MONGOLIA: Genghis Khan en una estatua ecuestre digna de su megalomanía
Erigido en una de las infinitas estepas mongolas, este monumento fue construido en honor de Genghis Khan, uno de los conquistadores más brutales y sanguinarios de la historia (aunque en su país sea considerado un “héroe nacional”). La estatua, realizada por D. Erdenebileg y el arquitecto J. Enkhjargal, es el monumento ecuestre más grande del planeta. Tiene una altura de 40 metros, pesa 250 toneladas, está hecha totalmente en acero y se alza sobre un pedestal de más de 10 metros, el cual está rodeado por 36 columnas que representan los 36 kanes mongoles, desde Genghis Khan hasta Ligden Khan. Inaugurada en el 2008, se encuentra ubicada en el poblado mongol de Tsonjin Boldog - conectando con muchos eventos históricos en la región de Tov Amaig- a 54 kilómetros de Ulán Bator, la capital del país. Fue en esta tierra donde Temujin (el nombre que tenía Genghis Khan durante su infancia) encontró el látigo de oro, símbolo de buen presagio entre los mongoles y cuya réplica de 2 metros se exhibe en el museo ubicado en la base del monumento. Ese hecho fortuito le hizo crecer grandes ansias de dominio y poder, convirtiéndolo en un despiadado asesino que consiguió conquistar mediante el terror la mitad del mundo conocido entre finales del siglo XII y principios del siglo XIII, construyendo un imperio que abarcaba desde las orillas del Danubio hasta las costas de Corea, Sus monstruosos crímenes se hicieron legendarios y diversos historiadores calculan en 40 millones el número de sus víctimas. Un déspota semejante merecía tener un monumento colosal digno de su “obra”, pero hubo de pasar cerca de 700 años para que se convirtiese en realidad. La estatua en cuestión tiene un mirador en la cabeza del caballo al que se accede mediante un ascensor en la parte posterior, y recorriendo más tarde toda la estatua hasta llegar a la parte frontal. Desde ese mirador se tiene una vista panorámica de sus antiguos dominios. De esta manera Genghis Khan – aquel genocida que doblegó bajo su yugo a infinidad de pueblos - cabalga de nuevo sobre las tierras que antaño sometió a sangre y fuego.
