SONIDOS DEL MUNDO

viernes, 22 de agosto de 2025

SMITHSONIAN INSTITUTION: El último reducto de los ‘wokes’

Si hace un par de semanas la noticia era la restauración de una estatua que homenajeaba al general confederado Albert Pike en Washington, Donald Trump continúa con su cruzada cultural contra los ‘wokes’ en los Estados Unidos. En efecto, el ultimo martes, el presidente norteamericano escribió en Truth Social en contra de los museos del Smithsonian, asegurando que sus abogados conducirían una “revisión” de sus controvertidas exposiciones. Esto, asegurando que el retrato que estos museos hacen de la historia norteamericana es demasiado negativos y únicamente enfocados en “cuán mala fue la esclavitud”. En ese sentido, Trump dijo que los museos pasarían por el mismo proceso que pasaron las universidades, con la idea de volverlos “menos woke”, un término para designar las políticas que buscan destruir el orden social establecido. En la misma noche, un funcionario de la Casa Blanca habló con la cadena NBC y señaló que el plan de Trump se extendería a museos más allá de la Institución Smithsonian. En sus palabras, “harían responsable a la institución” por lo que muestran, y de ahí continuarían con otras instituciones. Al respecto, en su red social, Truth Social, el presidente norteamericano escribió: “El Museo Smithsonian está FUERA DE CONTROL, donde todo lo que se discute es cuán horrible nuestro país es, cuán mala fue la esclavitud, y cuán fracasado y maltratado ha sido. Nada sobre Éxito, nada sobre su Brillo, nada sobre el Futuro”. “Los museos de Washington, pero también de todo el país, son en esencia los últimos vestigios del ‘wokismo’ “, denunció.” He dado instrucciones a mis fiscales para que revisen (las políticas de) los museos e inicien exactamente el mismo proceso que se ha seguido con las universidades, donde se han logrado enormes avances”, agregó el republicano, asegurando: “Este país no puede ser ‘woke’ porque el ‘WOKISMO’ SE HA TERMINADO”. Como recordareis, la Casa Blanca ya había empezado una cruzada cultural contra las universidades a las que consideraba enemigos de todo lo estadounidense. Para eso, retiró millones de dólares del financiamiento federal de planteles como Harvard, Columbia y Brown, y de algunas instituciones consiguió acuerdos para cambiar estas normativas. El primer paso ya se había dado: El Smithsonian recibió la semana pasada una carta firmada por el director de la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca, Russell Vought, en la que se instruía a los funcionarios de ocho de sus museos a entregar información sobre las exhibiciones, junto con los planes para conmemorar el 250° aniversario del país en un plazo de 30 días. Se les instruyó a implementar “correcciones de contenido” cuando fuera necesario, incluyendo la sustitución de lenguaje “divisivo”: en general, eufemismo para los temas que promueven los ‘wokes’ En la carta, fechada el 12 de agosto, representantes de la Casa Blanca dijeron que planean realizar una auditoría de ocho museos Smithsonian “para garantizar la alineación con la directiva del presidente de celebrar el excepcionalismo estadounidense, eliminar las narrativas divisivas o partidistas y restaurar la confianza en nuestras instituciones culturales compartidas”. La revisión se enfocará en el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana, el Museo Nacional de Historia Americana, el Museo Nacional de Historia Natural, el Museo Nacional del Indio Americano, el Museo de Arte Americano del Smithsonian, el Museo Nacional del Aire y el Espacio, la Galería Nacional de Retratos, el Museo Hirshhorn y el Jardín de Esculturas, detalló RFI. Sin embargo, el cambio ya habría empezado de antes: NBC News descubrió en mayo que al menos 32 artefactos que alguna vez estuvieron expuestos en el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana del Smithsonian, ubicado en el National Mall, fueron retirados. El Museo Smithsonian fue fundado en la década de 1840 por Estados Unidos con fondos del patrimonio de James Smithson, un científico británico. Como organismo fiduciario único financiado con fondos federales, no es una agencia del poder ejecutivo, lo que dificulta determinar si la administración Trump tiene la capacidad de controlar sus exposiciones. Está gobernado por una Junta de Regentes de 17 miembros, presidida por el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts. Como podéis imaginar, los adversarios de esta iniciativa salieron de sus cuevas rápidamente a criticarla. Así, Lonnie Bunch III, quien se ha desempeñado como secretario del Instituto Smithsonian desde el 2019 y es el primer negro en ocupar el cargo, ha hecho múltiples comentarios sobre la importancia de “educar” a la gente sobre la esclavitud, específicamente a través del Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana, sin importarle tergiversar groseramente la historia del país. En una entrevista declaró que parte del propósito de ese museo “era ayudar a una nación a comprenderse a sí misma, una tarea imposible sin el pleno reconocimiento de los horrores de la esclavitud” (?). “Las exhibiciones en el Smithsonian requieren años de planificación y son evaluadas exhaustivamente por equipos de académicos y expertos en curaduría antes de su estreno”, afirmo por su parte Janet Marstine, ‘experta’ en ética museística, quien afirmó que “las exigencias de la administración Trump “preparan al Smithsonian para el fracaso”. “Nadie podría proporcionar ese tipo de materiales de una manera tan completa, en tan poco tiempo, y por lo tanto es una tarea imposible”, aseguró. La Casa Blanca pidió al Smithsonian que proporcione una amplia gama de materiales, desde correos electrónicos y memorandos internos hasta copias digitales de todos los carteles y etiquetas de las galerías que se exhiben actualmente. Según la CNN, el impulso del gobierno de Trump para alinear el apoyo federal con su agenda cultural se ha extendido más allá de la capital de la nación. El Institute of Museum and Library Services y las National Endowments for the Arts and the Humanities cancelaron decenas de millones de dólares en subvenciones federales a principios de este año, afectando a pequeños museos, iniciativas bibliotecarias, programas de artes y proyectos de investigación académica en todo el país. Cabe precisar que, a principios de este año, Trump firmó un decreto que encargó al vicepresidente J. D. Vance, miembro de la Junta de Regentes del Smithsonian, detener el gasto público en exhibiciones que no se alineen con la agenda del gobierno. El presidente estadounidense ya había acusado a los museos de la Smithsonian de “revisionismo histórico” y “adoctrinamiento ideológico” racial, especialmente durante los gobiernos de sus predecesores y opositores políticos, el musulmán encubierto Barack Hussein Obama (2009-2017) y el discapacitado físico y mental de Joe Biden (2021-2025). También encargó a una exintegrante de su equipo legal, la abogada Lindsey Halligan, que ayudara a erradicar la “ideología inapropiada” en el Smithsonian. “Los museos en la capital de nuestra nación deberían ser lugares donde las personas vayan a aprender, no a ser sometidas a narrativas divisivas”, decía el decreto, el cual debe cumplirse en su totalidad.
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