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viernes, 7 de marzo de 2025

BRIGHTON ROYAL PAVILION: Extravagancia a todo nivel

Este palacio es uno de los edificios más extraordinarios del Reino Unido por su llamativa combinación de estilo asiático y majestuosidad real. Fue construido en el siglo XIX como un retiro a orillas del mar para Jorge IV, entonces aún Príncipe Regente. Comenzó como una residencia junto al mar antes de convertirse en un complejo palaciego con cúpulas, torres y minaretes inspirados en el arte y la arquitectura de la China y la India que le da un aire tan extravagante. Caber precisar que Brighton no era más que un pequeño pueblo pesquero hasta bien entrado el siglo XVIII. Hacia 1740, fue aumentando la popularidad del lugar debido a las aguas curativas de mar, recomendadas por un conocido médico de Lewes, el doctor Richard Russell. El por entonces príncipe de Gales, Jorge IV visitó Brighton por primera vez en 1783, como recomendación de sus médicos, que pensaban que el agua de mar sería beneficiosa para su gota. Durante sus primeras visitas al pueblo en 1783 y 1784 el Príncipe de Gales se quedó en Grove House, una gran residencia construida en la parte norte de la Steine en la década anterior y alquilada por su tío, el duque de Cumberland, de George Wyndham. A finales de 1780, la construcción de las terrazas Georgianas ya había empezado y el pequeño pueblo pesquero se convertía poco a poco en el cotizado centro turístico que es hoy en día. Durante la primera visita del rey Jorge IV, el regente se enamoró de la pequeña villa pesquera y alquiló una pequeña granja en la zona de Old Steine, cercana al paseo. Apartado de la Corte Real de Londres, el pabellón era a la vez un sitio discreto en el que el príncipe podía tener relaciones con su primera mujer, María Ana Fitzherbert, con la que se había casado en un matrimonio ilícito, ya que era católica. Decidido a mejorar la granja, el Príncipe de Gales contrató los servicios del arquitecto Henry Holland para transformar la en una nueva villa que sería conocida como Marine Pavilion. Conocido inicialmente como Brighton House, el "Pabellón Marino" era una clásica villa de dos plantas en forma de una letra "E", con entramado de madera y con fachada de azulejos matemáticos de color crema. Un salón abovedado con seis columnas iónicas se sitúa en el centro con las alas inclinadas a ambos lados, mientras que un pórtico jónico proporcionó la entrada en el lado occidental. La decoración era de un brillante estilo francés. Con su mencionada pasión por el arte y la fascinación por Oriente, amuebló y decoró ricamente la casa, escogiendo especialmente objetos y muebles importados de China, e hizo empapelar las paredes con papel pintado a mano, adquiriendo finalmente el pabellón por 17 000 libras en septiembre de 1807. Pero su transformación en un opulento palacio comenzó recién en 1815 y tardó siete años en completarse. El príncipe Jorge escogió para la ampliación del palacio al arquitecto John Nash, cuya propuesta seguía el estilo oriental en el que se habían construido las caballerizas. Nash estaba inspirado también en el paisajista Humphrey Repton, que había publicado diseños para un nuevo palacio basados en las formas arquitectónicas indias. Las obras comenzaron haciendo alteraciones de la fachada central occidental, seguidas de la construcción de la Gran Cocina y los dos nuevos salones: el Salón de Música y el Salón de Banquetes. Los trabajos en todo el edificio, estructura y decoración interior terminaron en 1823. La compleja composición de las cúpulas, torres y minaretes crea un exterior romántico. A cada lado del enorme domo central hay dos torres que dan servicio a las habitaciones interiores sobre el Salón, una mediante una escalera y la otra con una grúa. Para conseguir un efecto pintoresco, las paredes interiores fueron pintadas de forma que parezca un edificio hecho de piedra de Bath. En 1817 el príncipe contrato a Frederick Crace y Robert Jones para terminar de decorar el interior, combinando una rica y sofisticada decoración con la altísima calidad del mobiliario, creando así un lujoso palacio. Cuando la reina Victoria accedió el trono, hizo una visita al Royal Pavilion en 1837, no le gusto su estilo y la ofreció en venta, siendo adquirida por la ciudad a 53 000 libras. Utilizado como hospital en la I Guerra Mundial, sus interiores resultaron dañados, por lo que el gobierno decidió en 1920 renovarlo completamente, Así, tras un largo periodo de restauración que abarcaron décadas, hoy el Pavilion está abierto a las visitas y disponible para eventos educativos, banquetes y bodas, como un testimonio de la prosperidad de Brighton, ciudad a la que está inextricablemente vinculado.
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