Recorre la historia y el arte de Sicilia a través de esculturas griegas, mosaicos bizantinos y otras piezas procedentes de las diferentes civilizaciones que poblaron e invadieron esta isla del Mediterráneo, en la exposición titulada Sicily: Culture and Conquest (Sicilia: Cultura y Conquista) que se exhibe en el Museo Británico hasta el 14 de agosto, a través de unos 200 objetos procedentes de galerías de Inglaterra y de Italia que ofrecen al público una visión del legado cultural que los griegos, normandos, romanos y bizantinos dejaron en ella. Dirk Booms, uno de los comisarios de la muestra señaló que se enfocaron en los períodos griego y normando para mostrar al público la historia desconocida de la isla donde se levanta el volcán Etna. “Queremos mostrar una Sicilia alejada de los estereotipos que la gente tiene hoy en día. La isla no es sólo playas, limones, naranjas, sol y mafia. Es mucho más que eso”, apuntó. Los griegos, que llegaron a la isla junto con los fenicios entre los años 800 y 700 a.C., implantaron su arquitectura basada en templos de estilo jónico, dórico y corintio, y expandieron el uso de la moneda por ciudades como Siracusa, Agrigento y Gela. El Museo Británico recupera para esta exposición una metopa (panel rectangular que preside el friso de un templo) de un santuario desconocido de Selinute (sur de la isla) de entre el año 560 y 550 a.C. que representa una escena mitológica con un grupo de carros. Las deidades griegas, entre ellos Hades, Poseidón, Dionisio y Afrodita, terminaron por fundirse y adaptarse en la escultura siciliana, que siguió los mismos patrones de simetría, idealización de la figura humana y poses frontales. Booms explicó que tras asentarse en Sicilia, los griegos importaron a la isla su arte y la elaboraron “de forma diferente con materiales locales como la terracota”, ya que el territorio carecía de oro y plata. Así, el público podrá observar una columna de caliza en forma de mujer del año 300 a.C. que sujetaba la estructura de un teatro siciliano, figuras de terracota entre el 600 y 400 a.C. inspiradas en poemas de Homero como “La Odisea” y una atípica escultura de mármol de un soldado griego del 470 a.C..Tal y como afirmó el otro comisario Peter Higgs, “Sicilia ha sido desde siempre el corazón de la red de comercio del Mediterráneo” y, por ello, el Imperio Romano conquistó el territorio en el 241 a.C. tras derrotar a los cartagineses. De la batalla, el Museo Británico expone uno de los arietes de bronce originales que los romanos llevaban en sus navíos. Siglos después, el pueblo normando (descendientes de los vikingos) desembarcaba en la costa siciliana para establecer su reinado entre 1061 y 1194 d.C., que dio lugar a un arte basado en la mezcla de diversas culturas e influencias.“Los normandos liderados por el rey Roger II de Sicilia se dieron cuenta de que había una gran población griega y bizantina y, en lugar de marginarlos, decidieron incorporarlos en su sociedad y eso se ve también en el arte y arquitectura”, explicó Booms. La multiculturalidad normanda se encuentra en la exposición en los mosaicos y las pinturas del techo de la catedral de Cefalú (1130-1140 d.C), ya que, si bien los primeros son de inspiración bizantina, las segundas están basadas en técnicas orientales. Una de las curiosidades de la muestra es una tumba de mármol de 1149 hallada en Palermo, que tiene inscripciones en los idiomas que se podían escuchar en tierra siciliana: griego y latín. También se encuentran mosaicos que adornaban el palacio de Roger II, como uno que muestra a una Madonna con colores dorados y añiles realizada por manos bizantinas, y la pintura “Virgin and Child” (1460-1469) de Antonello de Messina. La muestra, patrocinada por el banco suizo Julius Baer, explora la rica cultura material de diversos momentos del devenir histórico de la isla.