SONIDOS DEL MUNDO
viernes, 8 de agosto de 2025
BUCÉFALO: El caballo que conquisto el mundo
En su conquista del imperio persa, Alejandro Magno estuvo siempre acompañado por un caballo negro con una estrella blanca en la frente llamado Bucéfalo, al que había domado en su juventud. A lo largo de marchas por desiertos y junglas, y en el fragor de la batalla, ambos permanecieron unidos, hasta que el caballo murió en el combate del Hidaspes, una batalla librada en la India que puso fin a la expansión de su imperio hacia oriente. Cuenta Plutarco en su vida de Alejandro que el joven conoció al que habría de ser su caballo más famoso en su Pella natal, cuando un mercader tesalio lo intentó vender a su padre Filipo por la fabulosa suma de trece talentos (335 kilos) de plata. Dado que el caballo se negaba a ser montado por nadie, el rey decidió que no merecía la pena, pero Alejandro le desafió a comprarlo si él lo conseguía domar. Filipo aceptó con la condición que su hijo debería pagar el precio completo en caso de fracasar, y Alejandro se dirigió hacia el indómito animal, a quien llamaban Bucéfalo (cabeza de toro) por su gran tamaño. El macedonio consiguió tranquilizarlo encarándolo hacia el sol lejos de su sombra, a la que tenía miedo, despojándose también de su capa para que no le espantara. Así logró subirse al revoltoso caballo, y tras dar la vuelta a la pista, la multitud le aclamó al tiempo que Filipio le decía -siempre según Plutarco- que “Macedonia se le había quedado pequeña”. Fue a lomos de Bucéfalo que Alejandro tomó parte en su primera gran victoria, derrotando a los griegos en Queronea, y tras la muerte de su padre, lo llevó con él a la conquista de Asia. Gracias a su porte y el lazo afectivo que lo vinculaba con el joven monarca, el caballo se reservaba exclusivamente para el combate, cabalgando Alejandro sobre otros animales durante las agotadoras marchas. Por ello, en una ocasión fue capturado por unos persas en una incursión contra la columna de suministros, lo que provocó en Alejandro una terrible cólera que le llevó a arrasar varias aldeas hasta que su amado caballo le fue devuelto. Finalmente, ambos cabalgarían por última vez a la victoria en la batalla del río Hidaspes (326 a.C.), cuando el conquistador llevó a su caballería en un ataque de flanqueo contra el ejercito del rey indio Poro, mientras su infantería se enfrentaba a ellos por el frente. Allí chocaron contra los carros y los jinetes mandados por el hijo de Poro, quien logró herir de muerte a Bucéfalo y levemente al mismo Alejandro. Es así como tras toda una vida de aventuras, el caballo mas famoso de la Antigüedad pereció cumplidos los treinta años, y un desgarrado Alejandro construyó en su honor una ciudad llamada Alejandría Bucefalia en el punto en el que este había sido herido, aunque su ubicación exacta se desconoce. Según las fuentes, parece claro que se construyó en la orilla oeste del río Hidaspes, y se cree que este sitio está localizado frente al moderno pueblo de Jhelum, en la provincia del Panyab, al noreste del actual Pakistán. La muerte de su amado caballo presagió en cierto modo el fin del sueño del rey macedonio de conquistar la India, ya que al cabo de poco tiempo, sus soldados se amotinaron en el río Hífasis y se negaron a seguir adelante, de modo que este tuvo que regresar a Babilonia, donde perdió a su amante Hefestión - envenenado por sus generales - y moriría el mismo en el 323 a.C. con solo 32 años.
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