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viernes, 2 de mayo de 2014
MARAVILLAS DE LA ANTIGÜEDAD: El Mausoleo de Halicarnaso
Fue un grandioso monumento funerario construido en Halicarnaso (actual Bodrum, al suroeste de Turquía) por Artemisa II, a mediados del siglo IV a. C., tras la muerte de su hermano y esposo, el rey Mausolo de Caria (Asia Menor). El conjunto - hecho de mármol - destacaba por la belleza de su diseño y por la riqueza de sus innumerables esculturas. En ella intervinieron los mejores artistas de la época: Piteo, Bryaxis, Leochares, Scopas y Timotheus. La construcción de esta magnifica tumba fue encargada a los famosos arquitectos Sátiros y Piteos, quienes construyeron una estructura rectangular de 30 por 40 m, alcanzando unos 50 m de altura. El mausoleo estaba dividido en tres partes: un podio de planta cuadrangular, una columnata intermedia con 36 columnas y un cuerpo piramidal coronado por una gigantesca cuadriga, la mas grande jamás construida. El edificio estaba adornado asimismo con numerosas estatuas de mármol que representaban caballos y hombres tallados de forma muy realista, destacando el hecho de que ninguna de las esculturas estuviera dedicada a los dioses de Grecia. La obra fue tan increíble, que del nombre de ese Rey, Mausolo, derivó la palabra “Mausoleo”, que hoy designa a los grandes monumentos funerarios. Sin embargo, para su desgracia, no perduro a su fama, ya que tan sólo 16 años después de la finalización de la obra, Alejandro Magno tomo la ciudad, y en un acto de crueldad, este bastardo - como más tarde lo hiciera con Persépolis - ordeno su destrucción, en castigo por su alianza con Persia, quedando reducida a un montón de ruinas. Los restos que aun quedaban en pie, cayeron en un terremoto acaecido en el año 1404. Así, los materiales de las ruinas fueron empleados en la construcción del castillo de Bodrum por parte de la Orden de los Caballeros de Rodas en el siglo XIV. Afortunadamente, algunas de las esculturas sobrevivieron y se pueden admirar en el Museo Británico.
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