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viernes, 27 de enero de 2017

NUEVA YORK: Un paseo por la cima de Manhattan

Conocida como la ciudad de los rascacielos, uno no deja de sorprenderse al ver los altísimos edificios que no dejan de crecer en su paisaje. He tenido la oportunidad de visitarla en varias oportunidades pero ni aun así, he llegado a conocerla en su integridad. Es tan grande que te pierdes fácilmente en ella. En esta ocasión, haremos un rápido recorrido por los símbolos más icónicos de la ciudad ¿vale?: 1.- Empire State Building (1931, 381 metros) Igual que el Martini, un buen filete y el jazz, este rascacielos de la época de la Gran Depresión nunca envejece. Quizá el edificio Chrysler sea más bonito y el One World Trade Center y el 432 Park Avenue sean más altos, pero el que domina el perfil de Nueva York sigue siendo el Empire State, obra del estudio Shreve, Lamb and Harmon. También es, probablemente, el más cinematográfico: ha aparecido en más de 100 películas, desde King Kong a Independence Day. Subir a su mirador es una experiencia tan neoyorkina como comer un sándwich de pastrami en Katz’s Delicatessen. El Empire tiene dos miradores. El de la planta 86, al aire libre, tiene telescopios que funcionan con monedas para escudriñar la metrópoli. El de la acristalada planta 102 permite ver divisar la ciudad desde mayor altura y contemplar los cinco distritos de Nueva York (si el tiempo lo permite) 2.- Edificio Flatiron (1903, 87 metros) Considerado el primer rascacielos de Nueva York, el Flatiron –20 pisos y planta triangular – fue el edificio más alto del mundo hasta 1909. Lo diseñó Daniel Burnham en 1920, con la forma de proa de un gran barco. También es conocido, y fotografiado,
por su ornamentada fachada beaux arts de piedra caliza y terracota, construida sobre una estructura de acero, que resulta más compleja y bonita cuanto más se mira. El mejor lugar para observar el edificio es la isleta peatonal al norte de la calle 23rd St, entre Broadway y la Quinta Avenida. Cuando fue levantado, dominaba toda esta plaza. Aunque se planea transformar el Flatiron en un lujoso hotel de cinco estrellas, aún se está esperando a que los últimos inquilinos lo abandonen. Mientras tanto, en la planta baja hay un espacio artístico acristalado en el que se muestran obras de artistas invitados. 3.- Edificio Chrysler (1930, 319 metros) El rascacielos más elegante de Manhattan se inspira en los automóviles de su época, con una decoración de acero que incluye gárgolas que se inspiran en los adornos habituales en los capós de los coches antiguos. Con sus 77 pisos, es una obra maestra arquitectónica que fusiona art déco y estética gótica, adornado con águilas de hierro y una aguja que recuerda al peinado de Elsa Lanchester en La Novia de Frankestein. Fue diseñado por William Van Alen en 1930 como sede del imperio automovilístico de Walter P. Chrysler. Incapaz de competir con la cadena de montaje con sus rivales Ford y General Motors, Chrysler les superó en el perfil de la ciudad y con uno de los vestíbulos más bonitos de Gotham City – alter ego de Nueva York en cómics y películas –, que se puede contemplar en Lexington Avenue con la calle 42, en el Midtown East. A pesar de que el edificio Chrysler no cuenta con restaurante ni mirador, el lujosohall de acceso lo compensa con creces. Está envuelto en un brillo ámbar, con un aire años 20, entre exótica madera oscura africana y mármol, en contraste con el suntuoso acero forjado a mano de la era industrial estadounidense. Los ascensores son preciosos,
con motivos de flores de loto egipcias taraceados en madera de fresno japonés y nogal oriental. Las mejores vistas del Chrysler se obtienen en la esquina entre la Tercera Avenida y la calle 44, desde donde se aprecian el esbelto perfil del edificio, las gárgolas y la aguja. 4.- Citigroup Center (1974-1977, 279 metros) Con su sorprendente tejado triangular y una fachada que recuerda a un bastón de caramelo, el Citigroup Center (139 53rd St en Lexington Ave, Midtown East), obra de Hugh Stubbins con 59 plantas, marcó la transición desde la sobriedad de los tejados llanos al estilo internacional. Aún más innovadora es la base, cortada en las cuatro esquinas para dejar el edificio suspendido sobre unos cimientos en forma de cruz. Esta configuración tan inusual permitió la construcción de la iglesia luterana de St. Peter, en el lado noroeste del edificio, en sustitución del templo neogótico original, demolido durante la construcción. 5.- Torre Hearst (2003-2006, 182 metros) Construida por Norman Foster, es una de las obras más ingeniosas de la arquitectura contemporánea. Su diseño de paneles diagonales recuerda a un irregular panal de vidrio y acero, algo que se aprecia mejor de cerca y desde un ángulo determinado. La torre se alza en el hueco interior del edificio Hearst Magazine, de piedra artificial, proyectado originalmente por John Urban en 1928, quien lo concibió como un rascacielos. La estructura, de 46 pisos, es una de las creaciones más ecológicas de la ciudad; el 90% de su acero procede de materiales reciclados. El vestíbulo alberga el mural Riverlines, de Richard Long, confeccionado con barro de los ríos Hudson (Nueva York) y Avon (Inglaterra). 6.- Bank of América (2004-2009, 366 metros)
Esta torre con forma de cristal es famosa por sus credenciales ecológicas; una planta de combustión limpia que satisface en torno al 65% de las necesidades eléctricas anuales del rascacielos; filtros de aire con detectores de dióxido de carbono que incrementan la ventilación y mantienen el aire lo más limpio posible, y hasta ascensores programados para evitar viajes vacíos.La maqueta, de 58 plantas, diseñada por Cook Fox Architects, recibió en 2010 el galardón que concede anualmente el Consejo de Edificios Altos y Hábitat Urbano de Estados Unidos. 7.- One World Trade Center (2014, 541 metros) El rascacielos más alto de Nueva York se ha convertido en pocos años en uno de los iconos de la ciudad, con sus 104 plantas. Obra de los arquitectos David Childs y Daniel Libeskind, simboliza el renacimiento, la determinación y resistencia de una ciudad. No es otro rascacielos más, sino un gigante cargado de simbolismo, muy consciente del pasado, pero que también mira al futuro. Es la nueva parada obligada para disfrutar de inolvidables vistas de la ciudad. Se puede subir a toda velocidad en un ascensor de cristal y disfrutar de las vistas de la ciudad a más de 100 pisos del suelo. Con 541 metros, no es solo el edificio más alto de Estados Unidos, sino de todo el hemisferio occidental y el cuarto del mundo, gracias a la aguja que lo corona. El rascacielos alberga la plataforma de observación más alta de la ciudad. Aunque abarca del piso 100 al 102, la experiencia empieza en el Global Welcome Center, en la planta baja, donde cada país de los visitantes se ilumina en un mapamundi electrónico. En la planta 100 el viajero puede disfrutar de unas vistas panorámicas de 360 grados desde donde se ven todos los puntos de interés de la ciudad, desde los puentes de Brooklyn y Manhattan hasta la Estatua de la Libertad y sus edificios más representativos.
NEW YORK timelapse from dimid on Vimeo.
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