Llega el 2016 y con el una celebración que se repite cada año en la mayor parte del mundo: la fiesta por la llegada del Año Nuevo. Según publica esta semana Time, sus orígenes se pierden en la noche de los tiempos: El Akitu - un festival babilónico que se realizaba ya hace más de cuatro mil años - es el registro más antiguo de la celebración del Año Nuevo. La primera luna nueva después del equinoccio vernal (marzo), el día con la misma cantidad de luz solar y oscuridad, anunciaba el inicio de un nuevo año, marcado también con la ceremonia en que se coronaba al rey o éste renovaba simbólicamente su gobierno. Desde entonces, todas las culturas celebran el comienzo de un nuevo año. En todas hay rituales sobre el cambio de ciclo, asociado a procesos naturales, pasar de la época seca a la lluviosa, a las cosechas, siembras, independiente de cómo se manifieste. En Roma, fue Julio César quien en el año 46 a.C. modificó el calendario, siguiendo consejos de astrónomos y matemáticos, para que tuviera sincronía con el Sol. El año nuevo partía en enero, en honor a Jano, dios romano de los comienzos, cuyas dos caras le permitían mirar el pasado y el futuro. Lo celebraban con fiestas, intercambio de regalos y decorando sus casas. Pero en la Edad Media, la corrupta y decadente Iglesia Católica consideró la fiesta como pagana y volvieron a cambiar la fecha por las celebraciones del 25 de diciembre (“nacimiento” de Jesús) y el 25 de marzo (anunciación). Sólo en 1582, el Papa Gregorio XIII restableció el 1 de enero como día de Año Nuevo, según el calendario gregoriano que se usa hasta hoy. No obstante, no todos los países celebran esta fiesta el primer día de enero. En los países cristiano ortodoxos del este de Europa se celebra el 14 de enero, al mantener en vigencia el calendario juliano; Por su parte, Irán lo hace a finales de marzo, China el primer día del primer mes lunar, Israel entre septiembre y octubre y la India el 22 de marzo, mientras que en Arabia Saudita las autoridades simplemente prohíben la celebración de la fiesta. Si bien el 1 de enero en China es un día festivo, no se celebra al nivel que su propio año nuevo o como lo hacen los países occidentales. Es un festivo normal, no hay grandes reuniones ni comidas especiales específicas. No es tan importante como el año nuevo chino o el festival de la Luna (15° día del octavo mes lunar), que en el 2016 se iniciará el 8 de febrero y estará dedicado al mono. En términos astronómicos o de ciclos de la Tierra, nada ocurre el 1 de enero, pero la fecha es la más usada en el mundo para marcar el inicio de un nuevo período.