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viernes, 27 de marzo de 2020
PADMANABHASWAMY: Un templo milenario y el misterio de la bóveda sellada
En sí mismo es una joya de la arquitectura, pero esa no es la razón principal por la que atrae a miles de visitantes cada año. En su interior aloja una puerta sellada, un acceso sin acceso a una cámara que guarda fabulosas riquezas, que desafía a eruditos y buscadores de tesoros, ya que nadie pudo abrirla hasta el momento. El templo está situado en Thiruvananthapuram, Kerala, una provincia en la costa suroeste de la India, y esta dedicado a Vishnu, específicamente en su postura "Anantha Shayanam", que representa el sueño cósmico consciente. A nivel arquitectónico, el templo es una fusión del estilo regional con el Darvidian, que es común hallar en la vecina provincia de Tamil Nadu y está construido con 12 mil shalágrama shilá, piedras sagradas de la India extraídas del río Gandakí, en Nepal. Eso lo convierte en un edificio diferente a los del resto del país, una característica que no parece ser producto del azar. Si bien en el ingreso al edificio hay un grabado que asegura que fue erigido a partir del día 964 después de la Kaliyuga -período de guerra con el dios Kali, alrededor del 3.102 a.C.- no existen otros documentos que ratifican esta información. De hecho, la primera documentación sobre el mismo pertenece a los poetas del período Sangam, entre el 500 a.C. y el 300 d.C. En Padmanabhaswamy hay siete bóvedas en total, de las cuales seis ya fueron abiertas. En el 2011, la Corte Suprema inició los trámites para la apertura de todas las bóvedas para auditar todos los objetos de su interior, pero solo se accedieron a las seis primeras. Entre los elementos encontrados y que unas pocas personas pudieron ver, sorprende la variedad de elementos de gran valor: Oro por doquier y de las formas más increíbles, esmeraldas enormes de la medida de un huevo de avestruz, estatuas doradas, Tronos de oro puro, coronas, collares, ollas, monedas y hasta cocos de oro macizo rellenos de rubíes, joyería veneciana, monedas napoleónicas, cinturones de diamantes y zafiros, barriles de arroz dorado y hasta cadenas de metales preciosos, un tesoro que se calcula que tiene un valor aproximado 22 mil millones de dólares y eso que falta una cámara secreta por descifrar. En efecto, el contenido de la bóveda B, como se la llama comúnmente, todavía es un misterio. Las razones por las que permanece cerrada son varias. Por un lado, la puerta es de acero, de un grosor que se desconoce, y no cuenta con ningún tipo de dispositivo evidente, como un botón o un mecanismo con tuercas o tornillos, como sí tenían las otras 6. La otra razón es más legendaria. La famosa puerta de acero está protegida por dos gigantes cobras. Según la mitología local, esto se interpreta como un presagio de que el desastre ocurrirá a cualquiera que se atreva a abrirla. Los monjes en custodia de la puerta aseguran que esta no se puede abrir por cualquier medio o por cualquier persona y que, de hecho, en la actualidad no hay nadie ni en la India ni en el mundo que sea capaz de abrirla. Según ellos, solo la puede abrir un hombre sagrado y altamente poderoso como los antiguos Siddhapurshas o Yoguis, a través del canto de mantras sagrados. Los sabios que la custodian advirtieron que si la abren con tecnología moderna, esto desatará no solo una tragedia personal para el perpetrador, sino que un gran desastre natural azotará al planeta ¿Que se oculta en su interior? ¿Acaso hay allí dentro un secreto que la humanidad no debe o no está preparada para conocer aún? ¿O encierra una fortuna inimaginable acumulada durante siglos? Cabe recordar que en una guía de la zona, escrita hace más de 80 años por Emily Gilchriest Hatch, se cuenta que quienes intentaron abrirla se toparon con un lugar plagado de cobras, que están ahí para "custodiar" el sagrado sitio. A pesar de que todo lo encontrado hasta el momento es considerable, el abogado Ananda Padmanabhan, principal impulsor del registro de las seis primeras bóvedas del templo, acuso a la familia real de Travancore - expropietaria del edificio - de haberse llevado con anterioridad gran parte del tesoro, el cual les pertenecía desde hace generaciones pero que lo perdieron con la independencia de la India, que nacionalizo la riqueza de los maharajás, lo que dio paso a una batalla legal. "La familia real cree que es su propiedad privada, pero en 1972 el gobierno revocó su poder. Tan solo hubo una excepción, pero el último murió en 1991. Así que ahora no tiene derecho alguno a reclamar Padmanabhaswamy”, indicó el abogado en un reportaje del diario The Guardian. Aún así, el Tribunal tomó en cuenta las preocupaciones de la familia real y no consintió abrir la llamada bóveda B por temor a "la ira del Dios". Por sus enormes riquezas y por las dudas sobre lo que podría haber en esa cámara que lleva a la bóveda B, El templo hoy es uno de los lugares mejor custodiados del país. Además del aparente misterio que encierra el templo, otro de los grandes debates consiste en qué hacer con el oro que ya se ha encontrado o que se podría encontrar si se decide abrir la última bóveda. Una corriente mayoritaria expresa que por su valor espiritual e histórico debe conservarse en un museo, aunque hay quienes que sean fundidas debido al valor del oro, por lo que diversas organizaciones hindúes abogan por que permanezcan donde están. Lo que parece claro es que este lugar, envuelto en batallas legales, familias reales con apego a sus privilegios, tesoros y hasta una maldición, continuará dando de qué hablar.
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