viernes, 27 de septiembre de 2024
SIONISMO: Una ideología delirante y perversa
Considerando sólo los últimos 24 años, mediante una conducta de depravación evidente, la entidad sionista, encabezada por el Criminal de Guerra Benjamín Netanyahu, es protagonista no solo de una política masiva de asesinatos contra la población palestina, tanto en la Franja de Gaza como en la Ribera Occidental, sino que su infinita sed de sangre lo ha llevado a extender sus brutales agresiones al Líbano - con bombardeos masivos contra la indefensa población civil - lo cual puede ser el inicio de una conflagración general en toda la región. Esta ideología demoniaca, tal como se revela acertadamente en The Protocols of the Learner of Elders of Zion (Los Protocolos de los Sabios de Sion) no solo busca dominar al mundo, sino “restablecerse” en Palestina, de la cual - afirman - “fueron expulsados hace siglos por los romanos”, cuando entre aquellos judíos y los sionistas de hoy no hay nada en común. Es más, esos “antepasados” de los cuales hacen alarde, fueron a su vez esclavos en Egipto, de donde una vez escapados, se apropiaron por la fuerza de tierras ya habitadas desde tiempos inmemoriales y que nunca fueron suyas, solo “porque Dios se los ofreció” según la Biblia, lo cual legalmente no tiene valor alguno, ya que solo se basa en mitos y leyendas que nunca han podido ser comprobadas. En resumen, usurparon esas tierras y al cabo de unos siglos de ocupación, expulsadas de ella. Su oportunidad para volver a apoderarse de lo que nunca les pertenecio, llego en 1948, cuando los sionistas contando con la abyecta complicidad de los EE.UU. y el Reino Unido, crearon una entidad artificial llamada Israel en tierras palestinas, dando inicio a una serie de expulsiones y asesinatos en masa de sus habitantes para apoderarse de sus propiedades y entregarlas a colonos judíos llegados de Europa como nuevos “dueños” de lo robado. Desde entonces, las acciones del sionismo han ido enfocadas en seguir consolidando la construcción de asentamientos en la Ribera occidental para apoderarse de toda ella. Ello, a contrapelo de la legislación internacional, como fueron las resoluciones de la ONU, que reafirmaron el carácter ilegal de los asentamientos en los territorios palestinos del West Bank. Pocos países han levantado la voz para exigir este cumplimiento. En el caso de Irán, la nación persa lleva la voz cantante y ha instado a la comunidad internacional a cumplir con su responsabilidad inherente, aumentar las presiones contra la entidad sionista e impedir que se materialicen las políticas agresivas y expansionistas de dicho régimen, que no solo ambiciona apoderarse de Gaza y la franja occidental, sino también del Líbano. Analistas como Norman Finkelstein - estadounidense de religión judía - en su libro “Método y locura: La historia oculta de los ataques de Israel en Gaza” da a conocer que el repetido recurso a la guerra más salvaje por parte de Israel dista mucho de ser irracional: “en realidad, afirma Finkelstein, los ataques de Israel han sido diseñados para sabotear todo compromiso de paz con los palestinos, aun cuando los términos de este les favorezca ampliamente. Desde el nacimiento de Israel su única obsesión es exterminarlos completamente. Es la solución final de quienes gobiernan” En esta postura del sionismo y a la vista de las cifras de víctimas de las operaciones militares israelíes, se ha dicho que esta desproporción en el número de víctimas ocasionadas y las víctimas propias tiene un carácter delirante y patológico. ¿Es así? ¿Sufre la entidad sionista de una patología delirante? Si entendemos por delirio aquella sicopatología donde se destacan temas tales como sentirse perseguido, además de presentar visiones de grandeza o megalomanía - un pueblo ‘elegido’ convocado a una misión divina - la entidad sionista, al interpretar la realidad de manera distorsionada es entonces delirante, tiene una ruptura con la realidad circundante, sin capacidad autocrítica y sin un pensamiento coherente y lógico. Se autoconvence que aquello que hace, por más criminal que sea tiene un objetivo superior: la grandeza y la seguridad del sionismo a partir de una orientación de un dios exclusivo y excluyente. El delirio se genera a partir de una interpretación distorsionada de la realidad. Allí donde todos ven una conducta de agresión, el delirante habla de “autodefensa”. Allí donde los organismos internacionales hablan de la necesidad de detener la construcción de muros y asentamientos que segregan y usurpan territorio palestino, el delirante habla de “la necesidad de proteger sus fronteras”. Pero cuando el pueblo palestino, en uso moral y legal de actos de defensa de su territorio ejecuta acciones de autodefensa contra tropas y colonos ocupantes, el delirante habla de “terrorismo” ocultando así su propia política colonialista, racista y criminal. En el plano político no se conocen medidas preventivas contra el delirio, por ello resulta importante que ante las sospechas de estos síntomas, que en el caso del sionismo son lisa y llanamente un claro diagnóstico de una enfermedad grave pero no por ello inimputable frente a hechos delictivos. Por ello, los organismos internacionales, las sociedades deben definir cursos de acción encaminados a proteger a los pueblos que sufren la acción de políticos, religiosos, colonos, instituciones civiles y militares aquejados de esta patología. Es indudable, a la luz de la conducta histórica del sionismo, que esta ideología y su expresión estructural bajo el nombre de Israel es una entidad dotada de una conducta de perversión donde la moral y los valores están absolutamente trastocados. La perversión, como concepto aplicable al actuar político y militar de la entidad sionista, supone a un gobierno y miembros de esa sociedad que actúan con conductas invertidas, normalmente no aceptadas y moralmente incorrectas, que buscan a través de la puesta en práctica de esas acciones perversas el placer del dominio mediante el uso del terror. Actos perversos contra la población palestina ejecutada por soldados y colonos: asesinar a sangre fría, detener y torturar, impedir la libre circulación de los habitantes del territorio. Impedir ejercer sus acciones religiosas. Demoler miles de viviendas hasta sus cimientos, destruir sus cosechas, arrancar de raíz sus árboles de olivos, cercar sus ciudades con muros y alambradas. Hacer uso de la llamada ley de Ausencia, que permite apropiarse (robar) la casa de un no judío al que se ha obligado a huir. Impedir el uso de bienes como el agua y la electricidad. Generar guetos, carreteras exclusivas para colonos. La lista de actos perversos suma y sigue: cercar con check points las tierras palestinas, impidiendo la libre circulación de la población palestina. Judaizar Jerusalén. Construir asentamientos y poblarlos de colonos extremistas en territorio palestino, impedir el desarrollo cultural, eliminar todo rastro lingüístico de nombres árabes. Negar el regreso de los refugiados del forzado exilio. Rematar en el suelo a hombres y mujeres palestinos heridos. Detener a menores de edad. Maltratar a ancianos y mujeres. Segregar a la población mediante el uso de documentos diferenciadores. Así, el apartheid practicado por Israel contra la población palestina deja de ser un simple recurso argumentativo y se convierte en una realidad- El propio Tribunal Russel Para Palestina, reunido en la Ciudad del Cabo (Sudáfrica) el año 2011 que convocó a destacados juristas internacionales concluyó que “Israel somete al pueblo palestino a un régimen institucionalizado de dominación considerado apartheid por el derecho internacional” bajo el marco de la Resolución 3379 de la Asamblea General de la ONU, aprobada el 10 de noviembre de 1975 , equiparó al sionismo con el racismo en general y llamó a su eliminación, entendiéndola como una forma de discriminación racial. Toda esa larga lista de acciones perversas del sionismo no cesa y se fundan en un deseo que reúne las características propias de una ideología criminal, que ve al palestino como un animal, un ser inferior, un infrahumano, alguien sin derechos frente al denominado “pueblo elegido”, a quien afirman que Dios le concedió una tierra ajena y ha hecho de ese mito una razón fundante. Una ideología que bajo el actual régimen israelí preconiza un Estado “étnicamente puro”. Esa perversión se funda en actos de una ideología que encuentra su expresión y verbalización en líderes israelíes que alientan el odio, la segregación y el crimen de los no judíos, calificando a los palestinos como animales a los cuales hay que exterminar. Perversión como la del terrorista ex Primer Ministro Menahem Begin, nacido en Bielorrusia, quien el año 1982 declaró ante el parlamento israelí el carácter infrahumano de los palestinos “se los digo, apenas son humanos”. Perversión como la del también ex Primer Ministro Ehud Barack, de padres lituanos, quien en la segunda Intifada advertía a los israelíes “los palestinos son como los cocodrilos, cuanta más carne les dan, más quieren”. Palabras complementadas con las “piadosas” expresiones del rabino Yizhak Ginsburg, nacido en Estados Unidos quien señalaba “la sangre judía y la sangre de los que no lo son no es la misma y en ese plano, matar no es un crimen si las víctimas no son judías”. Como no recordar al fallecido Yizhak Shamir, de origen bielorruso y ex Primer Ministro, quien vociferaba a los cuatros vientos “Aplastaremos a los palestinos como a langostas, aplastaremos sus cabezas contra las rocas y los muros” También podríamos referir en este breve recuento las palabras del ex Ministro de Defensa, el colono ultranacionalista de origen moldavo Avigdor Lieberman quien propuso el año 2009 tras la operación Plomo Fundido, “aplicar en Gaza lo se le hizo a Japón al final de la segunda guerra mundial”. Y dentro de estas ideas tan propias de los líderes de la autodenominada “mayor democracia de Oriente Medio” destaca la de Ayelet Shaked, quien fue Ministra de Justicia (entre el 2015 y el 2019) y ex diputada por el partido Hogar judío, la cual sostuvo que “Detrás de cada terrorista hay decenas de hombres y mujeres sin los cuales no podría atentar. Ahora todos son combatientes enemigos, y su sangre caerá sobre sus cabezas. Incluso las madres de los mártires, que los envían al infierno con flores y besos. Nada sería más justo que siguieran sus pasos. Estas madres deberían desaparecer junto a sus hogares, donde han criado a estas serpientes. De lo contrario, criarán más pequeñas serpientes" asevero. Es indudable que el delirio, la perversión y la megalomanía, son partes componentes del sionismo, constituyendo parte del engranaje de una ideología demoniaca convertida en una perversión criminal del judaísmo, tal como lo ha declarado la organización de rabinos Neturei Karta, convencidos de la incompatibilidad entre las enseñanzas del judaísmo y una entidad artificial denominada Israel asentada sobre la fuerza de las armas, el pillaje y el sufrimiento de todo un pueblo. Según Moshé Machover, matemático y filósofo israelí radicado en Inglaterra, la idea de un pueblo judío es "una falsa idea promovida por la ideología sionista: el mito de que los judíos en todo el mundo son una nación antigua, exiliada por la fuerza de su antigua patria, la tierra de Israel" continuar en esa idea, tratar de imponerla y ocupar tierras ajenas es una conducta delirante, como perversa es el uso de prácticas violatorias de los derechos humanos de millones de palestinos en pos de ese objetivo mitológico. “El sionismo es intrínsecamente demoniaco y los hechos lo demuestran” aseveró. Y no le falta razón.
viernes, 20 de septiembre de 2024
LEYENDAS GRABADAS: Explorando los misterios de las estelas rúnicas
El arte de las runas nace hacia el siglo IV d.C., en Suecia y Noruega y, más tarde, en Dinamarca. Las primeras piedras rúnicas se colocaban al lado de las tumbas como homenaje a los difuntos. En la época de los vikingos, es decir, desde el siglo VIII en adelante, estas inscripciones pasaron a ser mucho más elaboradas, llegando a incluir detalles sobre los logros y los viajes de quienes ya no estaban entre los vivos. Con el tiempo, miles de estelas rúnicas acabaron salpicando el paisaje de la región. Hoy en día, se las considera las obras escritas más antiguas de Escandinavia y una fascinante muestra de la cultura y tradición nórdicas de la Antigüedad. Las inscripciones rúnicas se dividen en tres categorías, siendo el futhark antiguo la forma más arcaica de alfabeto rúnico. Su uso se remonta al siglo II-VIII. Runas anglosajonas: Las runas anglosajonas, como su propio nombre indica, fueron utilizadas por los primeros anglosajones como alfabeto en su sistema de escritura entre los siglos V y XI; Futhark joven: El futhark joven, también conocido como runas escandinavas, es un alfabeto rúnico y una forma reducida del futhark antiguo que se usó desde el siglo IX en adelante; Piedras rúnicas varegas: Una piedra rúnica varega es una estela con inscripciones sobre los viajes al este desde Escandinavia (Austr) o a la ruta comercial de los varegos a los griegos (Austrvegr); Piedras rúnicas de Ingvar: Las piedras rúnicas de Ingvar son estelas en homenaje a quienes murieron en la incursión en el mar Caspio dirigida por Ingvar el Viajero; Piedras rúnicas sobre Grecia: Estas piedras rúnicas hablan de los viajes hacia el este del Mediterráneo, a lugares como Grecia e incluso el Imperio bizantino; Piedras rúnicas vikingas: Las piedras rúnicas vikingas son las que hacen referencia a escandinavos que participaron en las expediciones vikingas en Europa occidental y a los guerreros que murieron en ellas; Piedras rúnicas de Jarlabanke: Estas piedras rúnicas se llaman así por hacer referencia a Jarlabanke Ingefastsson y a su clan en nórdico antiguo; Piedra rúnica de Rök: Es uno de los hallazgos arqueológicos más singulares del mundo, de ahí su fama. Se encuentra en la ciudad sueca de Rök y cuenta con la mayor inscripción rúnica conocida hasta la fecha. Monumental en cuanto a tamaño y ornamentación, la piedra se creó en el año 800 y se la considera la primera obra escrita de la literatura sueca. La historia que relata va sobre dioses, guerra y un padre que pierde a su hijo en batalla, es decir, referencias históricas embellecidas con fragmentos de mitología nórdica; Piedras rúnicas de Jelling: Jellin (Dinamarca) es sinónimo de historia vikinga, ya que es aquí donde se encuentran las increíbles piedras rúnicas homónimas. Talladas en el siglo X, estas estelas a menudo son consideradas el certificado de nacimiento de Dinamarca. La más grande fue erigida en el año 965 por el rey Harald Blåtand Gormsson en homenaje a sus padres, Gorm y Thyra. Las estelas, junto con unos montículos funerarios paganos y una pequeña iglesia que se encuentran en las proximidades, están considerados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco; Piedras rúnicas de Skårby: Una de las piedras rúnicas de Skårby de la época vikinga, Skårby 1, es conocida por tener un león en el centro de la inscripción, dedicada a la memoria de un hermano caído en batalla. La estela se encuentra en los jardines de Kulturen, en la ciudad sueca de Lund; Piedra rúnica de Gripsholm: La piedra rúnica de Gripsholm, ubicada en Mariefred (Suecia) debe su nombre al castillo de Gripsholm. Se trata de uno de los mejores ejemplares de estela rúnica de Ingvar que se conservan, una de las 26 piedras varegas repartidas por toda Escandinavia que conmemoran a quienes perecieron en la incursión en el mar Caspio de Ingvar el Viajero. La inscripción, como se puede apreciar en la imagen, tiene forma de serpiente; Piedra rúnica de la máscara: Esta estela rúnica de granito fue descubierta en Arhus (Dinamarca). En ella se aprecia una máscara sonriente de una deidad y una inscripción rúnica en nórdico antiguo en la que se menciona una batalla entre reyes. Actualmente se encuentra en el Moesgaard Museum; Piedras rúnicas de Jarlabanke: Cerca de 20 estelas rúnicas de Jarlabanke del siglo XI se encuentran en la provincia sueca de Uppland. Deben su nombre a un terrateniente llamado Jarlabanke, quien las levantó para conmemorar la creación de la calzada o puente por el que su alma sería transportada al más allá; Piedra rúnica Hacon Stone; Se cree que Hovgården (Suecia) fue el lugar desde el que los reyes y terratenientes gobernaron la zona, una hipótesis que se ve reforzada por la presencia de la Hacon Stone. Tallada alrededor 1070, la estela rúnica cuenta con una inscripción que menciona al rey Haakon el Rojo. Hovgården, al igual que Birka, está considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco; Piedras rúnicas de Skånela: En los alrededores de la iglesia Skånela, cerca de Estocolmo (Suecia) se encuentra toda una colección de estelas rúnicas de la época vikinga. De hecho, algunos fragmentos están incrustados en las propias paredes de la iglesia. La piedra que aparece en la imagen fue levantada por una mujer llamada Fastlaug en memoria de su hermano, Fullugi. En la inscripción también aparece representada una bestia alada; Piedra rúnica de Sparlösa: Otra de las estelas rúnicas más impresionantes de Suecia es la piedra de Sparlösa. Sus enigmáticas referencias a una gran batalla y sus numerosas descripciones de bestias misteriosas (como el ganso que lucha contra una serpiente en la imagen o un búho con cabeza de león) han intrigado a los historiadores durante años. Esta piedra rúnica se encuentra en la provincia suroccidental de Vestrogotia; Piedras rúnicas de Hedeby: Se trata de cuatro piedras rúnicas del siglo X ubicadas en la ciudad de Hedeby, en el norte de Alemania. Esta zona solía ser parte de Dinamarca durante la época vikinga, habiendo sido tomado por el rey sueco Erick el Victorioso. Mientras que tres de ellas se encuentran al aire libre, la cuarta, la piedra rúnica de Skarthi, está expuesta en el Hedeby Viking Museum; Piedra rúnica de Karlevi: Esta estela rúnica del siglo X cuenta con una inscripción escrita en prosa y en verso famosa por mencionar a la hija de Thor, Þrúðr, y a Viðurr, uno de los nombres de Odín. Se encuentra en Karlevi, cerca el estrecho de Kalmar, en la isla de Öland (Suecia); Piedra rúnica de Ashmolean: Esta piedra es una de las estelas rúnicas sobre Grecia y se encuentra en el Ashmolean Museum de la Universidad de Oxford (Inglaterra). Estas piedras contienen información sobre los viajes que los nórdicos emprendieron hacia el Imperio bizantino; Piedra rúnica de Anundshög: El túmulo de Anundshög es uno de los yacimientos más antiguos de Suecia y suele estar asociado al legendario rey Anund. Una piedra rúnica situada cerca del antiguo montículo menciona al hermano de Anund, lo que no hace más que reforzar la leyenda; Piedra rúnica de Alstad: La piedra rúnica de Alstad, de finales del siglo X, se encuentra expuesta en el Museo de Historia Cultural de Oslo. Ambos lados contienen inscripciones, así como el contorno de un ave de rapiña, perros y caballos para ilustrar el matrimonio de una pareja de Ringerike; Piedra rúnica de Olsbrostenen: La piedra rúnica de Olsbrostenen, ubicada en Norra Åsarp (sur de Suecia), es una bella lápida de la época vikinga que contiene la siguiente inscripción: "Gufi levantó esta estela en memoria de Ólafr, su hijo, un hombre muy valiente. Murió asesinado en Estonia"; Piedra rúnica de Replösa: La piedra rúnica de Replösa (Ljungby, Suecia) se encuentra en un barco de piedra, es decir, una tumba o sepultura de cremación rodeada de losas o piedras en forma de barco o nave. Curiosamente, la inscripción lleva los nombres daneses de Götrad y Åstrad; Piedra rúnica del castillo de Karlberg: Cerca de los terrenos del castillo de Karlberg (Estocolmo, Suecia) se encuentra esta estela rúnica levantada por dos personas llamadas Ǫnundr y Þorgísl en memoria de un tercero, Ásgautr; Grabado Ramsund: El grabado Ramsund, si bien no es una estela per se, sí se trata de un vestigio de arte nórdico de estilo rúnico muy importante. Data del siglo XI y se encuentra en la provincia sueca de Södermanland; Piedra rúnica de Kensington: Descubierta por un inmigrante sueco en 1898 en Minnesota, la llamada piedra rúnica de Kensington sigue siendo objeto de debate, incluso porque se duda de que su autenticidad. La inscripción parece ser un testimonio de unos exploradores escandinavos del siglo XIV, pero muchos historiadores creen que es falsa. La polémica estela, no obstante, se encuentra expuesta en el Alexandria Chamber of Commerce and Runestone Museum de Minnesota. Como podéis notar, cada una de ellas es única y eso lo hace más interesante ¿No os parece?
viernes, 13 de septiembre de 2024
LOS VERDADEROS BÁRBAROS: Cómo los franceses y los británicos «civilizaron» África
Como sabéis, las huellas coloniales en África dibujan un amargo panorama de explotación socioeconómica y represión política, y en el centro de ellas se encuentran Gran Bretaña y Francia. Estos países aplicaron sistemas de gobierno colonial diferentes, complejos pero similares. Para ello, es necesario desenmascarar sus juegos coloniales a fin de comprender mejor cómo esta compleja cadena de mecanismos afecta al continente en la actualidad. Los siglos XV y XVI marcaron una afluencia de potencias coloniales a África. A principios del siglo XVI, los británicos, bajo el mando de Isabel I, habían desplegado a sus "lobos de mar" (un grupo de piratas notorios) liderados por John Hawkins, cuyo deber inicial era atacar y saquear los barcos españoles provenientes de América cargados de riquezas. Pero en 1564, la banda se concentró en la captura y venta de africanos como esclavos a las Indias Occidentales para trabajar en plantaciones, cuyos productos finales se enviaban a Gran Bretaña en una forma de comercio triangular, un sistema de comercio que se conoció como el comercio transatlántico de esclavos. Al comprobar lo lucrativas que eran estas expediciones, la reina decidió patrocinar el resto de sus misiones. En 1672 la corona británica institucionalizó aún más este acto al establecer la Royal African Company, con la autorización de Carlos II, para realizar exclusivamente el comercio de recursos extraídos de África, como oro, esclavos y marfil. Hasta 1884, cuando se adoptó el concepto de ocupación efectiva como parte del Acta General firmada por las potencias europeas que se repartieron África durante la Conferencia de Berlín de 1884-85, las ambiciones británicas no eran principalmente de naturaleza territorial, sino más bien de establecer una red de puestos comerciales que comerciaran con objetos saqueados en un mercado negro. Este sistema encubierto de saqueo se transformó en años posteriores en el sistema de "gobierno indirecto". Sin embargo, los franceses deseaban tanto el expansionismo territorial como el comercio de objetos saqueados, como lo demuestra la creación del puesto comercial de Saint-Louis en Senegal en 1659, como parte de una visión para crear un sueño en el noroeste de África con Senegal como centro. El sueño implicaba establecer un control efectivo sobre territorios desde África occidental, como lo que hoy es Costa de Marfil, Níger, Guinea, Burkina Faso y Mauritania, hasta territorios del norte, como Argelia, Túnez y Marruecos. Para los franceses, esta política expansionista ofrecía una ventaja competitiva en términos de comercio de objetos saqueados y difusión de la lengua y la cultura francesas, como parte de "su misión civilizadora", una idea que impregnó la sociedad francesa del siglo XVIII. Pero las diferencias en sus visiones impulsaron a los colonialistas a operar distintos sistemas de gobierno colonial. Los británicos adoptaron una postura “moralista” al abolir el comercio de esclavos porque comenzó a generar antagonismo entre la gente. Sin embargo, con el pretexto de aplastar a los líderes involucrados en el comercio de esclavos, pusieron fin de manera encubierta a la oportunidad de derrocar a líderes políticos como Nana y Jaja en Nigeria, que se oponían al dominio británico y habían abolido el comercio de esclavos para el comercio de caucho y aceite de palma en el siglo XIX. Esto sentó las bases para el sistema británico de gobierno indirecto, ya que podría decirse que infundió miedo entre los líderes opositores y reunió apoyo para los títeres británicos. De esta manera. a través del gobierno indirecto, gobernaron al pueblo a través de las élites y los jefes leales a la corona colonial británica. En tanto, los franceses tenían un gobernador general, designado por un comité selecto en Paris, un consejo asesor compuesto predominantemente por franceses y gobernadores locales designados que eran africanos. Para garantizar la confianza del pueblo en el gobierno colonial, los franceses otorgaron la ciudadanía a los africanos que alcanzaron un cierto nivel de dominio del idioma y asimilación cultural. A estas personas se las llamaba a menudo "evolucionados" que significa "aquellos que han evolucionado". Se los consideraba ciudadanos franceses de segunda clase, tenían limitados derechos civiles y políticos y a menudo eran objeto de racismo. A los africanos se les permitía “elegir” periódicamente a sus propios gobernadores entre los candidatos seleccionados por el gobierno colonial francés, y en algunos casos, como en el caso de Senegal, a los " evolucionados" se les permitía elegir a sus propios representantes en la Asamblea Nacional francesa. Un ejemplo notable es Blaise Diagne, que sirvió en la Asamblea Nacional francesa de 1914 a 1934. A pesar de las diferencias internas en sus políticas coloniales, las autoridades británicas y francesas eran flexibles y a menudo tomaban ideas prestadas unas de otras. Los británicos aplicaban un sistema formalmente similar: existían el gobernador general, los comisionados residentes, los misioneros cristianos, los funcionarios coloniales, los jefes y los agentes coloniales. Los jefes y agentes coloniales eran predominantemente africanos, mientras que el resto eran británicos. Los africanos eran responsables de recaudar impuestos, tasas para la inscripción en el comercio de esclavos para capturar a sus compatriotas africanos y venderlos a los británicos. También ayudaban a escuchar las quejas por la justicia colonial, así como el trabajo de los misioneros cristianos. Esto era importante porque los misioneros cristianos proporcionaban escuelas para capacitar a los lugareños de acuerdo con las políticas coloniales británicas. En la Costa de Oro (la actual Ghana), el misionero metodista wesleyano estableció la escuela de niños Mfantsipim y la escuela secundaria de niñas Wesley para este propósito, y agentes como el reverendo Thomas Thompson, un educador que escribió un panfleto titulado 'El comercio africano de esclavos negros ha demostrado ser consistente con los principios de la humanidad y las leyes de la religión revelada en 1778'. Al emplear esta estrategia, los británicos buscaron mantener intermediarios que los ayudaran a infundir confianza en la administración colonial, evitar la resistencia y reducir los costos administrativos. En situaciones en las que la política francesa de asimilación encontró desafíos, los franceses practicaron un sistema indirecto similar al del Sudán francés (actual Malí). Pero el norte de la colonia, con una fuerte presencia islámica, rechazó la cultura francesa porque la consideraba contraria a sus valores. Para abordar este problema, los franceses colaboraron con los jefes y las élites para gobernarlos indirectamente de acuerdo con las reglas coloniales francesas y, en consecuencia, los obligaron indirectamente a adoptar prácticas francesas. En pocas palabras, la política francesa de asimilación estaba orientada a crear ciudadanos franceses de segunda clase que se adhirieran a los valores, la cultura y las instrucciones francesas, mientras que la política británica de gobierno indirecto buscaba crear "títeres en los hilos" al permitir que los gobernantes tradicionales mantuvieran su cultura mientras gobernaban las colonias a través de ellos. Por su parte, el desarrollo de la infraestructura se enmarcó estratégicamente en una política colonial. Por ejemplo, en la década de 1920 se construyó la línea ferroviaria Congo-Océano para transportar madera y minerales desde Congo-Brazzaville hasta el puerto de Point-Noire, para su exportación a París. En la Costa de Oro, en 1898 los británicos comenzaron la construcción de una línea ferroviaria de carga que unía el puerto de Sekondi con Tarkwa (una comunidad minera de oro en Ghana) para explotar minerales que se exportarían a Gran Bretaña. Sin embargo, las obras de infraestructura fueron llevadas a cabo por africanos obligados a trabajar gratis algunos días al año. Los franceses, en particular, introdujeron la "política de prestación", que implicaba doce días de trabajo gratuito obligatorio de los africanos para lo que se describía como obras públicas. El trabajo forzoso, incluso para los menores, se generalizó tanto que en 1930 se firmó una convención laboral internacional que lo prohibía, pero las potencias coloniales lo ignoraron descaradamente. Los franceses extendieron aún más esta práctica al alistar obligatoriamente a los africanos en el Armée d'Afrique (Ejército Africano) y utilizarlos para este tipo de proyectos. Por otra parte, la Fuerza Fronteriza Británica de África Occidental y la Fuerza de África Occidental fueron ampliamente utilizadas para reprimir los movimientos nacionalistas que se oponían al dominio británico y a la imposición de impuestos, como el impuesto a las chozas, que se aplicaba a los residentes de las colonias británicas para financiar la administración colonial en función del tamaño de sus casas, es decir, sus chozas. En Sierra Leona, los intentos de reprimir la disidencia contra este impuesto condujeron a la Guerra del Impuesto a las Chozas de 1898. ¿Fueron diferentes los métodos de explotación económica británicos y franceses? A pesar de las diferencias, existían marcadas similitudes entre las políticas económicas, ya que ambos mecanismos económicos perpetuaban un sentimiento de dependencia. Se impusieron a las colonias distintas monedas: la libra británica de África Occidental y el chelín de África Oriental, así como el franco CFA (Colonies Françaises d'Afrique). A principios del siglo XX, ambos países operaban a través de corporaciones, como la Compagnie Francaise d'Afrique Occidentale (CFAO), controlada por los franceses, y la United Africa Company (UAC), controlada por los británicos, que era una subsidiaria de la empresa angloholandesa Unilever. Los africanos se vieron obligados a formar cooperativas para cultivar determinados cultivos comerciales que necesitaban los estados coloniales. Las corporaciones coloniales fijaron más tarde el precio mínimo de esos cultivos, que luego se exportaron a los estados coloniales. Las corporaciones coloniales importaron posteriormente bienes secundarios de los estados coloniales para las colonias a precios más altos. Esto aseguró dos cosas: primero, que las colonias siguieran siendo "plantaciones en el extranjero" para la potencia colonial y, segundo, que las colonias siguieran siendo económicamente pobres mientras clamaban por bienes secundarios de la potencia colonial. Luego de que las colonias francesas lograron su independencia, Francia quiso mantener estas políticas mediante una serie de acuerdos en el marco de un acuerdo conocido como Françafrique. Sin embargo, esto creó antagonismo contra el dictador Charles De Gaulle por varias razones, en particular por su incapacidad para ofrecer justificaciones que tuvieran eco entre los africanos. Creó un sentimiento de derecho en las colonias que estaban decididas a obtener la independencia, como en el caso de Guinea bajo el liderazgo de Sékou Touré. Los intentos de independizarse en 1958 y adoptar su propia moneda enfurecieron al gobierno francés y dieron lugar a la “Operación Persil”, un sabotaje flagrante por parte de Francia para desestabilizar a Guinea por haber votado a favor de la independencia total de la influencia francesa en tres frentes: en el económico, inundando Guinea con billetes falsos para crear hiperinflación; en el político, mediante envíos masivos de armas a Guinea y transformando a la oposición en paramilitares para causar el caos y, finalmente, derrocar al presidente, Sékou Touré; y, por último, en el social, destruyendo infraestructuras civiles críticas en Guinea, incluidos los sistemas de telecomunicaciones y alcantarillado. Por otra parte, luego de una serie de conflictos con las colonias, como la Costa de Oro, Gran Bretaña y otros países occidentales decidieron conceder a las colonias el poder de gobernar sus propios asuntos en gran medida tras obtener la independencia. De esta manera, los estados africanos podían adoptar sus propias monedas, así como desarrollar políticas económicas y de seguridad independientes, pero Gran Bretaña mantuvo los compromisos con sus antiguas colonias a través de la Mancomunidad de Naciones. A través de esto, las antiguas colonias mantienen las estructuras británicas, como el idioma y los sistemas legales comunes. A diferencia de Francia, Gran Bretaña también posicionó estratégicamente a sus empresas, como De La Rue, como una mejor alternativa para imprimir monedas de sus antiguas colonias a través de acuerdos comerciales en lugar de la intimidación política. Sin duda, a pesar de las diferencias, tanto la política de asimilación francesa como el gobierno indirecto británico perpetuaron un sentimiento de dependencia destinado a empobrecer a las colonias africanas. Los efectos flagrantes de esta barbarie institucionalizada todavía se sienten profundamente en África hoy en día.
viernes, 6 de septiembre de 2024
PERSECUCIÓN RELIGIOSA EN UCRANIA: Abriendo el paso al neopaganismo
El 24 de agosto de este año, el títere colaboracionista ucraniano Vladímir Zelenski firmó una ley que prohíbe todos “los grupos religiosos vinculados a Rusia” en el país. El objetivo principal es la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, la principal organización religiosa del país que, independientemente de las decisiones administrativas de los años 1990 (autonomía dentro del Patriarcado de Moscú) y del 2022 (su total independencia del Patriarcado de Moscú), tiene más de 1.000 años de historia. El hecho de que dicha decisión fue adoptada en el llamado “Día de la Independencia” de Ucrania agrega un cinismo particular. No cabe duda por ello que la persecución de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana por parte del régimen golpista de Kiev tiene como objetivo abrir paso al neopaganismo en Ucrania. A primera vista, podría parecer que se trata de sustituir a la antigua Iglesia, que tiene vínculos históricos con el Patriarcado de Moscú, por una institución pseudorreligiosa llamada “Iglesia Ortodoxa de Ucrania”. Sin embargo, el objetivo de esta acción disfrazada de disputa eclesiástica no es crear una alternativa a la Iglesia canónica, sino destruir la religión ortodoxa. Como sabéis, el cristianismo ortodoxo fue adoptado como religión del primer Estado de los eslavos orientales en Kiev, su capital. El primer Estado eslavo se llamó Rus de Kiev, y su gobernante, el príncipe Vladímir, lo convirtió a la fe cristiana bautizándolo a la orilla derecha del sagrado río Dniéper. Los eslavos orientales son representados hoy por tres pueblos: rusos, ucranianos y bielorrusos, que se entienden perfectamente en sus idiomas, representan diferentes versiones de la misma cultura y genéticamente no tienen entre sí ni la más mínima diferencia, aunque la propaganda oficial de Kiev, desde el golpe de Estado del Maidán en el 2014 - organizado por la CIA - insista en que los ucranianos son “parte de la civilización europea” y no tienen nada que ver con “los bárbaros rusos”. Durante su discurso nocturno sobre esta ley, Zelenski dijo que “la ortodoxia ucraniana está dando hoy un paso hacia la liberación de los demonios de Moscú”. La nueva ley otorga a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana nueve meses “para cortar los lazos con Rusia” o, de lo contrario, serán clausurados por orden judicial. Según esta ley, las actividades de la Iglesia Ortodoxa Rusa son “una extensión ideológica del régimen del Estado agresor” en referencia a Rusia. Durante la votación en el Parlamento ucraniano, 265 legisladores votaron a favor y 29 en contra. A su vez, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) no ha dejado de acusar a la Iglesia Ortodoxa “de difundir propaganda rusa a favor de Moscú” y, desde el inicio del conflicto armado, ha abierto procesos penales con cargos inventados contra más de 100 de sus monjes. Casi 50 de ellos ya han sido acusados y 26 condenados. En efecto, desde hace mucho tiempo, los medios de propaganda ucranianos llevan a cabo una rabiosa campaña contra la Iglesia ortodoxa, que provocó intervenciones a muchos templos, a menudo acompañadas de palizas a sus feligreses. En este contexto, llama la atención la inacción de las estructuras internacionales pertinentes que en realidad intentan “no darse cuenta” de la opresión religiosa en Ucrania. Los medios de comunicación occidentales, que diariamente promueven contenido antirruso, también guardan un silencio cómplice, como si ese tema no existiera para ellos en absoluto, porque “arroja una sombra” sobre el régimen que utiliza la religión como arma. Es indudable que la prohibición de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana por el régimen de Kiev es un acontecimiento previsible, inevitable y refleja plenamente la esencia de ese gobierno golpista. Lo sorprendente no es la prohibición, sino lo mucho que se retrasó. Luego del golpe del Maidán esto podía haber sucedido en cualquier momento. Por lo visto, la fe ortodoxa es demasiado rusa para tener derecho a existir en esta “nueva” Ucrania. Es evidente que el pueblo ucraniano enfrenta ahora una fuerza demoniaca y anticristiana que desprecia por igual lo humano y lo divino. Más allá de la persecución, golpizas y encarcelamiento de los monjes que son tratados como prisioneros de guerra, la ley afecta en primer lugar a los más humildes e indefensos, es decir, a millones de jubilados que viven en la miseria y el miedo permanente, que tenían en la fe su único amparo. La ley actual que abre las puertas a la prohibición de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, y tiene como objetivo querer quitarle a los ucranianos su memoria colectiva verdadera, que une inseparablemente desde siempre y para siempre a Ucrania con Rusia. Con la pequeña diferencia de que sus raíces ortodoxas se remontan a un tiempo histórico mucho más antiguo que el ruso. Es indudable que los valores e ideales cristianos son espinas en la garganta de la bestia sionista estadounidense - quien es la que realmente manda en la “nueva” Ucrania - que salta por el planeta de guerra en guerra, salpicando miedo. Por ese motivo, cualquier espiritualidad humana es mucho más peligrosa para ella que todos los misiles del mundo juntos. Presenciamos así un momento histórico, del intento de la cancelación no solo de Rusia, sino de toda espiritualidad y con ello, a la humanidad. La prohibición de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, al igual que las recientes presentaciones pseudoartísticas en los Juegos Olímpicos de París - donde se burlaron abiertamente de Jesús - es una ruptura definitiva con la cultura y la historia europea y mundial. Además, hay otro detalle mucho menos conocido. Luego de febrero del 2022, la Iglesia Ortodoxa Ucraniana eliminó de su nombre la afiliación al Patriarcado de Moscú, lo que, sin embargo, no la salvó de la represión del régimen. Es decir, en la Ucrania actual no existe legalmente ninguna rama de una Iglesia rusa, solo está la Iglesia Ortodoxa autónoma e independiente, que incluye a la gran mayoría de cristianos ortodoxos del país. Pero también existe la llamada “Iglesia Ortodoxa de Ucrania”, que fue creada en el 2018 por una decisión claramente política del Patriarca de Constantinopla. Pero ni los monjes ni los feligreses se han pasado del lado de los cismáticos en estos seis años, por eso ahora las autoridades simplemente quieren prohibir las parroquias no deseadas y arrebatarles todas las iglesias y monasterios para entregárselos a los usurpadores. Está demostrado que ni los cristianos ortodoxos se convertirán voluntariamente en cismáticos ni mucho menos van a abandonar sus iglesias y templos, ni siquiera bajo la amenaza de ser perseguidos, por lo que esta nueva ley está creando una grave tensión social que se suma a los graves problemas del país colapsado. La reciente aprobación de esta ley ha provocado varias críticas no solo en Rusia, sino también en Occidente, por parte de políticos y líderes eclesiásticos, incluyendo al papa Francisco I, quien dijo que le preocupaba el estado de las libertades religiosas en el país e instó a Kiev a “permitir que quienes quieran rezar puedan hacerlo en lo que ellos consideran su Iglesia” enfatizando que “nadie hace mal rezando”. Hay varios jerarcas de la Iglesia canónica que se desvincularon de Moscú, incluso algunos condenaron al patriarca ruso Kirill, varios fueron arrestados y otros guardan silencio. El judío Zelenski tiene la necesidad de demostrar a toda costa “que ha derrotado por completo” y en todos los ámbitos a Moscú. Pero sigue temiendo a la sombra de una ‘quinta columna’, que podría atacar por la retaguardia cuando las tropas rusas avancen hacia Kiev. ¿Temerá acaso al monje Elías de Pechersk (conocido como Ilyá Múromets), gran guerrero y héroe nacional de tiempos remotos (cuando todavía no estaban divididos en rusos y ucranianos) y abrirá las puertas de la capital ucraniana al Ejército Libertador de Moscú? ¿Tiene miedo de que se levante de su tumba en el Monasterio de las Cuevas de Kiev y dirija el eterno regimiento de santos rusos? Exactamente, este es el mayor de sus miedos. Les aterra lo que no figura ni se domina legalmente, pero que de hecho existe, sin permisos, todo lo espiritual y lo eterno. La unidad del pueblo ruso y la unidad de su Iglesia. Zelenski no le teme a una ‘quinta columna’, como judío que es, le teme a la espiritualidad, a la cultura y a la historia rusa. Lo que no se vence con dinero, ni con mentiras mediáticas, ni con leyes criminales. La comunidad internacional, debe dar una evaluación inequívoca de lo que está sucediendo. No se puede hacer la vista gorda ante la agresiva persecución de personas cuya única “culpa” es querer adherirse a la fe de sus antepasados. Es necesario condenar enérgicamente las acciones anticristianas de un régimen asesino que ya vive sus horas de agonía.