A una semana de la bárbara destrucción de invaluables esculturas sumerias y asirías de tres mil años de antigüedad en el Museo de Mosul por la banda terrorista ISIS so pretexto de “luchar contra la idolatría”, pero su hipocresía salta a la vista, ya que ellos adoran a su vez una piedra negra de origen volcánico (que los musulmanes consideran “un meteorito caído del cielo”) que se encuentra adosada en la esquina oriental de la Kaaba, un edificio cúbico de piedra ubicada en el centro de la Gran Mezquita en La Meca - siempre cubierta de paños negros la cual presenta una franja de textos del Corán, escritos en oro. En el colmo de su fanatismo e ignorancia, aseguran que dicha roca se remonta “a los tiempos de Adán y Eva” y que fue entregada “por el arcángel Gabriel a Abraham” quien lo habría colocado allí cuando terminaron de construir el edificio, Dicha reliquia mide unos 30 cm. de diámetro y está situada a 1,5 metros por encima del suelo. Debido a un incendio en el año 683 la piedra se rompió en varios pedazos y volvieron a ser unidas por un marco de plata, que cierra con clavos del mismo metal. Cuando los peregrinos circunvalan La Kaaba, como parte del ritual del Hajj Tawaf, muchos de ellos intentan, si es posible, detenerse y besarlo siete veces, emulando el beso que, según la tradición islámica, recibió de Mahoma, el profeta desnudo del Islam. Por ello se ha vuelto lisa, oscura y muy pulida debido a las manos de millones de peregrinos, quienes lo adoran con especial fanatismo, ya que proviene directamente según afirman – de su “dios”. En términos científicos, su origen natural ha sido muy discutido. Viajeros occidentales disfrazados de “peregrinos” pudieron verla de cerca en los siglos XIX y XX describiéndola como una piedra común de origen volcánico, compuesta de varios pedazos unidos con cemento y de un color que va de un marrón rojizo a negro. Así por ejemplo, el explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt visitó La Meca en 1814, y proporcionó una descripción detallada en su libro de viajes de 1829: “Es un óvalo irregular, de unos siete centímetros de diámetro, con una superficie ondulada, compuesta por alrededor de una docena de piedras más pequeñas de diferentes tamaños y formas, unidas con una pequeña cantidad de cemento, y se alisa perfectamente, pero parece como si el todo se hubiese roto en pedazos, como muchos por un golpe violento, y de nuevo unidos. Es muy difícil determinar con precisión la calidad de esta piedra que se ha llevado a su superficie actual por los millones de toques y besos que ha recibido. Parece ser un pedazo de lava volcánica, que contiene varias pequeñas partículas extrañas de un color blanquecino y de una sustancia de color amarillo. Su color es ahora una profundidad de color marrón rojizo se acerca al negro”. Otros viajeros occidentales que también pudieron verla de cerca son de la misma opinión. Si bien algunos historiadores sugirieron que dicha piedra de culto pudiera ser un meteorito que cayera en la Arabia pre-islámica, no hay forma de probar dicha hipótesis sin antes retirar y examinar la piedra, que no sería permitido por sus guardianes, que la consideran “sagrada”. A principios del siglo XXI el Museo de Historia Natural de Londres pudo estudiar un pequeño trozo extraído subrepticiamente por uno de aquellos “peregrinos” descartando tajantemente la posibilidad de que se tratase de un meteorito. A pesar de ello, la creencia general es que “cayo del cielo” según la tradición islámica, pero la realidad como podéis notar, es muy distinta. Si algún día es destruida a martillazos, nadie lamentará su pérdida ¿Adorar una piedra? Si que están locos estos hijos de Alá.
Khana Kaaba-Khudda ka Ghar- Video Dailymotion por farhanmirrani