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viernes, 5 de abril de 2013
MACABRA ADQUISICION: Una reliquia con la sangre de Luis XVI se vende a 24 mil dólares
Un pequeño ataúd de caoba que contiene un fragmento de tela de lino con supuestos restos de la sangre de Luis XVI fue adjudicado este miércoles por 18.738 euros (24.000 dólares) en una casa de subastas de París. La pieza, cuyo precio había sido evaluado entre 4.000 y 6.000 euros, fue adquirida por un coleccionista francés apasionado por el ejecutado Luis XVI, indicó la casa de subastas Coutau Bégarie, organizadora de la venta. La reliquia está acompañada de una inscripción manuscrita con tinta sobre una hoja de papel que indica “Sangre preciosa de Luis XVI, 21 de enero de 1793. Entregada por el coronel Joubert en 1829”. Como sabéis, con la llegada de la Revolución Francesa el monarca fue encarcelado en la prisión parisina de Temple, en 1792, antes de ser juzgado y guillotinado el 21 de enero de 1793.Luis XVI (1754-1793) fue el último rey de Francia (que reinó de 1774 a 1792) antes de que se aboliera la monarquía durante la Revolución Francesa (1789-99). Rey indeciso, sus intentos de conducir a Francia a través de las crisis de la década de 1780 fracasaron y condujeron a la Revolución, la destrucción de la monarquía y su muerte en la guillotina el 21 de enero de 1793. Los numerosos intentos de reconciliación con la revolución en ciernes fracasaron, y toda esperanza de que Luis XVI se convirtiera en un rey ciudadano obediente murió tras la Fuga a Varennes en 1791. Gobernó Francia primero como rey absolutista y luego como monarca constitucional (teóricamente), hasta que se vio obligado a ver cómo su pueblo establecía la Primera República Francesa y le otorgó el humilde nombre de ciudadano Luis Capeto. Fue el único rey francés ejecutado, y su muerte marcó el fin de mil años de monarquía francesa ininterrumpida. Tras su captura en Varennes y al sospechar que mantenía comunicación con los austriacos esperando que se impusieran y les devolvieran el poder, el 10 de agosto de 1792 una multitud de parisinos asaltó el Palacio de las Tullerías, movidos por el miedo a la amenaza del ejército extranjero de destruir la ciudad. Luis XVI fue oficialmente arrestado a los tres días y encarcelado con su familia en el Temple, la prisión fortaleza donde pasaría el resto de su vida. El 21 de septiembre, la Asamblea declaró a Francia como una república, y en adelante Luis sería conocido simplemente como el ciudadano Luis Capeto. Tras el descubrimiento de sus cartas privadas en un cofre de hierro, fue juzgado por traición en diciembre y declarado culpable en enero de 1793. La Asamblea decidió la ejecución inmediata; el propio primo de Luis estuvo entre los que votaron por la muerte. La noche del 20 de enero, Luis se despidió de su mujer y de sus hijos, prometiendo a una llorosa María Antonieta que volvería a visitarlos a la mañana siguiente, promesa que no pudo cumplir. El 21 de enero por la mañana, el antiguo rey comulgó a las 6 horas y pidió a su valet que entregue su anillo de bodas a la reina y el sello real a su hijo. Fue conducido al patíbulo de la plaza de la Revolución, donde intentó dirigirse a las 20.000 personas presentes en la plaza: "Muero inocente de todos los crímenes que se me imputan. Perdono a los que han provocado mi muerte y ruego que la sangre que vais a derramar nunca requiera Francia..."(Schama, 669).El resto de su discurso fue ahogado por un repentino redoble de tambores. A continuación, Luis fue atado a un tablón y empujado hacia adelante bajo la guillotina. Una vez que cayó, el verdugo levantó la cabeza cortada para mostrarla a la multitud que lo aclamaba, que mojó papel y cintas en la sangre real como recuerdo. El rey tenía 38 años y su muerte fue un punto de inflexión en la Revolución y en las guerras posteriores. Tras su ejecución la gente se abalanzó sobre sus pertenencias. Los cabellos, cortados por el verdugo ante de su ejecución, fueron vendidos, explicó a AFP Cyrille Boulay, el experto de la subasta. Otros textos de la época explican que “los ciudadanos empaparon sus picas y sus pañuelos con la sangre” del condenado a muerte. El pedazo de tela mide 20 × 16 cm. El pequeño ataúd (de 9 centímetros de altura por 13 cm de longitud) también contiene un monedero lleno de arena, “recogida probablemente en el suelo al pie de la guillotina el día que el rey fue decapitado”, según Boullay. El experto admitió sin embargo que no existe una “prueba absoluta” de que la sangre sea de Luis XVI. “Para saberlo habría que llevar a cabo análisis de ADN, algo que obviamente no pensamos hacerlo porque se nos acaba el negocio” explico, Mas claro ni el agua ...
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