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viernes, 8 de mayo de 2015
ENIGMAS DE LA HISTORIA: La Batería de Bagdad
Es el nombre dado a un jarrón fabricado durante el Imperio parto (antes del año 226 d. C.), que generalmente se cree que funcionaba como una pila eléctrica. En 1936, durante unas excavaciones en una colina de Kujut Rabua, una al sureste de Bagdad (Irak), fue descubierta una tumba cubierta con una losa de piedra, de la cual el Departamento Iraquí de Antigüedades extrajo entre otras piezas, un recipiente de arcilla, con forma de jarrón y de color amarillo claro. En su interior había un cilindro de cobre, fijado con asfalto a la embocadura del cuello. Dentro del cilindro había una vara de hierro. El recipiente medía 14 cm de alto por 4 cm de diámetro, mientras que el cilindro de cobre medía 9 cm de alto por 2,6 cm de diámetro La vara de hierro sobresalía 1 centímetro y daba la impresión de haber estado revestida de una fina capa de plomo. En ese año (1939), el arqueólogo alemán Wilhelm König, entonces a cargo del Laboratorio del Museo Estatal de Bagdad, lo identificó como una probable pila eléctrica. Describió su hallazgo en el 9 Jahre Irak, publicado en Austria en 1940. El primer análisis de este objeto consistió en introducir en su interior un electrolito, y conectarle una lámpara, que se encendió muy débilmente. El informe oficial que se redactó después decía que este objeto se comportaba exactamente igual que una pila eléctrica moderna. De regreso al Museo de Berlín (Alemania), König relacionó el descubrimiento con otros cilindros, varillas y tapones de asfalto similares provenientes de Mesopotamia; todos ellos con varillas delgadas de hierro y bronce. Le pareció que estas “baterías” se habrían podido unir en serie (una detrás de otra) para aumentar el voltaje producido. Si bien König no mostró con qué material se podrían haber unido las “baterías” - ya que entre los miles de objetos arqueológicos encontrados en Mesopotamia no había ningún objeto metálico transmisor de la corriente eléctrica (como un alambre de hierro) de longitud suficiente para unir varias de estas “pilas” - sostuvo que el objetivo de estas baterías era proporcionar la electricidad necesaria para realizar galvanización con oro y plata. Luego de la Segunda Guerra Mundial, Willard Gray, ingeniero en electrónica del Laboratorio de Alto Voltaje, de la General Electric Company, de Pittsfield (Massachussets, EE. UU.), fabricó un duplicado de estas baterías y las llenó con sulfato de cobre. La pila funcionó y generó entre uno y dos voltios, lo cual acrecentó su fama, por lo que fue catalogado como un oopart (acrónimo en inglés de out of place artifact: artefacto fuera de lugar) debido a que se considera que este artefacto era efectivamente una pila eléctrica. En cambio, los escépticos piensan que tal hipótesis es insostenible: no se encontraron restos, ni siquiera trazas, de ningún electrolito dentro de los cilindros de cobre. Si estos recipientes se hubieran utilizado como generadores de tensión, deberían haber contenido algún electrolito, el cual, aunque hubiese pasado mucho tiempo, se habrían podido detectar en la actualidad. Lamentablemente hoy no se puede hacer nuevos estudios de este curioso artefacto ya que desapareció en el 2003 durante la invasión de Irak ordenada por el despreciable Criminal de Guerra George w. Bush. En efecto, tras la caída de Bagdad en manos de los invasores estadounidenses, el Museo Nacional de Irak fue bárbaramente saqueado y despojado de todos sus tesoros. Durante aproximadamente tres días miles de piezas de incalculable valor histórico fueron destruidas o robadas. Si bien años después se supo que valiosas colecciones - como joyas, coronas y monedas de oro - pudieron salvarse al haber sido retiradas para su protección por el gobierno iraquí como medida de protección ante los bombarderos, no se sabe el destino que sufrieron otras como la batería de Bagdad, cuyo paradero final se desconoce.
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