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viernes, 4 de junio de 2021

NERO, THE MAN BEHIND THE MYTH: El Museo Británico ofrece otra mirada sobre el controvertido emperador romano

¿Se ajusta a la realidad esa imagen de Nerón, transmitida por los libros de historia, las óperas de Monteverdi, novelas como Yo, Claudio de Robert Graves y películas como Quo Vadis, de un asesino demente que por las noches salía disfrazado de su palacio para acuchillar a la gente y tirar sus cadáveres a las alcantarillas, y que además tocaba indiferente la lira mientras ardía la Roma que él mismo había incendiado? ¿O bien se trata de una versión primigenia de las fake news, lo que entonces se llamaba vituperatio y, aunque no fuera un angelito, se le cargó una serie de crímenes que no eran suyos? Es por ese motivo que para separar la historia del mito, el Museo Británico presenta desde este jueves una exposición sobre un emperador cuya historia fue escrita en gran parte por sus enemigos tras su muerte, creando lo que la curadora Francesca Bologna llama “el Nerón que nos encanta odiar”. “Nuestro objetivo aquí es mostrar que esa imagen, por muy popular que sea, en realidad se basa en relatos muy, muy sesgados y, por lo tanto, debemos desafiarla”, dijo Bologna durante una presentación preliminar de la exposición. “La historia de Nerón se trata de cómo debemos abordar la información, cómo debemos abordar siempre nuestras fuentes de manera crítica. Esto es relevante para Nerón, es relevante para los historiadores, los arqueólogos, es relevante para la gente común que vive su vida cotidiana”. Nero: The Man Behind the Myth (Nerón: El hombre detrás del mito) por fín abrió al público, seis meses más tarde de lo planeado originalmente como resultado de la pandemia de Coronavirus. El espectáculo, que se extenderá hasta el 24 de octubre, llega a una semana de que se levantaron las restricciones de cierre del Reino Unido y se permitió que los museos de Londres reabrieran con una capacidad limitada. La muestra se basa en el vasto tesoro de artefactos romanos pertenecientes al Museo Británico, así como en objetos de colecciones de museos provenientes de Italia, Francia, Alemania y otros países, prestados para esta exposición a pesar de las restricciones relacionadas con la pandemia. “Todos en Europa y el Reino Unido vinieron a nuestro rescate”, dijo Bologna. “Fueron realmente comprensivos. Nos ayudaron durante todo el proceso. Incluso los colegas que estaban encerrados trabajando desde casa fueron increíbles”. A través de más de 200 artefactos que incluyen estatuas, cascos, armas, joyas y grafitis antiguos, se presenta a un joven gobernante con un linaje imperial sólido; Nerón fue tataranieto del primer emperador de Roma, Augusto. En el 54 después de Cristo, a los 16 años, se convirtió en emperador de una Roma que no tenía rival en cuanto a poder pero estaba plagada de problemas, incluida la guerra con el imperio parto con sede en Irán en el este y un levantamiento liderado por la reina celta Boudica en la recién conquistada Gran Bretaña en el oeste. Precisamente, una sección vívida trata la dura realidad de la vida en la Gran Bretaña romana: hay lingotes de plomo extraídos en Gales, junto con gruesas cadenas de los esclavos que hacían el trabajo duro. También hay una cabeza de bronce de Nerón hallada en un río inglés después de que su estatua fue derribada durante el levantamiento, y un tesoro familiar de monedas y joyas, escondido para su custodia y descubierto en el 2014 bajo el piso de una tienda en la ciudad de Colchester, en el este en Inglaterra. La evidencia sugiere que Nerón fue popular durante su reinado. Supervisó grandes proyectos públicos, fortaleció los vínculos entre la ciudad y su puerto para asegurar el suministro de alimentos, construyó un mercado público y un espectacular conjunto de baños públicos. Patrocinó fastuosos espectáculos con gladiadores, luchas de leones y carreras de carros. Incluso compitió en las carreras del Circo Máximo de Roma y fue el primer emperador que actuó en un escenario. El joven emperador también fue un líder de estilo, popularizando un corte de pelo tipo banda de chicos que la exposición llama “galante pero refinado”. Cabe destacar que desmintiendo a la leyenda negra que se tejió sobre él, Nerón no inició el incendio que arrasó partes de Roma en el 64 después de Cristo, y tampoco tocaba la lira mientras ardía, debido a que ni siquiera se encontraba en la ciudad en aquel momento. Tras la tragedia, Nerón reconstruyó Roma, introduciendo códigos de construcción más estrictos y se construyó un lujoso palacio, la Domus Aurea o Casa Dorada. Poco queda de ella, pero la exposición ofrece una muestra de su opulencia. Acosado por conspiradores, Nerón se suicidó a los 30 años. Su muerte desató un período de guerra civil y luego se instalo una nueva dinastía gobernante. Como los políticos han hecho a lo largo de los siglos, quienes accedieron al poder culparon a su predecesor de todos los problemas de Roma. Han pasado casi 2.000 años de aquel incendio y Nerón sigue siendo una metáfora de mal gobierno. Como escribió recientemente la clasicista Mary Beard en The Independent, “difícilmente hay un caricaturista político que no disfrace ocasionalmente a un líder moderno con una toga, una corona de laurel y una lira, con el telón de fondo de ruinas humeantes, para dejar claro que él no se está tomando en serio alguna crisis contemporánea”. Si bien es cierto que el gobierno de Nerón fue innegablemente brutal ya que mandó matar a su madre, junto con una y posiblemente dos de sus esposas. ¿Pero fue más violento que otros gobernantes romanos? “En realidad no”, dijo Bologna. “Todos y cada uno de los emperadores hicieron condenar y ejecutar a sus enemigos de la forma más cruel. Incluso Augusto, que es el epítome del buen emperador, llegó al poder de una manera realmente sangrienta, Nerón no fue el monstruo que nos hicieron creer. Era un gobernante de su tiempo y se comporto como muchos lo hacían por aquella época” puntualizó.
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