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viernes, 13 de octubre de 2023

FILISTEOS: Desmontando la “leyenda negra” creada alrededor de ellos

Como sabéis, los sionistas, expertos en falsificar la historia a su conveniencia, han difundido una serie de mitos acerca de los filisteos, enemigos irreconciliables de Israel, tal como se detalla en el Antiguo Testamento y de quienes los hoy martirizados pobladores de Gaza se consideran sus descendientes. En el folklore judío se les trata de la peor manera cuando lo cierto es que los filisteos eran de raíces griegas y crearon una sofisticada civilización ya que trajeron su cultura desde Creta, de los cuales se cree que eran originarios. En efecto, el pueblo filisteo ha sido retratado históricamente como una comunidad ignorante y belicosa asentada hace 3.000 años en el Levante mediterráneo. Su figura más conocida conduce al gigante Goliat, símbolo del poder por la fuerza que según el Antiguo Testamento fue derrotado por la honda de un tal David. Su mala reputación ha sido interesadamente moldeada durante siglos, pero lo cierto es que la historia de Filistea ha sido escrita por sus enemigos, los israelitas. Pero en el 2018, un estudio de restos de ADN de esqueletos humanos extraídos de un yacimiento de la ciudad filistea de Ascalón, situada a 73 kilómetros al suroeste de Jerusalén, resolvió el misterio de su origen y contrarrestar la ‘leyenda negra’ que han acompañado a este pueblo desde siempre. La investigación, liderada por un grupo internacional de expertos, determino que los orígenes de los filisteos se hallan en migrantes de una serie de comunidades del sur de Europa como Creta (Grecia) o incluso Cerdeña. Estos antepasados habrían emigrado a través del Mediterráneo en el periodo de transición de la Edad de Bronce tardía a la Edad de Hierro, hace unos 3.000 años; una época agitada y en la que se registraron movimientos masivos de personas y cambios culturales que desembocaron en el colapso de imperios como el hitita o el micénico. Los resultados de los análisis, además, han avivado la hipótesis de que los filisteos son descendientes de los griegos, lo que da pábulo a una enigmática teoría: que fueron antepasados de los guerreros de la Guerra de Troya - registrada en esta misma época de migraciones, en torno al siglo XII a.C.- que nunca lograron regresar a sus hogares, y tras ser derrotados al intentar invadir Egipto, se instalaron en los territorios que hoy forman parte de Gaza. Pero estos rasgos europeos duraron poco. Según señalo en esa ocasión el arqueólogo Choongwon Jeong, uno de los coautores del estudio, basado en las excavaciones realizadas con sigilo durante tres décadas en el yacimiento del puerto de Ascalón, "esta huella genética que se introdujo durante la primera Edad de Hierro ya no es detectable dos siglos más tarde, y parece estar diluida con los genes locales del Levante mediterráneo". En concreto, se analizaron restos óseos bastante bien conservados de diez individuos que habitaron en esta zona entre 3.600 y 2.800 años, y los resultados revelaron que la filistea fue una sociedad rica, sabia y más compleja de lo que se creía. Las excavaciones mostraron además que los compatriotas de Goliat construyeron ciudades con ingeniosos diseños, elaboraron exquisitas cerámicas y mostraron aprecio por el buen vino. Ellos habrían llevado un estilo de vida cosmopolita mientras sus enemigos israelitas daban de pastar a las ovejas. "Lamentablemente no hay rastro de textos de los filisteos. Las descripciones que nos han llegado, incluyendo el Antiguo Testamento, fueron escritas por sus enemigos, por lo que no son dignas de confianza", señalo Michal Feldman, del departamento de Arqueogenética del Instituto Max Planck y coautor del estudio publicado en la revista Science Advances. Lo cierto es que los historiadores y los arqueólogos llevan décadas intentando trazar los orígenes del pueblo filisteo, que también aparecen referenciados en escritos egipcios. Cruzando estas citas en fuentes hebreas y egipcias, los expertos han logrado situar Filistea en una época y una extensión que incluye el puerto de la ciudad de Ascalón, actualmente en territorio palestino ocupado por Israel. La ciudad fue destruida por los ejércitos del rey babilonio Nabucodonosor II en el año 604 a.C. Los arqueólogos han desenterrado altares de piedra, cerámica refinada y vestigios de edificios minuciosamente decorados que refuerzan la hipótesis de que este pueblo fue refinado, y no ignorante como se ha hecho creer durante siglos. "Los filisteos fueron comerciantes que tomaron prestadas cosas de otras culturas y las hicieron suyas; es decir, se mantuvieron en la vanguardia cultural", señalo por su parte Daniel Master, del Wheaton College, Illinois. Otros objetos recuperados sugieren que los filisteos alcanzaron unos niveles de maestría en la fundición del cobre que no se igualaría hasta siglos más tarde, durante el auge de Roma. Un resumen de los hallazgos recogidos en la zona de Ascalón concluye que los filisteos fueron "grandes comerciantes, maestros de la construcción y uno de los pueblos más civilizados de su tiempo" puntualizó. Los filisteos fueron un pueblo que se estableció en cinco ciudades al suroeste de la tierra de Cannán y dominaba la Via Maris, el camino que venía de Egipto, por la costa, y discurría hacia Líbano y Damasco. Pueblo aguerrido, que monopolizaba la fabricación de armas de hierro y cuyos habitantes aparecen en las inscripciones egipcias como hombres altos, totalmente afeitados, que llevaban cascos coronados de plumas y grandes lanzas. Quizás por eso, Dios no condujo a su pueblo hacia la tierra prometida "por el camino de la costa que conduce a la tierra de los filisteos, aunque es el camino más corto" (Éxodo, 13,17). Sabemos poco del lenguaje de los filisteos. Algunos fragmentos de cerámica contienen inscripciones no semíticas. Unas pocas palabras y nombres filisteos se asocian con términos indoeuropeos (que se podrían haber tomado de la cultura egeo-griega). Cabe destacar que los dioses y diosas de los filisteos incluían a Baal, Astarté, Asera y Dagón. Los nombres y características de esas deidades también formaban parte de la religión cananea. Su decadencia comenzó con la invasión de los territorios de Canaán por el Imperio neoasirio en 722 a.C. Cuando el rey asirio Sargón II (que reinó de 722-705 a.C.) invadió Filistea, Egipto promovió y financió rebeliones contra los asirios. En los siguientes diez años, el hijo de Sargón, Sednaquerib (que reinó de 705-681 a.C.), aplastó las rebeliones y destruyó las ciudades de la región. Solo Jerusalén resistió, pero fue destruida más tarde por los babilonios en 587 a.C. Y no se volvió a saber de los filisteos.
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