SONIDOS DEL MUNDO
viernes, 11 de octubre de 2013
EL ARTE COMO NEGOCIO: Damien Hirst y una controvertida exposición en Qatar
Una noticia dada a conocer esta semana por The New York Times, informa que el polémico “artista” británico Damien Hirst acaba de inaugurar en Doha (Qatar) su última exposición titulada «El viaje milagroso» el cual consta de 14 deformes esculturas monumentales de bronce (que oscilan entre los cinco y los once metros de altura y pesan en total casi treinta toneladas). Situadas cronológicamente, relatan la gestación de un feto dentro de un útero y termina con una estatua de un bebé recién nacido. «El viaje milagroso» nació de «el deseo de crear algo monumental, al mismo tiempo que esencialmente humano», ha declarado el “artista” británico considerado acertadamente como un mercenario or los expertos. También considera que es una celebración de la vida y una expresión de sus reflexiones en torno a la existencia: «En última instancia, el viaje un bebé hasta el nacimiento es lo más grande que va a experimentar en su vida humana. Espero que las esculturas inculquen en el espectador una sensación de asombro y maravilla sobre este extraordinario proceso humano», ha afirmado Hirst. Esta exposición está patrocinada por H. E. Sheikha Al Mayassa Bint Hamad Al Thani, presidenta de la Autoridad de Museos de Qatar y hermana del nuevo emir. “Tener algo así expuesto es menos descarado que mostrar la desnudez”, declaró la sheikha durante una entrevista a The New York Times concedida en su despacho del Museo de Arte Islámico. Sheikha es un título honorífico que significa algo así como autoridad. Nada Shabout, profesor de historia del arte en la Universidad del Norte de Texas, dice de ella que “es valiente para presentar visuales innovadores y pensamientos nuevos, especialmente en Doha, que es más conservadora que otras ciudades de Oriente Próximo”. Esta exposición, que ha costado 20 millones de dólares, da otra vuelta de tuerca a la controvertida obra de Hirst y le vuelve a colocar en el punto de mira. ¿Es provocar acaso la finalidad del arte? ¿O se trata de buscar algo más? La muestra forma parte de una serie de iniciativas “culturales” que buscan borrar fronteras entre Occidente y Oriente Medio. Venga ya, semejante mamotreto de “cultural” no tiene nada ya que como el mismo Hirst lo confesó, tiene previsto venderlos a buen precio y sacar una jugosa ganancia de ello. No le interesa que hablen mal de el “no importa que hablen mal de uno, pero que hablen” expreso descaradamente al NYT. No cabe duda que el dinero lo es todo para este mercenario del arte.
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