencia de la élite chilena en los siglos XIX y XX. Esto significó una rabia acumulada de parte de los vencidos, que se transmitió de generación en generación. Entre otros monumentos de conquistadores derribados están: Diego de Almagro, descubridor de Chile, el 19 de noviembre en Santiago; García Hurtado de Mendoza, Gobernador de la colonia, el 2 de noviembre en Cañete; Pedro de Valdivia, conquistador de Chile, también el 2 de noviembre en Cañete, pero también en las ciudades de Valdivia, Temuco y Concepción.
No solo los monumentos a españoles - los que suman más de una decena a lo largo del país -han sido intervenidos o derribados, sino varios personajes que son parte también de esa historia oficial que nos habla de la formación de la República y de los militares que participaron en distintos conflictos bélicos que delinearon el territorio nacional. Por ejemplo, la Guerra del Pacífico, que enfrentó a Chile con Perú y Bolivia entre 1879 y 1884. Es el caso del llamado Padre de la Patria de Chile, Bernardo O' Higgins, cuyos bustos fueron sacados o intervenidos en las ciudades de Antofagasta y La Serena, además de Santiago. También los del expresidente Manuel Montt (1851-1861) y el de Cornelio Saavedra, militar y político chileno, que anexó en forma violenta el territorio mapuche. O el del llamado rey de la Patagonia, José Meléndez, estanciero que por su creciente expansión de terrenos impulsó agresivas prácticas contra los aborígenes selk'nam contribuyendo a su trágico exterminio. Para Goicovic, "hay una expresión de rechazo de los símbolos a través de los cuales los sectores dominantes tienden a apropiarse de la historia y a partir de ello construir los símbolos y dar significado a la misma. Esta desmonumentalización o derribamiento de los monumentos es un cuestionamiento a la historia oficial, de la manera en que la élite construye los significados del pasado, una destrucción de la iconoclastia que ha acompañado todas las revoluciones". La historia oficial está llena de batallas donde los héroes son generalmente militares y que hoy, en la revuelta social en Chile, también fueron desacralizados, resignificados popularmente y muchos destruidos, como el monumento de los Héroes del morro de Arica, donde los cuatro bustos fueron decapitados y una de las cabezas extraviadas en los primeros días de noviembre. La estatua de Arturo Prat, uno de los símbolos del sacrificio en Guerra del Pacífico, fue arrancada de su pedestal y puesta en una barricada el 14 de noviembre en la ciudad de Temuco. Pero quizás la imagen más icónica de estos días fue la realizada al militar y aviador Dagoberto Godoy, a quien le decapitaron la cabeza y se la colocaron colgando en la estatua de Caupolicán, caudillo mapuche que luchó contra la ocupación española y fue empalado. Una imagen contrastante al mostrar a un héroe de la historia oficial en manos de los considerados "perdedores" de la historia. En manos de un representante del bajo pueblo, de los marginados, de los que hoy se identifican con los jóvenes de la primera línea, como Mauricio Fredes, y con todos aquellos que no se sienten representados por el sistema. "No hay que olvidar que los sectores populares son los protagonistas de la historia, ellos protagonizan los acontecimientos, llevan a cabo los cambios o las transformaciones. Los sectores populares son los protagonistas, aunque las élites se han apropiado del relato histórico, y lo que hoy está pasando no solo es la reivindicación de los hechos protagonizados por los pueblos, sino la reapropiación de los símbolos y los significados de la historia", concluyo Goicovic.
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