Celebrando su 250 aniversario, la Royal Academy of Arts de Londres acoge desde esta semana la exposición titulada ‘Charles I, King and Collector’ (Carlos I, rey y coleccionista) que ha conseguido reunir por primera vez desde la ejecución del monarca en 1649, una de las colecciones más famosas de la historia del arte. En efecto, la muestra reúne 140 obras consideradas excepcionales del siglo XVII de genios como Van Dick o Rubens, y que el monarca inglés recopiló durante su reinado (1600-1649). En la colección de obras también se hallan pinturas firmadas por Holbein, Tiziano o Mantegna, que el visitante podrá contemplar hasta el 15 de abril. Meses después de que Carlos I fuera ejecutado, la valiosa colección se puso a la venta y las obras terminaron diseminadas por toda Europa. ‘Charles I King and Collector’ incluye más de 90 obras prestadas por la Royal Collection, la colección de arte de la reina Isabel II, así como otros trabajos cedidos por la National Gallery (Londres), el Museo del Louvre (París), el Museo del Prado (Madrid) o el Mobilier National (París), además de otras recopilaciones públicas y privadas. La Royal Academy of Arts ha conseguido reunirlas todas en una misma muestra por primera vez luego de cuatro siglos. "Carlos I fue uno de los grandes coleccionistas de la historia, la Royal Collection es una de las grandes colecciones del mundo y las galerías de la RAA figuran entre las mejores del mundo", con lo que con una combinación así, esta exposición proporciona el perfecto lanzamiento de las celebraciones en el 2018 por el 250 aniversario del museo", indicó su presidente, Christopher Le Brun. Entre los platos fuertes de esta nueva exposición sobresalen los monumentales retratos creados por van Dyck del rey y su familia, pero también su cuadro "Cupido y Psyche", así como la pintura "Minerva protege la paz de Marte", de Pieter Paul Rubens. La exposición incluye además algunos de los óleos más relevantes del Renacimiento, como las series "El Triunfo del César" de Andrea Mantegna o "La cena en Emaús", de Tiziano. Dos años antes de su ascensión al trono, en 1623, Carlos I visitó Madrid, donde quedó impresionado por la colección de los Habsburgo, tras lo cual regresó a Inglaterra con varias obras de arte, entre las que figuraban cuadros pintados por Tiziano y Veronese. Asimismo, realizó diversos encargos a artistas de renombre de la época, como Anthony van Dyck, quien fue designado "pintor principal" de sus majestades en 1632. Carlos I logró amasar con el tiempo una selección de obras sin parangón - la colección del monarca constaba de unas 1.500 pinturas y 500 esculturas - que resultó determinante para cambiar la manera de entender el arte en Inglaterra, pero que a su vez origino un gran dispendio a las arcas reales que minaron su popularidad. Es así que tras su ejecución en 1649, fue puesta a la venta para pagar las millonarias deudas contraídas. Han debido de pasar varios siglos para que vuelvan a reunirse en un mismo lugar.