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viernes, 24 de octubre de 2025
“LADRÓN QUE ROBA A LADRÓN...”: Las piezas que el Louvre sustrajo a otros países
Aunque el Louvre de París es hoy el museo más visitado del mundo, parte de su ‘prestigio’ descansa sobre multitud piezas expoliadas de sus países de origen: desde arte saqueado por las campañas del bastardo Napoleón Bonaparte hasta piezas de procedencia incierta adquiridas décadas atrás de manera ilegal. Cabe precisar ante todo que su situación es similar al Museo Británico, cuyos tesoros robados que exhibe se niega a devolver hasta ahora, a pesar de los múltiples pedidos de los países afectados que exigen con razón, la devolución de su patrimonio cultural. Como sabéis, el reciente robo del siglo que afecto al Louvre y puso en vergüenza a Francia, reavivó las críticas sobre el origen de muchas de las obras que exhibe dicho museo. Mientras la Policía busca las joyas napoleónicas sustraídas el pasado domingo, varios países reclaman la devolución de piezas obtenidas por Francia durante guerras y colonizaciones. Los reclamos de países como Italia, Egipto o Grecia apuntan a la necesidad de revisar la historia de esos bienes expoliados. En el periodo del Consulado y del Imperio francés, Napoleón Bonaparte impulsó campañas militares que incluyeron asimismo el saqueo sistemático de obras de arte en toda Europa, desde España hasta Rusia. Según historiadores, la pintura 'Las bodas de Caná' de Paolo Veronese fue tomada de Venecia en 1797 y trasladada al Louvre por orden de Napoleón, detalla The Irish Times. Tras su derrota en 1815, gran parte del arte confiscado fue devuelto a Italia, aunque varias piezas permanecieron en París, lo que aún genera controversias sobre su legítima propiedad. Las autoridades italianas mantienen asimismo un reclamo por siete antigüedades conservadas en el Museo del Louvre, cuya procedencia está bajo investigación. De acuerdo a lo informado por The Art Newspaper en el 2023, el Ministerio de Cultura italiano presentó una lista de piezas adquiridas entre 1982 y 1998, entre ellas un ánfora del llamado Pintor de Berlín, un crátera del 'Pintor de Antímenes' y una cabeza de Heracles procedente de la antigua ciudad etrusca de Cerveteri. Italia sostiene que las obras podrían estar vinculadas a los traficantes Giacomo Medici y Gianfranco Becchina, condenados por comercio ilegal de antigüedades. La directora del Louvre, Laurence des Cars, reconoció que "las obras de procedencia dudosa son una mancha en las colecciones" y aseguró cínicamente que el museo revisa los casos con "rigor y lucidez", pero hasta el momento, ninguna pieza sustraída ilegalmente ha sido devuelta a sus legítimos propietarios. Entre otro de los casos más conocidos - y escandalosos - figura la 'Venus de Milo', descubierta en 1820 por un agricultor en la isla griega de Milos y sustraída por un oficial naval francés, quien ‘regaló’ lo robado al rey Luis XVIII. Desde entonces, la escultura fue donada al Museo del Louvre en 1821, donde continúa expuesta como una de sus piezas más célebres y controvertidas. En el 2020, el alcalde de Milos, Gerasimos Damoulakis, lanzó una campaña pública para solicitar su devolución, coincidiendo con el bicentenario del hallazgo. "Nuestros tesoros han sido saqueados y estamos listos para luchar por recuperarlos", declaró, según recogió The Times y publicó Greek Reporter. Por su parte, Egipto reclama la devolución del 'Zodiaco de Dendera', un panel de techo del siglo I a. C. considerado por algunos el primer horóscopo del mundo. El relieve fue hallado en el Templo de Hathor por tropas francesas en 1799 y trasladado a París en 1821, donde permanece exhibido en el Museo del Louvre. En el 2022, el egiptólogo Zahi Hawass volvió a pedir su restitución, junto con la de otras piezas icónicas del patrimonio egipcio, como la Piedra Rosetta (en el Museo Británico) y el busto de Nefertiti (en Museo Nuevo de Berlín), reportó Middle East Eye. En el 2009, Egipto incluso suspendió sus relaciones institucionales con el Louvre por su negativa a devolver varias antigüedades. En los últimos años, Francia abrió un proceso de restitución de bienes coloniales. Tras el informe Sarr-Savoy (2018) y una ley que permite excepciones a la inalienabilidad, se devolvió un sable a Senegal y se programó la restitución de 26 objetos al Reino de Benín, aunque el avance general sigue siendo limitado, según admite Le Monde. Pero el reciente robo de las joyas napoleónicas - valuadas en más de 88 millones de euros - volvió a exponer la paradoja: mientras Francia exige ‘justicia’ ante el saqueo contemporáneo, su museo más prestigioso aún custodia obras cuya adquisición sigue siendo objeto de disputa entre Francia y otros países. Un expolio institucionalizado que no parece tener fin.
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