SONIDOS DEL MUNDO

viernes, 17 de agosto de 2018

ISIS: Entre las ruinas del ‘califato’

Toca referirnos en esta oportunidad a esa bestia sionista alimentada durante años por los EE.UU. para desatar el terror en Siria e Irak para ‘justificar’ su intervencionismo en aquella estratégica región. Pero de nada les valió que sean armados y entrenados en campos de Turquía y Jordania por instructores de la CIA y el Mossad israelí, cuyo cabecilla - Abu Bakr al-Baghdadi - era precisamente un agente del Estado sionista, llegando en sus primeros años de sangrienta actividad a apoderarse de grandes extensiones de territorio sirio e iraquí, instaurando un ilusorio ‘califato’, para que al final sea aplastado inmisericordemente por la aviación rusa, que lo arraso bajo toneladas de bombas y envió al infierno a los máximos responsables de aquella pesadilla, quienes como sabéis, se ensañaron con la población civil cometiendo monstruosas atrocidades, así como la destrucción de su riquísimo patrimonio cultural, ya que lo que no pudieron venderlo en el mercado negro, simplemente los dinamitaron. Hoy ISIS forma parte del pasado, y si aun han quedado algunos elementos - protegidos obviamente por los EE.UU. e Israel - no volverá a ser lo mismo nunca más. "Los que alguna vez quisieron ser feroces, ahora son patéticos, una causa perdida", admitió Brett McGurk, representante especial del Criminal de Guerra Donald Trump, lamentando no haber podido hacer mas por ellos debido a la intervención rusa en el campo de batalla, que fue determinante en su caída. Cuando uno piensa en ISIS en la cima de su poderío, es impresionante lo estrepitoso que ha sido su colapso. A mediados del 2014, el grupo controlaba una población de siete u ocho millones de personas, campos petrolíferos y refinerías, enormes depósitos de granos, lucrativas rutas para contrabando y enormes reservas de armas y municiones, además de parques enteros de poderosa maquinaria militar moderna proporcionados por Washington. Su capital económica era Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak. Es así, como gracias a los EE.UU., ISIS fue la fuerza terrorista más poderosa, más rica y mejor equipada que se haya visto jamás. Sin embargo, este proyecto infame ha quedado reducido a escombros. Desde la intervención rusa en Siria ordenada por el Presidente Vladimir Putin para acabar con la bestia sionista, han sido liquidados unos 60.000 terroristas, según militares estadounidenses de alto rango.Ya no existe la administración del ‘califato’ ni los campos de entrenamiento. El flujo de propaganda, esencial para promover una serie de atentados en Europa por obra de los ‘refugiados’ ha desaparecido completamente. Ante la imposibilidad de ‘restaurar’ su dominio en Siria e Irak, se estaría evaluando por parte de los EE.UU. de trasladar a los remanentes de esa organización criminal a otras zonas ‘calientes’ del planeta como el Cáucaso ruso (Chechenia) y el lejano oriente chino (Uiguristán) donde los musulmanes son mayoritarios, con el fin de infiltrarse en la población, pero se duda que sus planes rindan frutos. Entre la multitud de sus crímenes cometidos en contra de la humanidad, se encuentra la destrucción de invaluables monumentos de gran valor histórico o artístico. Esta bestialidad tenia como objetivo - afirmaron - “borrar de la faz de la Tierra la herencia cultural de pueblos, que pecaban de idolatría”,pero lo cierto es que arrasaron lo que no pudieron robar. Así, algunos de los grandes monumentos destruidos por estos miserables fueron: 1.- Palmira (Siria) Situada unos 250 kilómetros al este de Damasco, esta ciudad, que vivió su máximo esplendor a mediados del siglo III bajo el reinado de Zenobia, prosperó como un oasis en el desierto y una parada para caravanas en la ruta de la seda. Sus avenidas de columnatas y templos se conservaron en buen estado hasta el siglo XX. Convertida en un centro turístico, cayo en manos de ISIS en el 2015 , que la sometieron a una destrucción sistemática: El 23 de agosto de ese año volaron el templo de Baal Shamin, de 1.900 años de antigüedad y de los mejor conservados, dedicado al dios fenicio de las tormentas. Derribaron a su vez el Templo de Bel, una de las mayores estructuras del lugar, y el Arco del Triunfo, una puerta de entrada a la ciudad que llevaba allí 2.000 años; 2.- Hatra (Irak) Construida en el siglo III a.C fue la capital del reino de los partos, en los límites del imperio romano, y un gran centro comercial de la ruta de la seda. Con una arquitectura que combinaba elementos griegos y romanos con características orientales, el conjunto fue designado patrimonio mundial por la UNESCO en 1985. Los sionistas arrasaron la ciudad en marzo del 2015. En abril de ese año difundieron un vídeo en el que destruían estatuas mazo en mano y con armas automáticas; 3.- Nínive (Irak) La capital del imperio asirio, que se extendió hasta dominar buena parte del mundo antiguo entre el 600 y el 900 a.C, donde en el 2015 destruyeron o desfiguraron muchas estatuas de gran valor artístico que estaban expuestas en el Museo de la Civilización de Mosul. Al saqueo del museo hay que añadir el de la Biblioteca Pública Central, un edificio histórico construido en 1921 que fue volado con dinamita y donde miles de libros y manuscritos centenarios desparecieron entre las llamas; 4.- Nimrod (Irak) La primera capital asiria, fundada hace 3.200 años a unos 30 kilómetros al sudeste de Mosul, termino dinamitada en el 2015. Los terroristas utilizaron excavadoras para derribar varios monumentos significativos, entre ellos los grandes toros alados que custodiaban las entradas a sus palacios. Como podéis notar, la destrucción de este patrimonio es en su mayor parte irrecuperable y van a pasar años para restaurar en parte algo de lo destruido. Lo único bueno de todo es que los responsables han sido casi exterminados y que mejor para graficar su irreversible caída con la imagen de ese cerdo de al-Baghdadi muerto en su refugio subterráneo por misiles inteligentes rusos en junio del 2017. Por lo visto, todo tiene su final.
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