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viernes, 19 de agosto de 2022
THE SATANIC VERSES: ¿Un desafío al Islam?
Como sabéis, el escritor británico Salman Rushdie se encuentra recuperándose de heridas graves tras ser apuñalado por un hombre en un festival de arte en el estado de Nueva York (EE.UU.) el pasado 12 de agosto, dejando en claro que el odio y la intolerancia musulmana para quienes no piensan como ellos, no conoce límites. Rushdie fue quien escribió uno de los libros más controvertidos de la historia literaria reciente, The Satanic Verses (Los Versos Satánicos) que publicado en 1988, casi inmediatamente desencadenó airadas protestas en todo el mundo musulmán, muchas de ellas violentas. Al año siguiente , en 1989, el líder supremo de Irán, el Ayatolá Jomeini, emitió una fetua o sentencia religiosa ordenando a los musulmanes que mataran al autor, por “blasfemo”. Rushdie era un autor muy conocido tras haber ganado el Premio Booker con una novela anterior, Midnight's Children(Hijos de la medianoche), pero de nada le sirvió su prestigio ni vivir en el Reino Unido, lejos de Irán. A la fetua se añadió una recompensa que supero los tres millones de dólares de ese entonces para el ejecutor de la sentencia. Debido a esta amenaza contra su vida, Rushdie - nacido en la India en el seno de una familia musulmana, pero por entonces ciudadano británico que vivía en el Reino Unido - se vio por ello obligado a pasar a la clandestinidad durante casi una década, protegido día y noche por Scotland Yard, bajo el nombre ficticio de Joseph Anton, en homenaje a Conrad y Chéjov. ¿Pero qué había - y sigue habiendo - detrás de esta absurda indignación propia de mentes enfermas?. El libro se adentra en el corazón de las creencias musulmanas cuando Rushdie, en secuencias oníricas, desafía y a veces parece burlarse de algunos de sus principios más sensibles. Los musulmanes creen que Mahoma - el profeta desnudo del Islam - fue visitado por el ángel Gabriel quien, durante 22 años, le recitó las palabras de Ala (como llaman los musulmanes a Dios). A su vez, Mahoma repitió las palabras a sus seguidores. Estas palabras acabaron escribiéndose y se convirtieron en los versos del Corán. La novela de Rushdie recoge estas creencias fundamentales. Uno de los personajes principales, Gibreel Farishta, tiene una serie de sueños en los que se convierte en su homónimo, Gabriel. En estos sueños, Gibreel se encuentra con otro personaje central haciéndose eco del relato tradicional del islam sobre los encuentros del ángel con Mahoma. Rushdie elige un nombre provocativo para Mahoma. La versión del profeta que aparece en la novela se llama Mahound, un nombre alternativo para Mahoma utilizado durante la Edad Media por cristianos que le consideraban un demonio. Además, el Mahound de Rushdie pone sus propias palabras en boca del ángel Gabriel y dicta edictos a sus seguidores que refuerzan convenientemente sus egoístas propósitos. Aunque en el libro el escriba ficticio de Mahound, Salman el Persa, rechaza la autenticidad de los recitados por su maestro, los registra como si fueran de Ala. En el libro de Rushdie, Salman, por ejemplo, atribuye a las opiniones sexistas de Mahound ciertos pasajes reales del Corán que colocan a los hombres “a cargo de las mujeres” y dan a los hombres el derecho de golpear a las esposas de las que “temen la arrogancia”. A través de Mahound, Rushdie parece poner en duda la naturaleza divina del Corán. Para muchos musulmanes, Rushdie, en su relato ficticio del nacimiento de los acontecimientos clave del islam, da a entender que, más que Ala, el propio Mahoma es la fuente de las verdades reveladas. En defensa de Rushdie, algunos estudiosos han argumentado que su “burla irreverente” pretende explorar si es posible separar la realidad de la ficción. El experto en literatura Greg Rubinson señala por su parte que Gibreel es incapaz de decidir qué es real y qué es un sueño. Desde la publicación de The Satanic Verses, Rushdie ha defendido que los textos religiosos deberían estar abiertos a la discusión. “¿Por qué no podemos debatir sobre el islam?”, dijo Rushdie en una entrevista del 2015. “Es posible respetar a los individuos, protegerlos de la intolerancia, y al mismo tiempo ser escéptico sobre sus ideas, incluso criticarlas ferozmente”. Este punto de vista, sin embargo, choca con la opinión de aquellos para quienes en su locura, odio, fanatismo e intolerancia creen que el Corán “es la palabra literal de Ala”. Tras la muerte de Jomeini, el Gobierno de Irán anunció en 1998 que no aplicaría su fetua ni animaría a otros a hacerlo. Debido a ello Rushdie salió de la clandestinidad, recuperó su verdadero nombre y dejó su destino en manos de la providencia. Siguió publicando con éxito y mantuvo una intensa vida social…. hasta el pasado viernes. Cabe precisar que el poder una fetua, como el de toda maldición, se mide por el terror que provoca el espectáculo cruento de sus víctimas. Tras la condena de Jomeini, Rushdie desapareció, pero la fetua encontró su camino de sangre para mantenerse viva. El traductor al japonés de The Satanic Verses, Hitoshi Igarashi, fue apuñalado hasta morir en 1991. Unos días antes, en Milán, un desconocido atacó con un cuchillo al traductor al italiano, Ettore Capriolo. En 1993, en Sivas, una ciudad turca, extremistas islámicos incendiaron el hotel donde se hallaba Aziz Nesin, el traductor al turco. Ese mismo año, el editor noruego de la novela de Rushdie fue tiroteado por la espalda. Qué pavoroso resultaría comprobar que, en un mundo tan convulso en estos tiempos, el fanatismo religioso haga semejante acto de presencia.
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